Javier Vázquez Delgado recomienda: Capitán América 2-8
Edición original: Captain America #7-12 y Annual #1 USA. Marvel Comics.
Edición nacional/ España: Capitán América 2-8 (101-107). Panini Cómics.
Guión: Ta-Nehisi Coates, Tini Howard.
Dibujo: Adam Kubert, Chris Sprouse, Ron Lim.
Formato: Grapa.
Precio: #2 (2,95€), #3-8 (2,20€).
Continuamos con la etapa del guionista Ta-Nehisi Coates (Black Panther), si bien a diferencia de los primeros seis números cuyos lápices corrieron a cargo de Leinil Francis Yu, nos encontramos con Adam Kubert (Wolverine, Action Comics, The Amazing Spider-Man: Renew Your Vows) en dicha labor. Los seis números que de la edición española son Captain America #711 – 716. La saga reza un título muy gráfico: Capitán de nada.
Como bien sabemos a partir de Captain America #695, hasta el #704, Mark Waid y Chris Samnee (Daredevil), junto con otros autores, se encargaron de las aventuras de Steve Rogers; tras Imperio Secreto y el ciclo de Nick Spencer (Amazing Spider-Man). En dichos números Steve Rogers intentó inicialmente, en un viaje por Estados Unidos, reconectar con el pueblo americano, tras los fatídicos resultados de la mencionada saga, en la cual su reputada imagen fue destruida. El tema fue tratado al modo y manera de su etapa en Daredevil, con un tono esperanzador y alegre. Veremos como el actual guionista, trata este aspecto de una manera radicalmente distinta.
El argumento que se trae entre manos Ta-Nehisi Coates, desde el principio de su ciclo, es muy continuista con los hechos narrados por Nick Spencer. La narrativa del autor es muy similar a la de su paso por Pantera Negra. La cadencia de la evolución de la trama es muy lenta. Cada número transcurre con una enorme lentitud, acompasada la evolución argumental en muchos casos con reflexiones y pensamientos de los personajes. Este aspecto no tiene por qué ser negativo, muy al contrario, dada la maestría narrativa de Ta-Nehisi Coates.
El autor es un reputado periodista de corte político y social, lo cual se deja sentir en su obra, quedando al personaje como anillo al dedo. Ta-Nehisi Coates expone sobre la mesa diversos ítems para poder reflexionar. Si bien en los primeros seis números se exponía, con la figura de Nuke, el tema de los soldados que vuelven de la guerra; continuamos con la reflexión acerca de la pérdida de la inocencia y de los valores de la sociedad occidental, y en concreto por parte de EEUU. Dentro de este punto, podremos preguntarnos si, a cambio de nuestra libertad, un gobierno nos puede proporcionar estabilidad, trabajo, un sistema sanitario y una educación óptimas.
No debemos olvidar que nos encontramos con Wilson Fisk como alcalde de Nueva York; y a Strucker, tras llegar a un acuerdo con el Gobierno, como director de la prisión donde será encerrado el Capitán América. Steve Rogers, emblema y defensor de valores inquebrantables, no alcanza a comprender esta situación, si bien veremos cómo Sharon Carter hace buen uso de la misma obteniendo información de Kingpin necesaria para resolver la situación con la que finalizó el arco anterior, y que ha puesto al Capitán América en el punto de mira de ciudadanos y del Gobierno.
Ta-Nehisi Coates, es muy continuista respecto a puntos muy estrechos con Ed Brubaker (Fatale), haciéndonos incluso recordar aquella magnífica etapa. El autor recupera a algunos de los personajes emblemáticos utilizados por Brubaker. Nos volveremos a encontrar con Calavera y Pecado, así como con la interesante elección de
Aviso de Spoiler
|
Estos seis números suponen el relato de cómo el Capitán América ha muerto como símbolo, como significado. Tras lo acaecido en Imperio Secreto, y el final del número 6 (Captain America #710), sus enemigos se alzan en una campaña de desprestigio, vinculando al héroe con el Comandante Supremo de Hydra que conquistó EEUU. Su paso por la prisión privada en la que Strucker hace de Alcaide, supondrá un duro revés para Rogers, el cual deberá apoyarse en ex convictos para poder sobrevivir.
Reflexiones muy potentes expuestas con maestría narrativa por el autor, llevarán a Steve a plantearse que, con sus continuos enfrentamientos con los gobiernos de EEUU, igual no es la persona idónea para portar el escudo. Escudo que el autor vincula con el significado de lo que es ser el Capitán América. De ahí que los enemigos con los que ahora se enfrenta no busquen matar a Steve Rogers, sino destruir el simbolismo del portador del escudo. Como gran pega al guión, se achacaría el recurrir a la figura de Rasputín como recurso para el conocimiento de lo arcano por parte de nuestra antagonista rusa, buscando la resurrección de su amor. Este recurso es algo innecesario, ya por agotamiento de dicho personaje tan traído en el mundo del cómic, o bien por el tópico de asociar la inmortalidad con su figura.
Finalmente, la introducción del grupo de féminas denominado “Las hijas de la libertad”, supone una verdadera e interesante novedad que juntará a ex-aliadas del Capitán que, siendo lideradas por Sharon Carter, llevarán a nuestro héroe por un camino que ya ha vivido otras veces, pero esta vez teniendo en contra al pueblo de EEUU. Señalar que el cliffhanger final del número que cierra este arco consigue que el lector tenga ganas o cuanto menos interés en ver cómo se desarrolla esta interesante trama que el autor está desarrollando con maestría.
En cuanto a la parte gráfica, encontramos a un solvente Adam Kubert, cuyo trazo rápido, pero no por ello deficitario, consigue dar una sensación de movilidad que Leinil Francis Yu no consiguió impregnar en los seis números anteriores. El menor de los Kubert, consigue regalarnos muy buenas páginas, aunque en algunos momentos se nota que las prisas de las entregas no le permiten cerrar su trabajo con le perfección de la que es capaz. La pega que se puede achacar, y no es por parte del dibujante, es que mucho nos tememos que no vamos a encontrar un equipo constante en lo que al apartado gráfico se refiere. El autor nos regala al final del arco (en el número 8 de la edición española), una estupenda galería de los diversos trajes que ha portado Steve Rogers, dentro del cómic y en televisión y cine.
Para el final, si bien se incluye en el número 2 de la serie, analizaremos muy brevemente el anual que contiene. Se trata de una aventura cuyos guiones corren de cuenta de la guionista Tini Howard (Age Of Conan: Belit, Queen Of The Black Coast), la cual junto a Marcus To se van a encargar de Excalibur dentro de Dawn of X. Se trata de una guionista solvente, y joven promesa de Marvel Comics. El relato que expone siendo un episodio de la Segunda Guerra Mundial, tal y como explica, es un homenaje a su familia, la cual siendo Rumana tuvo que huir de los nazis, al igual que los personajes a los que el Capi y Bucky deben rescatar. Se trata de un argumento sencillo, pero no por ello vacuo e insignificante. Temas como la persecución nazi por ser judío, homosexual o comunista no pueden ser dejados en el tintero, y la autora trata dentro de un contexto superheroico esta situación con gran solvencia y cariño. El dibujo por otro lado corre de cuenta de Chris Sprouse (Tom Strong) y Ron Lim (Silver Surfer, X-Men 2099). La parte que corresponde a Chris Sprouse supone un trazo agradable y elegante, sin excesivos artificios, propio del autor; si bien en algunas páginas veremos cierta premura, aunque en su conjunto desarrolla una gran labor. Por otro lado encontramos a Ron Lim, el cual ya estuvo al frente del Capitán América en los años 90. Su aportación a título de apoyo supone un trabajo propio del autor que, sin grandes excesos, cumple el papel, siendo un artista que frente a Sprouse deja en evidencia sus carencias.
En definitiva estos seis números suponen un gran entretenimiento y esperamos con ansiedad el devenir de nuestro héroe, de la mano de Ta-Nehisi Coates.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario