Javier Vázquez Delgado recomienda: ZN 20 años – Nombres por Toni Boix
POR TONI BOIX
No soy persona dada a las nostalgias y, por lo general, estoy donde quiero estar. Siendo así, echar la vista atrás no suele llevarme muy lejos y, además, a menudo sirve poco más que para que me reafirme en mi presente. Sin embargo, en alguna medida, ZN constituye una excepción a esto… desde su condición –para mí- de atalaya desde la que conectar con el pulso del gusto compartido por los cómics. Y es que, en realidad, nunca he sentido que acabara de irme del todo de la web, aunque en sus créditos conste como “antiguo miembro”.
Tal vez sea porque en mi generación los lectores de tebeos nunca fuimos mayoría, que encontrar a otro “aficionado” siempre me resultó tan grato. En la escuela, en el propio kiosco, a través de los correos de Comics Forum, luego en las tiendas especializadas de Barcelona y, finalmente, en la red de redes. En esos encuentros se entremezclaban placeres y gratificaciones: el goce estético que me producía el arte de dibujantes muy concretos, la experiencia emocional de conectar con las vicisitudes narradas en las mejores historias, una progresiva y admirada conciencia de los resortes narrativos del Noveno Arte y la incomparable felicidad de las amistades en construcción. Todo ello, de una forma u otra, encontró su culminación en mi paso por Zona Negativa.
Empecé queriendo reivindicar el valor de alguna serie estadounidense al borde de la cancelación (dudo si sería Fallen Angel o Manhunter) y acabé metido hasta las trancas en mi primera y única comunidad virtual. Supongo que esto es algo que repetirán otros antiguos redactores, pero yo también quiero insistir en el hecho de que, si sucedió así, fue en gran medida por causa del fundador de la web, un gran aficionado a los comics y mejor persona con una hipnótica facilidad para que te sientas acogido, reconocido y querido. Fue él quien supo hacerme sentir que tenía algo que decir como lector y que en esa familia en desarrollo que era ZN me guardaban un lugar. El paso de web a blog, con la autonomía que eso nos otorgaba a los redactores; el homenaje in extremis a un amigo moribundo que la plataforma me permitió hacer; y las conversaciones por Messenger con el resto de miembros del equipo, con los lazos que eso fue creando entre nosotros; obraron el resto del milagro… y sin casi ni darme cuenta me convertí en parte de Zona… y Zona se convirtió en parte de mí.
Recuerdo con alegría el rastreo de noticias en webs americanas, el reparto de tareas entre los que formábamos Zona por aquel entonces, la ilusionada creatividad que intentaba volcar en mis entradas y, sobre todo, las amistades que se iban forjando… entre los integrantes de Zona y, también, con muchas otras personas –profesionales, bloggers, lectores- con las que entraba en contacto a través de la web. Poco a poco, los zoneros fuimos dándonos cuenta de que nos estábamos convirtiendo en una referencia sobre cómic en lengua castellana y, como le dirían a Peter Parker, eso nos obligó a crecer todavía más para asumir responsablemente ese lugar entre el fandom. Aprendí mucho, disfruté mucho. Una cosa llevó a la otra y acabé realizando algún que otro trabajo en la industria del tebeo español, evidentemente, gracias al escaparate que Zona me había supuesto sin que yo tuviera ninguna conciencia de ello, ni cuando empecé a escribir en la web ni mucho después: todavía recuerdo la sorpresa que me supuso recibir una llamada en casa de Ficomic, proponiéndome comisariar la exposición Catalan Comics in Action para la Feria del libro de Frankfurt, en la que la literatura catalana centraba la edición de aquel año. De alguna manera, aquellas experiencias profesionales también pavimentaron mi salida del mundo de la divulgación sobre comics. “Son solo cómics”, le gusta decir a una de las personas con las que más cómodo me siento hoy en día hablando de tebeos, y yo que he pasado la mayor parte de mi vida profesional en unidades de Cuidados Paliativos, recursos para personas en situación de exclusión social y dispositivos de todo tipo en los que se atiende a gente con diagnóstico de enfermedad mental grave, le doy la razón: son solo cómics. Y, sin desmerecer ni un ápice lo que el cómic tiene de arte y cultura, llegó un momento en el que el entorno del cómic me cansó. Me cansó en lo que tenía de postureo, en lo que tenía de esnobismo, me ahogaron las luchas de egos y las rencillas y deudas de las que iba tomando conciencia. ¡Ojalá los cómics fuesen solo cómics! Son algo precioso en sí mismo, como forma privilegiada de expresión artística de lo humano… pero no es así, como todo en la vida. Nada es solo lo que es. Siempre acompañan unas circunstancias que tanto ayudan como entorpecen a lo esencial.
Pero no es este el lugar para ahondar en los motivos que me llevaron a hastiarme de una forma de relacionarme con mi primera y más grande afición: los tebeos. Antes bien, de manera clara y absoluta, este es lugar para otra cosa. Un ilustre profeta de la justicia social y la esperanza afincado en el Mato Grosso, cuenta, entre sus muchos poemas, con uno que reza así:
“Al final del camino me preguntarán:
– ¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada, abriré el corazón rebosante de nombres”
Ese es mi tesoro, ese es el precioso regalo que Zona me ha supuesto, un corazón rebosante de nombres. Los que me leyeran en su día sabrán de mi afición por nombrar a las personas que de alguna manera u otra estaban vinculadas con el texto que estuviese escribiendo. Cuando me planteé cómo abordar esta entrada, pronto me di cuenta de que no me cabrían los nombres. Eran tantas las anécdotas y los afectos, que podía escribir un texto cinco veces más largo que éste solo listando los nombres de las personas que las y los protagonizaban. Familia, amistades, libreros, mi breve paso por la Joso, compañeros de Zona, lectores de la web, otros bloggers, profesionales entrevistados y visitados, Ficomic, El Catálogo del cómic, las Jornadas de Cómic y Salud (https://www.zonanegativa.com/i-jornadas-de-comic-y-salud/) que andamos preparando actualmente en el Parc Sanitari Sant Joan de Déu de Sant Boi de Llobregat… a lo largo de varios años, todos esos ámbitos de relación propiciaron y posibilitaron mi vinculación a Zona o derivaron de ella… y en todos esos ámbitos sigo atesorando vínculos de simpatía, compañerismo y estima que son lo que, en realidad, constituye mi sentido de vida. Cuando antes hablaba de la toxicidad presente en el entorno del cómic creo que podía estar dando una impresión equivocada de mi sentir sobre el tema. Verdaderamente, aunque esa toxicidad existe, constituye una ínfima parte de lo que ha sido mi experiencia en el mundillo. Como al final esto es cosa de cuatro chavos y apenas reconocimiento por parte de la sociedad en general, lo cierto es que el trato interpersonal la mayoría de las veces está presidido por la cercanía, la generosidad, la ilusión y el amor por el medio del cómic… y Zona fue, y sigue siendo para mí, una excelente muestra de ello. Me siento infinitamente agradecido de formar parte de su historia… y me siento infinitamente agradecido por todo lo que a través de Zona ha llegado a mi vida, en especial, por todas esas personas cuyos nombres no aparecen en este texto porque los guardo muy adentro del alma; nombres entre los cuales, muy probablemente, puedes suponerlo, estará el tuyo. Gracias.
TONI BOIX
La figura de Toni Boix siempre ha sido muy importante en Zona Negativa, no sólo por su reseñas, ni por su sección de Píldoras Nacionales o Va de BD, lo ha sido por su carácter siempre conciliador, por ejercer no pocas veces de ese hermano mayor que por sus vivencias siempre tiene un buen consejo que darte. Los lectores conocéis al Toni Boix que escribe de forma magistral pero creedme, es de esas personas de las que te alegras más por haberla conocido y todo lo que te ha aportado que por lo mucho que hemos disfrutado leyendo sus artículos.
Toni comenzó a escribir en ZN en febrero de 2005 y decidió tomarse un respiro en diciembre de 2013 aunque siempre que le hemos necesitado no ha dudado en volver con nosotros. Para el recuerdo quedarán los más de ochocientos artículos con los que ha hecho crecer ZN.
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