Javier Vázquez Delgado recomienda: Los Vengadores 7 y 8
Edición original:Marvel Comics, The Avengers #14-17 USA (LGY .
Edición nacional/ España:Panini Cómics, Los Vengadores V4 #106-107.
Guion:Jason Aaron.
Dibujo:David Marquez.
Entintado:David Marquez.
Color:Erik Arciniega.
Formato:Grapa (48pp).
Precio:4,00 euros.
Nos encontramos con un arco denominado “La guerra con los vampiros” que contiene The Avengers 14-17 USA. A la vista del título queda claro qué nos vamos a encontrar en estos números. Lo que debemos plantearnos es si es de interés para lo que buscamos como lectores o bien se trata de una mera aventura sin más.
Después de la flexibilización de las restricciones del Comic Code a principios de los años setenta, Stan Lee y Marvel Comics estaban ansiosos por explorar monstruos clásicos en las páginas de sus libros. En 1972, el escritor Gerry Conway y el artista Gene Colan presentaron “La Tumba de Drácula” y nació una leyenda, el resto es historia del mundo del Comic.
Desde ese momento existía una versión de Drácula acechando a Spider-Man, La Patrulla-X, los Vengadores….etc. Puede ser chocante, pero no es menos cierto que hoy en día Conan está dentro de una alineación de los Vengadores. Para gustos los colores, y puede gustar más o menos, pero es un hecho innegable que en sus inicios las intyervenciones de Drácula estaban muy bien llevadas.
No es la primera vez que Drácula se cruza el camino con los Vengadores, también es cierto. En la guerra de los Vengadores/Defensores, Vlad se vio en la necesidad de ayudar a la humanidad. Drácula, junto con Power Man, los Cuatro Fantásticos y Ka-Zar, luchó contra los sin mente, si bien su interés se basaba en asegurar su nevera y futuro alimento ante un ataque que supondría el fin de su avituallamiento (The Avengers #118).
Lo que nos encontramos ahora es un Drácula distinto, todo sea dicho. En nada se parece a la versión original próxima a Béla Lugosi, sino más bien una suerte de guerrero ancestral con armadura. Dicha imagen deviene de una reinvención de personaje en este siglo, y de una reubicación de los vampiros dentro del Universo Marvel. ¿Qué han conseguido con esta reinvención?, simplemente restarle misterio, sobrenaturalidad, y quitar de en medio ese aire clásico de los comics de buena parte de los 70 y 80. Los vampiros que aparecen en los actuales comics son herederos de las películas de Blade, y ya no son meros chupasangres con rostros humanos, sino criaturas horripilantes y frías que no transmiten horror alguno. Se trata de una opinión, nada más, pero a la postre lastra en demasía cualquier comic que contenga esta nueva concepción.
La historia de los vampiros en el Universo Marvel es rica y con suficiente peso para poder hacer historias más entretenidas que la que tenemos entre manos. Debemos recordar que los vampiros del Universo Marvel fueron creados hace aproximadamente unos 15000 años en la Atlántida y gracias al uso de un libro mágico, el Darkhold. Dicho libro fue creado por el ancestral demonio Ch’thon, y usando uno de los hechizos que contenía, provocaron que sus enemigos regresaran de la muerte convertidos en vampiros. El primer vampiro conocido es Varnae, uno de los magos atlantes, que dirigió los destinos de los vampiros de la Tierra durante siglos, hasta que le cedió este lugar a Vlad Drácula.
Nuestro querido Vlad, no encaja en el Universo Marvel, como pretenden los guionistas actuales, no con las líneas argumentales que plantean. De ahí las continuas muertes y resurrecciones del personaje, muestra de que no saben qué hacer con él. ¿Qué significado e importancia tienen las cuatro grapas para el Universo Marvel?. Sinceramente y tras una segunda lectura para el desarrollo de esta reseña, no hay aportación alguna que merezca la pena. La única salvedad y que parece ser interesante será el tratamiento del Piloto Fantasma y Johnny Blaze. La aparición de Blaze no es baladí, toda vez que está en el punto de mira de Disney para una película, esta vez sin Nicholas Cage.
Ya hemos dicho que no es la primera vez que Vlad es eliminado de la ecuación, y no será la última. Drácula ostentó el título de “Señor de los Vampiros” hasta que fue destruido por el Doctor Extraño (Doctor Strange #62), resucitando posteriormente en Nightstalkers #16-18. Posteriormente Xarus, hijo de Vlad, decidió matar a su padre con la intención de gobernar las distintas facciones vampíricas. Xarus pretendía incrementar sus fuerzas vampirizando a los mutantes supervivientes del Día-M. De ahí la intervención de la Patrulla-X de la mano de un soporífero Victor Gischler. Ni qué decir tiene que en la propia saga Drácula fue resucitado. Cayendo en la reiteración la versión viejuna de Logan cortó la cabeza de Drácula y siendo arrojada al sol (Old Man Logan #14-15).
En lo que respecta a la aportación de Jason Aaron al mito vampírico decir que esta saga es de lo más entretenido que el autor ha hecho hasta la fecha con los Vengadores de lo leído en la edición española. Si bien estos cuatro números son solo eso, una aventura sin más, donde se nos mete con calzador a Blade, y se le da un peso importante al personaje fetiche del guionista, el Piloto Fantasma. El hecho de ubicar a la nación de los vampiros en ………..
Aviso de Spoiler
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……no supone para nada un aliciente ni una aportación relevante al concepto vampírico. Otro apunte de esta saga sería el enemigo al que se enfrentan los Vengadores, no se trata de un soldado sacado del videojuego de Killzone, sino el Coronel Sombra, el cual se desvela como
Aviso de Spoiler
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Jason Aaron es experto en derribar ciudades, mundos y emplazamientos (inlcuso a Uatu), y este caso destruye el cubil ancestral de Drácula en Transilvania, quemándola hasta los cimientos con un único objetivo en mente: hacer renacer a los vampiros en la Casa de las Ideas del siglo XXI. ¿Era necesario?, es la pregunta que ronda por nuestras cabezas. Sinceramente no. En definitiva, Jason Aaron continúa sin rumbo en lo que pretenda contarnos de los Vengadores.
En cuanto a la parte gráfica, debemos hacer un apunte muy importante. David Marquez hace un trabajo muy notable, aunque no se encuentra en uno de sus mejores momentos, y de no ser por su aportación estos cuatro números serían insufribles. Lo visual se apodera de lo argumental, haciendo ver un ramplón argumento como algo más valioso, sin serlo. David Marquez se despide de la colección y de la editorial dándonos páginas y viñetas bastante notables, destacando los combates con el Coronel Sombra y en las viñetas relacionadas con Robbie Reyes y su lucha interna con los demonios que literalmente le atormentan y pugnan por su alma.
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