Javier Vázquez Delgado recomienda: Las Aventuras de los Superhijos 01-06
Edición original: Adventures of the Super Sons núm. 1 – 6 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Peter Tomasi.
Dibujo: Carlo Barberi, Scott Godlewski.
Entintado: Art Thibert, Scott Godlewski, Matt Santorelli.
Color: Protobunker.
Formato: Grapa, 24 páginas.
Precio: 1,95 €
Superhijos fue una de las grandes sorpresas que hace unos años nos brindó DC Comics, en pleno auge de Superman tras la inclusión en Renacimiento del personaje clásico en detrimento del de Nuevos 52 (fusiones cósmicas aparte), puesto que nos ofrecía una historia del hijo de Superman, Jon Kent, con el ya “viejo” conocido Damian Wayne, y la curiosa relación que tienen entre ambos, con sus padres como telón de fondo. No dejaba de ser una serie ligera, sencilla y entretenida, pero que rezumaba una frescura que he de reconocer que hacía tiempo no veía. Por desgracia, la serie terminó antes de lo debido, quizás por motivos argumentales de continuidad, especialmente por Jon. Por otro lado, por fortuna DC decidió ofrecernos una continuación de las aventuras de Jon y Damian, en forma de maxiserie de doce números, con el mismo guionista, Peter Tomasi, aunque esta vez ya sin el granadino Jorge Jiménez, que era sin duda alguna el gran aliciente de la colección.
Hoy analizamos la primera parte de esta serie limitada, editada por ECC Ediciones en grapa, para ver si esta nueva y ¿última? aventura de Jon y Damian está a la altura de sus precedentes.
La historia continúa justo después de los acontecimientos del último número de Superhijos, si bien no es en absoluto necesario haber leído la serie previa para entender absolutamente nada, más allá de alguna breve referencia a Kid Amazo, el villano que puso en serios problemas a nuestros pequeños héroes. Así pues, Jon y Damian continúan sus aventuras como equipo superheroico, salvando a los ciudadanos en peligro después de salir del colegio, y pasando el tiempo en su base secreta entre misión y misión. Todo marcha viento en popa, máxime después de acabar el curso escolar, estando plenamente libres en el período estival para realizar sus labores heroicas, hasta que un buen día se encuentran con nada más ni nada menos que una liga de villanos inspirados en los clásicos maleantes de DC, como Lex Luthor, el Joker o Deadshot, con la peculiaridad de que tienen más o menos la misma edad que Jon y Damian. Liderados por un tal Rex Luthor, que por supuesto tiene un plan malvado, esta banda pilla totalmente desprevenidos a Robin y Superboy (y a los lectores) y les capturan. A partir de aquí, comienza una trama espacial absolutamente imprevista en la que los dos amigos van de un planeta a otro mientras intentan salir de cada apuro en el que se meten y librarse de esta banda de minivillanos.
Tomasi logra sorprendernos de manera grata con varios giros de guion completamente inesperados, que en principio pueden parecer absurdos, pero que funcionan de forma excelente. Concebido como una aventura larga de doce números, se permite el lujo de entretenerse en la trama, para incluir referencias clásicas del universo DC como el Superman azul y el rojo, o la Casa de los Misterios. Desde el principio la historia se centra en la pura y dura aventura, clarificando desde el principio misterios como el origen de esta banda de villanos, o los planes de Rex Luthor, para que de alguna forma no intervengan en la experiencia space opera que nos propone. Aún nos falta la segunda parte de la historia, pero hasta ahora podemos decir sin miedo a equivocarnos que Tomasi nos ha vuelto a ofrecer lo que una serie de este calibre se merece: diversión sin complejos.
En el apartado artístico tenemos a Carlo Barberi y a Scott Godlewski en el dibujo, Art Thibert y Matt Santorelli en las tintas y Protobunker al color. El primero de ellos es un viejo conocido puesto que ya realizó los cuatro últimos números de la colección anterior, que sirvieron de suficiente muestra para que DC confiara en él para encargarse de esta nueva serie casi en su totalidad. Y digo casi porque Scott Godlewski se encarga en esta primera parte del número 6, mientras que del resto se ocupa Barberi, que, además, empezó su carrera hace casi dos décadas trabajando en DC, después se fue a la competencia superheroica, y actualmente compagina sus trabajos en ambas editoriales. El estilo de Barberi, como comentábamos en la última reseña de Superhijos, recuerda un poco al de Jiménez, no sabemos si de forma intencional, aunque con un tono ligeramente más noventero, aunque se hecha muchísimo de menos al granadino. En el caso de Godlewski, hay que señalar que la diferencia, al contrario que en otras colecciones, no se percibe demasiado, lo cual se agradece en términos de coherencia artística, aunque sí es cierto que éste tiene un estilo anguloso y sobre todo menos cartoon que el de su compañero.
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