Javier Vázquez Delgado recomienda: Joker (1975)

La década de los años 70 en DC fue especialmente convulsa. La Edad de Plata había acabado de manera no oficial, al tiempo que los valores progresistas iban penetrando en un cada vez más debilitado movimiento contracultural heredado de la década de los años 60. Las ventas de comics y los lectores interesados por los superhéroes no hacían sino bajar cada mes, lo que puso en macha una serie de mecanismos internos dentro de la editorial que se manifestó en poner el foco en nuevos talentos, nuevos guionistas, dibujantes y editores interesados en contar historias donde se trataran asuntos del “mundo real”, dando así comienzo la Edad de Bronce.

En las dos edades anteriores existe un título o un equipo creativo que marcan el inicio de la edad. Un ejemplo claro de ello es que la Edad de Plata da comienzo con la publicación del Showcase #54 (1954) dónde se presentaba a Flash (Barry Allen) en sociedad. Sin embargo, la Edad de Bronce esta huérfana en ese sentido, pero en el caso de DC Comics si se puede hacer foco sobre una obra en concreto y su equipo creativo como los que contribuyeron al despegue de esta nueva edad de cómic norteamericano. Hablamos de Green Lantern / Green Arrow, escrita por Dennis O´Neil y dibujada por Neal Adams, que fueron los responsables de emparejar al progresista Flecha Verde con el conservador Linterna Verde. Y es que si hay algo que caracteriza a la Edad de Bronce es precisamente su enfoque en lo social, siendo esta obra el ejemplo claro de ello, con historias que hasta ese momento siempre se habían tratado de manera muy superficial o se habían ignorado de forma frontal.

En 1971 la editorial nombró a Carmine Infantino como nuevo editor jefe que tuvo que lidiar con la inflación y una nueva caída de las ventas, lo que precisó tener que subir los precios de los comics de 15 a 25 centavos. El nuevo editor no dudo en añadir más páginas a los comics con reimpresiones de clásicos y nuevas secciones de apoyo que maquillaran de alguna forma la subida que se había visto obligado a implementar. Mientras en lo creativo la editorial asistía al asentamiento de Jack Kirby en DC que con Superman´s Pal, Jimmy Olsen daba los primeros pasos de su obra planetaria de ciencia ficción y mitología, conocida como El Cuarto Mundo. Eran tiempos de renovación, de cambios drásticos, como el de Superman que dejaba atrás su vulnerabilidad a la kriptonita, Wonder Woman abandonaba su uniforme clásico para pasar a vestir como una espía y proliferaban las series de temática terrorífica, como La Cosa del Pantano, Weird Mistery, Ghost, The Dark Mansion of Forbidden.

Y sin embargo ese enfoque más adulto, más oscuro, más realista, de las historias no se tradujo en mejores ventas, lo que llevó a DC a sufrir su mayor crisis editorial de su historia, que actuó mirando al futuro con entereza y apostado muy fuerte por la creación de nuevas series (la fantasía épica estaba de moda) y propiciando el regreso de algunos personajes olvidados como le pasó al Capitán Marvel en 1973.

Las ventas bajaban, las series se cancelaban y solo un regreso a los géneros de siempre le permitió a DC recuperar algo de su energía. El Comics Code se había revisado recientemente y por tanto algunas de sus exigencias se había relajado, lo que consentía poder contar otro tipo de historias, abriendo la posibilidad a todas esas series de misterio, suspense y terror, así como las de viejo oeste.

En 1973 por fin DC pudo disfrutar del éxito de crítica, que no de ventas, al lograr que varios de sus héroes dieran el salto a la televisión, lanzado la serie de Superfriends. Otro de los éxitos fue el Capitán Marvel, desaparecido durante 20 años que regresaba a los quioscos con la fuerza de un rayo capaz de electrificar a toda una legión de lectores. Por último, en DC la diversidad en sus publicaciones se convirtió en su seña de identidad. Un lector podía encontrar cualquier tipo de género entre sus publicaciones con obras de humor, como Plot, obras de espada y brujería como Iron Wolf y Sword of Sorcery, obras de corte más político, como Prez, detectivescas con La Sombra como máximo exponente y todo ello sin dejar de lado a sus héroes de siempre.

En 1974 la inflación empezó a ser especialmente sangrante y los costes aumentaban sin cesar. La escasez en combustible, energía y materias primas, entre ellas el papel, desangró a DC. Para hacer frente a esta situación la editorial redujo sus títulos en un 25% y empezaron a unificar series con especiales de 100 páginas en las que, por ejemplo, se publicaron todas las series de secundarios de Superman, ahorrándose tener que imprimir tres títulos individuales. Fue el año de Omac, el de Los Perdedores y Espectro.

Y llegamos a 1975, dónde la editorial se había visto obligada a tener que subir de nuevo el precio de sus comics y reducir el número de páginas de estos. Y tras un año de publicaciones drásticamente reducidas, Infantino da un giro en la política de empresa y presenta dieciséis nuevos títulos, con el objetivo de aumentar la producción para aumentar la competitividad. Fruto de todas esas ideas aparece una especialmente llamativa, la de dar serie propia a un villano, al mejor y más despiadado villano de Batman, un loco homicida de cara pintada y risa burlona conocido como Joker.

Así, en mayo de 1975, se lanzó el primer número de la serie de Joker en la que Dennis O´Neil y el dibujante Irv Novick se las ingeniaron para dar forma a una serie que solo aguantó nueve números.

El villano apareció por primera vez en el Batman #01 de 1940 en el que no solo hacia acto de presencia este singular villano, sino que también apareció Catwoman, todo un hito editorial y un clásico eterno dentro de la historia del Cruzado Enmascarado, que de la mano de Bill Finger y con dibujo de Bob Kane, sentaría las bases del cambio de rumbo que iba a experimentar Batman a partir de aquel momento.

Con la aparición de Joker el mejor detective del mundo abandonaba de alguna forma el estar persiguiendo a rateros, maleantes, usureros, mafioso, ladrones y asesinos, para enfrentarse a un nuevo crimen, a uno más sofisticado, más letal, más calculador, elevando el tono para encumbrar a Batman a la categoría de superhéroe. Joker significó dignificar a Batman gracias al reflejo oscuro que este le proporcionaba.

35 años después de aquel número el villano por excelencia de Batman lograba tener cabecera propia gracias a toda una conjunción de factores, entre el que se encontraba el que había que lanzar series y más series, siendo viable hasta una dedicada a este villano.

Si hablamos en términos de popularidad Joker ya era, en 1975, el villano más importante de Batman. Su aspecto resultaba interesante, con una personalidad arrebatadora, hipnótica, como encarnación del mal, lo que lo convertía en un personaje impredecible y con una enorme adaptabilidad para poder contar con él en casi cualquier situación. Dos años antes se lanzó la historia, que para muchos es considerada como la historia definitiva de Joker, titulada “Las cinco venganzas de Joker”, escrita por Dennis O´Neil en Batman #251, con dibujo de Neal Adams.

En esa historia el estatus del villano cambia por completo, pudiendo considerarse uno de los puntos de inflexión (el otro es la historia de Englehart en Detective Comics #475-476, titulada El pez sonriente) dónde la imagen de Joker se oscurece al ser descrito como un siniestro criminal con instintos asesinos despiadados. Por lo tanto, no era de extrañar que, desde la cúpula de DC, ansiosa de encontrar excusas para lanzar nuevas colecciones, Joker se colara en las conversaciones. Y esto es algo que choca directamente con el tono y enfoque que tendría la serie regular de Joker en solitario. Joker es sin duda un villano que se apropia de los temas que angustian a cada sociedad en cada época, adaptándose para ser un reflejo de esos miedos y por tanto su serie en solitario es una rara avis del enfoque que estaba filtrándose poco a poco en sus apariciones en Batman y Detective Comics.

Si nos centramos en la serie, su lectura enseguida deja claro cuales son los problemas a los que se enfrenta una colección en la que su protagonista es Joker. El villano se mueve a través de historias dónde la dinámica es muy clara, se escapa, actúa y vuelve a ser arrestado para ingresar de nuevo en el sanatorio mental. Es decir, es una serie en la que Joker no puede hacer lo único para lo que fue creado, enfrentarse a Batman, puesto que el Caballero Oscuro no aparece en ninguno de sus números, porque si Joker es el protagonista absoluto el protagonista está obligado a “ganar” al final de la historia y si gana en un enfrentamiento contra Batman… simplemente se acabaron los comics de Batman.

Con eso en mente, más la premisa de que no podían representar al Joker violento y macabro que había empezado a perfilarse dos años antes, lo que queda es un Joker distorsionado con el que poco se puede hacer más allá de enfrentarlo a otros villanos y demostrar porqué es el más grande de todos ellos. Si hubiera que buscarle una comparación se podría decir que Joker es la versión villana de Brave and the Bold, en la que Joker se enfrenta a otro villano a lo largo de 20 páginas.

Con las normas definidas a fin de poder ajustarse al ya por entonces más laxo Comic Code, la serie arranca con un primer número en el que Joker se siente insultado por el criminal Sr. Álvarez y se ve involucrado en un robo en el que su único interés es el de demostrar que él es superior a cualquier otro villano.

En el segundo número, Joker, se alía con el villano de segunda conocido con el nombre de Willy el Llorón, que llora cuando debe perpetuar un crimen y ríe cuando otros lloran, para robar un enorme cargamento de platino de la cámara acorazada dónde lo custodian.

En el tercer número le llega el turno a Creeper, que tras un enfrentamiento con Joker pierde la memoria, momento que Joker aprovecha par hacerle creer que son aliados de fechorías.

En la cuarta entrega, Joker se enamora de Dinah, Canario Negro, dándole como opción casarse o morir. Este número es diferente a los demás ya que Joker acaba muerto al finalizar la historia, pero regresará en el quinto sin explicación alguna de tan increíble resurrección.

En el quinto número Joker compite con la Royal Flush Gang por robar unas valiosas pinturas. En el sexto número le llega el turno al mismísimo Sherlock Holmes, que en realidad es un actor que se cree el famoso detective tras recibir un golpe en la cabeza. Para el séptimo, Luthor ve como un experimento sale mal por culpa de Joker y provoca que ambos se intercambien su mayor cualidad, Luthor recibe la locura de Joker y Joker la inteligencia de Luthor. Para el octavo llega el Espantapájaros, cuando Joker roba gas del miedo y compite con por ver quién es el que de verdad encarna el miedo. Y para el noveno y último número, con ciertos matices, Catwoman hace acto de presencia y su enfrentamiento creara una rivalidad bidireccional entre ambos que aún perdura hoy en día.

Tras esas nueve entregas la serie se canceló, pero entre las páginas de dicho número se anunciaba que el guionista Martin Pasko estaba escribiendo una historia en la que Joker se enfrentaría a la mismísima Liga de la Justica de America, para el décimo número de la colección. Número que no fue publicado en su momento y que aparentemente se llegó a perder en las oficinas de DC Comics, hasta que fue publicado el 14 de agosto de este mismo año, en el Bronze Age Omnibus de DC y más recientemente de forma independiente este mismo mes de octubre.

Por la serie pasaron autores tan relevantes como Elliot S. Maggin (Action Comics, Shazam, Superman), Dennis O´Neil (Batman, Detective Comics, Question) y Martin Pasko (Superman, Action Comics, Liga de la Justicia) a los guiones, con dibujantes de la talla de Ernie Chan (House of Secrets, Weird War Tales, Batman), José Luis García López (Deadman, Atari Force, Batman) e Irv Novick (Batman, The Brave and the Bold, The Flash) y entintadores del calibre de Dick Giordano, Vince Coletta o el propio García López.

Una serie atípica, una opción imposible, con un resultado final desigual que fue publicado por Novaro (lo que hace que casi se pueda decir que es una obra inédita en nuestro país), con un Joker poco reconocible respecto a lo que se podía leer en Detective Comics o en Batman, fruto de una serie de particularidades editoriales y que ha pasado a la historia por ser la primera serie de cómic de un villano en solitario. Y es que como no podía ser de otra forma, Joker siempre sorprende, para bien o para mal, pero ahí quedan estos diez números que vienen a demostrar la plasticidad de un personaje que lleva entre nosotros 80 años.



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