Javier Vázquez Delgado recomienda: Spiderman Superior 0-4
En el mundo del cómic superheroico los lectores estamos más que acostumbrados a que se produzcan cambios radicales en la vida de determinados personajes, ya sean estos protagonistas o villanos, cambios que por su importancia suelen caracterizan una etapa en concreto, ligada a un equipo creativo, y que duran tanto como la etapa en cuestión. En ese sentido, todos vimos cómo tras la Diezma mutante Magneto y Xavier recuperaban sus poderes, como la Antorcha Humana moría para volver a resucitar en la magnífica etapa de Jonathan Hickman, o como Thor era una Jane Foster que enfrentaba el cáncer a la par que encarnaba a la deidad nórdica del trueno para más tarde dejar dicho manto y cedérselo a Odinson, su primer portador.
La realidad es que nos gusten o no estos cambios, los consideremos hijos de su época, o de la corriente imperante, está claro que los mismos sirven para aumentar las ventas de forma explosiva, unas ventas que se desinflarán con la misma rapidez si el cambio se convierte en definitivo. Es por ello que todos sabíamos que el Capitán América pro Hydra que presentara Nick Spencer como prólogo a su Imperio Secreto no sería un cambio que estuviera ahí para quedarse, de la misma forma que imaginábamos y suponíamos que tener a Otto Octavius ocupando el cuerpo de Peter Parker se trataría de una estratagema editorial que, tarde o temprano, terminaría por remitir.
Y en principio, así era. Dan Slott tenía un plan muy bien definido y trazado en su etapa al frente de Spiderman, poniendo fin a la colección tras su número 700 en el que el personaje debido a un hábil y pérfido plan del Doctor Octopus, pasaba a ocupar el moribundo cuerpo de éste, a la par que Octopus, intercambiaba su mente con el ágil y apolíneo cuerpo del arácnido. A priori, ello supondría la supuesta muerte de Peter Parker (que en el fondo nunca dejó del todo de permanecer en su cuerpo), y la aparición de un nuevo Spiderman, el Spiderman Superior, que no era si no Otto con el cuerpo de su odiado enemigo, abrazando una concepción del heroísmo brutal y extremista que lo acercaba más a personajes como Frank Castle o a villanos como Azote, que al supuesto Spiderman que encarnaba.
Sin embargo, mientras duró aquel periplo (complicándose en el buen sentido y para bien la historia con el evento Universo Spiderman) Otto aprendería lo que el sentido del poder y de la responsabilidad significaba realmente, queriendo ser y tratando de ser un héroe, aunque sus métodos fueran más que cuestionables.
Toda esta etapa está siendo actualmente recopilado en formato Marvel Saga por Panini Cómics, pudiendo consultarse las reseñas que al respecto he realizado sobre los tomos publicados hasta ahora aquí y aquí.
Una vez el cambio se deshizo, daba la impresión de que Slott hubiera deseado de algún modo llevar el mismo a perpetuidad, por lo que se reservó un as en la manga dejando la mente de Otto encerrada en el mecánico cuerpo del Cerebro Viviente. Sin embargo, estaba claro que eventualmente Peter debería de volver a su cuerpo, siendo deliciosos aquellos números en los que el héroe recomponía su vida (y comenzaba el nuevo volumen de la colección del personaje) tras el desaguisado montado por su peor enemigo que al final de sus días, había aprendido realmente lo que significaba ser Spiderman.
Pues bien, Slott continuó con su andanza, volviendo a su idea presentada en “A lo grande” respecto a la cual Peter podía ser un triunfador, máxime si heredaba el imperio construido por Otto con la creación de Industrias Parker, quedando siempre en el aire qué ocurriría con el bueno de Otto, si éste estaba realmente muerto y si volvería para ser el de antes o no.
Serían los eventos de La Conspiración Clon (prácticamente la coda final de la etapa de Slott al frente de Spiderman) y de Imperio Secreto, así como de Spidergeddon, los que terminarían por dar respuesta a esta pregunta, pues darían lugar al resurgimiento de Otto con un nuevo cuerpo que era prácticamente idéntico al de Peter (al estar basado en una clonación del mismo) pero que respetaba la comunicación mental de Otto con sus brazos mecánicos. De este modo, el que fuera un cambio que obedecía a una estrategia editorial de incremento de ventas, terminaría por convertirse en parte esencial de la historia de Otto Octavius como némesis de Spiderman (con el permiso de Norman Osborn) y en el siguiente gran paso en la historia del personaje.
Es así como saltamos a la época actual, la cual está siendo recopilado en grapa por Panini Cómics, y que se refiere a la nueva colección del Spiderman Superior que coexiste con la serie arácnida principal, y en la que a Christos Gage (guionista de Spidergeddon, sucesor de Universo Spiderman y asistente de guión, así como escritor de varios números de la etapa arácnida de Dan Slott) se le daban alas para hacer lo que quisiera con el personaje de Otto, que ahora sí, ya tenía definitivamente un cuerpo joven, apuesto y sano con el que emprender una nueva vida.
Pues bien, en esta colección, que es heredera directa de la etapa de Dan Slott al frente de Spiderman (y por tanto, de Gage), se nos presenta a Elliot Tolliver, profesor de la Universidad Horizon de San Francisco, quien realmente es Otto Octavius bajo su nuevo pseudónimo, siendo la institución educativa propiedad como no podía ser de otro modo de Max Modell, y en la que a su vez colabora Ana María Marconi. De este modo, Gage hereda directamente a toda la pléyade de secundarios que creara Dan Slott y la hace propia y exclusiva del mundo del Spiderman Superior, de este Elliot Tolliver que combina su labor docente y sus investigaciones con la de protector arácnido de la ciudad de San Francisco, que ahora como Brooklyn y Nueva York entre otras, tiene su propio Spiderman.
A lo largo de estos primero cinco números (el 0, más las cuatro grapas mensuales, que a su vez abarcan hasta el octavo número de la colección en grapa USA) la combinación de humor, dramatismo, y ese antihéroe que fue Spiderman Superior y que tan bien supo caracterizar Slott, es mantenida a la perfección por Gage, que perfilan perfectamente a ese Octavius que tiene claro que ya no puede ser un villano, pero que no ha dejado atrás su actitud artera, engañosa y egoísta que le caracterizan tanto en su vida como Spiderman, como en el aspecto civil de ésta, haciendo las veces Ana María Marconi de Pepito Grillo Octoarácnido particular.
El intelecto superior de Otto, y la vertiente más científica de éste a la hora de resolver conflictos, se ven en enfrentamientos contra seres de poder mucho mayor que el suyo, como Terrax, o en como llega a contratar mercenarios para que realicen los trabajos heroicos que Octavius considera menores mientras éste se centra en sus investigaciones y en aquellos conflictos que sí que merecen a su juicio, su atención.
Al dibujo, tenemos principalmente a Mike Hawthorne, un autor que supera a Ryan Stegman que acometiera junto con Humberto Ramos la colección inicial de Slott en la que el personaje naciera, y que sabe combinar perfectamente estilo cartoon con un toque de cómic más tradicional, si bien es cierto que se aprecia cierta rigidez en el movimiento y en las expresiones que, en cierto sentido, lastran la obra.
Ello no ocurre con Lan Medina, que acomete el dibujo de las últimas grapas con un estilo que considero más acorde a la colección y mas favorecedor al guión que Gage va tejiendo en cada grapa.
Dentro de la amplia oferta de grapas mensuales que Marvel/Panini editan, considero que Spiderman Superior es la serie perfecta para aquellos que echéis de menos la etapa Slott, y especialmente, su Spiderman Superior, siendo esta colección hija directa de aquella etapa, y estando dedicada tanto a nuevos lectores como a los fans de aquel intercambio mental que supuso uno de los hitos editoriales arácnidos más grandes del presente siglo.
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