Javier Vázquez Delgado recomienda: Harbinger, Edición de lujo 1

 

Edición original: Harbinger #1-10.
Edición nacional/ España: Medusa Cómics
Guión: Joshua Dysart.
Dibujo: Khari Evans, Lewis Larosa, Pere Pérez, Matthew Clark, Phil Briones, Andrew Hennessy, Barry Kitson, Lee Garbett, Álvaro Martinez, Dimi Macheras, Brian Thies y Stefano Gaudiano.
Color: Ian Hannin, Moose Baumann, Jeremy Cox, Dan Brown y Chris Sotomayor.
Formato: Tapa dura con sobrecubierta, 280 págs.
Precio: 29’95€

 

Volvemos al pasado con Medusa Cómics en una de sus ediciones en formato de lujo que salió a la venta hace unos meses, dando comienzo a una etapa que acabó hace muy poco. Se trata de Harbinger, la primera incursión que hace la nueva Valiant en su parcela dedicada a los psiots y una de sus mejores series, por uno de sus guionistas más importantes, Joshua Dysart. Dysart fue uno de los grandes constructores de Valiant y Harbinger su punto de inicio, el de él y el de la editorial, ya que es la segunda serie que lanzan al mercado, un mes después del primer número de X-O Manowar, allá por junio de 2012. Pero hubo Harbinger antes de esto y tuvieron una cierta importancia.

Creada por Jim Shooter y David Lapham, en enero de 1992 salía a la venta el primer número de Harbinger, la cual alcanzaba la cifra de 41 números editados más tres especiales, eso sin contar las otras series y eventos en las que aparecen estos personajes. De la misma forma ellos son los creadores de los personajes que conoceremos en esta serie, con dos grandes excepciones, Toyo Harada que fue solo obra de Jim Shooter y Livewire que es un personaje actual, no había versión en la anterior Valiant, aunque también será una heroína que tomará importancia en otras series tiempo después. No tuvieron tanta suerte cuando Valiant pasó a ser de Acclaim, además de algún cambio desastroso en los personajes, solo tuvieron un número a modo de especial en esa época. A grandes rasgos podemos decir que la trama guarda similitudes, pero los fondos de los personajes en la serie actual están mucho más trabajados y cambian de manera considerable. De hecho el propio Joshua Dysart afirmaba hace poco, una vez concluida su etapa, que le había ilusionado mucho tratar esta serie porque tenía ideas muy diferentes a las habituales.

Dysart es un autor que empezó a escribir cómics a principios del actual siglo, su primera serie llamó mucho la atención, Violent Messiahs para Image Cómics, hasta el punto que se llegó a publicar en España en formato grapa por Planeta. Después pasó por el universo Hellboy en AIDP, por series del sello Vertigo para DC, donde fue nominado a los premios Eisner y desde ahí ya se metió fundamentalmente en Valiant hasta 2018, que saca una serie con la nueva editorial TKO, Goodnight Paradise. Básicamente en este punto Dysart es un autor que apuntaba maneras pero siempre fuera del cómic de superhéroes, ahora ya ha demostrado que también eso se le da bien.

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A la hora de leer Harbinger nos viene a la mente una obvia comparación: los mutantes de Marvel. Esta historia nos plantea que hay unos seres, llamados psiots, que son humanos que pueden llegar a desarrollar poderes y un hombre que los acoge en su fundación, ayudando a que se controlen, a priori parece que son los mismos X-Men, pero pronto todo esto se retorcerá para dar una vuelta de tuerca a ese concepto. En principio hay una cuestión moral importante, algunos se activan solos, muy pocos, otros no, en el proceso de activación de Toyo Harada muere uno de cada cuatro jóvenes y la mayoría no lo saben. Toyo puede parecer una mezcla de Xavier y Magneto, tiene una escuela, un sueño y se acerca más a la dominación mundial, posicionando a los psiots en lo alto de la cadena, pero su actitud y sus formas recuerdan más a la megalomanía de Lex Luthor o el Doctor Muerte, es capaz de lo que sea para conseguir sus metas y lo hace siempre posicionándose en la parte alta de la jerarquía social. Por otro lado el principal protagonista de estos primeros números es Peter Stanchek, un apartado de la sociedad, un chico sin hogar que usa sus poderes para robar antipsicóticos, a los que es adicto, para que es su cabeza no resuenen constantemente los pensamientos del resto de personas. Esto también hace que sea un personaje atormentado, perdido, sin noción clara del bien y el mal, con lo que lo primero que hace es moralmente reprochable, obligar a una chica a que se enamore de él. Los mutantes siempre han tenido una doble referencia al mundo real, por un lado la homosexualidad, eso de ocultar al mundo lo que son mientras caminan entre ellos, y la diferencia racial, algunos de sus mayores enemigos los temen y los odian por ser diferentes, pero aquí no hay nada de eso, no hay una confrontación con el resto de la humanidad ya que apenas unos pocos saben que existen (habrá algo poco después pero esto no será más visible hasta la actualidad, tras las Harbinger Wars 2), Dysart parece querer tirar más por la diferencia social basada en aspectos económicos. Aquí es donde entran dos aspectos interesantes, el primero es el hecho de que Valiant incita a los autores a una creatividad más cercana al cómic de autor, valga la redundacia, a pesar de trabajar con un universo relativamente predefinido. La segunda se deriva de esta primera, que Dysart pone mucho de si mismo para escribir esto, el autor siempre tonteó con el movimiento Occupy (de hecho en este tomo se menciona), aun bastante reciente cuando escribe esto, y se ha movido con problemáticas en países menos desarrollados, lo que mostrará tiempo después en Imperium, de ahí su preocupación a la hora de establecer diferencias en un sentido más económico. Stanchek no deja de ser un chico apartado por la propia sociedad y Harada el resultado de las acciones de la misma pero en el lado opuesto de esa jerarquía, acción y reacción en ambos casos, y no posiciona a ninguno de los dos como héroe o villano desde el principio, mientras Stanchek hace cosas malas en un proceso de aprendizaje Harada las realiza habiendo estudiado, pero el primero parece querer recorrer el camino del héroe y el segundo tiene en mente un final supuestamente bueno para la humanidad, cueste lo que cueste. Todo marcado por una gran dualidad.

Básicamente de eso tratan los cinco primeros números, que conforman uno de los dos arcos que componen este tomo, el llamado El nacimiento de Omega, una historia que habla tanto de Harada como de Stanchek, planteando situaciones muy interesantes, con sus partes de acción pero mucho más centrada en lo personal de lo que estaban las otras dos grandes series de Valiant lanzadas esos meses, X-O Manowar y Bloodshot, aunque Robert Venditti dotará de un buen fondo político a Aric de Dacia a partir de su segundo tomo. Pero aunque el núcleo de Harbinger se centra en estos dos, los más poderosos, Dysart no pierde la oportunidad para crear a otros personajes, en principio a los villanos caza-psiots (el famoso Proyecto Espíritu Renacido que veremos mucho por la editorial), pero los que destacarán son dos mujeres con una fuerte presencia en Valiant, la primera en aparecer es Livewire, aquí como la asistente personal de Harada aunque ya sabemos que esto cambiará en el futuro. En esta parte solo se soslaya su personalidad, pero aparece la base sobre la que se construirá después, ya en manos de Matt Kindt. La segunda es la más pura y heroica de todos los personajes de la editorial, Faith Herbert, y aquí sí que asistimos a su origen y a la configuración de la misma tal y como la conocemos, aunque Jody Houser la desarrollará mucho más en su serie propia, años después.

Pero esta serie no es enorme solo por sus grandes planteamientos y la presentación de buenos personajes, también tiene un alto grado de entretenimiento, hay mucho diálogo, más que en las otras series de Valiant en este inicio, pero todo sucede rápido, está muy bien contada y mantiene muy bien el equilibrio narrativo diciendo mucho pero dejándonos pegados a las páginas. Pero no es perfecta porque flojea un poco el dibujo en algunas partes. Tengamos en cuenta que hay tres dibujantes, el principal es Khari Evans, que aquí tiene un trazo más sucio del que tendrá en las otras series de la editorial (ha trabajado en Ninjak e Imperium) y queda bien, pero es muy irregular, hay páginas magníficas y otras algo más torpes. Los otros dos dibujantes son Lewis Larosa y Matthew Clark, que hacen las partes referidas al pasado de los personajes y tampoco destacan mucho.

Pasamos al segundo arco y el tema del dibujo se vuelve aun más complejo, habiendo hasta tres dibujantes distintos por número. Algunos destacan más que otros y juegan con la ventaja de que cada número sigue la acción enfocando a un personaje, pero es un juego a medias ya que sí hay una trama común, la de Harada buscándolos mientras lidia con el PER, no en vano se llama El nacimiento de los Renegados, están bien, no hay dibujante malo y sí alguno a tener en cuenta, pero se emborrona un poco con tanto cambio.

Pero lo que consigue Dysart es jugar muy bien sus cartas, mientras la trama de Toyo Harada y la fundación sigue siendo muy interesante, se lanza a re-crear al resto del equipo de Stanchek, mezclando presente, cómo buscan al grupo mientras escapan de los enemigos, y pasado, de los diferentes personajes, enfocando su vida a nivel más personal. Ya teníamos a Faith luchando a su lado, pero el número 9 nos contará su origen, en el 7 aparece Flamingo, una chica con muchos problemas mentales y una visión también confusa del bien y del mal, pero de manera diferente a la de Stanchek. El 8 está reservado para Torque, otro personaje diferente a los anteriores, donde sus problemas llegan más por la parte física que mental. Pero si hay que destacar alguno es el que inicia esta parte, el 6, donde Kris Hathaway, la chica a la que Stanchek había manipulado para que lo amase, decide unirse al grupo, ayudar al que fuera su carcelero mental, ¿por qué?, pues porque aprecia en él un ser débil al que manipular a su antojo, así se convierte en la líder y tiene un toque de megalomanía que la hace mucho más interesante. Al final lo que reúne aquí no es un equipo de renegados contra Harada, sino un equipo de gente apartada de la sociedad, abandonados por el sistema que han de luchar contra el poder económico, representado por la fundación Harbinger, y el poder militar, en forma de soldados del PER. Precisamente estos últimos cerrarán el arco en una gran batalla donde los Renegados comienzan su camino real como grupo y en el que los pensamientos de Stanchek ocupan parte de la trama. Lo magnífico de todo esto es más la forma en que lo cuenta Dysart que lo que cuenta en sí, como pasaba con el primer tomo del antes mencionado X-O Manowar de Robert Venditti, la historia tira mucho de tópicos pero está narrada de forma muy interesante, además Dysart manipula más los conceptos clásicos de lo que hace Venditti.

Lo cierto es que este tomo tiene una historia bastante completa, se lee muy bien por sí solo, al final no deja de ser el origen de un nuevo grupo de héroes y villanos, o puntos intermedios, pero esta serie continúa directamente en otro tomo que ha sacado Medusa el pasado diciembre, las Harbinger Wars del que hablaremos en unas semanas, el primer evento de la editorial en el que se cruzan con la serie de Bloodshot. Para acabar esta primera serie de Harbinger habrá otro tomo, suponemos que este año, con algo de material inédito por aquí. Todo ello forma una serie magnífica a la que cualquier seguidor del género debería dar una oportunidad.



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