Javier Vázquez Delgado recomienda: La misión de Alou. Una maternidad roja

Edición original: Une maternité rouge (Futuropolis/Louvre éditions. Enero, 2019)
Edición nacional/ España: La misión de Alou. Una maternidad roja. Ponent Mon. Septiembre, 2019
Guion: Christian Lax
Dibujo: Christian Lax
Color: Christian Lax
Formato: Cartoné, 144 páginas
Precio: 32€

Una de las principales características de las sociedades contemporáneas es la intolerancia. Tanto en Occidente como en Oriente se han privilegiado actitudes y leyes claramente intolerantes que dinamitan el respeto y la fraternidad entre diferentes culturas y también entre personas de distinta procedencia.

Una de las zonas más castigadas por esta intolerancia es el continente africano. A su pasado de esclavitud y de rapiña colonial, los habitantes han de añadir ahora el abandono de sus gobiernos, las constantes invasiones armadas de carácter integrista islámico y el expolio de sus riquezas por parte de países europeos, americanos y asiáticos. En este contexto, cualquier recorrido realizado por sus habitantes a través del continente es una ruta de desamparo, explotación y abusos. Los abusos por parte de las mafias de la emigración ilegal, la explotación de sus propios gobiernos y el desamparo por parte de la comunidad internacional, especialmente la europea.

Es por eso que La misión de Alou. Una maternidad roja de Christian Lax nos propone un viaje singular a través de todas estas circunstancias. El joven ciudadano de Malí llamado Alou deberá salvar de la destrucción y del expolio una estatuilla del siglo XVI y llevarla desde su lugar de origen al Museo del Louvre en París. Es única manera de preservar esta obra de arte de la barbarie, la codicia y el fanatismo. Para ello Alou deberá cruzar todo el norte de África y enfrentarse a terribles dificultades que no se acabarán una vez llegue a su destino final.

Christian Lax nos entrega una obra que denuncia una terrible paradoja. A pesar de la erradicación de colonialismo, en la actualidad las obras de arte africanas están más seguras en las antiguas metrópolis imperialistas que en sus tierras de origen. La degradación de las condiciones de vida de los países africanos y los ataques externos propician este nuevo expolio cultural que amenaza con privar a varias generaciones de africanos de su legado artístico más significativo.

El álbum tiene un arranque moroso y no acaba de funcionar hasta que Alou recibe su encargo e inicia el viaje. Las secuencias que narran el camino por tierras africanas y la descripción de la travesía por mar son de una belleza terrible que sobrecoge, abruma y desarma y la parte final que explica la estancia del protagonista en Francia es más prosaica pero muy necesaria.
Los momentos más discutibles de esta obra son los que describen el trabajo cotidiano de los conservadores y científicos del museo francés. Desconozco si es una servidumbre de la coedición con el Museo del Louvre o simplemente que al autor le apasiona la tecnología que se aplica a las obras de arte en los museos modernos, pero estas escenas, donde se detallan estas actividades de análisis y restauración de las obras expuestas, resultan algo aburridas cuando no de una eficacia discutible al generar una odiosa comparación con las penurias de los emigrantes, tanto los que están en plena mar como los que malviven hacinados a pocos metros del museo. Y me parece que no está hecho con este propósito.

En el capítulo artístico, La misión de Alou es una obra sobresaliente. Lax despliega todo su talento para explicarnos la peripecia de Alou pero también para describirnos el entorno social, cultural y geográfico que lo cobija.
El autor divide su página con una cuadrícula de tres tiras con dos tres viñetas cada una. Pero este esquema se ve alterado a menudo por otras composiciones de página más imaginativas y acordes con la acción que se desarrolla en ellas. Incluso usa las splash pages y las double splash pages para acentuar la belleza del entorno natural o la dureza de las condiciones geográficas y meteorológicas.
Su estilo es naturalista, nervioso y ágil. Entinta con plumilla y rellena los contornos y las sombras con manchas aguadas de grises. Algunos paisajes adquieren una forma expresionista que se acerca a las maravillosas viñetas del malogrado Ricard Castells o las del Alberto Breccia más desencadenado de El Eternauta y Los mitos de Cthulhu, en otros momentos sus páginas nos recuerdan a las de Fragmentos de la Enciclopedia Délfica de Miguelanxo Prado, dicho esto simplemente para situar a los lectores.

El color es otro elemento descriptivo fundamental. Lax parte de una paleta monocroma que desarrolla en todos sus tonos; del gris, del verde pizarra, del violeta más apagado o del ocre. Esta uniformidad cromática se ve alterada cuando aparecen las diferentes estatuas que representan a la maternidad, en estos casos el artista puntea estas figuras con rojos o naranjas más vivos que rompen el ritmo, incluso si está escondida dentro de la mochila del protagonista, como si desprendiera calor.

Otro aspecto relevante del tratamiento gráfico en esta obra es el acertado uso que el creador francés hace de los rostros de sus personajes. Desde el semblante resignado y sereno del sabio hogón a las caras desencajadas de los aterrados emigrantes de las embarcaciones clandestinas, todo se dibuja en las expresiones faciales de estos personajes, todo se lee con una asombrosa claridad, sin necesidad de usar las palabras…

Christian Lacroix, conocido como Christian Lax o simplemente Lax, nació en Lyon en 1949.
Obtiene la diplomatura de la École des beaux-arts de Sant-Étienne en 1975 y empieza su carrera de dibujante free-lance para el mundo de la publicidad. Colabora esporádicamente en revistas como Métal Hurlant, Fluide Glacial, Circus, Fripounet o Le journal de l’auto donde publica varias historias cortas.
En 1982 publica Ennui mortel con guion de Michel Aubrun y editado por Glénat. Entre 1986 y 1989 realiza la serie histórica La Marquise des lumières, con guion de Patrick Cothias y compuesta por cuatro álbumes editados por Vents d’Ouest.
En 1987 debuta como autor completo con el álbum Des maux pour le dire. A partir de 1990 comienza su relación con la editorial Dupuis en la colección Aire Libre, donde con guion de Frank Giroud realiza Les Oubliées d’Annam (1990), La fille aux Ibis (1993) o Azrayen (1998). En esta misma colección publica en solitario Sarane (1994).
El nuevo siglo Lax lo encara creando y publicando la serie Le Choucas (2001-2004). Una colección de seis álbumes editados por Dupuis, donde se presenta a un personaje fijo que trabaja de detective privado. En 2006 y 2008 publica dos nuevos episodios ahora bajo el título genérico de Les tribulations du Choucas. La serie está parcialmente publicada aquí en blanco y negro, traducida como El Cuervo y editada por Norma Editorial.
En 2005 publica en solitario L’Aigle sans orteils, un relato centrado en otra de sus grandes pasiones; el ciclismo y en concreto el Tour de France, una obra que le proporcionará numerosos premios.

Otras obras de Christian Lax en solitario son: Pierre qui roule (2008) basada en una novela de Donald Westlake, L’Écureuil du Vel’d’Hiv (2012), Un tal Cervantes (2015) y Une Maternité rouge (2019), esta última en colaboración con Le Musée du Louvre.
Christian Lacroix es además profesor de arte en la École d’Art Graphique Émile-Cohl de Lyon.

La edición del álbum a cargo de Ponent Mon sigue los patrones habituales de su producción. El álbum tiene un tamaño adecuado, es en tapa dura, está bien impreso y el papel es excelente. Cuenta además con un breve texto del autor en el que nos explica las dificultades personales que atravesó para terminar la obra y también dos fichas dedicadas al Pabellón de las Sesiones del Museo del Louvre y a la estatua Maternidad roja expuesta en este mismo pabellón. El precio del álbum es elevado pero no abusivo.

La misión de Alou. Una maternidad roja es un álbum atractivo, interesante y necesario. El arte de Christian Lax trasciende la historia y llena de sugerentes matices cada una de las páginas de esta obra.
La dolorosa epopeya de Alou es el símbolo del sufrimiento de casi todo un continente. La misión del protagonista no difiere mucho de la angustiosa tragedia vital de cada uno de los emigrantes que emprenden un camino desesperado hacia la salvación; Alou representa tanto a los que llegan a un incierto destino como a los que se quedan por el camino.

Salut!



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares