Javier Vázquez Delgado recomienda: Bone Parish 1
Edición original: Bone Parish #’s 1-4 USA, BOOM! Studios.
Edición nacional/ España: Norma Editorial.
Guion: Cullen Bunn.
Dibujo: Jonas Scharf.
Color: Alex Guimarães.
Formato: Rústica.
Precio: 16,00 €.
Si hay un nombre propio para el género de terror, lo sobrenatural y sus sucedáneos en el panorama comiquero actual, ese es sin duda alguna Cullen Bunn. El guionista estadounidense ha trabajado diversos registros, pero sobre todo ha ideado incontables historias que caminan siempre por un sendero con poca luz rodeado de innumerables seres, entre criaturas de pesadilla y sujetos con extraños poderes e insidiosos fines. Ya sea el eje principal de sus historias o un simple contexto para tratar otros miedos más reales, hay algo en lo sobrenatural que fascina a este guionista natural de Carolina del Norte, algo en la magia y en las maldiciones que le inspira para contar nuevas historias que ahonden un poco más en la cara más oscura de las personas. O quizás simplemente le gusten mucho los fantasmas. Hoy vamos a hablar de una de sus últimas obras, una de esas en las que lo sobrenatural sirve como poco más que una excusa para abordar otro tipo de historia, una llena de droga, muerte y ambición.
Bone Parish (algo así como La parroquia de los huesos) es el título de esta historia en la que seremos trasladados al corazón de Nueva Orleans, donde una nueva droga ha tomado las calles y su popularidad se está disparando por todas partes, una droga creada, a medio caballo entre la química y la brujería, a partir de las cenizas de gente fallecida y cuyo consumo permite experimentar los recuerdos del dueño de esos restos mortales. ¿Quieres saber lo que se siente al ser una estrella de la música o un actor porno? Un par de rayas y a gozar. Pero por supuesto, un nuevo producto emergente tan popular en un mercado como el del narcotráfico solo puede atraer a otros peces grandes al estanque y desencadenar una batalla sin cuartel por el control de las calles y su botín. Una batalla en la que la familia Winters, los creadores originales de la ceniza, no piensa ceder ni un centímetro de terreno a todos aquellos que pretendan arrebatarles su negocio.
Cullen Bunn es un tío que no puede parar de escribir. Su carrera ha sido tremendamente prolífica en estos años (y no parece que vaya a bajar el pedal por el momento), dejando su impronta además de en Marvel, donde ha tenido una actividad notable al frente de series como Venom, Asgardianos de la Galaxia o X-Men, en un amplio abanico de editoriales independientes. En Oni Press se ganó la fama con The Sixth Gun; Dark Horse ha sido la casa de la que probablemente sea su obra más celebrada, Harrow County; en Image ha comenzado a dejar su impronta con obras como Regression o la nueva Unearth; Aftershock debe de estar a punto de darle en propiedad parte de la editorial con la cantidad de series que está sacando por allí, y la emergente BOOM! Studios se ha nutrido de algunas ideas suyas tales como The Empty Man o la que aquí nos ocupa. Es, en efecto, un escritor tremendamente productivo y como tal, presenta resultados igualmente diversos en sus resultados, yendo desde la excelencia alcanzada con Harrow County a trabajos muy olvidables como su Cold Spots para Image. Y la obra que aquí nos ocupa se sitúa en un término medio.
Bone Parish es, de lo que yo haya podido leer del autor, la menos fantástica que haya hecho últimamente. En esencia podemos hablar de una historia sobre mafiosos, sobre luchas de poder y miembros de una familia enfrentados que se unen para combatir al enemigo común, pero la serie llama la atención por el planteamiento que presenta alrededor de la peculiar droga sintetizada por la familia Winters y las posibilidades que puede poner al alcance: desde la dificultad para pasar página frente a la muerte de un ser querido a la desconexión de la realidad y el anhelo de emular a los famosos a los que vemos en los medios y las redes. La trama gangster es correcta, pero en ocasiones genérica, y los mejores puntos del tomo se encuentran en los momentos en los que Bunn explora el uso de su necrodroga más allá del simple pasatiempo de chavales para echar una noche de cuelgue. Hay mucha imaginación detrás, y si bien hay buenos momentos en este tomo (como el del cementerio), queda la sensación de que podremos ver más aún en los próximos dos volúmenes que quedarán por publicar para completar la serie, ya finalizada en EEUU.
Es posible que el mayor pero que le encuentre a esta historia sean sus personajes. No estamos de ningún modo frente a un reparto plano, pero los protagonistas adolecen de una gran falta de carisma que reduce el calado de la trama. Con la excepción en ciertos momentos de la matriarca Winters, el resto de miembros de la familia no termina de entrar por los ojos ni de grabarse en la memoria del lector. Lo mismo sucede para los villanos, incluido el principal de este tomo, que a pesar de tener una puesta en escena bastante atractiva termina diluyéndose a lo largo del volumen. Veremos si el cambio de situación derivado del final del arco nos trae a unos Winters más atractivos en el futuro.
La obra cuenta también con Jonas Scharf, encargado del dibujo de la serie con el apoyo de Alex Guimarães en el color. Scharf es un artista con una carrera reciente, debutando hace tan solo tres años. Su trabajo por el momento se ha concentrado en BOOM! Studios, aportando su arte para series como Power Rangers o Warlords of Apalachia, pero ha sido Bone Parish lo que se podría considerar como su primer gran trabajo independiente. Podemos hablar realmente de que el dibujo va en consonancia con el guion: el artista nos da un trabajo sin grandes alardes pero que cumple su función correctamente y que consigue enganchar lo suficiente. El color no termina de convencer del todo, siendo poco llamativo y sin vida durante toda la obra, a excepción de los momentos de contraste con las representaciones de las alucinaciones producidas por la droga, simbolizadas con una paleta distinta bañada en tonos rosas y violetas.
En definitiva, Bone Parish es una obra que no entusiasma pero que se deja leer bien. Es cierto que con el inmenso mercado de series independientes que tenemos disponible hoy en día no es una obra que destaque demasiado, pero sabiendo que finaliza en su tercer tomo, los fans de Cullen Bunn podrán regalarse una nueva historia suya que no quedará en la memoria pero que se lee fácil y entretiene.
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