Javier Vázquez Delgado recomienda: Día de mercado
Edición original: Market Day (editado por Drawn and Quarterly)
Edición nacional/ España: Astiberri Ediciones
Guión: James Sturm
Dibujo: James Sturm
Entintado: James Sturm
Color: James Sturm
Formato: Cartoné; 96 páginas a color
Precio: 16,00€
En los últimos tiempos les he hablado de autores clave del cómic alternativo contemporáneo. Muchos de ellos ya habían sido tratados en el pasado por otros compañeros de Zona Negativa, pero paulatinamente he querido introducir nuevos autores que no habían tenido su lugar propio en esta web. Éste es el caso de James Sturm, del que sí se había hablado de él con anterioridad, pero no se le había dedicado una reseña como tal de forma autónoma a un autor que es lo suficientemente interesante y lo suficientemente desconocido en nuestro país para merecer tal tiempo, espacio y dedicación.
James Sturm nació en Nueva York en 1965, y su vida está marcada por la influencia de Charles M. Schulz y su mítico Peanuts (si hiciéramos una lista de a cuántos historietistas ha influido Schulz posiblemente ésta sería interminable); su colaboración con otro grande del noveno arte, Art Spiegelman, como asistente de producción en la revista Raw; la creación de la revista alternativa The Stranger, y la fundación y dirección del The Center for Cartoon Studies. Es decir, no solo es un historietista, sino que cumple las funciones de divulgador y formador de este maravilloso arte. Además, su bibliografía se puede dividir en dos grandes grupos: las obras alternativas adultas, y su publicación Aventuras en viñetas, cuya finalidad didáctica pretende que el público infantil aprenda la idiosincrasia del lenguaje del cómic.
Como buen autor americano ha publicado para dos de las editoriales más grandes del cómic alternativo como son Fantagraphics Books y Drawn & Quarterly. Lamentablemente, en nuestro país apenas se han publicado unas pocas obras de este artista: Moléculas inestables dentro de la publicación Iconos de Los 4 Fantásticos a cargo de Forum; Encima y debajo y El asombroso swing del Golem gracias a Ediciones La Cúpula, y Días de Mercado. Hoy me voy a centrar en esta última obra, Día de mercado, originariamente publicada por la canandiense Drawn & Quarterly, y que en nuestro país Astiberri Ediciones se encargó de editar y llevar a nuestras librerías patrias. Además de las obras mencionadas, Norma Editorial publicó un par de entregas de Aventuras en viñetas.
Hacía unos años pude leer Día de mercado, y para esta reseña, volví a leerla, manteniéndose intactas las sensaciones iniciales que tuve tiempo atrás. Es un cómic áspero, incómodo y duro. Mediante una aparente sencillez formal y temporal (la historia se narra solo en un día; precisamente el día al que apela el título del tebeo), Sturm refleja, con mucha precisión y sin hacer concesiones, la dureza para subsistir de unos personajes aferrados al peor de los fracasos gracias a la inminente nueva época que traerá unos cambios nada halagüeños para ellos. Y esto no lo hace precisamente movido por una nostalgia barata, ya que antes de esta incipiente revolución industrial, la vida era dura y difícil. Sturm, no juega a la demagogia de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero al mismo tiempo cuestiona unos cambios que no necesariamente tienen que ser buenos de por sí, o al menos no positivos para todo el mundo.
El cómic tiene varias lecturas, puesto que la lucha entre los artesanal y lo industrial también puede extrapolarse al mundo de las artes, sin ir más lejos. En este sentido, la producción en cadena y el deseo de obtener la máxima rentabilidad económica sobre la actividad artística ha puesto a esta última contra la espada y la pared en cuestiones de calidad, elaboración y empeño. Las alfombras elaboradas a mano por Mendleman (el protagonista de la historia) no son más que una metáfora de la creación artística que se enfrenta a grandes corporaciones y productoras que dominan por completo todo el sistema de producción y distribución artística, dejando al autor/artista a un lado y sometido bajo unos principios en lo que lo único que prevalece, como he indicado antes, es el beneficio económico.
Para llevar a cabo esto, Sturm realiza un gran ejercicio de sencillez narrativa en la que tanto el dibujo como el texto están al servicio de esta finalidad. Destacan sobre todo esos ambientes vacíos, esos paisajes sombríos que acompañan al protagonista por el viaje que emprende ese día marcado por el infortunio. Mendleman emprende un descenso a los infiernos viéndose paulatinamente degrado y despojado de todo lo que tenía (tanto a nivel físico como psicológico) cuando comenzó ese camino unas horas antes, acabando en el cómic en una catarsis de marcado carácter religioso. Todo esto viene marcado por un gran uso del color y por una brillante composición de páginas y de viñetas. Pese a que la lectura es corta, tenemos la sensación de que realmente ha pasado un largo y duro día en la vida del protagonista.
Día de mercado no pretende ser una lectura complaciente y cómoda para el lector, ya que nos muestra una dura y cruda realidad en la que tenemos que ser fuertes como el protagonista para afrontarla. En cierta medida, todos nos podemos ver reflejados en los sueños y anhelos de Mendleman, en cómo estos son truncados de cuajo, y la terrible desazón que se apodera de él.
Espero en un futuro no muy lejano traerles alguna otra obra de este autor que merece más reconocimiento en nuestro país del que tiene, no solo por sus cualidades como historietista, sino también por ser un divulgador y estudioso del noveno arte.
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