Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Spider-Man: Lejos de Casa – La Redacción Opina
Dirección: Jon Watts
Guión: Chris McKenna, Erik Sommers (basado en personajes de Stan Lee y Steve Ditko)
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Matthew J. Lloyd
Reparto: Tom Holland, Jake Gyllenhaal, Zendaya, Jacob Batalon, Marisa Tomei, Samuel L. Jackson, J.B. Smoove, Jon Favreau, Cobie Smulders, Angourie Rice, Davina Sitaram, Martin Starr, Remy Hii, Tony Revolori
Duración: 129 min
Productora: Marvel Studios / Sony Pictures Entertainment / Marvel Entertainment / Walt Disney Pictures / Columbia Pictures
Nacionalidad: Estados Unidos
Cuando todavía resonaba con fuerza el eco de la, ya confirmada, película más taquillera de la historia del cine, Vengadores: Endgame, llegaba a pantallas de todo el mundo la también esperada Spider-Man: Lejos de Casa. El largometraje nuevamente dirigido por Jon Watts, escrito por Chris McKenna y Erik Sommers y protagonizado por Tom Holland, entro otros actores, supone una nueva entrega de Marvel Studios, la secuela de Spider-Man: Homecoming y el cierre definitivo de la extensa y celebrada Fase 3 del Universo Cinematográfico Marvel que comenzó en 2016 con Capitán América: Civil War, abarcó once largometrajes y finaliza con este prólogo a modo de ligera cinta de aventuras protagonizada por la nueva versión para la pantalla grande del personaje creado por el mítico tándem Stan Lee/Steve Ditko hace más de cuarenta y cinco años en las páginas de aquel lejano e icónico Amazing Fantasy #15 de junio de 1962. Poco después de su estreno en España nuestro compañero Jordi T. Pardo fue el primero en darnos su opinión de la última cinta protagonizada por el trepamuros. Ahora son Raúl Gutiérriez, Sergio Fernández Atienza, Daniel Gavilán, Juan Luis Daza, Nacho Pena y Pedro de Mercader los “Seis Siniestros” encargados de ofrecernos sus impresiones de este tour europeo por parte de uno de los superhéroes más queridos y admirados de la cultura pop que conociendo nueva edad dorada gracias al enorme éxito de dichos films impulsados gracias a la colaboración conjunta de Sony Pictures y Marvel Studios.
Si hace siete años, cuando Los Vengadores irrumpió en los cines de todo el mundo con más fuerza que un buen golpe de Mjorlnir que Spidey acabaría danzando junto con los Héroes Más Poderosos de la Tierra, que se enfrentaría a Thanos, y que desde luego, tendría muchos y variados enemigos sin que ninguno de ellos fuera Norman Osborn, Otto Octavious o Eddie Brock, le habría llamado loco. Y sin embargo así ha sido, aquí estamos, y con la siguiente oleada formada por familias fantásticas y mutantes a la vuelta de la esquina, mientras que el multiverso se asoma por la puerta de casa.
Y es que, la realidad es que cuando un personaje es querido, su esencia es tratada con cariño, y se planifica minuciosamente su papel dentro de un mundo mucho más grande que él, casi todo vale. Por eso, cuando Spidey fue presentado en sociedad como sidekick de Tony Stark en Civil War hace ya tres años nada nos chirriaba. Por esa razón, que el Buitre fuera la primera Némesis de este adolescente con más sentido de la responsabilidad y de amor al prójimo que poder bruto, todo encajó a la perfección.
Lejos de casa recoge todas esas semillas, a las que añade como ingrediente final el peso del legado de un Tony Stark que ya no está entre nosotros, de un mentor que hace descansar todo su espíritu en un adolescente que comienza a experimentar lo que es el amor ante la perspectiva de un viaje de fin de curso que se produce tras el fallecimiento de su mentor y la salvación de la tierra tras cinco años perdidos, y lo hace más grande.
Esta vez, el villano escogido volvía a ser uno de esos tan arácnidos como los propios cómics pero que por el que en su día nadie hubiéramos apostado, Misterio, un Quentin Beck que deja de ser especialista de cine frustrado para ser un ex trabajador de Industrias Stark retirado y que encaja a la perfección en este cosmos cinematográfico que crece más cada año.
Al respecto de este Misterio solo tengo que decir que Gyllenhaal hace un papel brutal, contribuyendo junto a Thanos o Loki a demostrarnos que el MCU también puede tener grandes villanos, siendo desde luego un engaño muy orquestado al espectador toda la trama multiversal que al final no era si no una de las ilusiones de Misterio en la que nosotros también hemos caído, increíble.
Nuevamente, ni Duende Verde, ni Doctor Octopus, ni una Mary Jane Watson que cuelga de un puente rezando por no ser la siguiente Gwen Stacy, pero si Peter Parker, un Peter Parker a raudales en la época de su vida en la que se crearon sus cómics más recordados y en la que mejor funciona, destilando su papel de héroe al lado de tanto adulto responsable un olor muy similar al Ultimate Spiderman de Brian Michael Bendis.
En esta película Tony Stark está más presente si cabe que en la anterior, pero a su vez, le da más cancha y libertad a un Peter que aunque sabía que su maestro no era el mejor de los mentores, al menos tenía uno. Es hora de crecer y Spiderman lo sabe en este viaje a la madurez motivado por las circunstancias, las cuales tienen más que ver con el crecimiento personal del que le hemos visto ser protagonista en su aparición en ya cinco películas en tres años, que con la muerte de un Tío Ben que sabemos que está ahí pero que no necesitamos volver a ver para conocer su impacto.
De este modo, cualquier villano tratado con mimo puede servir para hacer madurar al que sin duda es el mejor Peter Parker visto hasta la fecha, interpretado por un Tom Holland que literalmente se sale, en una película que quizás tenga la batalla superheroica más espectacular de uno contra uno que he visto nunca (si, ahora hay tanto para comparar que podemos dividir entre batallas en solitario y batallas de grupo, qué época tan bonita estamos viviendo).
Llegados a este punto, solo puedo sentirme como cuando leía los cómics de Lee y Ditko y los de quienes les siguieron, esto es, deseando ver cuál va a ser la siguiente gran amenaza que haga crecer a este héroe que aprende a serlo a base de prueba y error. Por mi parte, me da igual si veremos o no a los Osborn en la siguiente película del personaje, si este Nuevo-Viejo JJ Jameson (montentazo) será la amenaza que realmente parece, o si el siguiente malo es Kraven el Cazador o incluso el Armadillo, porque lo que importa es el camino, es la inclusión de un chaval joven en un mundo mucho más grande contruido paso a paso. Y es que ningún mundo real o de ficción se construyó con nombres, si no con personas.
Dentro de un marco en el que lo habitual es que las películas de superhéroes representen la forma mas iconica de los mismos, Lejos de Casa es seguramente la película de Spiderman más extraña que se haya realizado nunca. Tan extraña, que más que una película, podría decirse que parece un cómic. Uno de esos comics que en lugar de amoldarse a la imagen arquetípica de un personaje, lo abordaban como un pez fuera del agua, rompiendo con su status quo tradicional, para trasladarlo a otro totalmente diferente. Aquí está Spiderman con Adam warlock en el espacio. Aquí está Spiderman con Need Leeds en Alemania. Aquí está Spiderman siguiendo la guía turística de una secuela de National Lampoon.
Lugares comunes del personaje como el skyline de Nueva York, el instituto de Queens o las oficinas del Daily Bugle están prácticamente desaparecidas, como también lo están las caracterizaciones tradicionales de muchos personajes, quién está saga han atravesado una ultimatización de lo que ya era Ultimate. Pero dejando de lado la excentricidad del escenario respecto al entorno habitual del Hombre Araña y la reimaginacion de personajes que hay alrededor de él, la esencia del personaje vuelve a estar tan certeramente atinada como en ninguna traslación a imagen real anterior del trepamuros lo haya llegado a estar. De este modo, sí Homecoming hacía de la formación adecuada de Peter la perfecta plasmación del un gran poder conlleva también una gran responsabilidad, el lema vuelve a empapar toda la pantalla en Lejos de Casa, enfrentando a Spiderman un mundo más allá del que conoce, mientras pesan sobre él la obligación de llenar los zapatos de un sacrosanto mentor. Lo hace, con una autenticidad qué hace que pese a las diferencias superficiales con el original este Spider-Man se sienta más fiel aquel joven superhéroe en ciernes de Stan Lee, Steve ditko, John romita Sr. y Brian Michael Bendis, en su forma de aproximarnos a los conflictos internos reales que este muchacho que siente como las obligaciones están robando la vida atraviesa durante la película.
Todo de forma muy continuista respecto a la anterior entrega, hasta el punto de que incluso tramas que parecían muy secundarias en Homecoming -como la de los empleados descontentos de Industrias Stark- acaban teniendo un papel capital en esta secuela. Rodeado por un maravilloso divertidísimo elenco de secundarios entre los que destaca una -ahora sí- bien aprovechada MJ, esos Ned y Betty que se parecen en exceso a Ganke y Gwen, Flash y un recién llegado Brad, la dualidad Peter Parker / Spider-Man vuelve a ser el alma de la cinta, únicamente rivalizado por el Misterio de Jake Gyllenhaal.
El que hace años fuera a sustituir -sin resolución alguna- a Tobey McGuire en Spiderman 2 da vida a una suerte de cruce entre Gregor Shapanka y diferentes versiones del misterio de los cómics, dando como resultado una encarnación qué funciona tan bien que no parece ni posible. Aquel técnico en efectos especiales con sueños de grandeza no se transforma en nada que se aleje en absoluto de las bases con las que Stan Lee y Ditko lo concibieron. Pero la película lo sabe potenciar de tal forma, que no solo en caja de una forma sorprendentemente orgánica dentro de la historia del UCM, sino que lo convierte en uno de los antagonistas más memorables que podamos haber visto en el cine de superhéroes de estos últimos años. Y no solo por lo visual, donde nos ofrece una extraordinaria secuencia que parecen es traída directamente de los cómics. Ya sea con Adrián Toomes en la primera entrega o con este Quentin Beck, John Watts y sus guionistas se la están ingeniando para dar vida a unos villanos increíblemente carismaticos y con un singular código moral de chacal, con una complejidad tan fascinante cómo natural dentro de lo que suelen ser los perfiles habituales para estos roles.
Sí en Homecoming Spiderman contaba con Tony Stark como mentor que le guiase en sus primeros pasos dentro de la educación secundaria dentro del mundo de los superhéroes, ahora misterios se presenta como una versión retorcida de este, acompañándolo en su descenso a los abismos a través de esta nueva etapa por el viaje del héroe, para enseñarle una lección tan valiosa como la del recelo. Sí Toni le enseño a aprender de sus mayores, Beck está aquí para enseñarle a ser desconfiado. Y vaya si lo consigue. Lo consigue tanto, que al concluir las dos escenas post créditos de la película, nos encontramos con una de las entregas con repercusiones más potentes que haya habido desde el comienzo del universo Marvel cinematografico. Dejándonos compro mesas muy serias de lo que vendrá en las próximas fases de la compañía, Lejos de Casa recalca que con esta nueva encarnación de Spiderman Marvel ha encontrado al Harry Potter de esta generación, y que no solo es una de las sagas más sólidas y prometedoras de la compañía de Kevin Feige, sino también la mejor que ha dado el trepamuros en todas sus traslaciones a imagen real. A recalcar, lo que parece incluirse como un colosal homenaje a Dentro del Laberinto, en uno de los mejores clímax que Spiderman haya tenido en el cine. porque al Hombre Araña de Tom Holland aún le queda mucho futuro por delante. Y si se mantiene hasta nivel, va a ser todo un placer acompañarle por él.
Una vez hecha la digestión de Vengadores: Endgame, volvíamos a estar hambrientos de películas superheroícas. Si X Men: Fenix Oscura es mejor ni recordarla, el MCU se antojaba como el escenario ideal para disfrutar, de nuevo, con los personajes de La Casa de las Ideas. Spiderman: Lejos de casa es la quinta película (segunda como cabeza de cartel) en la que Tom Holland se mete en la piel del trepamuros y, si ya en Homecoming veía al actor británico como la elección perfecta para el papel de Peter Parker, en esta vuelve a estar inconmensurable.
Spiderman: Lejos de casa es una refrescante cinta veraniega de adolescentes que hará las delicias de dicho segmento poblacional, pero, también, del resto de públicos. Entretenida y divertida a partes iguales, el lanzarredes sale de su zona de confort (la Gran Manzana) para viajar al viejo continente. Es cierto que podemos echar de menos el skyline de Nueva York (el cual no vemos hasta los instantes finales en todo su esplendor), pero no menos cierto es que los combates lucen especialmente bien en ciudades tan bellas como Venecia, Praga o Londres.
Volviendo al tema del reparto, sólo podemos aplaudir la acertadísima elección de Jake Gyllenhall como Mysterio. El poco empaque de los villanos en el MCU se había convertido en un mal endémico que las cintas de nuestro vecino y amigo se cargan de un plumazo. Si ya en la entrega anterior Michael Keaton con su Buitre era de lo más destacable de la película, el (fantástico) actor de Nightcrawler construye la mejor versión posible del nuevo enemigo de Spidey. A pesar de la compleja traslación a la gran pantalla de este singular sujeto, lo cierto es que funciona a las mil maravillas. Un personaje totalmente maquiavélico que, como ya hiciera el personaje de Dustin Hoffman en La Cortina de Humo de Barry Levinson, se encarga de generar amenazas mediante ilusiones. El cine dentro del cine, una vez más.
Será porque ya conocemos la identidad de Zendaya, pero la verdad es que su MJ cada vez me gusta más. Alejándose del canon (seguramente no hablamos del mismo personaje), esta joven que trae de cabeza a Peter es borde y un tanto siniestra lo que da lugar a encuentros que nos sacaran más de una carcajada. Siguiendo con la trama del instituto, resulta apropiado e imprescindible la explicación que nos dan sobre la desaparición de tantos y tantos personajes como consecuencia del chasquido de dedos de Thanos al final de Infinity War. Ahora sabemos que volvieron exactamente al mismo punto en el que habían desparecido y que Parker tuvo la suerte de que tanto su mejor amigo como su futura chica se desvanecieron en el tiempo. Por desgracia, no todo el monte es orégano y el inaguantable Flash también tuvo su billete de ida y vuelta para seguir siendo un incordio del sobrino de Tía May.
Marisa Tomei vuelve a lucir espectacular como el único familiar vivo de Peter, pero tenemos que lamentar que, por el momento, su aportación tan sólo haya sido testimonial. En esta ocasión, su romance con Happy Hogan (un John Favreau que, en todos los sentidos, si que tiene más peso en pantalla) no nos resulta muy creíble. Por su parte, el Nick Furia de Samuel L. Jackson vuelve a gozar del protagonismo perdido en la última cinta de Vengadores y su particular giro (atentos a la segunda escena post créditos) será degustado, sobre todo, por todos aquellos que han visto Capitana Marvel previamente. Una vez más, la interconexión entre las diferentes películas del MCU no hacen sino aumentar su leyenda.
Hablando de escenas post créditos, el escenario que se nos plantea con la revelación que se hace en la primera de ellas es de aúpa. Pueden cambiar y mejorar mucho a los personajes, pero lo que está claro es que JJ Jameson (genial que J.K. Simmons vuelva a interpretarlo) siempre hará la vida imposible a Spidey, más incluso que la extensa galería de villanos del universo del trepamuros. Por el momento, sólo queda por realizar un filme más como consecuencia del acuerdo entre Sony y Marvel. A pesar de que no hay nada confirmado, seguro que veremos a Holland vestido de hombre araña, al menos, una vez más. Desde el mismo momento de la compra de FOX por parte de Disney, comenzó la especulación del cuándo, dónde y cómo sería la inclusión de los X-Men o Los Cuatro Fantásticos en el UMC. Sabedores de ello, los mandamases de Marvel jugaron con nosotros en esta entrega proponiéndonos, como ya ocurriera en los cómics, un multiverso que, incluso, mostraron en el trailer. Pues bien, por el momento el tema se ha quedado en travesura y seguimos en el mismo punto con el que arrancó la ultima cinta de Jon Watts.
El realizador de Coche policial volvía a ponerse detrás de las cámaras tras Homecoming y la experiencia acumulada se nota, combinando grandes peleas repletas de efectos especiales y comedia de enredo entre compañeros de viaje. La chispa de los diálogos lleva la firma de, los repetidores, Chris McKenna y Erik Sommers, cuyo guion funciona a las mil maravillas en esta época estival. Por dar carpetazo al apartado técnico, Michael Giacchino compone una BSO a la altura del personaje y, sin ser memorable, funciona como un reloj suizo.
En definitiva, Spiderman: Lejos de casa es un producto ligero, pero no por ello menor. Un viaje de fin de curso que sitúa al lanzarredes fuera de su hábitat natural y en el que deberá lidiar con sus poderes y sus responsabilidades, pero también con sus sentimientos y emociones. La picadura de la araña sigue haciendo su efecto y, si el año pasado disfrutamos por duplicado con el videojuego de Sony Playstation y la cinta de animación Spiderman: Un nueve universo, el 2019 iguala la mayor con el retorno de Peter Parker tocando en un festival junto al resto de Vengadores y en solitario con esta cinta ambientada en Europa.
Después de que Sony Pictures y Marvel Studios llegaran a un acuerdo Spider-Man pudo debutar en el Universo Cinematográfico Marvel en Capitán América: Civil War (2016) Interpretado por el actor británico Tom Holland (Lo Imposible) el alter ego superheróico de Peter Parker fue reclutado por Tony Stark para luchar contra el grupo encabezado por el Centinela de la Libertad. Un año después el personaje volvía para protagonizar su, más o menos, primera incursión en solitario, con Spider-Man: Homecomig enfrentándose con el Buitre y acentuando su estrecha relación paternofilial con el rol interpretado por Robert Downey Jr. Tras su paso por Vengadores: Infinity War y Vengadores: Endgame ahora tocaba nueva aventura cinematográfica individual y Spider-Man: Lejos de Casa se ha ocupado de cubrir ese hueco.
Después de lo bien que funcionó Spider-Man: Homecoming en Marvel Studios han decidido no arriesgar y mantener prácticamente los mismos equipos técnico y artístico. Jon Watts vuelve a ponerse en la silla del director, Chris McKenna y Erik Sommers se encargan nuevamente del guión y dentro del reparto encontramos a los habituales Tom Holland, Zendaya, Jacob Batalon, Marisa Tomei, Samuel L. Jackson, Jon Favreau, Cobie Smulders, Angourie Rice, Tony Revolori a los que se suma , Jake Gyllenhaal dando vida a Quentin Beck alias Mysterio. Con estos ingredientes nos encontramos con una pieza continuista y sin sorpresas o sobresaltos con respecto a su predecesora y al igual que con aquella mi opinión se mueve entre la aceptación y cierta indiferencia.
Spider-Man: Lejos de Casa es un annual del personaje extrapolado al medio cinematográfico. Una aventura ligera con una excusa mínima, un tour estudiantil por Europa que el protagonista quiere llevar acabo para pasar tiempo con Mary Jane, en el que todo es diversión, escapismo comedia y acción. Si Ant-Man y la Avispa supuso un alivio con respecto a los trágicos hechos acaecidos en Vengadores: Infinity War, la cinta de Jon Watts hace lo propio con el final de ciclo que supuso la soberbia Vengadores: Endgame. Volvemos a seguir los pasos del personaje mientras asimila la nueva situación mundial y la muerte de Tony Stark. La llamada de Nick Furia y Happy Hogan y la aparición de Mysterio interrumpirán las vacaciones del adolescente mientras hace malabarismos entre su vida personal y profesional.
La última incursión cinematográfica en solitario del arácnido de Marvel Cómics es una sesión continua de simpatía, fuegos artificiales, diversión y algún leve apunte dramático envolviendo un argumento procedimental y fácilmente digerible. El guión escrito a cuatro manos por Chris McKenna y Erik Sommers tiene ritmo y destila vivacidad con un chiste cada dos minutos cuando Peter tiene que interactuar con sus amigos o compañeros de clase y acentuando la especatularidad de los pasajes dinámicos cuando la acción tiene la misión de apoderarse del núcleo del relato. Ese equilibrio entre trivialidad adolescente y épica desatada al tomar el protagonista el rol de superhéroe todavía formándose como defensor de los inocentes y desamparados funciona de la manera esperada gracias a su resolutividad.
A favor de esto que comentamos juega un apartado técnico acusando una notable mejoría con respecto al de Spider-Man: Homecoming que, en honor a la verdad, era tan impersonal como cumplidor. El de Spider-Man: Lejos de Casa no podemos afirmar que sea espectacular, pero se nota que Jon Watts se ha adaptado con más pericia al material que los productores han puesto en sus manos gracias a una versatilidad visual intachable. Seguramente compartida con las labores de realización de la segunda unidad y la de unos diseñadores de efectos digitales ejecutando un trabajo impecable en su apartado. Persecuciones, combates, tiroteos, explosiones, todo un desfile de acción frenética con las estelares apariciones de los “Elementales” y todo lo relacionado con la parafernalia que les rodea.
Pero volviendo sobre mis pasos, debo admitir que no conecto como debería, o quisiera, con este Spider-Man/Peter Parker interpretado con encomiable versatilidad por un encantador Tom Holland. Como ya me sucedía con Spider-Man: Homecoming cuando lo veo balancerse con su tela de araña entre edificios, hacer chascarrillos en pleno combate o peleando con rivales de naturaleza sobrenatural no tengo problema alguno. Pero cuando la personalidad civil tienen que relacionarse con sus allegados y se insertan, innecesariamente, una ingente cantidad de bromas sustentadas en tópicos y se trata de adaptar el protagonista a los tiempos modernos con todas las tecnologías de última generación o los “gadgets” heredados de Tony Stark me encuentro a un Peter Parker del que me separan varias generaciones y con el que no consigo empatizar demasiado.
Donde un proyecto como Spider-Man: Lejos de Casa es infalible y ofrece lo mejor de sí mismo es a la hora de presentar y perfilar a uno de los mejores villanos de la época reciente de Marvel Studios que, por suerte, está superando ese molesto handicap de perfilar paupérrimos enemigos para enfrentarlos a los superhéroes protagonistas de sus largometrajes. No vamos a hablar a estas alturas de las soberbias aptitudes interpretativas de un actor tan consolidado como Jake Gyllenhaal, pero si aunamos estas a una visión muy fiel a la idiosincrasia del Quentin Beck/Mysterio de los cómics, aunque adaptando su tecnología al siglo XXI, y un despliegue visual brillante para extrapolar su mundo de ilusiones a la pantalla a un servidor no le queda más remedio que quitarse el sombrero ante semejante hazaña.
Para ser sincero puedo comprender que distinto tipo de público, e incluso fans de los cómics, disfrute y se vea identificado con esta nueva versión cinematográfica del superhéroe creado por Stan Lee y Steve Ditko. Pero desgraciadamente no es para mí o al menos no lo es hasta el punto de sentirme feliz con sus aventuras en pantalla grande, probablemente porque como fan de las correrías clásicas del personaje me hago viejo y conservador, algo que no puedo evitar. Con todo hablamos de un producto disfrutable y agradable que abre puertas a nuevas posibilidades en el UCM y cierra una excelente Fase 3 que ha tenido algún punto bajo, pero también otros altos difícilmente superables en un futuro próximo. A ver qué tal esa Fase 4 ya anunciada con la alternancia de largometrajes y series, así como proyectos bastante prometedores. El próximo 2020 empezaremos a salir de dudas.
Cuando vi Spider-Man: Homecoming me gustó mucho que no se repitieran con el origen del héroe, el buen trabajo de Tom Holland como Spider-Man y un sensacional Michael Keaton como el Buitre. Sin embargo, la película no me parecía nada fuera de lo común pero lo vi razonable. Era una primera toma de contacto, este nuevo Spider-Man dentro de la inmensa estructura del UCM aún tenía que tomar forma.
El personaje ya se empezó a consolidar con su genial papel en Infinity War dirigido por los hermanos Russo y donde se constituyó que el trepamuros podía estar perfectamente integrado en el Universo Marvel Cinematográfico. Ahora le toca protagonizar el epílogo de toda la Saga del Infinito con Far From Home con el personaje en pleno apogeo de popularidad por su papel en esta franquicia y con el videojuego Marvel´s Spider-Man de Insomniac para Playstation 4 .
Después de todo lo vivido con el lapso es lógico que Peter Parker necesite desconectar una buena temporada y una excursión escolar parece ser la excusa perfecta para ello. En esta película también se aprovecha para profundizar en la MJ interpretada por Zendaya, la cual está también en alza gracias a su papel en la serie de HBO Euphoria y que se presentó solo de manera superficial en Homecoming. La actriz encarna a un personaje muy divertido y interesante y por regla general la mayoría de secundarios de esta película no se sienten fuera de lugar y resultan todos verdaderamente entrañables, incluido el patético profesor Harrington encarnado por Martin Starr.
Peter y el Nick Furia de Samuel L. Jackson tienen una dinámica de toma y daca similar a la que tenían ambos personajes en el universo Ultimate en la colección que escribía Brian Michael Bendis, con el espía del parche. Sin embargo, el que se roba la pantalla es Jake Gyllenhall interpretando a Misterio. No puedo profundizar mucho en esta crítica pero encarna fielmente al personaje, a una versión del mismo mejor y con más credibilidad de la que jamás se ha visto en los cómics, un Gyllenhall que es de los actores más infravalorados de su generación y que en su momento pudo haber interpretado al trepamuros cuando Tobey Maguire pudo no haber rodado la Spider-Man 2 de Sam Raimi y que ha denotado muchísimo amor y respeto por este papel y esta película. Las partes donde muestra el pleno despliegue de sus poderes son, simplemente alucinantes.
Si tuviera que destacar algo que me sorprendió gratamente por un lado fue que la película equilibra perfectamente la acción/drama con la comedia, un balance genial el logrado por Jon Watts con esta segunda muestra de su trabajo. Puedes estar mucho tiempo riendote para luego temer por lo que le sucede a Peter en el film. Además, me gustó que el guión no se focalize en la empresa de Peter por ser “el nuevo Iron Man” como parecían presagiar los trailers y es que el trepamuros no es ni más ni menos que él mismo. Cabe señalar el papel de un Tony Stark que parece haber encarnado el rol del Tío Ben y que por otro lado el mantra de la responsabilidad sigue bien presente. Porque, si se hacen las cosas bien, la presencia de Ben Parker no se echa de menos para nada.
En definitiva, Spider-Man: Far From Home ha sido una sorpresa, una de las mejores películas del UCM y para mi la mejor adaptación de este personaje desde Spider-Man 2 que capta su esencia y lo trata con todo el respeto que se lo merece. Muchas ganas de ver lo que le depara la vida a Peter Parker de cara al futuro.Y por favor, quien no la haya visto aún, que se quede hasta el final de los créditos, aquí más que nunca.
Tras un gran zambombazo como fue Vengadores: Endgame, necesitaba algo para desengrasar. Y eso es lo que nos ha proporcionado Spiderman: Far From Home. Ni más ni menos.
Sin embargo, se antoja algo vacía y cómo un trámite sin mucho que contar. Considero que reducir que, además, tiene dos tramas principales que no terminan de estar bien conducidas y que, por tanto, es difícil sentir interés más allá de los anecdótico.
El arco de Spiderman se completa con una conversación en el segundo punto de giro y resulta un tanto forzada. Y esa es la sensación que tiene uno viendo la película, de un movimiento a trompicones. Ágil, eso sí.
El tono es lo más acertado y, con ello, para algunos puede llegar a disimular algunas carencias. Pero a poco que echemos el ojo, se pueden apreciar y son muy notables. Sumemos a eso unas actuaciones memorables, logra salvar el barco de un guion que hace aguas.
La dirección logra también tener algunos tramos sí que luzcan (especialmente la secuencia de montaje onírica de Mysterio), pero en general ha resultado algo plana.
Spiderman: Lejos de Casa es un relato irregular que no termina de ajustar todas las partes. Se siente como parte autónomas, no como un todo. Creo que ese es su mayor error, la falta de concreción. No es ni la mejor ni la peor película de Spiderman. Tal vez, la más divertida. Pero una vez consumida, olvidada.
El tono es lo más acertado y, con ello, para algunos puede llegar a disimular algunas carencias. Pero a poco que echemos el ojo, se pueden apreciar y son muy notables. Sumemos a eso unas actuaciones memorables, logra salvar el barco de un guion que hace aguas.
La dirección logra también tener algunos tramos sí que luzcan (especialmente la secuencia de montaje onírica de Mysterio), pero en general ha resultado algo plana.
Spiderman: Lejos de Casa es un relato irregular que no termina de ajustar todas las partes. Se siente como parte autónomas, no como un todo. Creo que ese es su mayor error, la falta de concreción. No es ni la mejor ni la peor película de Spiderman. Tal vez, la más divertida. Pero una vez consumida, olvidada. Y creo que el personaje puede dar más de sí.
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