Javier Vázquez Delgado recomienda: Pestilence, de Frank Tieri y Oleg Okunev

 

Edición original: Pestilence 1-6.
Edición nacional/ España: Planeta Cómic.
Guión: Frank Tieri.
Dibujo: Oleg Okunev.
Formato: Tomo, 160 páginas.
Precio: 14,95 €.

 

Otro mes más nos topamos con una novedad de Aftershock, Pestilence es el título elegido por Planeta para este mes, bueno, esto es una verdad a medias ya que han salido a la venta al mismo tiempo dos títulos, el otro es Unholy Grail, anunciado para el mes de agosto pero lanzado en julio, suponemos, por las características especiales de este mes, es decir, las vacaciones. Unholy Grail será reseñado en las próximas semanas, pero hoy nos centramos en la obra de Frank Tieri y Oleg Okunev.

Como suele ser habitual en esta editorial, el guionista es un conocido, no tanto como puedan serlo los anteriores (Brian Azzarello, Warren Ellis o Garth Ennis) pero Frank Tieri dio sus pasitos en el noveno arte con alguna serie importante, en el cómic independiente pasó brevemente por cómics como The Darkness o Red Sonja, en DC realizó trabajos con Batman y la batfamilia además de personajes como Hawkman o Grifter, pero el grueso lo dedicó a Marvel, pasando años en Lobezno, guionizando series como Iron Man, Masacre y una infinidad de números sueltos. Sin embargo Tieri nunca pasará a la historia como uno de los grandes escritores en dichos trabajos, su publicación fue normal, entretenido en el mejor de los casos, por lo que, a priori este Pestilence es una de las menos llamativas de las series de Aftershock lanzadas por Planeta, por suerte el mundo está lleno de sorpresas y esta es una de ellas.

A la carrera del autor hay que sumar lo atractivo que pueda resultar el cómic para cada uno, a nivel personal he de decir que me interesa poco, la Edad Media es una época que no me llama mucho, la peste negra menos aun, quizás ese bajo interés en general fue lo que hizo que esta obra me sorprendiera por su altísimo grado de entretenimiento, aun tirando de bastantes tópicos, esta mezcla de aventura, temática zombi y magia, con sus personajes bastante arquetípicos, funciona a las mil maravillas. De la misma manera, el dibujo resulta sorprendente, no es un estilo llamativo ni con grandes diseños como los que se llevan últimamente dentro del cómic independiente, su trabajo es más normal, incluso con algún toque cercano a lo caricaturesco, pero encaja a la perfección con el estilo de la obra. Okunev es buen narrador, lo que es muy importante sobretodo en una obra con tantas personas por página, el lector no se pierde en ningún momento, algo necesario dentro de una obra en la que los personajes están en medio de hordas de zombis. También sabe ser brutal y dar el toque de gore que la obra necesita. Okunev ha desarrollado el grueso de su trabajo en Rusia, pero parece que ha encontrado la obra perfecta para introducirse en el mercado americano.

La idea de Pestilence viene de Aftershock, concretamente de Eric Bromberg y Brandon Auman, personas más ligadas a medios audiovisuales, pero todos admiten que son los cambios de Frank Tieri y el enfoque que da este es lo que hace de Pestilence una obra diferente. El fenómeno Zombi se ha movido mucho los últimos años, el propio Tieri decía en una entrevista que estaba muriendo, pero la idea que aquí se perfila tiene más que ver con el poder de la iglesia para ocultar las cosas bajo sus propios intereses que con la supervivencia de los personajes, alejándose así del famoso survival horror que tan de moda se puso no hace mucho, para ir hacia la conspiración, la suciedad moral, de la que por aquel entonces era la gran institución, y la magia, porque sí, aquí no se habla de virus ni de posibles curas por el estudio de la ciencia, aquí hay magia, existe el bien y el mal, lo que no se sabe es quién está en cada bando. Y esto es precisamente lo que hace que la serie resulte un soplo de aire fresco en este subgénero.

Los autores nos llevan al siglo XIV, donde la peste asola Europa, pero nadie sabe aun lo que pasa en realidad, nosotros lo descubriremos por la experiencia de Fiat Lux, no, no es un modelo de coche, se trata de un grupo de guerreros especializados en temas delicados, que no tienen problema en asesinar siempre que se haga por el bien dictado por Dios mediante la Santa Iglesia, una especie de mezcla entre Templarios y Operaciones Especiales, aunque los problemas morales vendrán por la diferencia entre la fe en la Iglesia y la fe en Dios, que parecen alejarse cada vez más. Cada uno de los personajes que se presentan tiene su especialización, su motivo en el grupo y su personalidad, que si bien no se desarrolla durante muchas páginas porque prima la acción y caen como moscas, los autores logran darles una serie de características determinantes que los hacen muy diferentes (tanto a nivel mental como visual).

Los personajes quizás pecan de sencillez, como decía al principio, son bastante arquetípicos, esta el clásico líder, el fuerte bonachón, el listo, la mujer disfrazada de hombre, el traicionero… y todo ello se intuye según se les va presentando, de echo es tan típico que hay un momento al final que recuerda al Equipo A, sin embargo se disfruta cada página. Salvando la distancia, la sensación que da es la misma que cuando uno se lee las primeras historias de Usagi Yojimbo, que son historias que el lector que esté habituado a este medio ya conoce pero que, por la forma en la que están narradas, se disfrutan de la misma manera que si no se conociesen.

Tieri da unos diálogos que enganchan, plantea situaciones interesantes y Okunev nos mete esas ideas en la cabeza dando un buen ritmo, pero, aun siendo una historia inventada, el subtexto sobre el poder de la iglesia, sobre el miedo que generaban y las capacidades de mover ejércitos es lo que hace que este tomo gane frente a otros de grandes autores.

Este tomo contiene una historia completa, con un final que queda colgado pero que ya ha sido continuado en un segundo volumen, con una serie limitada nueva, donde seguiremos las aventuras de los supervivientes. De momento los autores ya han sacado esa segunda serie entera y ya han comentado que no les importaría seguir más allá. La historia de los Fiat Lux puede tornarse muy interesante si saben jugar bien sus cartas para darle esa pizquita diferente a algo tan visto, aquí como mínimo consiguen hacernos pasar un buen rato.



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