Javier Vázquez Delgado recomienda: Ultimate Integral. Ultimate Spiderman 4. Veneno
Edición original: Ultimate Spider-Man 28-39 USA.
Edición nacional/ España: Panini Cómics.
Guión: Brian Michael Bendis.
Dibujo: Mark Bagley.
Formato: Tomo en tapa dura, 288 páginas.
Precio: 30 €.
Siempre que atajo las reseñas de estas recopilaciones que en formato integral está realizando Panini Cómics del Universo Ultimate, suelo realizar una primera digresión sobre cómo este universo llegó para acercar nuevos lectores a los cómics Marvel con el cambio de siglo, nuevos lectores que no tuvieran que entender ni conocer décadas previas de continuidad para disfrutar la lectura al máximo.
De este modo, en el Universo Ultimate, y especialmente en la colección bandera de éste, Ultimate Spiderman, Brian Michael Bendis (su guionista durante absolutamente toda la colección, esto es, a lo largo de los tres lustros que duró) introducía personajes y conceptos traídos de la extensa historia arácnida previa, pero los actualizaba y adaptaba a la historia que quería contar, aunque en muchas ocasiones eso supusiera aportar un punto de vista radicalmente distinto del original.
En el caso del tomo que nos ocupa, que abarca los números 28 a 39 de la colección, el arco argumental protagonista absoluto de estas páginas es el del personaje que le da nombre: Veneno.
Exacto, en esta ocasión, no serán Octopus, el Duende Verde o Kraven el Cazador quienes se crucen en el camino del Spiderman definitivo, sino Eddie Brock envuelto en un simbionte previamente habitado por Spiderman.
En este caso, dicho simbionte no viene del espacio, ni es adquirido por Spiderman en unas Guerras Secretas espaciales planeadas por el Todopoderoso, no. Ultimate Spiderman es una colección más terrenal, más centrada en el día a día del adolescente que decide hacer lo correcto con los poderes que le son otorgados, sin que además en aquel momento el Universo Ultimate estuviera maduro para acoger un concepto cósmico que tan fuera de lugar hubiera quedado en la colección.
El simbionte es un traje creado para combatir el cáncer por un par de avezados científicos a los cuales su creación les terminó por salir peor de lo que esperaban. Se le llama traje porque es lo que es, una segunda piel que se adhería al cuerpo huésped mejorándolo en todos los aspectos, siendo su objetivo principal el de eliminar las células cancerígenas otorgando una nueva y renovada vida al paciente. Aquellos dos científicos que lo crearon no eran ni Curt Connors, ni Miles Warren ni otros nombres famosos en el mundo de la ciencia del trepamuros, si no Richard Parker y… Edward Brock.
En efecto, los padres de Peter Parker y Eddie Brock habían sido compañeros de trabajo y grandes amigos, prácticamente familia, a través de los años, hasta que su gran creación llegó a un punto en el que Parker quería abandonarla por el bien de los demás, y Brock pretendía seguir trabajando en ella fuera cual fuera el riesgo. Por supuesto, aquella discusión terminaría en tragedia (con la malvada Oscorp siempre en la sombra) y ambos amigos partirían en caminos distintos, perdiendo Brock la vida y, más tarde, Parker.
Ello dejaba a los hijos de ambos huérfanos, siendo Peter el hijo de Richard, y Eddie Brock Jr. el hijo de Edward. Peter descubre una cinta casera en la que ve a sus padres y a esos Brock que apenas recuerda pero que cada vez le resultan más familiares. De este modo, y buscando reencontrarse con un pasado que le es desconocido, Peter, unos años más joven que Eddie, irá en busca de éste tratando de recuperar los años de su vida perdidos, y buscando una suerte de hermano mayor que nunca tuvo, rellenando de alguna manera el hueco que la falta de sus padres dejó para siempre en su corazón.
Será así como Peter llegará al traje creación de su padre y de Edward Brock, y como éste mejora sus poderes y habilidades superheroicas en todos sus aspectos, para más tarde ser desechado y acogido por un Eddie Brock que se retrata aquí como un joven celoso y machista que como su homónimo de la extinta Tierra 616 encontrará en Peter Parker el objetivo de todas sus frustraciones y el conducto de su ira.
Mark Bagley está, como siempre, espectacular, ejecutando aquí un diseño del simbionte y del traje negro ligeramente distinto al que conocemos y mucho más acorde con esta colección. Y es que uno de los puntos fuertes de esta colección siempre fue la estabilidad del equipo creativo formando por Bendis y Bagley, que se mantuvo durante más de cien números, llegando a superar el hasta entonces imbatible récord de Stan Lee y Jack Kirby al frente de Los Cuatro Fantásticos.
Sin duda, otro tomo más que resulta imprescindible, como imprescindible fue en su momento y ahora, la colección de Ultimate Spiderman, hija de su época y tan genial hoy como en el momento de su publicación.
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