Javier Vázquez Delgado recomienda: María lloró sobre los pies de Jesús

Edición original: Mary Wept Over the Feet of Jesus (editado por Drawn & Quarterly)
Edición nacional/ España: Ediciones La Cúpula
Guion: Chester Brown
Dibujo: Chester Brown
Formato: Rústica; 288 páginas en blanco y negro
Precio: 17,90€

Hace un par de semanas ustedes pudieron leer aquí mismo la reseña de la primera obra larga de Chester Brown titulada Ed, el payaso feliz. Pues bien, hoy concluiremos el repaso por la carrera del autor canadiense, precisamente, con su último cómic, María lloró sobre los pies de Jesús. Como ustedes podrán comprobar los casi 30 años que separan a un cómic del otro evidencian la evolución que Chester Brown ha ido teniendo como artista con el paso del tiempo. Esos cambios son los siguientes: Chester Brown pasó de crear casi de forma espontánea y sin documentarse nada sobre el mundo que le rodea (véase el nulo parecido en el dibujo de Ronald Reagan), a ser un autor muy meticuloso, obsesivo que se documenta hasta la saciedad sobre el tema a tratar. De este modo, en María lloró sobre los pies de Jesús nos encontramos en las notas finales con una extensa bibliografía que el autor consultó para la elaboración del tebeo y que invita al lector si éste quiere profundizar en la materia que le dedique unas cuantas lecturas relacionadas. Otro de los cambios evidentes está en el dibujo, ya que, si bien en Ed su trazo era irregular y cambiante, en María tiene un estilo muy definido, deudor sobre todo de su cómic sobre Louis Riel, que a su vez era deudor de historietistas de la talla como Hergé y, sobre todo, Harold Gray. También hay que destacar que la locura y el barroquismo de sus inicios han dado pie a un estilo comedido, simple y conciso. Aunque no todo son cambios, puesto que ya desde sus inicios, el tema religioso estaba presente, algo que le acompañará a lo largo de su vida profesional.

María lloró sobre los pies de Jesús podría entenderse como una segunda parte o continuación de Pagando por ello. Memorias de un putero. Chester Brown deja de ser el protagonista de la historia (es decir, abandona lo autobiográfico) para dar todo el protagonismo a la Biblia, teniendo ambos cómics como eje común el tema de la prostitución. A través de 10 historias sobre la Biblia, el autor nos habla sobre la moralidad sexual y la prostitución, algo tan ancestral que fue practicada por varios personajes bíblicos, inclusive María, la madre de Jesús. Pese a ser un tema que podría resultar polémico para cierta parte del público, Chester Brown se encarga en todo momento de tratarlo con naturalidad y normalidad. No busca la confrontación o el escándalo. De este modo, en sus extensísimas notas finales que, a diferencia de otras obras suyas, casi no hablan sobre temas personales, se centran especialmente en el minucioso proceso de documentación que llevo a cabo para la realización de cada una de las 10 historias que componen este tebeo. Asimismo, el artista se encarga de explicar los porqués, desde su punto de vista, que le han llevado a tomar esa postura en cada relato. Así pues, María lloró sobre los pies de Jesús es la interpretación personal de Chester Brown sobre ciertos pasajes de la Biblia, recayendo en el lector si éste está de acuerdo o no con dicha visión.

Como he comentado antes, el estilo de dibujo empleado aquí es una evolución del que utilizó en Louis Riel. Ha simplificado y desnudado aún más el trazo, siendo muy efectivo a nivel narrativo, pero no alcanza la grandeza y el nivel de esa obra anterior. Pero no es lo único que tiene en común con Louis Riel, puesto que en estos dos cómics abandona lo autobiográfico para pasar al relato histórico. Otro de los temas centrales del cómic, además del de la prostitución, tiene que ver con la obediencia ciega de los mandatos religiosos. Chester Brown apela al lector para que éste no siga ciegamente la palabra de Dios, sino que reflexione su significado e incluso la desobedezca, ya que, en más de una ocasión esa capacidad de elección personal era lo que Dios quería. Una vez más, Chester Brown que se considera una persona religiosa y cristiana pero no en el sentido canónico y dogmático, reflexiona y cuestiona, mediante su punto de vista, las interpretaciones que se han hecho sobre la Biblia.

Pese a que la mayor parte de las notas finales se centran en el proceso de documentación y de elaboración de este cómic, no podrían faltar los agradecimientos personales. Como he comentado en más de una ocasión, Chester Brown se muestra muy agradecido con la gente que le ha ayudado, en una u otra manera, a lo largo de su carrera artística. En este sentido, el cómic está dedicado a Chris Oliveros, figura mítica y clave dentro del panorama del cómic alternativo norteamericano, puesto que fue la persona que fundó hace casi 30 años la editorial Drawn & Quarterly, siendo, además, el editor de Chester Brown. 25 años después de la fundación editorial, Oliveros dejó el cargo. Al coincidir dicha dimisión con la elaboración de este cómic, Chester Brown aprovechó las circunstancias para dedicarle la obra a una persona que siempre estuvo allí.

No podría faltar la foto personal final de rigor, otro clásico en los tebeos de este artista. Además, la documentación no solo se basó en libros religiosos, sino que la inspiración gráfica vino dada por otros cómics que previamente habían adaptado a la Biblia. Entre todos ellos, destacan The Picture Bible de Iva Hoth y André LeBlanc y Génesis de Robert Crumb, historietista imprescindible que influenció enormemente a las generaciones posteriores dentro del cómic alternativo norteamericano.



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