Javier Vázquez Delgado recomienda: Renacida, de Mark Millar y Greg Capullo

 

Edición original: Reborn 1-6.
Edición nacional/ España: Panini Cómics.
Guión: Mark Millar.
Dibujo: Greg Capullo.
Color: FCO Plascencia.
Formato: Tomo, 192 páginas.
Precio: 18 €.

 

Qué gran silencio reinará pronto alrededor de todos esos hombre ruidosos, vivos y sedientos de vida. Cada uno de ellos lleva tras de sí su sombra, su oscuro compañero de camino”, decía Nietzsche. “La vida es sólo la muerte aplazada”, afirmaba Schopenhauer. “La vida es dura, por eso nadie sobrevive” canta Josh Homme. Prácticamente la totalidad de filósofos y artistas tratan en algún momento el pensamiento sobre la muerte, desde distintos puntos de vista. No deja de ser algo lógico, todos pensamos alguna vez en la muerte pero, según avanzamos la sombra se alarga, vemos la muerte más cerca y eso hace que de una u otra manera la vida nos cambie. ¿Qué hay después?, las religiones y la espiritualidad en general tratan de dilucidar lo que puede pasar una vez nuestro cuerpo se apaga, con premisas y conclusiones de todo tipo. En este cómic Mark Millar habla de esas dos cosas, parece que Renacida va a ser una visión llena de fantasía sobre una nueva vida tras nuestro paso por la Tierra, pero no es solo eso, el autor trata un tema muy apasionante, a saber, cómo afrontamos la muerte y la manera en que esto afecta a nuestra vida.

La muerte nos persigue, eso está bastante claro, pero ¿cuánto pensamos en ella?. Los autores que firman este tomo tratan la idea de forma bastante realista, en tanto que la toman como un pensamiento que ataca cuando menos te lo esperas, haciendo que una aventura de tintes agradables nos meta cuchilladas en el pecho cada pocas páginas. El planteamiento de la muerte que uno se hace a sí mismo aumenta con el avance de edad, pero también en hitos que ocurren en la vida de la persona, desde el fallecimiento de alguien cercano hasta el nacimiento de hijos o nietos nos hace más temerosos y nos cambia de muy diversas maneras, todo ello está perfectamente reflejado en la obra gracias a que los autores toman diferentes puntos de vista pero manteniendo siempre una idea de fondo, que si la vida es cosa de cada uno la muerte también debería serlo. ¿Cuál es el resultado? Algo fantástica en muchos sentidos.

Renacida nos plantea la historia de una mujer de avanzada edad que muere y reaparece siendo joven, en un mundo de fantasía medieval dividido por el bien y el mal, en un conflicto entre ambos. Cuando llega los enemigos huyen y los humanos aliados se arrodillan pues es la elegida. Entonces, si la historia tiene ese tono de aventura fresca y esperanzadora ¿por qué deja un regusto amargo?, pues la respuesta es precisamente por nosotros, por nuestro miedo a la muerte, por nuestras pérdidas personales y por lo bien que reflejan la diversidad de opiniones y relaciones en los personajes.

Si algo sabe hacer bien Mark Millar es rodearse de dibujantes importantes, bien por su calidad, bien por su nombre, pero Millar no da puntada sin hilo y el encargado de esta obra es Greg Capullo, autor que forjó su carrera a base de su tiempo en la serie de Spawn para Image, aunque en la presente década ha sido Batman el que ha acaparado gran parte de su arte. Sin duda aquí el gusto tiene mucho que decir (si no todo) y he de admitir que este es un artista que me encanta, disfruté de su labor con el personaje de Todd McFarlane y sigo disfrutando con lo que aquí hace, me parece que tiene buenos diseños, buena narrativa, un dibujo bello y diferente y, a pesar de ser un hijo de los noventa, no abusa tanto de las poses como otros coetáneos y sí se trabaja más los diseños de las páginas.

Pero sí que me parece necesario hablar de Spawn, no deja de ser curioso que Capullo sea uno de los creadores de esta serie y precisamente se encuentre una idea bastante similar en aquella colección de Image, cuando la abuela Blake iba al cielo y se encontraba con una inmensa batalla donde ella era un soldado de las filas de Dios. Si bien esta historia dista bastante de lo que allí se narraba, ya que aquí las deidades tienen poco que decir mientras que hay más reflexión personal que religiosa, se puede apreciar un claro germen. Dicho lo cual, y pensando que aquella era una buena idea, me quedo con esta en todos los sentidos.

A priori la historia de Bonnie Black parece simple, establece ese mundo después de la muerte como una lucha entre el bien y el mal, ella ha sido una persona excelente en la Tierra y esa bondad se ve transformada en poder, que utilizará para luchar contra el gran mal, que aquí se ve representado por una revelación final totalmente predecible, pero ese hilo argumental es más una justificación necesaria para realizar una historia, la fuerza real está en el trato de la protagonista con sus seres queridos. Empezando por la separación de su hija y nieta que supone la muerte, dónde sí que hay un giro final muy interesante y que muestra un fondo sobre el que pensar, y siguiendo con los reencuentros, la relación con su padre está inmensamente trabajada de manera bilateral y tiene unos diálogos que hacen pasar de la risa al llanto en una sola página. Se nota que hay cariño en el desarrollo de estos personajes, que los autores han puesto una importante parte de ellos mismos en su trabajo.

El personaje de su mejor amiga, fallecida años atrás, nos da otra perspectiva, si bien Bonnie no era creyente y se lleva la grata sorpresa de encontrar ese mundo, ella era una persona muy religiosa y su decepción, sumada a la idea de no haber encontrado a su marido en aquel mundo, la convierte en un ser tan poderoso como pasota, desganada y con resquemor. Quizás la parte que más flojea es la del marido de Bonnie que había fallecido unos años antes, si bien es buena idea la forma en que se encuentran y en la que se entera de lo que hay, parece que faltan páginas para haberlo desarrollado más, la reacción de Bonnie es muy acorde con su forma de ser, con alguna justificación perfecta en los diálogos posteriores con su padre, pero hubiese estado mejor dedicarle alguna página más. Se hace corta esa parte.

Ahí es donde la obra choca con este concepto del Millarworld de series cortas y directas, que algunas veces se condensa demasiado el material. La historia deja un mundo de posibilidades en su final aunque perfectamente podría acabar aquí, pero Mark Millar afirmó en su día que tenía pensados cinco volúmenes para ella, ¿llegaremos a eso?, parece que las intenciones de Millar sí que son continuar alguna de sus series como ha hecho con Kick-Ass o Kingsman, pero solo el tiempo lo dirá quizás esa película o serie que planea Netflix le de un empujón. Yo, personalmente, me quedo con que es una buena obra que me ha golpeado mucho más fuerte de lo que me había imaginado.



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