Javier Vázquez Delgado recomienda: Berézina
Edición original:Bérézina 1-3 (L’incendie, Les cendres y La neige) FRA, Editions Dupuis
Edición nacional/ España:Ponent Mon
Guión:Frederic Richaud adaptando la novela Nevada de Patrick Rambaud
Dibujo:Iván Gil
Color:Elvire De Cock, Jean-Baptiste Merle y Albertine Ralenti
Formato:Cartoné, 196 Páginas
Precio:39€
Nos ha abandonado Capitán. Esto es el sálvese quién pueda.
Berézina es la nueva colaboración entre Frederic Richaud e Iván Gil, tras el éxito que cosecharon con La batalla, Premio Historia 2014 a la mejor bande dessinée histórica. Vuelven a adaptar una novela de Patrick Rambaud, en esta ocasión se trata de Nevada sobre la fallida conquista de Rusia por parte de los ejércitos napoleónicos. Los tres álbumes que componen el integral aparecieron entre 2016 y 2018. Edita en nuestro país Ponent Mon que sigue con su apuesta por la BD histórica en integrales.
Frederic Richaud es un guionista y novelista francés nacido en 1966. Su carrera en el mundo del cómic comienza en 2003 cuando coescribe con Mayko la serie Le maître de peinture dibujada por Michel Faure. Posteriormente publica Le peuple des endormis dibujada por Didier Tronchet que es la adaptación al cómic de su novela a Ménagerie de Versailles. Vuelve a colaborar con Mayko en Jean-Jacques, Le complot de Ferney-Voltaire y en La montagne Invisible. Su última obra publicada en el mercado francófono es L’envers des nuages dibujada por el argentino Rafael Ortiz. Además de sus dos colaboraciones con Iván Gil en España solo hemos podido ver su trabajo en el álbum número doce de serie Destinos publicada por Glénat.
Iván Gil es un dibujante, ilustrador y diseñador nacido en Getafe. Sus primeros trabajos profesionales estuvieron ligados al mundo del diseño de juguetes, hasta que en 2007 entrar en contacto con la editorial Dupuis en el festival de Angoulême. En esa editorial publica La batalla y Berézina. En la actualidad se encuentra trabajando en una nueva serie junto a Gregorio Muro Harriet, cuyas primeras páginas prometen ser un salto en su carrera.
En septiembre de 1812 las trompas francesas de la Grande Armée de Napoleón Bonaparte entraron de manera triunfal en Moscú. Pero pronto descubrieron que habían caído en la trampa del Zar, ya que la cuidad no tenía ni provisiones y combustible. Además, estaba vacía con la excepción hecha de los prisioneros de las cárceles y los psiquiátricos que habían sido liberados por los rusos y varios habitantes de la ciudad que se dedican a incendiarla ya que tampoco han dejado los medios para extinguir lo incendios. En esa situación y con el gélido invierno llamando a las puertas de la cuidad, las tropas francesas y los civiles que le acompañaban deben emprender una penosa huida por las estepas rusas mientras son hostigados por las tropas del Zar. El resultado será una catástrofe que se cobrará incontables vidas y que supondrá el principio del fin de los sueños imperiales de Napoleón.
Berézina no es una obra épica que nos narra la gloria de los vencedores sino lo contrario, en ella vemos el estrepitoso fracaso de Napoleón en su intento de conquistar la Rusia Imperial. En todo el integral no hay un atisbo de épica, simplemente vemos a un ejército en desbandada que va perdiendo los vestigios de humanidad entre el frio y la miseria. Vemos los estragos que históricamente ha creado el “General invierno” en los ejércitos que han intentado invadir Rusia. La miseria, la muerte, el frio son tan protagonistas de la historia como los miembros de las tropas francesas.
Por suerte, no estamos ante una obra hagiográfica centrada en loar los logros del emperador o los rusos, es más, el Napoleón que nos presentan Richaud y Gil está muy alejado del genio militar. Su arrogancia y terquedad conducirán a sus tropas al desastre y vemos como no dudará en abandonarlas cuando su vida y su trono corran peligro. Pero él no es el único protagonista ya que también recae en otros dos personajes: el secretario Roque y el capitán d’Herbigny. Roque representa la ingenuidad y el romanticismo de la juventud, aunque los sufrimientos acabarán haciendo que vaya perdiéndolos, sin embargo, nunca traspasará la línea que le deja de convertir en humano. Algo que si hace el capitán d’Herbigny, que es la representación del soldado de vuelta de todo al que el horror de la guerra ha deshumanizado casi por completo, pero que mantiene intacto su valor aunque su código de honor ha sido modificado por la guerra. Ellos son las dos caras de la misma moneda que sirven para enseñarnos el tema principal de la obra: la capacidad de la humanidad para aplastar a sus semejantes con el fin de salvarse. Algo por lo que no tienen que pasar los poderosos ya que ellos siempre encuentran la manera de sobrevivir.
A través de los ojos de Roque y d’Herbigny somos testigos de lo que no parece en los libros de historia. Vemos los dramas que viven los soldados y la población que los acompañaba, tratando de no ser engullidos por la historia. Somos testigos de primera mano de la insensibilidad de los altos cargos del estamento militar que convierte a los seres humanos en números intercambiables. Si por algo destaca Berézina es por el realismo y bien que consigue transmitir la sensación de desesperanza. Conviene recordar que la expresión francesa para hablar de un desastre estrepitoso es C’est la Bérézina.
La Batalla era una obra en la que la acción y las batallas estaban presenten en casi todas las páginas, pero es algo que no vemos en Berézina. Uno de los aciertos principales de la obra es que el ejército ruso es tan invisible como el invierno, ambos son una fuerza de la naturaleza que no vemos en ningún momento. Algo que sin duda acrecienta la sensación de amenaza terrible e insuperable.
Iván Gil hace un trabajo mucho mejor que en La batalla, en cada página de Berézina se puede ver su evolución. La obra destaca por la minuciosidad con la que está retratado cada uno de los destalles y por la espectacularidad de las escenas de acción. Cada vez que Gil usa planos panorámicos es imposible no recrearse con los detalles. También consigue transmitir el frio y el horror que vivieron los franceses para ello no duda en mostramos con imágenes bastante crudas. Narrativamente es muy sólida y el ritmo que impone hace que la sintamos la sensación de premura que también tenían el ejército francés. Sus personajes son muy expresivos y fácilmente reconocibles. El resultado global es esplendido y lo que he visto de su nueva obra apunta todavía más alto. Esperemos que lo coloque como uno de los grandes dibujantes de BD histórica.
Ponent Mon hace una gran edición que cuenta con una gran reproducción, tamaño y un diseño precioso. Como extras cuenta con textos y planes explicativos sobre la odisea de los franceses para salir de Rusia. La decidida apuesta de la editorial por la BD de los últimos años nos ha permitido disfrutar de títulos verdaderamente notables como este.
Berézina es un cómic histórico que brilla por su minuciosidad y realismo, pero que también sirve de reflexión sobre la naturaleza humano. Algo que lo convierte en uno de los mejores cómics históricos de los últimos tiempos. Esperemos ver en un futuro la adaptación de Richaud y Gil de la tercera novela de Rambaud sobre los últimos días de Napoleón en la isla de Elba.
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