Javier Vázquez Delgado recomienda: Carne de cañón
Edición nacional/ España:Ediciones La Cúpula
Guión:Aroha Travé
Dibujo:Aroha Travé
Formato:Rústica, 228 Páginas
Precio:12,90€
¡Este barrio está cada vez peor y tus hijos están aquí para verlo!
Carne de cañón es el debut de Aroha Travé (Tesarra, 1985) en un cómic largo tras haber debutado dentro de la revista Voltio con varias historias cortas. Un cómic que bebe del underground patrio y que bien pudo aparecer entre las páginas de El Víbora, al igual que la mítica revista edita La Cúpula.
La Yanira y el Kilian son dos hermanos que viven un barrio obrero marginal de extrarradio, en el que deben convivir con yonkis, jevis, vecinos raros, compañeros de clase crueles, fábricas en ruinas y adultos incapaces. La imaginación se convierte en el único medio de escape de su realidad social y familiar, con un padre ausente y un hermano pequeño autista, que les avoca a convertirse en carne de cañón.
El cómic está compuesto por cuatro historias independientes, aunque entrelazadas y cronológicas, protagonizadas por Yanira, Killian y su madre. En ellas somos testigos del día de día del barrio, vemos los problemas a los que se tienen que enfrentar con los problemas sociales y económicos habituales de un barrio de extrarradio de cualquier ciudad de España. Pero todo cubierto con la pátina de humor y fantasía que los niños usan para protegerse de la realidad, además Travé tiene la osadía de usar un humor negro que le permite tratar de temas tan serios como los malos tratos infantiles, las familias monoparentales, la pederastia, el bullying, la homosexualidad o la drogadicción, sin el melodrama que suelen caracterizar el tratamiento habitual de estos temas. Pero sin perder ni un ápice de denuncia y espíritu crítico como se puede ver en el relato del monaguillo, tan realista que asusta y refleja a la perfección toda la crueldad de la que es capaz el ser humano. El resultado es una alocada tragicomedia que refleja la vida con toda su crudeza, pero que por mala que parezca la situación siempre deja un espacio para las risas.
En cómic vemos los distintos grupos sociales que componen el mosaico de un barrio, aunque llama la atención la ausencia de inmigrantes, algo más propio de las historias de El Víbora de los ochenta a las que homenajea que a la realidad actual. Son historia profundamente arraigadas a la realidad, pero con elementos fantásticos que recuerdan a las de los hermanos Hernández, con algunos momentos realmente disparatados. Al igual que los Hernández uno de los puntos fuertes de la obra son los personajes, todos los que aparecen dentro de la obra son creíbles, aunque a veces se enfrenten a situaciones poco plausibles. También resulta novedoso que los protagonistas de una historia eminentemente social sean niños, ya que no suelen protagonizarlas, siendo más habitual que protagonicen historias de fantasía o destinadas a un público infantil.
Una de las características más singulares de la obra es la forma de hablar que tienen los personajes, que corresponde a su estrato social, algo que sirve para enraizar la obra en la realidad y dotarles de tridimensionalidad y dotar a cada uno de una personalidad propia que permite reconocerlos por su forma de expresarse. Son chonis que hablan como chonis y niños que hablan como niños, lejos del lenguaje visto en otros trabajos que pese a pretender ser un reflejo de la realidad tiene a protagonistas que hablan como académicos de la lengua.
En el apartado gráfico lo que más llama la atención es la composición de página ya que cada una está formada por únicamente dos viñetas, pero que en ningún momento cae en la monotonia. El estilo es deudor del mejor underground pero con la misma personalidad propia que demuestra en los guiones, con unas viñetas llenas de detalles y un diseño de personajes que los convierte en reconocibles y muy expresivos. Dibujar niños que parezcan niños en lugar de adultos bajitos es algo para lo que no están capacitados todos los autores, pero Travé lo consigue a la perfección. Cada uno de los capítulos tiene una preciosa portadilla siendo la primera un precioso homenaje a El Víbora.
La edición de La Cúpula es muy buena con un tamaño, similar al manga, que se ajusta como un guante a la narrativa del cómic, que también cuenta con un diseño muy cuidado y una gran reproducción. La calidad tanto en contenido como en continente sigue siendo una de las señales de identidad de una editorial clave para entender el cómic en nuestro país.
En Carne de cañón Aroha Travé firma un gran debut que le augura una carrera llena de grandes obras. Es una historia que no se queda únicamente en un homenaje a los autores underground, sino que además de ofrecer una visión del microcosmos de un barrio problemático, crea unos personajes adorables a los que es imposible no querer. Esperemos que sea la primera de las muchas novelas gráficas en las que podamos leer la vida y milagros de esta familia tan especial.
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