Javier Vázquez Delgado recomienda: OGN. Guardianes de la Galaxia. Madre Entropía
Edición original:Guardians of the Galaxy: Mother Entropy 1-5 USA..
Edición nacional/ España:Panini Cómics.
Guión:Jim Starlin.
Dibujo:Alan Davis.
Entintado:Marck Farmer.
Color:Matt Yackey.
Formato:Tomo en tapa dura, 112 páginas.
Precio:15€.
Cualquiera que venga leyendo con cierta regularidad las reseñas que escribo para este espacio, Zona Negativa, que es vuestra casa y la mía, verá que siento una profunda admiración por dos cosas: En primer lugar, por Jim Starlin, guionista y dibujante al que entronizo por encima de muchos, y por la parcela cósmica marvelita, un terreno que siempre se me antoja interesante y que brilla con una luz muy especial cuando es Jim Starlin quien se encarga de él.
Pues bien, por todos es también ya sabido que la relación de Marvel Comics con Starlin está en un constante tira y afloja ya desde los años 90 que vieron nacer su trilogía del infinito (que retomaba conceptos ideados por el propio Starlin en la década de los 70), realizando desde entonces diversas novelas gráficas o mini series para la editorial sobre Thanos y/o Adam Warlock que difícilmente encajan dentro de la continuidad marvelita del momento pero adolecen de una gran calidad como suele ser habitual en Starlin.
Además, algunas de estas obras, concretamente Thanos, la Entidad del Infinito (recogida hace muy poco por Panini Cómics en un integral cuya reseña podéis consultar aquí) y, de momento, las dos primeras partes de una trilogía todavía inconclusa sobre el Titán Loco denominadas los Hermanos del Infinito y el Conflicto del Infinito, reseñadas aquí y aquí, son dibujadas por Alan Davis, un auténtico genio del mundo del cómic que como Thanos es válido tanto para escribir como para dibujar, si bien al igual que Starlin flojea más en el apartado del dibujo, Davis suele ser así mismo, mucho mejor ilustrador (concretamente, sobresaliente) que guionista (habiéndonos dejado aún así grandes obras como La Liga de la Justicia: El Clavo y su continuación para DC Cómics en las que también ejercía de guionista además de dibujante).
Es por ello que, cuando Starlin y Davis, como el tándem perfecto que son, se unen para parir una nueva novela gráfica dentro de la Marvel del espacio exterior, este redactor no puede evitar correr a su librería más cercana (aunque en esta ocasión haya tardado mucho más de lo perdonable) y devorar la obra en cuestión.
En este caso, en el año 2017, y por tanto muy recientemente, Starlin y Davis narraron una historia sobre Los Guardianes de la Galaxia llamada Madre Entropía, en la que Starlin prescindía tanto de Thanos como de Adam Warlock y, directamente, se dedicaba a contar una aventura en la que la encarnación del momento de los Guardianes de la Galaxia junto con Pip el Troll (personaje fetiche de Jim Starlin) se dedicaban a lo que mejor se les daba, saquear, timar y engañar, en este caso, para poder pagar una serie de deudas que los tenían, figurativamente y literalmente, hasta el cuello, el cual podían perder de un momento a otro si no cumplían con sus compromisos crediticios.
Y es que, resulta curioso que Starlin todavía no hubiera utilizado a las versiones modernas de estos personajes, agrupados como Guardianes de la Galaxia, cuando sí que los había tocado mínimamente en su Nueva Trilogía del Infinito antes mencionada, y cuando resultaba que dos de los miembros de la galáctica formación, Drax el Destructor y Gamora, eran directamente una creación del propio Starlin, por lo que, en cierto modo, esta obra no era si no una deuda que la propia Marvel Comics tenía con el escritor, que presto y raudo acudía a escribir sobre nuestros parias cósmicos favoritos.
De este modo, la acción transcurre en torno a una misión en la que los Guardianes de la Galaxia y Pip el Troll se ven involucrados, consistente en llevar un misterioso objeto del punto A al punto B y cobrar por su trabajo una vez efectuada la entrega. Dicho encargo, que evidentemente, no resulta tan fácil como parecía, termina por poner a los Guardianes en contacto con una misteriosa entidad cósmica llamada “Madre Entropía” cuya misión en asimilar al conjunto de los seres vivos de todo el universo para que todos juntos formen parte de un único y perfecto ser que no comprende ni la libertad ni el individualismo.
Así, Jim Starlin vuelve a hablar de lo que mejor se le da, filosofía pura y dura dentro de un cómic marvelita, cuyos personajes son utilizados por el escritor para encarnar los distintos puntos de vista sobre la ausencia de libertad individual pero a su vez, absoluta seneridad que ofrece Madre Entropía.
Sin embargo, y creedme cuando os digo que me resulta muy duro escribir estas palabras, Jim Starlin no ha sido capaz en esta ocasión de dar con la tecla correcta, y trata tramas supuestamente complejas que en boca de personajes como Thanos o Warlock encajan a la perfección, pero que no transmiten lo mismo con unos Guardianes de la Galaxia habitualmente desenfadados que aquí se nos antojan irreconocibles, confundiendo muchas veces Starlin su carácter humorístico con la estupidez, lo que afecta especialmente con Drax y con Gamora que aquí ni recuerdan a la concepción inicial de los mismos tal y como fue planteada por Starlin, ni tienen nada que ver con sus versiones más actualizadas que comienzan desde Aniquilación y van hasta prácticamente la actualidad.
Los momentos de humor resultan especialmente forzados y la interacción de Pip con el resto de personajes no se integra como debiera (lo que resulta muy extraño cuando existe el ejemplo de los años noventa de Warlock y la Guardia del Infinito cuyos primeros números escribió Starlin y en la que tanto el humor como el contrapeso con el drama funcionaba a la perfección, así como la interacción de Pip con Drax, Gamora, Dragón Lunar etc).
Siempre he escuchado que el Starlin actual era un escritor en baja forma, afirmación que negué a la hora de analizar la nueva trilogía del infinito enlazada anteriormente, y que nuevamente, he negado para reseñar las dos entregas que por ahora componen la segunda nueva trilogía, que pondrá muy posiblemente punto y final a la relación de Starlin con Marvel y con Thanos. Y lo negaba porque es cierto. Puede que Jim Starlin no se adapte a los nuevos tiempos como otros guionistas que saben perfectamente moverse por los cambios en el medio (Mark Waid, Geoff Johns, Dan Jurgens entre muchos otros) pero esto no lo convierte ni en un mal escritor, ni en un guionista en baja forma.
El problema de que adolece esta obra no es que tenga un mal guión, si no que se nota que el escritor no cree en los personajes, concretamente en las encarnaciones actuales de los mismos lo suficiente como para darnos una obra de calidad. Y es que no podemos negar que por mucho que hayan transcurrido los años, Thanos y Adam Warlock en esencia siguen siendo exáctamente iguales que en su concepción, evolucionando muy lentamente, lo que palidece frente a los enormes cambios sufridos por Drax, Gamora (creaciones de Starlin) o por Groot, Starlord y Rocket. Y es que, no es casualidad que tan solo Pip el Troll, un personaje cuyo grueso de apariciones en Marvel suele ser bajo la batuta de Starlin o al menos dentro de eventos o colecciones a priori orquestadas por él, sea el único que vemos como reconocible en esta fallida obra.
En lo relativo al dibujo, este es simple y llanamente, magistral, tratándose de un Alan Davis que sabe adaptarse perfectamente a cualesquiera épocas y que era en 2017 tan increíble como lo es hoy y como lo era en sus inicios, no pudiendo existir mejor ejemplo de estas afirmaciones que la pequeña muestra que podéis degustar junto con esta reseña.
Una obra muy decepcionante en el apartado argumental para lo que podía haberse esperado de Jim Starlin, que no ha perdido el toque, pero que escribe aquí a unos personajes que no conoce y que resultan extraños y desdibujados al lector habitual.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario