Javier Vázquez Delgado recomienda: Bendis y Leviathan
El evento Leviathan, con la serie de seis números del mismo título, ha sido una de esas historias potentes que parece que han pasado desapercibido, pero que quienes la hemos seguido desde sus primeras páginas en Action Comics la hemos disfrutado. Brian Michael Bendis ha sabido jugar con las agencias secretas del Universo DC, un elemento siempre interesante y muchas veces olvidado. DC es muy rica en cuanto a la variedad de organizaciones, a veces gubernamentales y otras no, dedicadas al espionaje, defensa de la seguridad nacional e internacional, estudio de operaciones extraterrestres y la unidad superhumana, entre otras labores. El autor de Cleveland ha sabido sacar partido de todas, aunque sea de una manera muy destroller. Pues ya en la serie regular se encargó de que, de manera misteriosa y dramática, los cuarteles generales de Kobra, Task Force X (Escuadrón Suicida), D.E.O., Spyral y A.R.G.U.S. fueran atacados y borrados del mapa. Una jugada que parece que a Bendis le gusta mucho, porque al poco de aterrizar en la superfranquicia ya se cargó la Fortaleza de la Soledad, botella de Kandor incluída.
Todo el misterio que centra esta historia empezó con esa explosión en la sede del culto de Kobra, en Action Comics #1007, dejándonos a todos con los ojos como platos. Desde entonces, Superman y Lois llevan a cabo una investigación acerca de ese oscuro personaje del que empiezan a oír hablar: Leviathan. Un nombre que empieza a sonar cada vez con más fuerza. Llevando al Hombre de Acero por unos derroteros detectivescos como hacía tiempo que no se le veía y al que le sienta como un guante. En Superman: Leviathan Rising Special #1 incluso es sometido a una interesante encrucijada: se hace pasar únicamente por Clark Kent, dejándose secuestrar con el fin de seguir su investigación.
En Event Leviathan Bendis reúne a un interesante equipo de detectives que siguen el rastro de Leviathan, con Batman a la cabeza. Desde la primera página del primer número coge al Hombre Murciélago, al que se le notan unas ganas tremendas por guionizarlo (todos sabemos que llegará) dejando a Superman en un segundo plano al estar ocupádose de otro asunto en ese momento. El equipo, formado por la necesidad de investigar un complejo crucigrama, lo conforman Robin (Damian), Question, Green Arrow, Kate Spencer, Plastin Man y Lois Lane, que no es una detective pero sí una periodista de investigación como pocas en el mundo, cuyas dotes le sientan muy bien a esta formación. Y la química entre todos los miembros es tan buena que daría para una serie propia más larga. ¿Se imaginan una Detectives League? Compro ya.
La historia de los seis números transcurre en una misma noche, clave para evitar que Leviathan se salga con la suya. Todo queda bien aclarado, pero la historia de este villano, que gana en carisma y profundidad al descubrirse quién es, no ha terminado todavía. La misma última página avisa que volverá en Action Comics #1018 y Leviathan Dawn #1, en los próximos meses. Una grata noticia, por los lectores queremos seguir disfrutando de las actuaciones de este antagonista, un gran redescubrimiento por parte de Bendis. Demuestra tener bastante conocimiento del Universo DC o, al menos, haber realizado un importante trabajo de documentación para usar a los secundarios con los que juega en toda la serie. Y lo hace con verdadero placer, pues es genial ver a Talia al Ghul como superior de Silencer y los diálogos del equipo de detectives en asamblea, con Damian haciendo incisivas aportaciones, Question desde su punto de observador y Green Arrow tratando de ganarse el respeto de Batman,
Y antes de dar paso a las opiniones de mis compañeros Pablo y Jordi, hay que pararse a hablar de Alex Maleev. En mi opinión, el mejor dibujante para los guiones de Bendis. Tiene un estilo único, curtido en sus inicios en el comic independiente, perfecto para historias negras, detectivescas, callejeras, crudas. Único en la editorial de Burbank. Juega con las composiciones de página, combina las viñetas como le da la gana, cambiando estructuras, tamaños y formas a su antojo. Encaja a la perfección los, a veces, extensos globos de diálogo que su colega inserta en cada página de manera que la lectura siempre es sencilla y cómoda. Y además se encarga del color.
Event Leviathan ha supuesto un disfrute para el consumidor, una historia rápida, que ahonda en ese misterioso ser y esa organización. Que explota el lado más detectivesco de DC y juega con la novela policíaca. Una delicia a la que hay que acercarse estando al día en la colección de Action Comics.
Por cierto, Leviathan es…
Aviso de Spoiler
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Aunque parezca mentira, la historia de Event Leviathan escrita por Brian Michael Bendis gira entorno a los legados, y hace un buen uso de la continuidad del universo DC. Al autor no le tiembla el pulso hacer borrón y cuenta nueva, si la historia que quiere contar le sobra continuidad. Y aquí en parte hace lo mismo, pues la trama empieza cuando una desconocida fuerza hace limpieza de las diferentes organizaciones criminales y gubernamentales, pero quien realiza tal proeza se mueve de forma lógica y coherente por el legado y la continuidad. Ya desde la presentación de los principales detectives para encontrar al misterioso Leviathan, ya se ven referencias de alguien que ha estudiado bien a sus oponentes, o de sus protagonistas si hablamos del trabajo del autor.
La misma alineación, los primeros personajes en ser afectados por toda esta trama, y los primeros sospechosos, empezaron a crear una pequeña lista de posibles sospechosos de verdad. Sam Lane como uno de los primeros grandes afectados, las sospechas hacia Jason Todd y que Green Arrow formase parte del equipo, que su abogada Kate Spencer recuperase su identidad superheróica, etc. Incluso en el penúltimo número, la identidad de quien se ocultaba tras la máscara de este nuevo Leviathan podría ser más de una. Siempre podría haber jugado una carta trampa en el último número, pero fue coherente ante la respuesta más probable, y con ello también fue coherente con el universo DC, siendo una historia que básicamente se podría haber realizado hace 10 años atrás y podríamos tener el mismo resultado satisfactorio.
Lo titulo “Legado de legados” porque la identidad con la que hemos conocido este personaje tiene un legado previo. Millones de años atrás, los Guardianes de Oa crearon su primera fuerza policial para patrullar todos los sectores del universo DC. Todo fue relativamente bien, hasta que empezó a ir relativamente mal cuando Krona los corrompió, provocando la revuelta de los Manhunters tras la masacre del Sector 666. Finalmente los Guardianes derrotaron y exterminaron la mayoría de sus robóticos policías espaciales, y tras ello decidieron la creación del Cuerpo de Linternas Verdes. Algunos sobrevivieron en distintos planetas, creando cultos hacia su figura y su lema “ningún hombre escapa a los Manhunters”. Uno de estos planetas fue el planeta Tierra, y con ello se inició su legado.
Dan Richards. Paul Kirk. Los clones de Paul Kirk. Mark Shaw. Chase Lawler. Kate Spencer. A lo largo de más de 80 años de vida de DC Comics, varios han sido quien han llevado el manto de Manhunter, siendo la última y la actual poseedora del título la abogada Kate Spencer, quien protagonizó la última serie regular del personaje allá en 2004 a cargo de Mark Andreyko con la dupla Jesús Saiz y Javier Pina. En ella acabó apareciendo un anterior Manhunter, Mark Shaw, quien protagonizó la primera serie regular en 1988 escrita por John Ostrander, también creador del Escuadrón Suicida. Ambas series serían parte del crossover La Directiva Janus, donde casualmente todas las organizaciones involucradas que aún existían en 2019 fueron víctimas de Leviathan.
Claramente de todos los Manhunter posibles, Mark Shaw es quien tiene más coherencia, puesto que ha sido tanto héroe como villano, ha tenido la conexión más destacada con el culto de los Manhunters y había pasado o luchado contra más de una organización de las que se ha encargado de cerrar en Event Leviathan. Si miramos sus acciones, sus motivaciones, vemos que este nuevo Leviathan no es el típico villano que quiere hacerse con el control del planeta, como fue Kobra en La Directiva Janus. De hecho, él mismo se ve como un héroe, e intenta que el resto de superhéroes se unan a su causa. Haciendo paralelismo con el mundo real y salvando las distancias, sería el equivalente a Julian Assange del universo DC.
No sabemos si se mantendrá toda la continuidad del personaje, como sus otras identidades tales como Privateer o el desquiciado Dumas. Esto último estaría muy bien a nivel de continuidad, aunque sería fácil caer al final con que eso le afectó y por ese motivo ahora es un “villano”. Hay motivaciones de sobra, aunque no se comparta el modus operandi para lograr el cambio en la sociedad actual. Veremos como Bendis y el resto de autores actuales de DC Comics reordenarán las piezas del tablero tras Event Leviathan, pero sin duda nuestro nuevo Leviathan no ha dicho su última palabra, y esperemos que sea para bien.
magia.
1. f. Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales.
2. f. Encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo.
ilusionismo.
1. m. Arte de producir fenómenos que parecen contradecir los hechos naturales.
¿Qué define a un gran artista? Desde mi punto de vista, creo que es la capacidad de, uno, encontrar un tema trascendente que guíe al corazón, la mente y el alma como una brújula y, dos, tamizar ese tema a través de cualquier tipo de filtros.
Es lo que llamamos magia.
Ejemplos. Shakespeare y la incapacidad de diferenciar lo real y lo imaginario. Picasso y las múltiples facetas del exilio. Martin Scorsese y la imposibilidad de escapar. Alan Moore y la pérdida de la inocencia. Neil Gaiman y la naturaleza de las historias. Warren Ellis y la conspiración. Brian Michael Bendis y la naturaleza de la mentira.
Es evidente que tanto el tema de un artista como los filtros que utiliza se ven influidos por las circunstancias históricas en las que el propio artista ha estado sumergido. Es también evidente (y doloroso) que mientras el artista queda anclado en un tiempo determinado, el público sigue avanzando y ya no conecta de la misma manera con él (y se dice entonces que “ha pasado de moda”, luciferina expresión).
Bendis (y sus más destacados compañeros de generación: Warren Ellis y Mark Millar) sintonizó muy bien con la paranoia y las mentiras que inundaron occidente a principios del s.XXI, y que resultaron ser inseparables de la guerra contra el terror, el libre comercio y las armas de destrucción masiva. Entendió también que un género como el super-heroico (uno de cuyos elementos definitorios es la identidad secreta) resultaba idóneo para desarrollar sus ideas acerca de cómo la verdad y la mentira son capaces de definirnos, en ocasiones de la misma manera.
Bendis ha escrito algunos grandes comics a lo largo de los años. Ha escrito otros comics simplemente buenos, otros malos y otros muy malos. Pero, a la larga, eso dará igual. Lo que en años posteriores definirá a Bendis es la evidencia de que, bajo toda su obra, subyace un cable de alta tensión que conecta directamente con los temores y anhelos de el hombre de a pie contemporáneo. Un cable cuya electricidad alimenta las historias que está escribiendo con Superman. El ciclo conspiranoico centrado en la figura de Leviathan y el próximo centrado en la figura de Superman revelando al mundo su identidad secreta así lo confirman.
No es casualidad que la mayoría de los protagonistas de Bendis sean escritores, periodistas o detectives, todos ellos relacionados de una u otra manera con la mentira. El estrambótico y exagerado amor de Bendis por los giros argumentales inesperados proviene de ese gusto obsesivo por la verdad.
Es lo que llamamos ilusionismo.
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