Javier Vázquez Delgado recomienda: Entrevista a David F. de Arriba y reseña de Memoria y viñetas.

Portada Memoria y viñetas. La memoria histórica en el aula a través del cómic

Edición original:Desfiladero Ediciones
Autores:David F. de Arriba (coord.), Gerardo Vilches, Pepe Gálvez, Elena Masarah Revuelta y Antonio Altarriba.
Formato:Rústica, 194 Páginas
Precio:22€

Memoria y viñetas. La memoria histórica en el aula a través del cómic es un libro de texto que pretende explicar la historia del periodo que abarca desde Segunda República hasta la Transición (1931-1982) utilizando el cómic como herramienta. Está coordinado por David F. de Arriba. Al estar pensado para maestros y alumnos que tal vez no tengan nociones sobre el cómic comienza con una primera parte teórica. Está formada por una introducción a la historia del noveno arte obra de Gerardo Vilches, un artículo dedicado al lenguaje del cómic escrito por Pepe Galvéz, otro sobre la memoria y el cómic obra de David F. de Arriba y por último uno sobre la memoria de las mujeres en el cómic reciente firmado por Elena Masarah Revuelta. Posteriormente utiliza doce obras cómic como unidades didácticas: El arte de volar, El ala rota, Doctor Uriel, Las guerras silenciosas, Jamás tendré veinte años, Cuerda de presas, Los surcos del azar, Esperaré siempre tu regreso, Mil vidas más, Paracuellos, España. Una, grande y libre, Estamos todas bien y El violeta. Cada uno de ellos es usado para explicar la historia, gracias a diversos ejercicios y material complementario como artículos y documentales sobre temas que tratan los cómics. La selección está muy bien conseguida ya que permiten ver tanto los sucesos que marcaron la época de estudio como la vida de la gente durante esos años. Además, incluye entrevistas a Carlos Giménez, a Jaime Martín y a Antonio Altarriba, que también se encarga del prólogo.

Estamos ante un trabajo soberbio en todos los aspectos. Sirve como introducción al cómic gracias a los artículos de Gerardo Vilches y Pepe Gálvez que indagan sobre la historia del medio y su lenguaje respectivamente. Ambos están muy bien escritos y documentados y son accesibles para profanos y muy disfrutables para los que ya conozcan el medio. También sirve para mostrar la capacidad del cómic para abordar cualquier tema, algo que hacen los siguientes artículos obra de David F. de Arriba y Elena Masarah. Tratan dos temas pendientes en nuestro país desde hace años: la memoria histórica, haciendo hincapié en el valor del cómic en concreto como medio para recuperar miles de historias que han permanecido ocultas, y sobre la memoria de las mujeres en el cómic contemporáneo, una memoria que ha sido sistemáticamente silenciada y ninguneada. Los cuatro darían para un solo volumen y a pesar de su calidad saben a poco, pero son una fantástica introducción no solo al cómic también a sus posibilidades educativas y no solo en los centros de formación sino para cualquiera que quiera acercarse a ellos o a este libro.

La parte didáctica descubre todo el potencial de cada una de las obras seleccionadas, con ejercicios y material adicional. Lo ejercicios están planteados para que quien lea el cómic sobre el que tratan saque sus propias conclusiones e investigue sobre lo que cuentan. Ponen el foco sobre el día a día de las personas más que sobre los grandes datos y sucesos que es lo que se solía enseñar. Cuando se llegaba a enseñar ya que por algún motivo nunca era prioritario conocer lo sucedido durante el franquismo, parecía que con la Ley de Amnistía de 1977 también se ocultaba la historia de esos años negros. Por eso es necesario la presencia de libros de texto como este en los colegios para explicar de dónde venimos, algo que permitirá a las generaciones futuras entender la situación actual.

Memoria y viñetas es un extraordinario trabajo que además de poner en valor al cómic como herramienta didáctica, también sirve para explicar un periodo de tiempo que muchos se empeñar en sepultar. Sin conocerlo y las miles de injusticias que se produjeron, estamos condenados a reproducirlos. Ojalá este libro esté presente en todos los centros educativos, por el bien del cómic y para que por fin se pueda conocer en profundidad un periodo histórico que ha permanecido demasiado tiempo oculto.

Entrevista a David F. de Arriba

Zona Negativa (ZN): ¿Cómo surge el proyecto?
David F. de Arriba (DA): Colaboré con el Memorial Democràtic de la Generalitat para organizar unas jornadas de formación para docentes, cuyo objetivo era mostrar cómo se podía utilizar el cómic para enseñar historia. Me conocían por mi blog y rápidamente planteamos las jornadas para que fueran lo más transversales y lo más prácticas posibles. Las jornadas fueron un éxito y me ofrecieron la posibilidad de culminarlas con la publicación de un libro que recogiera algunas de las ideas que habíamos tratado para su colección Eines de Memòria (Herramientas de Memoria).

ZN: ¿Cómo eliges a los colaboradores? ¿Y el temario?
DA: En cuanto me lo ofrecieron, tuve clara la estructura del libro. Quería una parte inicial que diera las claves del cómic como medio: su historia y su lenguaje y además tenía claro que, en la medida de lo posible, tenía que incluir la perspectiva de género, tantas veces olvidada. Inmediatamente pensé en tres grandes expertos en cada uno de estos campos, a los que además me une gran amistad: Gerardo Vilches, Pepe Gálvez y Elena Masarah. El temario estaba marcado por el ámbito de trabajo del Memorial Democràtic, por eso Memoria y viñetas trata de la Segunda República hasta la Transición. Al ser este el temario, está pensado para ser usado en 4º de ESO o ya en Bachillerato.

ZN: ¿Es el cómic una herramienta útil para enseñar? ¿Qué ventajas tiene con otros medios?
DA: El cómic es una herramienta muy útil para enseñar y creo que en el ámbito de la Historia este hecho es aún más evidente. Cualquier persona que lea alguna de las obras trabajadas en Memoria y viñetas rápidamente verá el potencial didáctico que tiene el cómic. La principal ventaja respecto a otros medios es su versatilidad, ya que se puede emplear en el aula de muchas maneras diferentes: de forma más creativa o de forma más analítica; analizando una viñeta, una secuencia, un fragmento o una obra completa; en forma de club de lectura o simplemente proyectando una viñeta y estudiando la información que contiene. La unión de texto e imagen, la posibilidad de jugar con el ritmo de lectura y el hecho de que su lenguaje es conocido por nuestros estudiantes también son aspectos que convierten al cómic en una herramienta tremendamente útil.

ZN: ¿Qué tal ha sido recibido entre los profesionales de la enseñanza?
DA: Cada vez hay más docentes interesándose por llevar el cómic a sus clases, así que la respuesta está siendo muy positiva. Ya el éxito de la campaña de micromecenazgo nos demostró que había mucha gente interesada y, aunque aún es pronto para conocer su alcance con exactitud, me consta que en diversos centros ya lo están empleando.

ZN: ¿Qué crees que puede aportar el libro a la enseñanza y a los que lo lean?
DA: En primer lugar, creo que aporta un enfoque novedoso, ya que tradicionalmente el cómic se trabajaba ligado exclusivamente a las clases de Educación Plástica o en algunos casos de lengua. Además creo que puede ayudar dotar de cierta respetabilidad al cómic como herramienta didáctica y facilitar así su inclusión como un recurso educativo normalizado más. Pese a que su alcance temático es limitado, creo que puede servir como modelo para crear otros materiales para trabajar otros periodos e incluso otras materias, así que a medio plazo espero que ayude a docentes a crear sus propios materiales y cada vez seamos más los que lo utilicemos. A quienes lo lean, en la primera parte tienen un resumen inmejorable de la historia y del cómic y de su lenguaje, de modo que los aficionados al cómic también lo disfrutarán y seguro que aprenden muchas cosas. Asimismo, los dos artículos que tratan sobre la relación entre cómic y memoria pienso que también resultarán sugerentes. La parte didáctica, pensada para lo docencia con multitud de actividades, incluye artículos periodísticos y entrevistas a Antonio Altarriba, Jaime Martín y Carlos Giménez, que son muy valiosas. Estoy convencido de que quien lo lea irá a buscar muchas de las obras mencionadas para leerlas lo antes posible. Pensando en las familias, el libro puede ser buen material para que padres e hijos aprendan sobre el pasado mediante el cómic.

ZN: ¿Por qué crees que enseñar la guerra civil nunca ha sido algo prioritario en nuestro sistema de enseñanza?
DA: Lamentablemente, en sectores importantes de la sociedad, la guerra civil aún no ha sido asumida como acontecimiento histórico y, por tanto, los relatos académicos serios, aún hoy siguen siendo cuestionados en determinados ámbitos políticos. Teorías revisionistas, lecturas interesadas y presentismo son errores comunes, muchas veces malintencionados, como hemos podido ver abundantemente en las últimas semanas con motivo de la exhumación de Franco. Al mismo tiempo, durante la Transición la situación era tan complicada e inestable que se decidió apartar nuestro pasado reciente de las aulas. La guerra civil y el franquismo se tratan en 4º de ESO, el último curso de la educación obligatoria, cuando ya muchos estudiantes han abandonado la educación. Además están situados al final de un temario demasiado extenso, de modo que cuando llegamos es a final de curso, cuando el ritmo es frenético. También creo que hay docentes que evitan estos temas porque los consideran polémicos y para evitarse posibles situaciones desagradables. Todos estos factores conforman un cóctel perfecto para que desconozcamos nuestra Historia.

ZN: ¿No crees que para entender la situación actual es mucho más importante conocer la historia del s.XX que la lista de los reyes godos?
DA: Creo ya nadie enseña la lista de los reyes godos, pero entiendo el sentido de tu pregunta. Indudablemente es más necesario conocer la historia del siglo XX, ya que es la que más nos afecta directamente y cuyas consecuencias aún son bien visibles. Por desgracia, como comentaba en la anterior respuesta, el temario es tan inabarcable, está tan poco pensado, que acabamos dedicando demasiado tiempo a temas que seguramente tendríamos que simplificar para poder dedicar el tiempo necesario al siglo XX.

ZN: ¿Es la desmemoria historia uno de los grandes problemas de España?
DA: Ahora mismo España tiene muchos problemas, pero en mi opinión la desmemoria es uno de ellos. España es el segundo país del mundo con más fosas comunes tras Camboya; la Ley de Memoria Histórica se aprobó en 2007, 32 años después de la muerte del dictador, y no se cumple; quedan muchísimos vestigios de la dictadura en calles, plazas, monumentos e incluso en los nombres de algunos pueblos; existe una fundación en honor del dictador que hace apología de la dictadura y que ocasionalmente ha recibido subvenciones; la extrema derecha, que reivindica la dictadura impúdicamente está en auge; las investigaciones judiciales más destacadas sobre los crímenes de la dictadura se han tenido que producir en Argentina… Creo que la situación es muy delicada y como país deberíamos afrontar nuestro pasado, como han hecho muchos otros países que también han vivido situaciones traumáticas. Tenemos suerte de la existencia de entidades como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica o el Amical de Mauthausen, entre muchas otras, que llevan años haciendo una labor encomiable, pero debería ser el Estado quien tomara las medidas necesarias para recuperar la memoria.

ZN: ¿Qué te parece esa corriente de gente que están intentando hacer creer que la Guerra Civil era algo inevitable por los asesinatos e inseguridad ciudadana, obviando que era algo común a todos los países de nuestro entorno?
DA: El revisionismo, por desgracia, ha tenido mucho seguimiento desde las derechas. Así como el centroderecha se declara antifascista en todos los países europeos y esa es su tradición, en España buena parte de la derecha no reniega de la dictadura ni de cómo esta llegó al poder. No me interesan lecturas tan alejadas del rigor histórico, pero creo que es necesario combatirlas, ya que a base de irlas repitiendo van calando poco a poco. Por eso creo que en los colegios e institutos nuestra labor como docentes, especialmente como docentes de Historia, es fundamental para conseguir que ese tipo de bulos y de lecturas interesadas vaya desapareciendo.

ZN: En los años del franquismo se construyó un relato paralelo a la verdad que cuesta erradicar. Con una parte de la población que no puede asimilar que le contaron medias verdades. ¿Hay alguna solución posible?
DA: Solo se me ocurre una: educación, educación y más educación. Hasta cierto punto se me hace comprensible que existan nostálgicos que idealicen el franquismo, pero me cuesta mucho comprender la gran presencia que tienen ese tipo de ideas entre los sectores más jóvenes. Otro aspecto clave son los medios de comunicación, que en demasiadas ocasiones, piensan tan solo en los datos de audiencia y llevan a personajes tétricos a sus platós a difundir tranquilamente sus teorías que hacen apología del fascismo.

ZN: ¿Cómo profesor de historia qué sientes cuando ves a políticos de todos los signos haciendo interpretaciones torticeras de la historia? ¿Qué cómics les recomendarías?
DA: Me da mucha pena cómo se utiliza la Historia y ocurre prácticamente en todos los grupos políticos. Generalmente muestran una gran ignorancia, pero el problema es que contribuyen a difundir falsedades, valoran los hechos aislados totalmente de su contexto histórico y ese tipo de mensajes llegan a mucha gente. Estoy convencido de que muchos suspenderían los exámenes de Historia que hacemos en 4º de ESO. Les recomendaría leer El arte de volar, para que entiendan cómo la guerra, la dictadura y el exilio afectó a la gente corriente; también Nieve en los bolsillos, especialmente a quienes tienen discursos duros contra la inmigración o directamente xenófobos, para que vean que España siempre ha sido un país de emigrantes; y Maus, por supuesto, a ver si así dejan de banalizar el nazismo.

ZN: ¿Ha habido algún cómic que no hayas podido incluir?
DA: La principal limitación ha sido de espacio además de la temática que comentaba anteriormente, ya que creo que obras de gran nivel y que se acercan a temas muy relevantes se han tenido que quedar fuera. De hecho, en esta edición he incluido dos obras más que en la edición en catalán, que ya contenía propuestas didácticas para trece cómics. Hay cientos de cómics que se pueden utilizar para enseñar Historia y espero, si Memoria y viñetas funciona bien, tener la oportunidad de tratar otros períodos históricos y hacer algo similar. De hecho, me encantaría preparar algo sobre el siglo XX a nivel internacional, por ejemplo.

ZN: Yo siempre he creído que el relato más fiel de la guerra civil era la película La vaquilla de Berlanga. Sobre todo por su valor como desmitificación de las causas de los combatientes de ambos bandos, muchos no lo hacen por ideología sino por la situación geográfica tras el estallido de la guerra. ¿Cuál crees tú que es la mejor representación de la guerra?
DA: En el sentido que comentas, me gusta mucho Doctor Uriel. Un joven de izquierdas, que es prisionero de ambos bandos, que no puede desertar y que acaba venciendo en la guerra sintiéndose derrotado por las ideas que se iban a imponer. Creo que es una obra esencial para comprender cómo fue la guerra. También me gusta mucho la forma en que representan la guerra Tardi, Mizuki, Guibert o Joe Sacco, por citar solo a algunos de mis autores favoritos.

ZN: ¿Quedan muchas historias por contar?
DA: Por suerte creo que sí, aunque es cierto que cada vez queda menos gente que viviera la guerra civil o la Segunda Guerra Mundial, así que es fundamental preservar esas historias. Seguro que muchos autores y autoras seguirán narrando esas historias y creando muchas nuevas. El pasado siempre es una gran fuente de inspiración.

ZN: Muchas gracias por atendernos, esperemos que el libro sea todo un exito.



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