Javier Vázquez Delgado recomienda: Doctor Extraño 6, 7 y 8

Edición original:Marvel Comics, Doctor Strange #9, 10 y 11 (LGY 399 – 401).
Edición nacional/ España:Panini Comics, Doctor Extraño V1 39, 40 y 41.
Guión:Mark Waid.
Dibujo:Jesús Saiz, Javier Pina, Kevin Nowlan, Butch Guice.
Entintado:Jesús Saiz.
Color:Jesús Saiz, Rachelle Rosemberg.
Formato:Grapa.
Precio:#6(2,20€), #7(4,00€), #8(2,20€).

Siguiendo con la etapa del Hechicero Supremo orquestada por Mark Waid, llegamos a las puertas del número 400 y analizaremos junto con dicho número especial, el previo y el siguiente, que conforman un pequeño arco argumental. Las grapas en cuestión corresponden a Doctor Strange #9, 10 y 11 (LGY 399 – 401).

Si bien los dos anteriores números pusieron en tela de juicio esta nueva etapa del personaje, no es menos cierto que el autor recupera el pulso de la serie con un número meramente de paso con Doctor Strange #9 (LGY 399), pero no por ello magnífico, y con un especial que celebra 400 entregas de la colección con el cierre de una de las tramas planteadas en los primeros compases de esta etapa.

El número 6 de la colección nos trae de vuelta a Jesús Saiz, aspecto que muy probablemente empuja en línea ascendente este número y los siguientes. En concreto Mark Waid nos trae una pequeña historia, de las que en muchas ocasiones el lector disfruta por su alto contenido en aspectos emotivos o sociales, como es en este caso, aderezados, eso sí, con contenido propio del mundo superheroico. En concreto veremos con saltos temporales como diversas entidades pretenden adquirir la manzana entera donde está el sancta sanctorum del Doctor Extraño y de sus vecinos, para construir un edificio de oficinas y viviendas.

No debemos olvidar que el domicilio donde vive nuestro buen doctor, no es como nuestro apartamento o piso, este edificio es para Stephen Strange, lo que la batcueva es para Batman, a título de ejemplo. El edificio donde el Doctor Extraño descansa y estudia, e imaginamos que alguna otra cosa más, alberga objetos mágicos de poder inconmensurable. Este inmueble apareció por primera vez en Strange Tales # 110 (julio de 1963) y está ubicado en 177A Bleecker Street en el vecindario Greenwich Village de la ciudad de Nueva York. Para los curiosos y amantes del buen saber arcano, decir que “google maps” lo tiene localizado en la Gran Manzana. La mansión está construida en un centro neurálgico de energía, las llamadas líneas de dragón, las venas del poder místico que atraviesa la Tierra. En esta zona o terreno no solo se realizaron rituales de indios chamanes, sino que fue un cementerio, y justo donde se levanta la mansión había una fosa común donde la mayoría de los cadáveres eran de reclusos de la primera prisión de Nueva York. La casa tuvo propietarios diversos, e historias sórdidas que a cualquier comprador le espantarían, pero finalmente el Doctor Extraño, guiado por el Anciano, escuchó rumores de que era una casa encantada y decidió comprarla en Strange Tales #110. Como nota curiosa esta dirección identifica un apartamento que compartieron en su momento Roy Thomas y Gary Friedrich.

En este número en concreto podremos ver como la “Corporación Falston” de diferentes formas intenta acceder a la morada del Hechicero, siendo parados los embates del especulador. El ardid de nuestro héroe nos dejará una situación ciertamente cómica, al dejar entrar a Windermere Falston en una vivienda donde lo anormal es lo normal, el cual no conseguirá ponerse cómodo pese a la hospitalidad del Stephen Strange.

doctor extraño 6

Con posterioridad veremos cómo Strange es un vecino implicado con su comunidad y su relación con los vecinos es cercana y fraternal. Pasados los años, lo que al principio era una inmobiliaria, ahora es una corporación (“Eldrich Consolidated”), más poderosa eso sí, cuyas artimañas son de carácter más beligerante, si bien infructuosas. Curioso cuanto menos será la solución que ante las posteriores difamaciones de la prensa utiliza el buen doctor, haciendo uso de su abogado. Un abogado, todo sea dicho que supone el uso de un tópico muy recurrido, pero que no deja de ser por ello menos gracioso. Finalmente aparecerá la cabeza visible de semejantes coacciones o intentos de extorsión, el cual será desenmascarado como un demonio nada afable, el cual únicamente quiere acceder a la morada del hechicero para acceder a diversos portales a otras dimensiones.


El numero 400 continua con el cliffhanger del numero anterior, encontrándonos con el Anciano, el cual ha sido privado de su conocimiento en las artes místicas. El autor de esta sustracción es un personaje que había aparecido en Doctor Strange #2 – LGY 392 – (Numero 2 volumen 4 de la edición de Panini Comics), el cual se nos presenta como el causante de la perdida de poderes del Doctor Extraño, con la cual se inició la etapa actual. Será ahora cuando el aprendiz se convierta en maestro, intentando contrarreloj enseñar lo que ahora El Anciano necesita para sobrevivir. El nexo causal de esta situación es el abuso del uso del poder mágico tanto de Stephen como de su maestro, los cuales han contraído una enorme deuda con las entidades místicas de las cuales obtiene el poder. El haber privado del acceso de la magia al buen doctor, no impidió que la situación se agravase en su periplo galáctico, aumentando esta deuda de manera vertiginosa, ni más ni menos que con los Faltine, y por ende con Dormammu. La situación se torna de difícil solución si bien veremos cómo manipulando de nuevo a sus amigos, conseguirá que el poder del anciano sea imbuido en ellos, a pesar del peligro que corren por ello. El plan finalmente será infructuoso y Stephen opta por liberar a sus amigos de semejante poder, cayendo rendido ante Dormammu. El poder que liberan retorna al Anciano el cual derrota al demonio de la Dimensión Oscura.

Las historias de complemento que contienen el número 400 de gran calidad, destacando la vuelta al personaje de Jackson “Butch” Guice (Doctor Strange Sorcerer Supreme #5–16, 18, 20–24). Igualmente, Kevin Nowlan nos regala una intrahistoria dentro del origen del Doctor Extraño, que resulta entretenida y gráficamente notable.

Para finalizar debemos aplaudir la labor de Jesús Saiz, el cual tiene un trazo formidable, una calidad de elogio, que consigue que la lectura de estos números despunte y ayude a un flojo Mark Waid.



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