Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman #34-38

Edición original: Batman núms. 66 a 73 USA .
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guion: Tom King.
Dibujo: Jorge Fornés, Lee Weeks, Amanda Conner, Dan Panosian, John Timms, Mikel Janin, Yanick Paquette .
Entintado: Jorge Fornés, Lee Weeks, Amanda Conner, Dan Panosian, John Timms, Mikel Janin, Yanick Paquette.
Color: Jordie Bellaire, Lovern Kindizierski.
Formato: Grapa, 48 págs. A color.
Precio: 3,50 € ejemplar.

Tras cerrar el año como ganador del Top 10 DC 2019, King continúa ejerciendo de maestro de ceremonias en los dos arcos previos que han de llevar a la serie al arco La Ciudad de Bane. Dos arcos dónde el primero es en realidad varios, por contener historias auto conclusivas, y el segundo la recuperación de la trama abruptamente interrumpida en el número 32, con la aparición de Thomas Wayne de Flashpoint.

PESADILLAS

En este primer arco, del que ya adelantamos sus primeras tres partes hace unos meses, King se regala y regala a los lectores una serie de historias en las que número a número, se van desglosando distintos aspectos de la figura de Batman. Si en la anterior reseña comentábamos ya alguno de los números de este largo, brillante, y algo condescendiente, arco, ahora toca comentar los que tal vez puedan ser catalogados como los mejores números de este tramo de historia.

La cuarta parte de Pesadillas recibe el título de Gata. El título lo dice todo, pero King no se limita a contar lo que quiere contar, sino que lo hace de forma muy especial, con un interrogatorio a manos de Question a Selina Kyle. Una narración a dos tiempos, con un uso inteligente y medido de las analepsis, permite que el lector recorra de la mano de un extraordinario Fornies, lo que hace tan especial la relación entre Batman y Catwoman.

Selina habla y se expresa con desdén ante la situación que experimenta, dejando al lector extrañamente sorprendido por las revelaciones que se van haciendo a lo largo de la trama. No se trata de contar una aventura de Batman, se trata de diseccionar a Batman, de definir que es lo que lo hace especial entre otros héroes con poderes que los asemejan más a dioses que a humanos. Un camino tortuoso, pero que se muestra elegantemente ilustrado y narrado gracias a los lápices de Fornies, que se fusiona con la prosa de King en este relato de confesiones y dolor contenido que existen en cada palabra de Selina a Vic Sage.

La Quinta parte arranca bajo el título de Hasta lo más bajo y es un poderoso manual de cómo se puede contar una historia apenas sin diálogo alguno, brillando en guion y dibujo. Entre los escritores y guionistas de cómic hay ejemplos de trabajos en los que no se recurre a la palabra para contar una gran historia. El cómic permite hacer tal cosa y siempre debería ser la aspiración de todo guionista escribir un número dónde se cuente todo a través de las imágenes y no de las palabras, siendo el guion algo especialmente difícil de llevar a cabo.

En esta parte, King, no llega a lograr plasmar todo sin recurrir a uno pequeños diálogos y unos textos de apoyo, pero sin duda resulta embriagador como la labor narrativa recae casi exclusivamente en el tándem de lujo, formado por Weeks y Fornies. La composición de página debe ser brillante para que el lector no sienta que le están engañando al tener entre sus manos un cómic que se puede leer en un escaso minuto. No, no y no, es un número que se pueda ojear en menos de un minuto, pero no se puede leer en menos de un minuto, puesto que hay que dejarse llevar por cada página y recorrer de la mano de los dibujantes esta persecución de Batman a un malhechor entre los edificios de Gotham. Una historia en la que el sonido es un protagonista más y se transmite a través de un más que cuidado diseño de composición para insertar las correspondientes onomatopeyas. Una obra diferente que apuntala a King como el maestro de las historias cortas de Batman.

La sexta parte, Soledad, resulta un cómic atípico dentro de la etapa de King. Es atípico por la cantidad de humor que destila y del que se beneficia mucho gracias a los lápices de Amanda Conner, que ilustra una noche de chicas en la Fortaleza de la Soledad.

Aquí el guionista de Mr. Milagro no busca el drama, o si, dependiendo de como se interprete la historia, que resulta tan abierta y refrescante que puede ser vista desde distintos ángulos. Y es que el título de esta no deja mucho margen para equivocarse, puesto que de forma paralela Bruce y Clark pasan la noche juntos de una forma muy diferente a Lois y Selina. Ese contrapunto, esa forma de introducirse dentro de la psique del personaje hace de esta historia algo divertido y al mismo tiempo dramático, pues el lector ya está plenamente informado de lo que ocurre, sin que por ello decaiga la atención en los acontecimientos que se precipitan en la última parte de estos arcos individuales.

Y le llega el turno al final, al Último Baile, el número que dibuja Yanick Paquette, centrado en romper el encantamiento, en dar explicaciones, en decir de nuevo lo que ya se sabe, siendo un número excelente en lo formal, pero con un fondo dónde se ve esa condescendencia excesiva de la que hace gala King en estas entregas. Un recorrido por las vidas de Selina y Bruce, un baile eterno que no puede ni debe tener futuro alguno para sus protagonistas. Una historia triste, diseñada para mover sentimientos en el lector y que cierra bien esta historia de siete partes en la que King ha demostrado ser un narrador de nivel mayúsculo, cargado de originales ideas, capaz de reírse y de sufrir por todo.

LA CAIDA Y LOS CAIDOS

Se acabaron las concesiones. Arranca nuevo arco y lo hace de forma contundente, tal y como debe arrancar un nuevo arco en el que Batman debe hacer frente a muchos de sus villanos recurrentes, mientras escapa de Arkham. Una huida que no es sino el primer paso de la destrucción de Batman, de su derrumbamiento a manos del plan maestro de Bane.

En este arco King se muestra algo más errático, pero no menos eficaz, en su planteamiento. El problema es que se sale de una serie de historias muy íntimas y el cambio resulta muy abrupto, al pasar a leer una historia mucho más cercana al género superheróico como tal.

Narrada en cinco partes gracias al talento de Janin y Fornies, la trama avanza de forma abrupta, con momentos temporales cambiados, de tal forma que se pueda apreciar al detalle como Batman se ve afectado por la inmensidad maligna que lo acecha.

Resulta muy curioso el tratamiento que recibe Thomas Wayne en manos de King. El personaje llega desde Flashpoint, tras haber podido hablar con su hijo brevemente durante La Chapa, incitándole a no ser Batman. King no pierde oportunidad en recordárselo al lector, que ve como las piezas van empezando a encajar en un todo que supera con creces lo que en un principio se podía esperar, en una historia cuyo principal cometido es mostrar al lector a un Batman distinto desde una perspectiva totalmente nueva.

King se muestra muy ambicioso, muy directo y afronta una trama dónde se asume un riesgo muy importante por lo que se cuenta y como se cuenta, pero que es necesario para poder seguir dando pasos en la dirección adecuada. El camino que King lleva recorriendo en Batman es un todo fractal y como tal se ha de juzgar llegado el momento de hablar del final de su etapa. Su fábula impresiona y deja muy claro dónde reside el verdadero poder de Batman.



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