Javier Vázquez Delgado recomienda: Evento Marvel: La Era de Hombre-X, agosto

Continuamos con el seguimiento del evento mutante del año, La era de Hombre-X, a ritmo de publicación de Panini en España. El mes pasado hablamos aquí del especial publicado en junio que daba inicio al mismo y de los tres números publicados en julio, que contenían las dos primeras partes de tres series ambientadas en ese mundo, todas ellas supuestamente daban detalles sobre lo que en él ocurría sin ser necesarias para entender el evento pero, al profundizar en ellas, resultaban ricas y entretenidas, aun sin ser imprescindibles, demostraban ser necesarias para adaptarnos mejor a este nuevo entorno mutante.

Hoy toca hablar de las tres series que faltaban, tres grapas con la mitad de cada una de las series restantes que nos ponen en el ecuador del evento que da fin a una etapa y abre paso al esperado Jonathan Hickman como nuevo líder mutante. Además hablaremos del siguiente número de La Imposible Patrulla-X de Rosenberg, aunque solo sea para establecer la clara diferencia cualitativa que existe entre el evento y la colección principal. Empecemos.

APOCALÍPSIS Y LOS X-TRACTOS nº1

La aparición de Apocalípsis en medio del mundo creado por X-Man supone una ruptura de esquemas con respecto al tipo de sociedad en la que los mutantes, que ahora son los únicos habitantes de la Tierra, se desarrollan. Si bien Nate Grey tenía la intención de hacer un buen mundo, según su vía moral, que se posicionaba como contrario al de La era de Apocalípsis en el que él había sido creado, la aparición de En Sabah Nur dentro de este universo, en el especial que abre el evento, creaba un gran número de incógnitas, ¿por qué aparece?, ¿cuáles son sus intenciones?, ¿cómo es que Nate permite que esto suceda?, y, especialmente, ¿qué hacen algunos de los X-Men más importantes bajo su mando?. Esta serie pretende contestar a algunas de esas incógnitas a base de dar un punto de vista diferente al ofrecido hasta ahora.

Lo más llamativo de este cómic entra directamente por el ojo, su nombre es Salva Espín y demuestra, una vez más, ser un dibujante muy sólido, con un estilo característico y muy buena narrativa. Su dibujo hace que esta serie se aleje de la oscuridad a al que estamos acostumbrados en un personaje como Apocalipsis y ayuda en esa perspectiva que se pretende dar de grupo revolucionario antisistema sin salir de la línea gráfica que se mantiene dentro del evento. Por otro lado tenemos a los guiones a Tim Seeley, autor que se ganó su hueco en el mundo del cómic gracias a su trabajo en Grayson para DC, la serie que seguía las aventuras de Nightwing (el de Batman, no las nuestras). Pero si hay que alabar a Seeley ha de ser por su serie para Image, Revival, de la cual aun seguimos esperando su final en España y que resulta ser una magnífica colección en un ambiente rural con crímenes y tintes sobrenaturales.

El resultado del trabajo de estos autores es algo extraño, especialmente si lo comparamos con el resto de series de esta saga. No se trata de un cómic de acción, aunque tiene un poco de ello hacia el final del segundo capítulo, ni es un número deprimente sobre unos fuera de la ley, sino que tiene su punto alegre y esperanzador, lo cual queda raro, especialmente siendo el líder Apocalipsis, pero a la vez hace de esta una serie algo especial.

Lo mejor de estos dos capítulos es el trabajo sobre la figura del propio Apocalipsis, sin ser protagonista de ella, ya que este honor se lo llevan a partes iguales diversos personajes como Dazzler, pero el villano destaca por su nuevo papel, con similitudes y diferencias al del universo Marvel normal. La similitud es su papel de antagonista de X-Man, la sociedad creada por Nate Grey desarrolla una fobia a las relaciones personales, como habíamos visto tanto en el número de inicio como en otras series, siendo el tema principal en la de Rondador Nocturno, pero aquí es Apocalipsis el que da un mensaje de amor que choca con lo conocido hasta ahora sobre el personaje. Sin embargo lo que los autores hacen muy bien es reflejar ese autoritarismo radical ya conocido en el personaje, y lo hacen al darle un fuerte tono religioso a su idea de amor, haciéndole parecer un fundamentalista dispuesto a la lucha más encarnizada para hacer realidad sus ideales. Esta serie profundiza en el personaje y, aunque no se hace necesaria para la compresión del evento, leerla hace que mejore su perspectiva. El punto fuerte lo pone Ojos, los autores consiguen que el personaje mole más que nunca, pero, como decía antes, la serie queda algo rara, seguramente se evalúe mejor una vez acabada.

PRISIONERO-X nº1

He de admitir que de las series englobadas en esta Era de Hombre-X sacadas a la venta este mes, Prisionero-X era la que más me interesaba por varios motivos. El primero los guiones de Vita Ayala, la autora está haciendo un gran trabajo en la serie de Livewire para Valiant, con lo que le hago un seguimiento cercano. Por otro el dibujante, Germán Peralta, tiene un estilo interesante, capaz de encajar muy bien en una serie de este tipo. Por último está el volver a ver a Bishop en primera línea, con un toque más parecido a su época pre-caza de Hope que a lo que fue después. A pesar de que solemos echar pestes de los noventa lo cierto es que tramas interesantes sí que hubo, para mi la de Bishop sobresale, es un personaje muy anclado a esa época, venido del futuro con muchas armas y actitud agresiva, Bishop se hizo su hueco en la Patrulla-X protagonizando momentos memorables, con su punto álgido en la saga de Onslaught, y fue un personaje que, tocado en los puntos justos, varios autores supieron reinventar (vale, no siempre con mucho éxito), pero desde que hiciese de un magnífico villano en la serie de Cable, con posterior arrepentimiento incluido, estaba de capa caída y parecía que no sabían muy bien qué hacer con él.

La historia de su romance con Jean Grey en este mundo creado por X-Man nos había dejado muy colgados en el especial Alfa que daba pistoletazo de salida al evento. ¿Qué fue de Bishop tras ser secuestrado por la policía de la moral?, Prisionero-X es la serie destinada a contar esa parte de este mundo.

Como era de suponer, los autores nos dan una historia de cárceles con muchos de los tópicos de ese tipo de narraciones, los grupos sociales que se crean en su interior, las palizas, los abusos de poder… pero se va volviendo todo más extraño según avanza. El papel de La Bestia como matón y su avance al interactuar con él es de lo más curioso del evento, Moonstar es mucho más fiel a lo que es en la realidad y Polaris enloquecida le da un toque diferente a la serie. Lo mejor es ver cómo avanza, es una serie bastante ligera en su primer número pero el segundo da un par de vueltas de tuerca haciendo que el lector no sepa lo que pasa en la realidad. La pelea entre las diferentes encarnaciones de Bishop no deja de ser una bonita referencia a los distintos papeles que el personaje ha tenido dentro de la franquicia mutante.

Ese juego con la locura y los estados mentales hace que, como ocurría con la anterior, sea una serie que se evaluará mejor cuando esté completa, pero lo cierto es que empieza muy bien, convirtiéndose en la más interesante del mes.

X-TREMISTAS nº1

Llegamos a la última serie del mes de agosto y la última visión que nos quedaba por conocer de esta Era de Hombre-X, la de aquella policía moral que detenía a Bishop en el primer número por mantener una relación amorosa con otro personaje. Con ella completamos la primera mitad del evento y ya vamos sabiendo dónde se posicionan algunos de nuestros mutantes favoritos. El grupo liderado por Mariposa Mental con el Hombre de Hielo, Estrella del Norte, Mole, Júbilo y Moneta se han de enfrentar a todos aquellos que rompen las reglas creadas por Nate Grey en una historia escrita por Leah Williams, novelista que ha escrito unos pocos números para Marvel, por lo que esta miniserie es su gran estreno, y no es mal estreno, todo sea dicho.

El dibujo de Georges Jeanty es bastante decente, aunque desluce si lo comparamos con los autores de las otras series vistas este mes, pero sí que logra mantener bien esa estética mezcla de uniforme original de los X-Men con una cercanía a las SS nazis, dando un toque diferente al resto de series del evento.

Y no solo la estética visual, la construcción de los personajes y los diálogos lucen como una férrea dictadura, encarcelando lo que va en contra de sus ideales y mostrando un desprecio absoluto hacia esa gente como si no fueran personas. Sigue resultando chocante ver a personajes como el Hombre de Hielo con ciertas actitudes, pero hay un buen trabajo detrás de este cómic y eso se nota. Las dobleces morales son continuas hasta llegar a un caso extremo al final del primer capítulo, donde ya se nota que no son buenos, son la facción dura de este xmanismo.

El punto álgido llega cuando enlaza con la serie de la Maravillosa Patrulla-X, donde el famoso grupo ha de apagar un terrible incendio, aquí se ve que es solo una maniobra publicitaria que ni dicho grupo sabía, el incendio era provocado por estos X-Tremistas sin ningún pudor, con especial hincapié en el personaje de Moneta, odiosa donde las haya, creada para la ocasión porque no se debían atrever a transformar a uno de nuestros mutantes favoritos en algo así. Aunque hubiese estado bien. Por otro lado el trabajo sobre el personaje de Mole es una maravilla. Para X-tremistas no hace falta leer más, ya se ve que será una buena serie.

LA IMPOSIBLE PATRULLA-X nº6

Al igual que pasara en mes de julio, la Era de Hombre-X nos ha traído un puñado de series bastante interesantes, ahora, al igual que el mes pasado, veamos ¿qué está pasando en la colección principal?. De momento seguimos con Matthew Rosenberg a los guiones en una grapa que contiene tres números americanos, los dos primeros dibujados por Salvador Larroca y el último por Carlos Gómez. Larroca sigue en la línea de los anteriores números, un poquito mejor en el segundo, y Carlos Gómez ofrece un trabajo interesante, por desgracia el guión sigue sin acompañar y Rosenberg empaña el buen hacer que están realizando sus compañeros en el evento.

Seguimos en esa localización de grupo clandestino en el bar, lo que cada vez les pega menos. Los diálogos en el enfrentamiento con el nuevo Frente Mutante de Liberación liderado por Hope rozan el ridículo, la Patrulla-X tiene a caracterizarse por el diálogo especialmente cuando luchan contra antiguos aliados, aquí atacan con una agresividad desmesurada y, sin embargo, las bajas o los daños, que supuestamente podrían engrandecer la historia, suceden tan rápido que no da tiempo a asimilarlos ni lamentarlos, logrando que el lector no empatice con ninguno de los personajes. Algo tan importante como dejar tuerto a Cíclope consigue pasar desapercibido. Y lo de que permitan a la Bestia Oscura que les cure, después de lo que pasó con él en el anterior número no tiene sentido, ni explicación pertinente. Da la impresión que a Marvel le da igual lo que pase aquí porque Hickman lo solucionará cuando llegue, da la impresión de que en esta historia hay una dejadez tremenda.

Cíclope siempre fue precavido, pero el personaje que muestran aquí está lleno de odio y desconfianza, es cierto que hubo unas encarnaciones en los últimos años que incluso rozaban lo villanesco pero aquí parece demostrar un odio a la sociedad como nunca se había visto, que lo muestra justo después de entregar prisioneros mutantes al Capitán América, lo cual tampoco tiene mucho sentido con lo que expresa en sus diálogos. Por si fuera poco, en el segundo número Hope vuelve a estar con ellos, tras ser apuñalada por un impersonalizado Lobezno que hace más de figurante que otra cosa, y dejar tuerto a su abuelo, y ahí empieza un baile de personajes que genera más confusión que atracción.

Tras anunciarse la muerte de Rahne los personajes no hacen más que soltar bromas, lo cual ya alcanza el estatus de inaudito, y la solución que da Rosenberg a la historia que había dejado colgada en su serie de los Nuevos Mutantes dista mucho de la calidad que allí mostraba. De la muerte de Loba Venenosa mejor ni hablamos.

Al final da la impresión de que a corto plazo puede haber una solución plausible a todo esto, en el momento en que nadie recuerda a Emma Frost, quizás todo sea mentira, pero ni con esas, la historia no hay por donde cogerla. Me encantaría poder decir que estoy disfrutando con esta serie, pero la compro porque es algo que llevo haciendo desde hace casi treinta años y me está resultando un suplicio.

Solo me queda pensar que por lo menos La Era del Hombre-X hace pasar un buen rato.



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