Javier Vázquez Delgado recomienda: Superman: Año Uno – Libro Uno

Edición original: Superman: Year One – Book One USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Frank Miller.
Dibujo: John Romita Jr.
Entintado: Danny Miki.
Color: Alex Sinclair.
Formato: Cartoné (216×276 mm). 64 págs. A color.
Precio: 12,95 euros.

El sello Black Label continúa creciendo en la actualidad mediante dos fórmulas. La primera consiste en engrosar su catálogo añadiendo obras ya publicadas anteriormente y editarlas de nuevo bajo la etiqueta del exclusivo sello. La segunda consistente en producir nuevas obras bajo los parámetros del sello. Y Superman Año Uno pertenece a la segunda fórmula, en la que se unen los talentos de Frank Miller y John Romita Jr., dos grandes de la industria con años de experiencia y rodaje que, tras dejar atrás sus grandes éxitos de venta y crítica, coinciden de nuevo para encarar un proyecto abierto a todo tipo de valoraciones por parte de los lectores.

En DC hay algunas tradiciones muy asentadas. Alguna de ellas es la obsesión con el número 52, las Crisis, la recuperación de cabeceras clásicas y una que de la que se hace uso de manera periódica y que seduce a autores de todo tipo, el Año Uno. Si, no es la primera vez que se hace uso de dicho título y son muchas las cabeceras que han lucido el estandarte a fin de informar del tipo de historia que se va a poder leer. Se trata, por tanto, de volver a narrar el origen del personaje seleccionado, llenado huecos en su historia para añadir un extra de mitología que explore nuevas facetas de estos héroes y heroínas. No es de extrañar que Miller y Romita Jr. se hayan sentido tentados, seducidos, ante la idea de poder encarar un Año Uno de Superman y hacerlo en un sello que les permite poder salirse de la continuidad establecida y explorar puntos ciegos de la historia de Clark Kent.

Explorar la infancia de Superman es un ejercicio muy gratificante para cualquier autor. Poder reflexionar sobre lo que implica crecer con unos poderes que exceden la comprensión humana, controlando en todo momento la parte emocional adscrita a todo ser humano, por mucho que sea kriptoniano, abre la puerta a trabajar con un rico fondo de posibilidades a explotar. Escritor y dibujante se adentran de lleno en esta faceta para plasmar como es crecer con la responsabilidad constante de ser tan poderoso, diferenciándose de otros héroes cuyos poderes se adquieren o manifiestan en la juventud o ya de adultos, lo que ayuda a la gestión de sus poderes e integrarlos en su día a día.

Para poder diseccionar esta primera etapa de la vida de Superman, Miller, se adentra en la trama mediante el uso de textos de apoyo que manifiestan los pensamientos de Clark en todo momento. Son textos muy recargados, con un lenguaje depurado y en algunos casos denso, que buscan expresar justamente la dificultad que hay a la hora de vivir como un niño / adolescente que posee enormes poderes. Miller imagina a Clark en diversas situaciones y lo pone frente a escenarios que, por la educación que recibe de Martha y Jonathan Kent, no las puede dejar pasar. Situaciones en las que debe hacer uso de un aplomo y autocontrol que exceden los estándares de lo que es capaz un muchacho de su edad. Un muchacho que se recuerda a sí mismo, una y otra vez, de forma machacona, las enseñanzas de su padre. Una situación que es capaz de dibujar un escenario de soledad, de eterna tristeza, de melancolía y abandono social, maquillado de forma muy eficaz gracias al entorno académico en el que se mueve Clark. Al final se trata de buscar el sitio que le corresponde a Clark en el mundo y para ello lo primero que debe hace es conocerse a sí mismo.

Con un Jonathan Kent retador, comprensivo pero exigente, duro y al mismo tiempo cariñoso, Clark va modelando su persona de forma que se pueden ya ir viendo rasgos distintivos de los que un día deberá ser para el mundo. Ese proceso, esa transformación, acompaña a toda la obra que acompasa toda la trama con un ritmo muy dinámico a pesar de la prosa usada por Miller. Un trabajo que no se centra tanto en el perfeccionamiento o el descubrimiento de sus poderes, sino más bien se centra en la parte más emocional del proceso, en lo que hace a Clark más humano, más cercano y especial.

A diferencia del trabajo de Azzarello en Batman Condenado, Miller no se excede ni pretende crear una historia más grande lo que puede ser, buscando en todo momento vínculos con el lector, pequeño guiños y ayudas narrativas, que permitan identificarse con lo que Clark vive a través de su maduración personal. Esa contención narrativa, esa autoconsciencia de los que se está contando, es lo que hace que la historia adquiera más grandeza de la que en un principio parece querer tener. Miller demuestra que disfruta tratando a la figura de Superman o al menos la figura pre-superman y se deberá esperar a las siguientes entregas para ver el desarrollo que despliega del personaje.

Esta primera entrega deja al personaje en una situación inédita, algo nuevo en lo ya contando en otras ocasiones y añade un punto diferenciador que abre un sinfín de posibilidades si Miller es capaz de desarrollarlo con la habilidad que le caracteriza y no cae en manidas fórmulas o en tópicos.

La tercera obra en llegar al sello Black Label no se libró tampoco de su correspondiente dosis de polémica, si es que puede denominarse de tal forma, llegando a través de las criticas que Romita Jr. recibió por su dibujo. Para ser estrictamente serios al respecto, Romita exhibe un nivel muy alto, recuperando su estilo más característico, pero falla por completo en proporciones anatómicas y expresiones faciales, lo que acaba por dar un aspecto irregular a un trabajo sobresaliente en términos narrativos. Y es una pena, ya que tal circunstancia provoca que el lector se vea expulsado de la historia debido a estos problemas y toda la experiencia se vea, en algunos momentos, comprometida.

Un primer número muy prometedor, con ideas frescas, un planteamiento novedoso, un camino que merece la pena querer descubrir y cuyo único pecado es que gráficamente le falta un plus extra que llegue a acompañar el trabajo de Miller.



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