Javier Vázquez Delgado recomienda: DC Inédito – Cool World

Una historia verídica:

Estaba un domingo por la noche, después de haber cenado, revisando qué contenidos tenía grabados en la memoria del ya viejo DVD, en un ejercicio que me cuesta asimilar, pues siempre he tenido un ritmo lento de asimilación de los avances tecnológicos. Resulta que en menos de lo que me da tiempo a darme cuenta casi todo lo que uso ya está obsoleto. Pero ese es un tema a tratar en otros foros. El caso es que encontré en la lista de películas grabadas desde hacía años un título que está incluido en mi agenda de tareas pendientes desde hace mucho, mucho tiempo: Cool World, que en España se conoció como Una rubia entre dos mundos. Protagonizada por Brad Pitt, Kim Basinguer y Gabriel Byrne, con fecha de estreno en Estados Unidos del 10 de julio de 1992.

Con esta película tengo una historia detrás. Mi madre la grabó de la televisión seguramente en 1993, una vez hubiera llegado al mercado del vídeo y pudo ser emitida, entonces yo tendría unos siete u ocho años. Y la tuvimos grabada unos cuantos años, recuerdo que a ella le gustaba y quería que la viéramos. Le hacía gracia la mezcla de dibujos animados con personas. Igual que en la celebérrima ¿Quién engañó a Roger Rabbit? que tanto nos gustaba a todos lo miembros de mi familia. Pero con esta peli, no se porqué, nunca tuvimos tiempo de verla y un buen día, viendo otra cosa que habíamos grabado, al terminar vimos que saltaba el final de ésta. Mi madre había grabado encima y se arrepentía, un poco, en plan “la he borrado porque no queríais verla”. Y yo me arrepentí de no verla, pero es que recordaba que no entendía bien de qué iba. Obviamente, era muy pequeño. Pero mis padres siempre nos pusieron a mis hermanas y a mí películas de más edad que la que teníamos y solíamos disfrutarlas. Aunque de mayor me enterara de verdad de qué iban cuando he ido volviendo a verlas.

Cartel de Cool World.

Bien, redescubrí que tenía en mi DVD grabada esta peli desde hace unos seis años o más, cuando la echaron un día en Paramount Channel, ahora Paramount Network. La he tenido grabada más tiempo que el que mi madre la aguantó en un VHS. Y me puse a verla. Y a disfrutarla. Este mundo tan loco de dibujos animados con un poli humano me ha encantado. No será un peliculón de alto nivel cinematográfico. Pero es disfrutable, según mis gustos que casi nunca coinciden con la mayoría de personas que me rodean. Y ¿cuál es mi sorpresa? resulta que Cool World es la creación de un creador de cómics que sale de la cárcel en los primeros minutos de metraje. Y visita una tienda de cómics, donde lo tratan como a una estrella, pues tienen sus tebeos colgados en la pared como cuadros en exposición. Y me pregunté si esos cómics existirían de verdad o solo los hicieron como decorado del rodaje. Y ahí aumentó mi asombro. Existían y nunca habían sido publicados en España… ¡y además eran de DC! motivo por el cuál, instantáneamente, decidí dedicarles esta entrega de la sección DC Inédito.

Cool World, la serie de cómics, fue una precuela de cuatro números escrita por Michael Eury y dibujada por Chuck Fiala y Stephen DeStefano, que se publicó en los meses de abril, mayo, julio y septiembre de 1992, según las fechas de portada. Fue vendida como una precuela de la película, anunciando en cada número que estaba basada en la próxima (pues estaba a punto de estrenarse) película de Ralph Bakshi. Sin embargo, según las fechas de cada entrega, terminó de publicarse después del estreno de la misma. Si las fechas de salida son rigurosas o no es algo que no he podido descubrir. DC también publicó una adaptación de la película, con un diseño gráfico del protagonista más parecido a Brad Pitt que el de la miniserie. Ésta fue anunciada en la última página de Cool World #4, por lo que entiendo que saldría a la luz en el mes de octubre.

En esta mini serie encontramos una explicación a las andanzas del personaje de Frank Harris, que en la película lo interpretaba Brad Pitt. Curiosamente, en la versión cinematográfica cuentan un origen breve en el que el espectador veía cómo llegaba al mundo animado y saltaba a una acción con él asentado en aquel lugar. En los cómics vemos cómo se llena ese lapso de tiempo. Pero antes de seguir, ¿qué es el Cool World? ciñéndonos únicamente a los cómics, es un mundo de dibujos animados habitado por doodles, que podemos traducir como garabatos o monigotes (de diseño claramente influenciado por los de Terrytoons, estudios donde Bakshi comenzó su carrera), en el que solo hay un humano, un noid, que es Frank Harris. En los cómics no sabemos cómo ha llegado allí, pero en la película nos lo cuentan. Harris es un soldado que vuelve a su casa, en Las Vegas, en 1946, después de haber combatido en la Segunda Guerra Mundial. El primer día de su regreso le enseña a su madre la moto que se ha comprado y, en el paseo inaugural, se cruzan con un coche conducido por un borracho que sale con una chica de un club de carretera y su madre muere en la colisión. Pero él sobrevive y es transportado por un científico doodle a Cool World. Que más adelante es explicado como una creación del dibujante Jack Deebs. Todo esto no se explica en los cómics.

En los cómics nos cuentan la vida de Frank Harris vagando sin rumbo en un mundo en el que es el único de su especie. Y Cool World no es un mundo cualquiera. Todo es un dibujo animado con una personalidad complicada, inyectado de locura incontrolable. Todo tiene vida, todos los objetos, ya sean muebles, coches, botellas, armas, estatuas, teléfonos…hasta el aparente objeto más insignificante tiene vida. Y los habitantes son igualmente humanos que animales humanoides. Y Cool World es un lugar en el que el crimen está muy extendido, es una selva urbana de caos y descontrol. Un Sin City muy particular, para que nos entendamos. La locura de estos garabatos, de aspecto infantilizado, crea un contraste maníaco que atrapa al lector con un innegable magnetismo. Harris no tiene un objetivo, ni siquiera un motivo para vivir allí. Y eso que muchos le temen porque es un humano de carne y hueso. Otros le envidian. Y hay quienes le aman. Como es el caso de Lonette, la sexi camarera del Slash Club, que está enamorada de él pero no se atreve a corresponderla, porque no ve que sea algo correcto. El amor, y por supuesto el sexo, entre seres tan diferentes es algo que no concibe, aunque para los doodles parece no tener tanta importancia como la que él le da. También es deseado por Holly, la aún más sexi estrella del club, interpretada por Kim Basinguer. Pero también la rechaza. Pero el motivo real del rechazo es algo que descubriremos…en la película.

Amor sí. Sexo no.

Deambula por las calles y opera como ladrón, casi empujado por la inercia del lugar. Es un ex soldado que no se siente orgulloso de sí mismo. Pero que no quiere volver a su mundo porque nada le ata a él ahora que ya no tiene a su madre. El trauma post conflicto bélico unido al de la pérdida familiar le ha despojado del deseo de vivir en el que era su hogar. Aunque tampoco hay nada que le motive en Cool World. Pero resulta que una noche de desesperación conoce a Nails, una araña pintada en blanco y negro, que resulta que era una superestrella de cine antes de que se inventara el color, que también malvive como ladrón sin rumbo en su vida.

El puente del suicidio, en uno de los mejores momentos del cómic.

Los dos forman una pareja de desesperados que se agarra a la vida después de encontrarse en el puente del suicidio, habitado por estatuas sintientes con una peculiar forma de ayudar a los desesperados. Tras verse cara a cara con la muerte deciden darle una oportunidad a la vida y poco después encuentran un objetivo: hacerse con el arma definitiva. Un objeto que todos los ladrones y gángsters de Cool World quieren conseguir para entregarla el misterioso personaje conocido como El Jefe, el mandamás del mundo del crimen. Ese arma definitiva elimina por completo a quienes se acercan tan solo a mirarla. Se encuentra en una caja pequeña, como un estuche, y es mortal para quien la abre. El misterio de lo que contiene esa caja es revelado casi en la última página del último número. Y es brillante.

Cuidado con el arma definitiva.

La historia transcurre lenta y progresivamente. Cada número aporta una piedra más para una obra con mucho que ofrecer. Michael Eury diseña una sociedad decadente, con un aire noir maravilloso bañado por la locura de los doodles diseñados por Ralph Bakshi. Cada entrega compensa tramos de páginas reflexivas con situaciones dinámicas, como persecuciones, peleas, tiroteos y conversaciones de gángsters sin ningún desperdicio. Una vez que te sumerges en ese mundo, te atrapa y te lleva hacia el final con ganas de querer disfrutar más de la experiencia. Pero son solo cuatro números que dejan con más ganas de saber qué pasa después. Podría haber sido una serie perfectamente duradera, porque las posibilidades que habría conforme pasaba cada número aumentaban ese universo tan loco, gracioso y a la vez peligroso. Porque Cool World no es el único mundo habitado por doodles, existen otras dos grandes ciudades fronterizas: Sweet Place y Vidville.

La peligrosa amabilidad de Sweet Place.

El primero es una traslación del perfecto estado de bienestar americano, en el que todos son felices y donde controla la economía los negocios de lecheros y heladeros, quienes fuerzan a los visitantes a consumir sus productos hasta el acoso más agresivo. Una sociedad difícil de controlar, que se cruza con los demás mundos en frenéticos viajes en coche, arrasando todo lo que se cruza en su camino. En cuanto a Vidville, se trata de un mundo gobernado por los medios de comunicación sensacionalistas, los programas de televisión y la sociedad de consumo en general. Es un lugar en el que los espectáculos de concursantes que arriesgan a vida o muerte son dominados por el misterioso Jefe, por lo que cualquier cosa puede verse por televisión, hasta una muerte patrocinada por una marca comercial. Así, la obra entera de Cool World ponía sobre la mesa unos alicientes que hubieran dado para alimentar una buena serie.

Bienvenidos a Vidville.

Michael Eury escribió la miniserie y la adaptación de la película. Con un lenguaje de jerga complicado en ocasiones, incluso para quienes estamos acostumbrados a leer en inglés. Hizo un soberbio trabajo al desarrollar una idea con más aristas de las que en el cine pudo verse. En aquellos primeros años 90 era un autor de la casa en DC Comics. Escribió 23 números del cuarto volumen de la Legión de Super-Héroes, entre los meses de abril de 1990 y 1993. Entre octubre de 1989 y 1990 escribió los números #5-17 de Hawk and Dove. Entre noviembre de 1989 y julio de 1990 guionizó los números #10-18 de New Gods, aquella serie que empezó a publicarse en febrero del 89, con Mike Evanier y Paris Cullins al frente de un proyecto que, sin Kirby, no tenía visos de llegar muy lejos aunque vivió 28 entregas hasta su cancelación en agosto de 1991. Estas fueron las mayores aportaciones de Eury a DC, pero el gran trabajo de su carrera fue la edición de la revista de cómics Back Issue, fundada en diciembre de 2003 y que aún existe. El pasado mes de octubre publicó su entrega #116.

El dibujo es casi un personaje más del cómic. Basándose en los diseños de Bakshi, Fiala y DeStefano realizan un trabajo formidable, transmitiendo toda la hilarante locura del Cool World, la sobriedad de Frank Harris, humanizándolo y reconociéndolo como un humano en un mundo de dibujos animados. Llevan la elasticidad y plasticidad de los garabatos a un nivel visual de gran impacto. El resultado es un enorme pastel de miles de sabores, con una identidad visual característica. Que en momentos puede llegar a aportar toda la seriedad que merece un comic noir. Pero en la mayoría lo que se requiere es el caos de los violentos habitantes de ese microuniverso. Y los artistas hicieron un gran trabajo, beneficiándose del medio del cómic, que es más agradecido que el cine para ilustrar situaciones de golpes, choques, palizas y demás ataques a la persona entre doodles, garabatos, de mirada ultra expresiva y complejidad animada única.

Pelea entre gángsters de Cool World y Vidville.

Fiala y DeStefano hacen un tándem interesante. A simple vista nunca sabes dónde empieza uno y acaba el otro. Ambos tienen un estilo muy cartoon, muy apto para la animación en movimiento. Fiala no ha tenido una larga carrera en el mundo de los cómics. Sus principales trabajos tampoco fueron muy largos. Publicó en 1993 una miniserie titulada Stanley and His Monster con Phil Foglio (muy entretenida, puede que sea un futuro tema para otro DC Inédito), así como historias de Bugs Bunny y los Loney Tunes. Es una pena que no haya sido posible que trabaje en alguno de los proyectos de DC con el sello Hanna-Barbera. En su bibliografía también se encuentra Bullet Crowl, Fowl of Fortune, una historieta de dos números de aire canalla con personajes de su creación. DeStefano, por su parte, aunque tampoco ha tenido una extensa trayectoria editorial sí que ha publicado más. Ha dibujado tebeos de Mickey Mouse, Bob Esponja, Scooby-Doo, Dexter Laboratory, personajes que iban muy bien con su estilo. También ha trabajado en números de House of Mystery, aportando graciosas páginas a modo de tiras cómicas que descargaban intensidad del resto de la publicación, y Hellboy Junior.

Las pruebas de la muerte telvisada.

El color es otro punto fuerte. Carl Gafford pintó el primer número y Robbie Busch los demás. El resultado no distaba mucho entre uno otros. Ambos lograron un acabado perfecto, lleno de brillo e intensidad en todas las tonalidades. Luciendo, sobre todo, en las páginas más nocturnas y ensombrecidas, como las dedicadas a la escena del casi suicidio. Se trata de una pieza importante, pues debía dar luz a un mundo de dibujos animados. Y lo consiguen con una amplísima paleta de colores. Diferencian los ambientes en que los personajes se encuentran. Consiguieron que el aspecto de Harris, con su coloreado más oscuro y el de Nails, que es un dibujo en blanco y negro, lucieran un perfecto aspecto que contrasta con el resto de personajes.

Sobre Ralph Bakshi hay que detenerse un momento a hablar. Es el padre real de Cool World. No trabajó en los cómics, pero fue el creador de la idea, escribió el primer guión de la película que la Paramount le compró en diez segundos, según cuenta en esta entrevista. Su idea original era una película animada de terror. Pero el guión fue reescrito y reenfocado a sus espaldas, convirtiéndolo en una trama totalmente distinta. Por supuesto, Bakshi tuvo problemas con los estudios, dicen que llegó a pegarle un puñetazo en la boca al productor, Frank Mancuso Jr. hijo del presidente de Paramount. Y que llegó a ser amenazado con una demanda si no hacía la película. El guión fue escrito varias veces, puede que a distancia de la idea y el concepto original con el resultado sea uno de los motivos por los que fracasara la película.

Bakshi es un cineasta y animador muy importante en la industria. Fue pionero en el uso de nuevas técnicas de animación y en contar historias adultas en los años 70, rompiendo la tradición de que la animación era para niños con El gato Fritz en 1972, un auténtico clásico en este género, y Heavy Traffic en 1973. Realizó la primera película de El Señor de los Anillos en 1978, en animación rotoscópica usando la técnica M-Tecnofantasy. Todas sus películas son muy recomendables, como Cooksin, de 1975, sobre la mafia en Harlem; American Pop, de 1981, que narra la historia de la música pop estadounidensea través de cuatro generaciones de una misma familia de judios inmigrantes rusos y dos obras de culto: Wizards, de 1977 y Fire and Ice, de 1983. La primera cuenta el enfrentamiento entre dos hechiceros en un mundo postapocalíptico que usan la magia de manera distinta: uno para aprovechar su poder y otro usa la fuerza de la tecnología. En cuanto a la segunda, es una obra de espada y brujería en la que colaboró con el ilustrador Frank Frazetta y cuyo guión escribieron Gerry Conway y Roy Thomas, nada menos. Sí, esta película se llevó a cabo tras el éxito de Conan el Bárbaro y El Señor de las Bestias. Y aunque no tuvo éxito en su momento, fue incluida por la Online Film Critics Society en la lista de mejores películas de animación de todos los tiempos.

Antes de entrar a hablar en la película en sí, hay que pararse un momento en su arte conceptual. El genial Barry Jackson diseñó el mundo Cool, pero no a los personajes y el argumento, sino los decorados, el horizonte urbano, con un toque siniestro, decadente, nocturno. Maravilloso. Con formas imposibles, le otorgó una identidad visual más cercana a la de la película de terror que realmente quería hacer Bakshi. Consiguiendo que el contraste con los monigotes cartoon de aspecto casi infantil fuera aún más impactante. Este toque no lo tienen los cómics de la misma manera, lo cual es un valor añadido a la estética de la cinta. Jackson es un artista que ha trabajado como diseñador de producción en películas como Pesadilla antes de Navidad, Titan AE, El príncipe de Egipto, Shrek y El Grinch, entre otras.

El Cool World a través del arte de Barry Jackson.

Ahora sí, Cool World cuenta en el cine una historia entretenida, pero no es perfecta. No retrata realmente cómo es Cool World. Muestra unas cuantas escenas del caos, el desvarío de sus calles, la locura de sus habitantes. Vemos a Frank Harris ejercer de brazo fuerte de la ley, siendo un policía respetado. Una clara continuación de cómo termina la miniserie. A Nails junto a él, trabajando codo con codo por el orden, dentro de lo posible, en su mundo. A Holly con su empeño de cruzar el umbral y ser humana. Y al creador de ese mundo, o supuesto creador, viajar entre las dos dimensiones mientras sueña, a veces dormido, a veces despierto. Pero la trama no se centra en profundizar en las motivaciones de los personajes. Harris se preocupa por que Holly no llegue a acostarse con un humano, pero no sabemos por qué le molesta la idea. Si es por celos o algo más. Resulta que el temor iba más allá y había una razón, que no llegamos a entender hasta el final. Resulta que si un doodle tiene relaciones sexuales con un noid en Cool World se convierte en humano. Y es peligroso porque altera el equilibrio entre los universos. No trata para nada el tema del arma definitiva sobre el que giran los cómics.

El origen, contado en el cómic de adaptación.

La película avanza aceleradamente, con muchas elipsis narrativas que no ayudan a crear empatía. Se centra en la estética del mundo de los monigotes, en la belleza de Holly, en la de Lonette, la pareja sentimental y platónica de Harris, en éste patrullar con su compañero arácnido humanoide, pero no se preocupa por contar cuál es el peligro real que acecha las calles de Cool World. Y tanto Brad Pitt como Gabriel Byrne estaban un tanto sobreactuados a veces, estáticos otras, no da la impresión de que estuvieran cómodos hablando a unos dibujos animados. En cuanto a Kim Basinguer, lo poco que aparece como humana, lo hacía con bastante más naturalidad que éstos. Curiosamente, no era la actriz favorita de Bakshi para el papel, pues prefería a Drew Barrymore.

Por supuesto, la adaptación del guión al cómic es más redonda, más completa. Profundiza lo suficiente como para entender y disfrutar de la historia, pero en sí misma no es una aventura con tanto gancho, ni sabor noir, como la que se cuenta en los cuatro números de la mini serie. Da a conocer más al personaje de la vecina de Jack Debbes, Jennifer, interpretada por Michele Abrams, que en la película quedaba como un secundario innecesario. Está dibujada por Alan Kupperberg con gran altura. Los doodles son muy similares a los de DeStefano y Fiala, pero los humanos tienen un aire más serio, con rostros muy detallados, facciones marcadas, más maduro. Pero el conjunto de la obra está en perfecta sintonía con la miniserie.

Cool World adaptación de la película.

Cool World es una obra inédita que difícilmente puede llegar a ser publicada en España. No digo imposible, porque no me gusta cerrar puertas, pero siendo realistas, si no llegó a las tienda de cómics en el momento del estreno cinematográfico, ni en el décimo, ni vigésimo, ni vigésimo quinto aniversario de la película, se antoja poco realista pensar que ECC ahora mismo se plantee algo semejante. Ni la peli ni el cómic han sido obras de culto. Son una rara avis que en su día pasaron sin pena ni gloria y que, si el lector-espectador quiere sumergirse en el mundo que retratan, pueden llegar a dar mucha satisfacción. Crea un universo que ofrece muchas posibilidades. Sobre todo los cómics. Con muchas lecturas, muchos mensajes velados y, sobre todo, mucho entretenimiento. No busca una carcajada, pero sí que dibuja sonrisas. Algo nada desdeñable. Por supuesto, como lectura curiosa, es más que recomendable.

Llegada a Cool World.


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