Javier Vázquez Delgado recomienda: Biblioteca Grant Morrison – Flex Mentallo

Edición original: Flex Mentallo: A Man on Muscle Mystery núms. 1 a 4 USA.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Grant Morrison.
Dibujo: Frank Quitely.
Entintado: Frank Quitely.
Color: Tom McCraw.
Formato: Cartoné. 128 págs.
Precio: 16,95 €

Si hay un equipo de sobra conocido por su éxito y carisma es el que conforman los escoceses Grant Morrison y Frank Quitely. No es quizás la mejor forma de expresar una reseña, pero debo confesar mi absoluta debilidad por ambos. Morrison es uno de mis guionistas favoritos y Frank Quitely uno de los dibujantes que más me asombran, y al que me cuesta horrores encontrar defectos. Descubrí a este equipo artístico por los Nuevos X-Men, etapa en la que Morrison trabajó con Quitely y con otros dibujantes, y quedé alucinado con lo que estaba viendo, en muchos sentidos, para bien en el caso de Quitely, para mal en el de otros dibujantes que de alguna forma mancharon un poco la excelente historia que nos estaba contando Morrison. Desde entonces, estos dos escoceses se han ido reuniendo periódicamente en las locuras que se le iban ocurriendo a Morrison: WE3, Batman y Robin, All Star Superman o Multiverso. Todas ellas obras de una gran calidad.

No obstante, X-Men no fue su primera colaboración, sino que ya en 1996 habían empezado a trabajar juntos en una miniserie llamada Flex Mentallo. Esta obra fue el pistoletazo de salida a uno de las duplas artísticas más exitosas y celebradas de la industria, y aprovechamos la reciente reedición del cómic por parte de ECC Ediciones en su Biblioteca Grant Morrison, para analizar la obra durante unos breves pero espero intensos párrafos, que hagan honor al cómic.

No es nada sencillo explicar, de alguna forma, de qué trata este cómic. Quizás sea lo de menos, y lo mejor sea centrarse en la experiencia que cada uno sentimos al leerlo. No obstante, en el primer número nos encontramos con un Flex Mentallo, viejo conocido de la Patrulla Condenada de Morrison, que intenta resolver una serie de atentados falsos perpetrados por un grupo llamado Facultad X, y que intenta reírse de la realidad y ponerlo todo en duda. Y “la realidad” es precisamente uno de los personajes que persigue Flex, un antiguo héroe de la lucha contra el crimen que parece estar extrañamente involucrado en todo. Por otro lado, tenemos a Wallace Sage, el psíquico del que nació el propio Flex Mentallo, que era un personaje de cómic creado porSage, y que aquí se encuentra en una situación límite, al borde del suicidio, en la que solo quiere hablar de cómics y cosas banales.

Así pues, lo que nos propone Morrison no es para nada un viaje agradable y apto para todo el mundo. El escocés está completamente desatado en esta obra, al mismo nivel que Los Invisibles, una de sus obras más polémicas, y nos intenta expresar, desde su particular perspectiva, la identidad individual, la relación entre un creador y su obra, y la influencia de los superhéroes tanto en los guionistas como en la sociedad, presentando al personaje y la vida de Sage como un aspecto probablemente autobiográfico del propio autor. Su lenguaje no es sencillo, los diálogos parecen inconexos, y no tiene nada que ver entender la obra con disfrutarla. Sí, admite múltiples lecturas, pero su fuerza radica en la experiencia individual que cada lector tenga al finalizar los cuatro intensos números de los que se compone esta miniserie. Así pues, no es de las obras más accesibles y sencillas de Morrison, si no de las más complicadas y confusas, aunque desde luego menos experimental que Los Invisibles.

En el apartado artístico, como ya hemos comentado al principio, tenemos a Frank Quitely encargándose del dibujo y entintado y a Tom McCraw del color. En esta obra nos encontramos a un Quitely temprano, que ya tenía experiencia en el medio pero que desde luego no había acabado de pulir su fino estilo del que disfrutamos actualmente, y sobre todo a partir de los años 2000. Es por ello que tenemos un dibujo más sucio de lo habitual en el escocés, menos detallado, estilizado, y en el que aún no podemos encontrar del todo la característica morfología, especialmente facial, que imprime a sus personajes. Tenemos a un Flex Mentallo muy bien caracterizado, así como alguno de los villanos y personajes secundarios, y una narrativa más clásica y tradicional, en donde, no obstante, ya podemos observar la brillantez de Quitely en determinadas escenas arriesgadas que explotan la cabeza de cualquier lector, máxime tras el viaje psicodélico al que Morrison no somete con su guion.

Y hablando de esto, desde este momento, queda patente la excelente química que existe entre los dos escoceses, que parecen haber nacido para trabajar y colaborar juntos, y que se han ido retroalimentando con los años, y haciéndose mejores artistas gracias a las obras que juntos han podido realizar. Repetirían cuatro años después con JLA: Tierra 2, y desde entonces no han parado, hasta hoy, de trabajar juntos en las diferentes obras que hemos nombrado a lo largo de este artículo, y que espero sea una lista que siga alargándose durante muchos años más.



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