Javier Vázquez Delgado recomienda: Incursión

 

Edición original: Incursion #1-4.
Edición nacional/ España: Medusa Cómics.
Guión: Alex Paknadel y Andy Diggle.
Dibujo: Doug Braithwaite.
Color: Diego Rodríguez.
Formato: Rústica, 112 páginas.
Precio: 13,50 €.

 

La historia de Eternal Warrior es una de las más difíciles de seguir en la actual encarnación de la editorial Valiant, sin embargo resulta una de las más interesantes. Su presentación se hace en la primera serie de su hermano, Archer & Armstrong, Robert Venditti lo pone como maestro de Aric de Dacia en la serie X-O Manowar, con Unity se une al resto de héroes de la compañía y en sus apariciones en Ninjak y Ninja-K trabajan profundamente su amistad con el famoso espía y protagonista de esas series. Una versión futura de él aparece con Rai en el año 4001 y en la serie de su otro hermano Ivar, Timewalker, todo ello hace de Gilad un personaje fundamental para la unión de los personajes de Valiant, pero ni siquiera sus aventuras en solitario llevan siempre el nombre “Eternal Warrior” en su título. Sus primeras series fueron cortas y recopiladas de forma exclusiva en España en un tomo edición de lujo por Medusa Cómics, cuya reseña podéis leer aquí. Después de esto tuvo un papel importante en The Valiant que unía a varios héroes de la editorial y daba pie a una nueva etapa para todos. De nuevo en formato de lujo se publicó su siguiente historia, camuflada como evento en Book of Death, una magnífica serie en la que, una vez más, Gilad moría. Su regreso no se hizo esperar y fue el mismo autor de dicho evento, Robert Venditti, el que nos narraba una magnífica historia, con grandes dibujantes, publicada aquí en tres tomos en formato rústica bajo el título La ira de Eternal Warrior. Su regreso real se veía en Ninja-K y ahora es el momento de que el guerrero eterno retome su trabajo, cuidar de la geomante de nuestra época, Tama.

Al igual que pasó con Book of Death, Incursión tiene una grandeza de escala mundial, un gran enemigo viene a destruir nuestro planeta y su primer objetivo es la geomante, aunque aquí aparecen tantos personajes de Valiant como en la anterior pero su presencia es muy pequeña, alguna viñéta y sin diálogo, por ello, y por la falta de tie-ins, este tiene menos carácter de evento, pero que nadie se engañe, Incursión es la nueva serie limitada de Eternal Warrior.

Tras el trabajo de Venditti en el personaje, entran en juego dos autores para seguir la vida de Gilad Anni-Padda, uno es Andy Diggle, conocido autor que venía desarrollando una estupenda etapa en Shadowman, cancelada antes de tiempo por sus bajas ventas, aunque bien cerrada y de una calidad mayor de la que se ha visto en las anteriores series del personaje. Pero Diggle solo hace el argumento, junto a él está Alex Paknadel, un autor poco conocido que ha desarrollado obras para Boom y escribe para Vault, haciendo por medio historias para las franquicias de Doctor Who o Assassin’s Creed. Podría parecer raro que Valiant apueste por alguien con un curriculum tan pequeño pero recordemos nombres como Robert Venditti, Vita Ayala o Eric Heisserer, buenas muestras del ojo que tienen desde Valiant para fichar guionistas. Por otro lado en el dibujo está Doug Braithwaite, poco puedo decir sobre él que no haya dicho ya, el autor de Imperium, X-O Manowar o Ninjak es uno de mis dibujantes favoritos de los habituales de la editorial, y a una historia con extraterrestres y hachas le va como anillo al dedo.

Los autores muestran desde las primeras páginas algunas de las características arquetípicas de Gilad, tiene a Tama en una cueva, oculta del resto de la sociedad hasta que aprenda a defenderse por si misma. Gilad ha tratado con muchos geomantes, pero desde Book of Death parece que con Tama tiene una relación especial y quiere educarla en el arte de la guerra por si él vuelve a faltar. Lo que llama la atención de este primer contacto con los personajes es su diálogo, una forma de hablar sobre no matar animales ni para alimentarse desde los puntos de vista de una niña que dice verlos una vez muertos y un hombre que ha matado a miles de personas a lo largo de la historia. Dos visiones muy distintas pero muy bien razonadas sin entrar en mucha profundidad. Ese tipo de detalles ya nos dan pistas de que estamos ante una historia especial, con un poquito de fondo, al igual que La ira de Eternal Warrior, lo cual siempre se agradece y hace que la obra se disfrute mejor.

La parte de los villanos es algo diferente a lo que solemos estar acostumbrados con Gilad, comienza como una amenaza extraterrestre, pero pronto veremos que está fuertemente ligada a la Zona Muerta, y eso ya nos recuerda a su última gran historia contra el Maestro Darque. El tono de estos villanos es más cercano al que Marvel nos está acostumbrando en los últimos años, sobretodo en cine y por el cine, la gran amenaza cósmica que viene a acabar con nuestro planeta. Dichos antagonistas siguen la línea típica pero están trabajados, la despiadada destructora de mundos inmortal, su enviada, una niña que hace enfermar a Tama y por tanto a la Tierra, y un ejército de muertos dispuestos a desgastar el hacha de Gilad, son los que completan un tomo repleto de acción pero que sigue ese toque de anteriores series en las que los personajes se paran para relacionarse ofreciendo el contrapunto necesario para una serie basada en la lucha física como esta.

Syntilla y la Emperatriz Vírago se revelan como una especie de reverso oscuro de Gilad y Tama respectivamente, como avatares de vida y muerte y como los sirvientes obligados a su tarea, de ahí que se genere cierta empatía entre Syntilla y Eternal Warrior, ambos obligados a aparecer y desaparecer cuando sus amos lo requieran, aunque de maneras diferentes. Y es que una parte importante de este tomo va sobre las relaciones entre padres e hijos, relación que trasciende la biología y que se da de muchas y diferentes formas, la de las villanas es tóxica y abusiva mientras que la de nuestros defensores es cada vez más amable. El segundo capítulo es muy ilustrativo en este sentido pero está muy bien el paseo que Gilad se da por la Zona Muerta, esa a la que él nunca va porque el descansa en otro sitio cuando muere (véase las serie La ira de Eternal Warrior para más detalle), en esa parte también se ve trabajada la relación de Tama con los seres de la Zona Muerta, esta geomante siempre se ha caracterizado por ser amable con todos por igual y los autores han sabido captar la esencia a la perfección. El tercer número sigue la misma línea, narrando el pasado de Syntilla con flashbacks de Gilad para comparar sus vidas y una escena que pone los pelos de punta. Además se agradece que pongan de secundarios, con gran pelea final incluida, a la Doctora Mirage y a Hwen.

Mi trabajo no solo es mantenerte con vida también es mantenerte humana” con esa frase se marca un nuevo sentido, que realmente siempre se ha tocado pero nunca tanto, en el trabajo de Eternal Warrior, dando a la serie un final redondo que, esperemos, no tarden en continuar porque la vida de estos dos personajes juntos se antoja muy interesante. Valiant marca otro tanto con este tomo, demostrando que, por ahora, todo sigue igual, sigue siendo una editorial puntera a nivel cualitativo, con sus fallos, pero como universo de “supers” se lleva el premio gordo. ¿Lo peor? Que esta serie sea tan corta.



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