Javier Vázquez Delgado recomienda: Banana Fish 1

Edición original: Shogakukan
Edición nacional/ España: Panini Cómics.
Guión: YOSHIDA Akimi
Dibujo: YOSHIDA Akimi
Formato:Rústica con sobrecubierta. 376 páginas
Precio: 15,95€

El de Banana Fish ha sido un caso curioso en el mundo del manga. Se trata de un título de hace tres décadas, que la mayoría de aficionados desconocía, hasta que en 2018 el estudio de animación japonés MAPPA se encargó de realizar su adaptación al anime en una serie de 24 capítulos. El buen hacer de los responsables de dicha adaptación, que actualizaron la historia, la facilidad para visionarlo gracias a las plataformas de streaming, el aplauso de la crítica especializada y el entusiasmo con el que fue recibida por el público otaku, que la aplaudió y recomendó fervientemente, propiciaron que una masa considerable de aficionados se interesase por el material de origen y pidiese insistentemente su publicación.

Este manga fue publicado en las páginas de la revistaBessatsu Shōjo Comic, de la editorial Shogakukan, entre 1985 y 1994. Su autora, YOSHIDA Akimi, realizó una labor encomiable al derribar las convicciones de géneros y abrir el shojo a otro tipo de historias que hasta entonces le eran ajenas. Su elegancia a la hora de abordar temas escabrosos como la pornografía infantil e introducir las relaciones homosexuales en un thriller de acción le valieron para mantener la atención de sus lectores durante diez años y convertir su trabajo en un referente histórico del manga.

El arranque del argumento de Banana Fish nos traslada a Dong Tam, una base militar situada en el Delta del Mekong, en el año 1973, en los estertores de la Guerra de Vietnam, 1 año y 10 meses antes de la caída de Saigón, donde un soldado del ejército americano dispara de forma repentina e inesperada a sus compañeros, matando a tres de ellos antes de ser abatido por los demás. Cuando se acercan a su cuerpo herido para averiguar qué ha ocurrido, este solo acierta a balbucear las palabras Banana Fish

A continuación se produce un salto temporal que nos lleva a Nueva York, en el año 1985, donce conocemos al protagonista de esta historia, Ash Lynx, un joven criado en las calles a quien sus 17 años no impiden ser el jefe de una banda de delincuentes y demostrar habilidades propias de una persona más experimentada. Ash y su banda colaboran asiduamente con los hombres de Papa Dino, un alto dirigente de la mafia, que lo ha utilizado como juguete sexual desde que era un niño y que tiene intereses ocultos relacionados con ciertas actividades delictivas, que propiciarán una guerra de bandas.

Por otra parte, la autora mostrará la intervención policial en este conflicto entre bandas, el conocimiento que estos tienen de sus participantes y las dificultades a las que se enfrentan para frenar la ola de violencia. A este contexto llegan desde Japón para realizar una investigación periodística sobre bandas criminales el reportero Shun’ichi Ibe y su joven asistente, Eiji Okumura, quien se verá envuelto en la disputa entre las bandas y establecerá una estrecha relación con Ash.

Desde un primer momento la autora pone sobre la mesa sus habilidades para desarrollar un interesante guion, siguiendo los cánones del cine americano policíaco y de acción, propios de las décadas de los 70 y los 80, utilizando los elementos comunes del género y ensamblándolos perfectamente, al mismo tiempo que introduce en ella mecanismos ajenos al mismo, los cuales la enriquecen y la dotan de una personalidad propia.

A pesar de sus múltiples méritos en el planteamiento argumental y el desarrollo del guion, el trabajo de Yoshida se resiente en el aspecto gráfico, donde demuestra poca ambición y se percibe poco preocupada por epatar a los lectores con su desempeño artístico, fiándolo todo a los aciertos anteriormente mencionados. El dibujo carece de dinamismo y resulta demasiado acartonado, a lo que se añade una pobre estructura de las páginas, con grandes viñetas y un escaso uso de los fondos, así como, en algunas ocasiones, una torpe narrativa secuencial, con transiciones demasiado bruscas entre viñetas. En todo caso, también es justo mencionar un interesante diseño de personajes, que bebe mucho del de Otomo, el dominio del lenguaje gestual y la certería para recrear la tensión y la crudeza de ciertas situaciones, aprovechando la carencia de elementos de distracción, acertando también de pleno al transmitir la personalidad del protagonista a través de sus gestos y miradas.

Tras ser la licencia más solicitada por los aficionados en el Salón del Manga de Barcelona de 2018, Panini Cómics, bajo su sello Panini Manga, anunció el pasado mes de julio que ampliaría su línea manga con este título. Publicado finalmente en el mes de octubre, mantiene el formato que la editorial está utilizando para sus grandes publicaciones de cómic japonés. Se trata por tanto de un volumen A5, de tamaño 15 x 21 cm encuadernado en rústica con solapas, sin incluir páginas a color y recopilando dos tomos originales en cada número. Así, mientras la recopilación original japonesa consta de 19 tomos, a la edición española le corresponderán diez volúmenes.



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