Javier Vázquez Delgado recomienda: Los Vengadores 2-3
Edición original: The Avengers (2018) #7-10 (#697-699). Marvel Comics.
Edición nacional/ España: Los Vengadores 2-3 (101-102). Panini Cómics.
Guión: Jason Aaron.
Dibujo: Sara Pichelli, David Marquez .
Entintado: Sara Pichelli, David Marquez.
Color: Justin Ponsor.
Formato: Grapa.
Precio: #2 (4,00€), 3# (2,20€).
Continuamos con el análisis de las dos grapas que conforman una especie de interludio previo al especial 700 de Avengers.
Las dos grapas a reseñar comprenden los números de la edición americana The Avengers 7 al 10 (LEGACY 697 al 699). Panini Cómics continúa con la etapa de Jason Aaron (Scalped, Star Wars) esta vez retornando a formato grapa.
Fuego y hueso
El primero de los números en cuestión incluye, con una mirada en retrospectiva, la historia del que es el primer Motorista Fantasma. Del mismo modo y manera que con la reseña del número anterior, la sensación que le queda al lector es de perplejidad en cuanto al hecho de retrotraer a un millón de años atrás la formación de un primer grupo de Vengadores. El mundo del cómic no debe ser necesariamente correlativo en rigurosidad a la realidad que nos ocupa, pero hay matices que en cierto modo dan a un contexto del todo irreal un atisbo de realidad. No es contradictorio lo que se expone en la anterior afirmación, más bien supone el plantear dentro de un contexto fiel y cercano a la realidad un contenido que puede ser fantástico e imaginativo, alejado de lo real. Dar credibilidad a un contexto irreal y fantástico puede suponer un plus a la hora de leer un cómic de superhéroes.
Sin entrar en aspectos de antropología e historia, debemos decir que la historia planteada por el guionista es simple y lineal, y nos presenta el origen de este héroe, el cual tiene un primer encuentro con Mefisto, que transformará a un joven huérfano en el Motorista Fantasma a cambio de su ayuda, so pena de morir congelado. La introducción del Wendigo como antagonista será a modo de rito iniciático y, posteriormente, el reflejo de la madurez del personaje. Al final del número se produce el encuentro con dos de los miembros más poderosos de estos Vengadores prehistóricos. No hay mucho más que contar, Jason Aaron escribe en piloto automático.
En cuanto al dibujo, Sara Pichelli (Ultimate Comics: Spider-Man) nos ofrece una obra realmente pobre, pese a que es una gran artista. Últimamente Sara Pichelli está como ausente en sus obras, dibujando con un trazo rápido y con viñetas vacías de fondo. Sus viñetas son pequeños pin ups.
Dentro de la montaña de los Vengadores
Jason Aaron nos presenta en este número una pequeña historia de la vida cotidiana, si lo puede ser al estar dentro de un Celestial, de nuestros Vengadores. El novato en esta alineación es Robbie, el actual Motorista Fantasma, al cual el Capitán América le dará una pequeña lección de humildad. El autor nos relata brevemente cómo y por qué, el Progenitor, el primer celestial, se convierte en la nueva base de operaciones de nuestro grupo de héroes. En este número iremos viendo cómo se adecúan las tripas de un ser celestial a las necesidades de habitabilidad y operatividad de los Vengadores. Interesante, por otra parte, el camino que se ha emprendido con Jennifer Walters y sus nuevos o potenciados poderes; habrá que ver a dónde nos dirige el autor al respecto. En definitiva, este número actúa de introducción, tras lo acaecido en los seis anteriores.
En cuanto al apartado gráfico, esta vez encontramos a David Marquez (Ultimate Comics Spider-Man y All-New X-Men). La solvencia del autor se deja ver por sus páginas, con composición desde distintos ángulos y perspectivas, así como con fondos de viñeta más elaborados que los de su compañera Sara Pichelli. Si bien tampoco esperemos un gran trabajo a la altura de obras anteriores. La sensación que queda, como poso en el café, es la tan temida prisa que hoy en día flota a nuestro alrededor, y que lastra en demasía trabajos como este, donde no se ve una gran dedicación a cada página.
Los Defensores de las Profundidades
Previa introducción en el número anterior de un ataque por parte de atlantes a un buque de Roxxon, en este número volvemos a encontrarnos a un Namor que de nuevo vuelve a pasar al lado oscuro de la fuerza. Este personaje es el típico superhéroe que, desde Byrne cuanto menos, nadie sabe cogerle el ritmo; y pasa de un lado a otro a petición del guionista de turno. Aaron vuelve a caer en el mismo error y tópico de siempre: no por defender algo bueno y digno de defensa, como lo es la protección medioambiental de los mares, has de ser un terrorista violento. No resulta convincente ver a Namor machacar sin piedad a un antiguo compañero de filas ya desde tiempos de Roger Stern. No es de recibo convertir a Namor en un asesino, a pesar de su historial, resulta inncesario. Dentro de la insensatez de una pelea fútil entre Vengadores y Namor, el Capitán pone sus galones en la mesa, y todo acaba con un “No volváis nunca más”. Simpleza argumental, poco trasfondo social y un continuo abuso de la violencia que resulta carente de sentido. Únicamente sería destacable la creación de los Defensores de las Profundidades: Andrómeda (primera aparición: Defenders #147), Manowar (primera aparición: FF Unlimited #11), Equidna (primera aparición: Marvel Tarot #1), Pirañas (primera aparición: Marvel Two in One #28), Ola Sangrienta (primera aparición: New Thunderbolts #1), Orca (primera aparición: Sub-Mariner #23), Rey Cangrejo (primera aparición: Avengers vol 8 #10) y Tiburón Tigre (primera aparición: Sub-Mariner #23).
David Marquez, al igual que en el numero anterior, presenta un trabajo solvente.
En definitiva, encontramos a Jason Aaron en modo piloto automático, siendo unos números meramente entretenidos, sin grandes aportaciones.
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