Javier Vázquez Delgado recomienda: Evento Marvel: La guerra de los reinos, octubre
Octubre marcó el mes en que finalizaba el último gran evento de los héroes Marvel, obviando el más modesto La era de Hombre-X sobre la franquicia mutante. Sin embargo aun nos quedará una última entrada, que saldrá en un par de semanas, con el especial omega y los últimos cruces de este evento dedicado al dios del trueno y su entorno. Dicho esto, comencemos el análisis del último número y los diferentes tie-in que puso a la venta Panini el pasado mes de octubre. ¿Qué os han parecido?
LA GUERRA DE LOS REINOS nº4
La grapa de este mes contiene el último número USA del evento, el sexto, con la resolución que Jason Aaron quería darle a su historia, finalizando una larga etapa y dejando a Thor en un nuevo estatus que habrá que ver cómo encaja en el futuro del universo Marvel.
El principio del cómic une, de manera bastante efectiva, todas las versiones de Thor sobre las que el guionistas había escrito estos años, tenemos a Odinson, ahora tuerto tras haber adquirido el conocimiento del Árbol del mundo, al Padre de todos y Thor del futuro, al cual le había dedicado varios arcos en la serie principal, al Thor indigno y joven del pasado del que se narró alguna aventura, y a Jane Foster, protagonista de la colección largo tiempo, con un nuevo martillo que apenas se sostiene. Es una forma de dar coherencia a toda su etapa, uniendo las historias en un punto aun mostrándose como muy inconexas desde el principio. Esta parte forma la más positiva del cómic, que da paso a la más negativa, la repetición de imágenes, muy estáticas, de héroes luchando contra enemigos de otros reinos, esto es sin duda un mal necesario para mostrar la grandeza de la guerra, pero resulta monótono y carente de fondo. Solo Daredevil sobresale, mostrando el gusto de Aaron por este personaje. De hecho el trabajo de Russell Dauterman mejora cuando trata al hombre sin miedo, frente a las imágenes del resto de héroes, que parecen carecer de alma.
Pero donde la historia mejora realmente es cuando se enfoca la batalla entre Malekith y las cuatro versiones de Thor, con Odín y Freyja aprisionados por el villano. Aquí es donde se aprecia el gran fallo narrativo de esta serie dado por la magnitud del evento, y es que quien mucho abarca poco aprieta, todas esas páginas dedicadas a los otros héroes han acabado por ser más relleno que otra cosa, ya que nada de la resolución depende de ellos, podían haberse dedicado a dar más profundidad a los personajes o a contar la relación entre Malekith y el simbionte de Veneno, especialmente cuando se presenta a este como su principal arma mientras que, dada su búsqueda, casi parece más que se lo encuentra por casualidad que el hecho de que sea algo fundamental en su plan.
La batalla final apenas tira de sorpresas, como sí se hiciera en otros números, resultando más épica y mejor narrada. En este sentido el último número recuerda al primero, siendo los mejores del evento. La recuperación de Loki, que estaba cantada desde los primeros capítulos, es efectiva, el regreso del Mjolnir era algo casi necesario, pero habrá que ver cómo se maneja en el futuro de Marvel este nuevo Thor “Padre de todos”, que no es la primera vez que sucede, ya había pasado algo así con Lord Thor en la etapa de Dan Jurgens hacia el final del segundo volumen de la serie Thor, hace 15 años. Lo que está claro es que, con sus altibajos, gustando más o gustando menos, aquí acaba una etapa por la que Jason Aaron siempre será recordado como uno de los autores más importantes de Thor.
LA GUERRA DE LOS REINOS EXTRA nº3
No se vayan, aun hay más. Otra serie que concluye es el tomo que estaba publicando Panini donde se recopilaban los Pergaminos de guerra, la serie de relatos cortos sobre los personajes de Marvel dentro del evento, la miniserie del Hombre Gigante e incluía al final alguna de las otras miniseries que se había publicado sobre este evento en Estados Unidos. Como es habitual empezaremos hablando de los relatos cortos, cuyo nexo de unión era Daredevil, con guiones del propio Jason Aaron y dibujo del impresionante Andrea Sorrentino.
Se acaba la historia de Daredevil como sustituto de Heimdall, tras el enfrentamiento con un superpoderoso Kingpin que acaba por traicionar a Malekith, Matt Murdock se las verá con el villano de este evento, en una trampa tendida por él. Aun con Aaron profundizando en su propia religiosidad, como suele ser habitual en la mayoría de sus historias, lo cierto es que el conjunto formado por la historia de Daredevil se encuentra entre lo mejor del evento, el guión y en dibujo, ya que el propio Sorrentino es capaz de deshacerse de su estilo narrativo habitual para hacerse con la acción de la historia. Ella nos enlaza directamente con la llegada de Daredevil a la batalla contra los gigantes de hielo.
Chirstopher Cantwell, guionista en alza dentro de Dark Horse y futuro escritor de la serie del Doctor Muerte, se acompaña de Cian Tormey para contar precisamente lo que ocurre en Latveria durante esta invasión. El número está narrado desde el punto de vista de una niña que vive en Latveria y cómo ve a su señor actuando contra las fuerzas de Malekith, son pocas páginas para evaluar lo que Cantwell puede hacer con este personaje, pero tiene una pinta asombrosa, logra sintetizar los pensamientos de los súbditos de Muerte, dar cuenta de la situación geopolítica de la nación y situar la acción en los últimos hechos referidos al Latveria (esta serie más la de los 4 Fantásticos de Dan Slott) dentro del universo Marvel. Todo bien. Los pergaminos de guerra acaban con una pequeña historia de Hulka con Freyja, antes de que conquisten el Bifrost negro, con un dibujo de Simone D’armini algo irregular y poca importancia en la historia escrita por Charlie Jane Anders, tratando a Jennifer Walters de forma más personal, hablando de su relación con Thor y con su alter ego como Hulka.
De ahí saltamos a la miniserie Hombre Gigante, con los Hombres Gigantes de Marvel infiltrándose entre los gigantes de hielo, una absoluta maravilla escrita por Leah Williams y dibujada por Marco Castiello que se consolida como una de las mejores partes de este evento. No me importaría nada que esta colección hubiera seguido con otras aventuras, los autores han sabido dotar de su propia personalidad a cada uno de los personajes, de hecho la villana escogida para el final, Piedra Lunar, tiene esa extraña relación con Eric en los Thunderbolts originales que resulta muy atractiva seguir, precisamente por la capacidad de ella para manipular a la gente. La aparición de Casey Lang en el momento justo, como una sorpresa que se veía venir pero aun así logra su efecto, demuestra que estamos ante buenos autores que no tiran de lo fácil para impresionar al lector, sino que su fuerza reside en los personajes, sus sentimientos y sus conversaciones, sin dejar de lado la aventura. Esperemos ver más a esta gente por Marvel.
El tomo finaliza con los tres números de la serie Spiderman y la Liga de los reinos, donde el famoso trepamuros se une al grupo creado por Aaron en la serie de Thor, tiempo atrás, y quizás no muy aprovechada en su momento. Para la ocasión Sean Ryan al guión con Nico León y Marco Failla ocupándose del dibujo, llevan a este peculiar grupo hasta África, donde se las verán con los ángeles de Heven, el reino del que procede Ángela para que nos entendamos, ahora formando parte del ejército de Malekith. Pero en su primera batalla encuentran una nueva aliada y el villano lanzará a uno de sus lacayos contra él. Si la comparamos con las otras miniseries que se han publicado dentro de estos Extra no es ni tan buena como la de Punisher ni tan mala como la de la Patrulla-X, aunque teniendo en cuenta que esta última estaba escrita por Matthew Rosenberg eso es decir poco. Digamos que la de Spiderman está en un punto intermedio, es entretenida, aporta algo al evento, en especial sobre lo que pasa en África y bastante sobre el villano Kurse, pero no destaca dentro de él, como si lo hace la de Hombre Gigante. De hecho que Spiderman sea el personaje de esta serie es casi más un reclamo publicitario, justificado solo porque Thor decide que él es el indicado para esa misión, pero es continuamente un secundario supeditado a la historia de los ángeles, aunque para papel secundario, casi de figurantes, están el resto del grupo, que pintan entre poco y nada. En resumen, ni fu ni fa.
LA GUERRA DE LOS REINOS: VIAJE AL MISTERIO
Hemos tenido que esperar al últimos mes para poder disfrutar de una de las verdaderas joyas ocultas de este evento, Viaje al misterio, un tomo que contiene la serie completa, los cinco números, que salía paralela a La guerra de los reinos en Estados Unidos, narrando una historia de esas frescas, divertidas, que se degustan rápido pero dejando al lector pegado a cada página y con un buen sabor de boca. Una historia que cuenta lo que cuenta, sin intención de realizar continuaciones, de establecer cánones, pero con un gran conocimiento del universo Marvel, tratando personajes nada planos y sacados de ámbitos muy diferentes. Toda una delicia que se puede disfrutar con el evento o separada de él, una de las grandes historias de la Marvel del 2019 por si alguien se anima.
Viaje al misterio fue la cabecera en la que Marvel presentara la dios de trueno a principios de la década de los sesenta, una serie que acabó cambiando su cabecera para acoger solo a Thor y que fue recuperada en varias ocasiones, casi siempre relacionada con los dioses asgardianos, por ello su relanzamiento, aunque breve, era necesario en este evento. Aun así, con Balder y una pequeña diosa muy carismática, esta historia está protagonizada por un plantel de personajes nada convencional.
Así tenemos a Miles Morales, el Spider-Man joven venido del universo Ultimate, Balder el Bravo, uno de los asgardianos con más carisma, Kate Bishop, nuestra Ojo de Halcón favorita que ha gozado de muy buenas series en los últimos años, Thori, el perro/dios asgardiano, el Hombre Maravilla, Simon Williams y su pacifismo ponen el punto clásico al grupo, Doctor Druida, uno de los Guerreros Secretos de Nick Furia e hijo del vengador de mismo nombre, y Death Locket, personaje bastante complejo que resultaba no ser lo que parecía, salido de Vengadores Arena. ¿y cual es la misión de tan extraño grupo? Ayudar a Balder a cuidar de Laussa, la hermana pequeña de Thor, Loki y el propio Balder, la hija de Odin y Freyja, un bebé al que los aliados de Malekith quieren atrapar.
La historia está concebida como una especie de road-movie, en la que todos ellos escapan constantemente de un villano que les persigue mientras se encuentran con gente poco convencional en las paradas que hacen, como un grupo de Skrulls, unos fantasmas y una convención muy especial. Como bien titula Julián M.Clemente “Importa el viaje no el destino”, lo cual no quiere decir que el final sea malo, de hecho es bastante consecuente con el evento, enlazando con su cuarto número, y con unas páginas anteriores que no hacen más que convertir la obra en una historia redonda. Mención especial a Ares como villano, muy bien traído en todo momento.
Y ¿quiénes son los autores de la obra?, pues por un lado tenemos a los McElroy, tres hermanos y un padre famosos en Estados Unidos por un podcast que realizan, es decir, gente ajena al mundo del cómic pero, por lo que aquí se puede ver, con mucha imaginación y conocimiento de él, mientras que el dibujo recae en un autor poco conocido, André Lima Araújo, que a los seguidores del universo Marvel les puede sonar de Vengadores IA. Para esta historia realiza un dibujo precioso, con páginas realmente hermosas y una narrativa espectacular. Por último me gustaría añadir que, aunque el grupo no va a salir de aquí y están unidos específicamente para esta misión, con la química que se genera entre ellos y la diversidad que hay en todos los sentidos, no me importaría que esto siguiese bajo el título de Vengadores loquesea, es lo que más me ha fascinado de este evento.
THOR nº13
Tras las historias sobre otros personajes y su discurrir mientras avanza el evento, volvemos con Jason Aaron a la serie de Thor, ahora con Scott Hepburn a los dibujos, donde nos narran algo que ya habían contado en el cuarto número de la serie central de La guerra de los reinos, la batalla final contra Malekith, pero ahora tomando el punto de vista del Thor joven, que aun no era digno, y con algo más de presencia del simbionte de Veneno, por desgracia sin profundizar demasiado.
Aquí queda patente que a Aaron le faltaban páginas para contar esta batalla, pero teniendo en cuenta las que le sobraban en los números anteriores con las vivencias de otros héroes parece que ha pecado de mala organización. Pero la mayor crítica que se puede hacer a este número es que está poco aprovechado, con las ideas que se podían tener sobre el fondo de este evento, limitarse a contar otra vez lo mismo resulta muy redundante. Aunque también es cierto que la carencia de fondo en todo el evento es lo peor que se puede decir de él.
Podía haber sido bueno profundizar en Malekith y su simbionte, el famoso, pero no, Aaron y Hepburn dedican las páginas a explicar cómo el joven Thor está rabioso porque no es capaz de levantar a Mjolnir y, como era de esperar, consigue manejar uno de ellos, el del Thor del futuro. Palos por todos los lados y sin mucho fundamento, los autores desarrollan un número bastante mediocre tanto en guión como en dibujo, que se antoja innecesario como lo hicieran muchos de los cruces que tiene el evento con otras series. Incluso se atreven a meter algo de comedia, en guión y en alguna escena mediante solo dibujo, que no encajan con el tono del evento ni con la batalla. Lo de que alguien levante por primera vez un martillo ya empieza a ser más una costumbre que algo excepcional. Nada más que decir.
ASGARDIANOS DE LA GALAXIA nº2
Propuesta extraña la de estos Asgardianos de la galaxia, bien explicada por su guionista, Cullen Bunn, en un texto que se incluye en este tomo a modo de despedida donde se queja un poco de que Marvel no le dejara continuar, de que su historia se viera cortada por eventos, pero a la vez da las gracias por la oportunidad que le brindaron al aceptar esta loca propuesta suya, aunque fuera brevemente, porque sí, con este número dos se cierra la serie de este peculiar grupo. Como bien dice Bunn, el primer tomo lanzaba al grupo en plenas Guerras del infinito, teniendo que resolver alguna cosa de este pero resultando un tomo bastante independiente, es decir, Bunn se queja de las interrupciones de los eventos, pero en el primer tomo no le fue nada mal, ahora se enfrenta al cruce con La guerra de los reinos, algo lógico, más que en otras series, ya que son asgardianos o gente relacionada con estos. Así, el grupo liderado por Ángela y con el nuevo Thunderstrike, la rana Throg, Skurge el Verdugo, la Valkiria y la versión joven de Loki pasan a llevar en lo alto de su portada el logotipo del evento en cuestión, sin embargo Bunn no es muy bueno obedeciendo órdenes, o más bien lo dejan un poco a su aire, y de los supuestos cinco números que componen ese cruce ya los dos primeros son una aventura corta en Ego contra y con algunos conocidos personajes del Marvel cósmico. Eso sí, con un dibujo de Matteo Buffagni de trazo muy grueso, sin mucha definición y con carencias narrativas, que a mitad del segundo capítulo queda en manos de Stefano Landini sin que se arreglen mucho las cosas. Ese es uno de los grandes problemas de este tomo, vamos a dibujante por número, aunque la parte referida realmente a La guerra de los reinos mejora con Matteo Lolli, Paolo Villanelli y Luca Mareca, tanto baile siempre perjudica a una obra.
En el tercer capítulo del tomo es donde el grupo se traslada a la Tierra para enfrentarse, junto al resto de héroes, a los ejércitos de Malekith y aquí los autores dividen un poco la acción, tocando los intereses personales de cada uno, la más interesante será la parte de Valkiria, a estas alturas ya sabemos lo que le pasa así que está claro que habrá una parte de la historia que se centrará en ella y en su huésped humano Anabelle, pero la parte más épica recae en manos, no, perdón, en ancas de Throg, vengando el ataque a su charca por los demonios del fuego. Hay una clara diferencia entre la batalla que nos intenta narrar Aaron, despersonalizada, y esta, a saber, que Bunn se centra en su grupo de personajes de manera muy efectiva y tocando lo importante, así lo que pasa a Valikiria tiene mucho más efecto aquí que en la serie principal del evento.
Para el cuarto capítulo los autores dejan de lado a Ángela y se encaminan a solucionar una de las cuestiones surgidas de la muerte de Valkiria, ¿qué ha sido de Anabelle?. El grupo se vuelve a unir viajando junto a Clea, hechicera que unió a Anabelle y a la Valkiria, para ir a las puertas del Valhalla a recuperar a su amiga. Aquí la serie se resiente un poco por la rapidez, puesto que a Cullen Bunn solo le queda un número para finalizar, pero consigue dejar un cómic emotivo, con algo de acción, que da más emociones que lo hecho por Aaron y Dauterman en el propio evento. Así, para finalizar la serie, el grupo se une a Ángela en la batalla contra los suyos, contra las ángeles de Heven, un tema que solo se había tratado en la serie de Spideman y la Liga de los reinos sin mucha profundidad. El escenario es África y aunque allí aparecen muchos héroes se centra muy bien en el grupo. Con esta última acción los autores cierran la obra de manera bastante digna, las acciones de Ángela en Heven enlazan con lo que ocurría en el anterior tomo, mientras que el resto, más la muerte de Skurge, se van cada uno por su sitio, volviendo a donde pertenecen, con todas sus misiones acabadas pero dejando un buen sabor en dos tomos que resultaron ser mucho mejores de lo que parecía en un principio.
VENGADORES nº11
Otro mes más volvemos a la serie principal de los Vengadores con Jason Aaron al frente y Ed McGuinness a los dibujos. Si el primer mes de cruce con el evento teníamos una historia del Escuadrón Supremo y el segundo una de Pantera Negra y el Hombre Gorila, más ligada a lo que será el futuro de la serie, esta vez es Hulka la que protagoniza el cómic, aunque la engañosa portada nos haga creer que vamos a ver otra lucha más de los Vengadores contra las fuerzas de Malekith.
El cómic entero es el pensamiento de Hulka sobre su nueva condición, más similar a la de su primo, a la vez que hace un recorrido mental de toda su carrera, desde su origen al recibir la transfusión de sangre de Hulk hasta la actualidad, pasando por su época en los Cuatro Fantásticos, y todo ello simulando un juicio en el que aparecen varias versiones y aspectos de ella. Aunque esto parece una buena idea, ya que Jen es un personaje muy interesante y esta versión destructiva suya ya fue bien tratada en su anterior serie, con lo que una reflexión sobre su condición es siempre bienvenida, aquí parece que esos temas se tratan de manera muy suave, no se profundiza tanto como se podría y poco tiene que ver con el evento, más allá de que Hulka sale aplastando trolls, gigantes de hielo y toda criatura que se pueda parecer a un seguidor de Malekith, con lo que la parte del dibujo queda bastante anulada y desfasada con respecto al tema que aquí se pretende tratar, dejando el cómic un poco cojo.
Si bien el dibujo de McGuinness es de un estilo muy atractivo, incluso divertido, no parece que el tipo de cómic que aquí quiere hacer Aaron encaje mucho con este. Tampoco es que Aaron profundice tanto como se merece un personaje de este calibre. Un número más que no dice nada y poco tiene que ver con el evento.
IRON MAN nº8
Llega el turno de Tony Stark, un personaje que parecía que iba a tener un papel importante en La guerra de los reinos, pero que se quedó como un apunte, ya que lo único relevante que hace es una armadura para Odín, la cual usa en una de sus batallas sin demasiado éxito. En este caso Dan Slott se aparta de la serie del hombre de hierro para dejar paso a Gail Simone, que junto a Paolo Villanelli realizan los dos números recopilados por Panini en una grapa, conteniendo este número el cruce completo de Iron Man con el evento.
El trabajo de Villanelli no está nada mal y la idea de Simone es contextualizarlo muy bien con respecto a la serie de Slott, pone la acción justo después de lo ocurrido en el anterior número, sin embargo esto no sucede a la vez que el evento sino que acaba enlazando con este, cuando la última viñeta narra la llamada a los Vengadores por la invasión de Malekith, como una especie de precuela. Al no ser los autores que están llevando a cabo el grueso de la serie, estos dos números no avanzan nada en la historia de Stark, pero tampoco tienen mucho que ver con el grueso del evento. Es relleno puro y duro.
La historia enfrenta a Iron Man, y sus aliados de Industrias Stark, con un dragón enviado por Malekith bajo la promesa de que Stark tiene una montaña de oro. El villano no es que tenga mucho carisma ni la historia tiene un fondo que rascar, pero es divertida, por encima de la mayoría de las de este evento, y es que la firma de Gail Simone ya es sinónimo de que la historia nos hará pasar un buen rato. Aun así no destaca en ninguna de sus facetas más allá de entretenernos y es prescindible para seguir La guerra de los reinos o la serie de Iron Man.
VENENO nº12
Este mes tenemos doble ración de Cullen Bunn, primero el tomo de Asgardianos de la Galaxia de que he hablado un poco más arriba y ahora con el final de la historia de Eddie Brock en esta guerra de los reinos. El caballero de oscura armadura continúa su enfrentamiento, sin simbionte (el cual está en manos de Malekith) e imbuido en una coraza mágica asgardiana, con un Jack O’Lantern que tiene un nuevo poder, más destructivo, otorgado supuestamente por los elfos oscuros. Aquí se explora un poco el tema de que las piedras del sueño le dieron los poderes nuevos a Eddie y por ello tiene que aprender a usar su imaginación un poco más de lo que hace con el simbionte.
Los autores dan un final bastante digno a su historia, consiguiendo que lo que era una pequeña interrupción en una buena etapa (la de Donny Cates y Ryan Stegman) se quede como un buen interludio que no se ve tan manchado por el evento Marvel del momento como pueda ocurrir en otras colecciones. Bunn es buen guionista y sabe darle ese toque oscuro que viene muy bien a una aventura de este tipo. Aunque si alguien se lleva la palma es Iban Coello que en cada número mejora, no solo hace un Veneno mágico bastante creíble, variando su armadura según cambian los pensamientos de Brock, sino que traslada estas variaciones al villano e incluso a los figurantes que van apareciendo en la historia y que cobran importancia hacia el final. Un final con una vuelta de tuerca bastante acorde a este tipo de historia, ya que no todo era lo que parecía y había gente jugando a dos bandos. Sin ser una historia de grandes aspiraciones, los autores cumplen con un tie-in que se acaba situando en el top ten de lo dado por el evento. Lo cual no está nada mal.
MASACRE nº13
Para acabar este mes es el turno de Masacre, el mercenario bocazas sigue en manos de Skottie Young y Nic Klein, lo que significa que no cambia el equipo creativo para el cruce con el evento como sí ocurría con las dos grapas antes mencionadas. Hasta ahora lo único que sabíamos de Masacre dentro del evento era que formaba parte de un equipo con la Capitana Marvel y el Capitán Britania al principio, luego se lo encontraba Hulka en Australia, en el número de los Vengadores de este mes, con lo que los autores nos explican qué hacía allí. Young y Klein nos hacen un pequeño resumen al más puro estilo Masacre de lo que ha ocurrido en el evento, situando la acción hacia el final de este y contra un enemigo en un territorio que no se había tratado, faltaba Australia y el encargado de invadirlo es Ulik.
He de admitir que los guiones de Young para esta serie no me están entusiasmando en general y aquí en particular es un poco más de lo mismo, las bromas de masacre van más a lo ridículo que a lo exagerado, pareciendo un payaso con pistolas (un payaso gracioso, en el buen sentido de la palabra, no un payaso triste que mata gente). En este caso tira del tópico de ponerlo junto a superhéroes locales, desconocidos, de bajo perfil y que pretenden ser serios pero acaban por no serlo. Lo cierto es que la parte de Young es cumplidora en tanto que nos saca alguna sonrisa, por ejemplo con la forma de vencer a Ulik que en realidad es otro Ulik. Pero si hay algo que destacar es el estupendo dibujo que realiza Nic Klein en los dos números aquí incluidos, lo mejor del cómic en un tie-in que no aporta absolutamente nada, pero no deja de ser divertido.
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