Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Crítica de It. Capítulo 2, de Andy Muschietti

Dirección: Andy Muschietti.
Guión: Gary Dauberman, Jeffrey Jurgensen.
Música: Benjamin Wallfisch.
Fotografía: Checco Varese.
Reparto: Jessica Chastain, James McAvoy, Isaiah Mustafa, Jay Ryan, James Ransone, Bill Hader, Andy Bean, Bill Skarsgård, Xavier Dolan, Will Beinbrink,Teach Grant, Taylor Frey, Sophia Lillis, Jack Dylan Grazer, Finn Wolfhard, Jaeden Martell, Jake Weary, Jess Weixler, Peter Bogdanovich, Stephen King, Nicholas Hamilton, Jeremy Ray Taylor, Jackson Robert Scott, Owen Teague, Javier Botet, Wyatt Oleff, Joan Gregson, Troy James, Kate Corbett, Chosen Jacobs, Stephen Bogaert, Jason Fuchs, Logan Thompson, Lyla Elliott, Jake Sim, Kelly Van der Burg, Janet Porter, Ari Cohen, Elena Khan, Ryan Kiera Armstrong, John Connon,Anthony Ulc,Rob Ramsay.
Duración: 169 minutos.
Productora: New Line Cinema, KatzSmith Productions, Lin Pictures, Vertigo Entertainment.
Nacionalidad: Estados Unidos.

“El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente.” Alonso de Ercilla y Zúñiga

¿Cómo están ustedes? ¿Bien? Payasadas al margen, hoy toca hablar de It. Capítulo 2, el particular desenlace de Pennywise que como mala hierba que nunca muere, es bastante probable que vuelva a pasarse por esta sección. Para poner las cosas en contexto, debemos recordar que esta célebre novela de Stephen King se publicó en 1986 y tuvo su primera adaptación en formato miniserie para televisión en 1990. Dirigida por Tommy Lee Wallace (Halloween 3: Season of the Witch), It se convirtió en una obra de culto, pese a su cuestionable calidad, gracias a la icónica caracterización de Tim Curry, encargado de meterse en la piel del villano de la función.

It necesitaba de una versión a la altura de su fuente original. Cuando parecía que Cary Fukunaga llevaría el proyecto a buen puerto, una serie de desavenencias creativas dejaron al director de Beasts of No Nation fuera de juego. Con experiencia en el género de terror gracias a Mamá, su debut en solitario, el argentino Andy Muschietti recogía el testigo para situarse detrás de las cámaras. Con un presupuesto de 35 millones de dólares, esta cinta de Warner Bros estrenada en septiembre de 2017 consiguió una recaudación global de 700 millones, convirtiéndose en el filme de terror más visto de la historia hasta ese momento.

Tanto Andy como su hermana, Barbara Muschietti (productora de It), tuvieron claro desde un principio que dividirían la historia en dos partes. La extensión de la novela, 1500 páginas, así lo precisaba. Sin embargo, la estructura utilizada por el genio de Maine en la obra fue descartada. Si en aquella se combinaban los dos marcos temporales a la vez, los Muschietti optaron por realizar un primer largometraje en el cual la versión infantil de los protagonistas copase el absoluto protagonismo y en la segunda parte serían esos mismos personajes, pero ya adultos, los que llevasen el peso de la historia. Una vez vista It. Capítulo 2 podemos afirmar que es este el mayor problema que nos encontramos. Pese a utilizar flashbacks en los que volveremos a ver en pantalla al Club de los Perdedores en su niñez, existe un claro desequilibrio entre ambas entregas, resultando la primera más redonda que su predecesora.

El éxito de It supuso un aumento de presupuesto para este segundo capítulo que proporcionó más días de rodaje. De esta forma, escenas que no se pudieron grabar en la primera parte por cuestiones monetarias, sí que han podido filmarse en esta ocasión. El problema es que, dada la edad de los jóvenes actores, tuvieron que optar por el rejuvenecimiento digital para que tuviéramos un cierto sentido de la continuidad en los flashbacks. En estas escenas se centran, principalmente, en la vida de cada uno de ellos después de la pelea que tuvieron Bill y Richie. Sin embargo, al no girar la historia alrededor de los personajes en su niñez, estos quedan en un segundo plano, dejando de desprender ese carisma que nos conquistó hace dos años.

Si bien es cierto que uno de los puntos fuertes de It fue su más que notable casting (tremendos Sophia Lillis, Finn Wolfhard y Jack Dylan Grazer), en este segundo capítulo la elección de los intérpretes en su versión adulta es acertadísima. Salvo Ben (por razones obvias), el parecido es más que razonable entre la versión cuarentona de El Club de los perdedores y sus homólogos preadolescentes. James McAvoy y Jessica Chastain (que ya había trabajado para Muschietti en Mamá) son viejos conocidos tras haber rodado juntos, con la cinta que hoy nos ocupa, hasta en cinco ocasiones. Sin duda son los rostros más conocidos y los que más talento tienen de todo el reparto, aunque, en esta ocasión, no destaquen por ello. El auténtico robaescenas de It. Capítulo 2 es Bill Hader. Tras encumbrarse con la maravillosa serie de HBO, Barry, el actor conocido por sus actuaciones en Saturday Night Live muestra su vena más cómica. En una entrega en la que el humor está presente a lo largo de todo el metraje, Hader se lleva la palma. Para compensar la comentada comedia, nos encontramos de nuevo con Bill Skarsgard mimetizándose con el diabólico payaso. Con un ojo mirando a Italia y con el otro a Portugal, el actor sueco, baba colgandera mediante, vuelve a regalarnos una interpretación de postín. Lástima que para los 169 minutos que dura la película (¡ojo! En la redacción no se nos hizo nada larga) le echásemos de menos en buena parte de ella.

Comentábamos anteriormente que habíamos notado cierto desequilibrio al haber optado por dedicar una línea temporal a cada entrega. Lo cierto es que, a pesar de ser una cinta entretenidísima y muy divertida, el guion de Gary Dauberman (que entre los estrenos de ambas partes debutó como director con Annabelle vuelve a casa) no está muy bien hilvanado, generando retales que, cual propiedad conmutativa, pueden cambiarse de lugar en la sala de montaje sin alterar el resultado. Desde el momento en que Bill, Beverly y compañía vuelven a Derry, cada uno de ellos tendrá su propia subtrama que funciona como eslabón para conectar con los traumas de su pasado. La química, que había resultado clave en el primer capítulo (y que nos retrotraía a Stranger Things, Los Goonies o Cuenta conmigo), prácticamente desaparece. Los siete seis amigos tendrán su propia yincana antes de realizar el confuso rito que permita acabar con Eso de una vez por todas. Pese a que los lectores se las prometían muy felices, cierta escena subida de tono finalmente no ha tenido lugar. Veremos que pasa en la cacareada versión del director cuando salga a la venta, pero pese a que Andy Muschietti presume de que esta tendrá más de 6 horas, dudamos que la orgía sea representada.

Sin ser una cinta de terror al uso, la primera parte de It tenía un componente de mal rollo superior a su secuela. Así pues, pese a los sustos de rigor, apenas pondremos en jaque a nuestro sistema nervioso. La trama comienza potente, veintisiete años después con el retorno de Pennywise al pueblo maldito. Mike, único miembro de la cuadrilla que se quedó en Derry como atento centinela, se pondrá en contacto con sus antiguos amigos para recordarles su pacto. We have to go back repetía Jack Sephard en Lost pese a pasar las de Caín en la isla antes de volver a dicho emplazamiento. Como aquel, todos retornarán al lugar del que consiguieron escapar pero con una neblina en la mente que obstaculiza el surgimiento de sus recuerdos.

Salvo en el caso de Richie, del que descubriremos un secreto que King no plasmó en la novela pero que funciona a las mil maravillas, el resto de amigos deberá enfrentarse una vez más a los miedos que ya les atormentaban de pequeños, generando cierta redundancia. Como ya pasara en la primera entrega, el CGI utilizado para dar vida a los horrores resulta demasiado caricaturesco, alejándose del realismo que, definitivamente, habría hecho del conjunto de It una experiencia mucho más terrorífica, pero, también, menos rentable.

Más allá del desenlace de Pennywise, It.Capítulo 2 da importancia a los traumas infantiles arrastrados a la edad adulta. A pesar de haberse ido de Derry, Beverly se ha casado con un hombre maltratador que recuerda a su padre, Eddie con una mujer obesa similar a su madre, y aunque todos ellos han alcanzado las mieles del éxito, los fantasmas de su pasado siguen muy presentes en su interior. En esta nueva entrega parecen haber querido aumentar la dosis de humor para compensar (la falta) de carisma de los niños, con sus relaciones de amistad. El cineasta canadiense Xavier Dolan y el propio Stephen King tienen su momento de gloria en sendos cameos que no pueden ser más contrapuestos. El propio personaje de Bill (escritor en la edad adulta) parece un reflejo de King con la burla constante de que no sabe escribir finales para sus novelas. Lo cierto es que, pese a ser un libro de gran éxito, el origen cósmico de Eso (cuasi Lovecraftiano) resultó un batiburrillo para muchos de sus lectores. En la gran pantalla, fuegos fatuos al margen, la sensación de incomprensión resultó similar. Pese a todo, debemos aplaudir el esfuerzo por adaptar esta mastodóntica obra y hacerlo con el nivel que se ha hecho. Cierto que en esta reseña se han puesto de manifiesto varias cosas que no nos acaban de convencer, y aunque nos hubiera gustado ver una versión un poco más oscura, ha sido un placer volver a Derry para poder flotar con el payaso bailarín.



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