Javier Vázquez Delgado recomienda: Black Stars Above #1

Edición original: Vault Comics.
Guión: Lonnie Nadler.
Dibujo: Jenna Cha.
Color: Brad Simpson.
Formato: Grapa, .
Precio: $3.99

Lonnie Nadler y Vault Comics nos enviaron a la redacción de Mundo Independiente una copia del primer número de Black Stars Above, serie que debuta hoy en el mercado del cómic estadounidense. Desgraciadamente, lo que no enviaron fue un maletín de billetes pidiendo una reseña positiva. Sabían que este cómic, dibujado por la debutante Jenna Cha, me cautivaría de tal modo que escribiría una reseña positiva de todos modos.

Black Stars Above nos lleva hasta los frondosos bosques del norte de Canadá en el año 1887. Una joven huye de la cárcel opresiva en la que se ha convertido su hogar, donde solo le espera una vida de sueños desvanecidos y servidumbre. A cambio de transportar un pequeño paquete hasta una ciudad remota recibirá suficiente dinero para empezar una nueva vida. Sin embargo, eso solo es el comienzo de una pesadilla.

Como la ilustración de la portada deja entrever, Black Star Above es puro horror cósmico. Y por si no ha quedado claro, las primeras páginas nos lo hacen saber con un notable prólogo en el que se anticipa lo que está por venir. Emulando la prosa de H.P. Lovecraft, pero sin caer en el exceso ni el rídiculo del que este pecaba en muchas ocasionas, el guion de Nadler nos pone en la piel de un cazador cuya cordura ya está llevada al límite. Por su parte, el dibujo de Cha evoca la soledad y la dureza de los inviernos en Canadá. Juntos, guion y dibujo, consiguen hacer interesante un repentino suceso que escapa a la comprensión humana, un elemento que no puede faltar en ninguna buena historia de horror cósmico. Esa compenetración entre guion y dibujo se extiende al resto del cómic.

Nadler y Cha nos ofrecen una historia que se aleja de los peores estereotipos del género al que pertenece, empezando por su original ambientación. Pocas veces vemos la Canadá rural del siglo XIX retrada en la cultura popular. Ambos autores se esmeran en acercarnos a los lectores a esa época, explicando la situación de los canadienses y mostrando pequeños detalles de la vida cotidiana en aquella zona, lo que es de agradecer. Quizás despierten el interés de algún lector por conocer más del pasado de los vecinos de Donald Trump. También en la elección de su protagoniosta se distancia Black Stars Above. Aquí tenemos a una joven mestiza con una perspectiva diferente del mundo al héroe convencional de una historia de horror cósmico.

Pero por encima de todo, se prescinde de cualquier monstruo con forma de calamar u otro aspecto. El terror es mayoritariamente psicológico, como debería ser. Extraños sucesos, leyendas tétricas, parajes inhóspitos, noches que sumergen el mundo en el oscuridad más absoluta, gente muy rara… Nadler, Cha hacen uso eficaz de todos los recursos que les permite la ambientación de la serie, así como la pequeña mitología que se han inventado para la ocasión. Coordinando con atención los cuadros de narración con el dibujo, tarea para la que cuentan con el valioso apoyo del rotulista Hassan Otsmane-Elhaou, experto en la materia, saben aumentar la tensión gradualmente. Tensión que culmina con una escena final tan apasionante como intrigante.

No obstante, gran parte del debut de la serie gira en torno al drama familiar, que resulta igual de interesante que los elementos paranormales. Los diálogos de Nadler hacen creíble que una familia pueda volverse en contra de uno de sus miembros sin darse cuenta, que un ambiente familiar se convierta en una pesadilla tan aterradora como los oscuros secretos que moran en los gélidos bosques afuera. De este modo, consigue que simpaticemos, y mucho, con la protagonista antes de que entre en contacto con una realidad ajena a todo lo que conoce. Aunque si Black Stars Above fuese únicamente un drama, no me importaría seguir leyendo.

Antes de terminar la reseña, quisiera expresar lo muy sorprendido que me ha dejado el dibujo. Nadler le pide mucho a Cha, quien pese a todas sus carencias, propias de un debutante, termina estando a la altura de las circunstancias. Cualquier perspectiva o expresión facial a la que falte pulido se olvida rápidamente mientras logre hacernos creer por unos instantes que estamos dentro del mundo de la serie, algo que indudablemente consigue. Y tampoco puedo olvidarme de mencionar la labor del colorista Brad Simpson, cuyos paleta de colores grisáceos y apagados, amplifican la soledad e inquietud que despierta el escenario de la serie.

En definitiva, me atrevería a decir que el comienzo de Black Stars Above es uno de los mejores que he leído este año. Tengo la corazonada de que la serie me hará a pasar una mala noche como ya hiciese la estupenda Come Into Me.



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