Javier Vázquez Delgado recomienda: #ZNCine – Crítica de Malasaña 32 y entrevista a su director, Albert Pintó
Con motivo del estreno de Malasaña 32, nos comunicamos hace unos meses con Caye Casas para que nos facilitara el contacto de Albert Pintó. Juntos dirigieron los aplaudidos cortometrajes NADA S.A. y RIP, para posteriormente dar el salto a la pantalla grande con Matar a Dios, cinta que ganó el Gran Premio del Público en el Festival de Sitges en 2017. Ahora es este cineasta nacido en Terrassa hace 34 años quien debuta en solitario detrás de las cámaras. Albert acepta, al momento, nuestra propuesta y responde a todo lo que le preguntamos. Un joven talento de nuestro cine que derrocha amabilidad y al que sólo podemos dar las gracias por su trato (y hacerlo también con Caye, que nos hizo de carabina). Lo pasamos de miedo con él.
ZONA NEGATIVA: Comenzaremos por un clásico. ¿Cuáles son las primeras películas que recuerdas haber visto? ¿En que momento te diste cuenta de que te querías dedicar al mundo del cine?
ALBERT PINTÓ: El cine de los ochenta y de los noventa marcó mi infancia y adolescencia pero sin duda el momento que marcó mi vida fue a los diez años cuando vi The Rock (La Roca, 1996) de Michael Bay. Fue al salir de esa peli, totalmente conmocionado, que decidí que yo también quería hacer lo mismo.
ZN: Vamos con otra pregunta obligada, ¿Qué cómics leías de niño? Actualmente, ¿Sigues leyendo cómics?
A.P.: Spawn! Me obsesioné con ese cómic. Incluso busqué el primer número de todos, que terminé por encontrar un domingo en el mítico mercat de Sant Antoni de Barcelona. Soy fan de las ilustraciones de Todd McFarlane y Greg Capullo. Hoy ya he perdido esa conexión con los cómics, pero sigo mucho a Miguel Noguera y sus libros de ideas con sus maravillosas ilustraciones con las que me parto de risa, si sirve como ejemplo.
ZN: Ganaste varios premios con RIP y Matar a Dios, pero ¿Cual dirías que ha sido el mejor momento de tu carrera y cuál el peor?
A.P.: Díficil contestarte de forma precisa a esa pregunta. He vivido momentos muy bonitos y muy duros durante todos estos años. Supongo que cuando mayor te haces aprendes a gestionar esas emociones e intentas que no te afecten tanto las cosas, ni las buenas ni las malas.
ZN: El pasado año, con motivo del estreno de Matar a Dios, conversamos con Caye Casas quien nos contó como os conocisteis y que creíais que trabajando juntos erais más fuertes. ¿Qué ha pasado para que te embarques en esta aventura en solitario? ¿Has echado de menos a tu otra mitad?
A.P.: En el mundo del cine te mueves por proyectos y cuando me llegó el de Malasaña 32, una película maravillosa producida por Warner Bros, Atresmedia y Bambú, no dudé en aceptar ese viaje para seguir explorando mi faceta como director.
ZN: ¿A que dos personas elegirías si tuvieses que salvar el mundo?
A.P.: Pues hoy pienso que a nadie! Si llega el juicio final que se nos lleven a todos. Somos un cáncer para este planeta!
ZN: ¿Cómo surge el proyecto de Malasaña 32? ¿Que esté Warner Bros España detrás del proyecto te ofrece una mayor tranquilidad o estás más limitado a la hora de tomar decisiones?
A.P.: A través de la ESCAC, la universidad de cine donde hace años que imparto clases, me ofrecieron la posibilidad de contactar con Ramón Campos, productor de Bambú. Buscaban un director de confianza para un proyecto de terror que tenían entre manos y así entré en la ecuación. Trabajar con Warner te da la tranquilidad de saber que van a vender la pelicula como nadie. Y eso es bueno, siempre ruedas pensando en llegar al máximo público posible y Warner te brinda esa ventana.
ZN: En Matar a Dios contratasteis a Eduardo Antuña y David Pareja a través de Facebook. ¿Han vuelto a ser necesarias las redes sociales? ¿Qué nos puedes contar del reparto con el que has contado?
A.P.: Trabajamos con una maravillosa directora de casting, Natalia Rodríguez, que nos abrió un mundo de posibilidades. Siento que en el terror, cuanto menos conozcas las caras, más vas a empatizar con ellos. Quería la libertad de escoger a los indicados para cada papel. Es una película con un reparto muy complicado por los personajes que interpretan y el resultado es maravilloso. Y como anécdota te diré que uno de los actores de Matar a Dios hace un cameo!
ZN: ¿Agrada, sorprende o molesta que desde que se mostraron las primeras imágenes de Malasaña 32 se hable de “la nueva Verónica?
A.P.: No sabía que se hablaba de “la nueva Verónica”! Jajajaja Pero que te comparen con una peli de Paco (Plaza) siempre es un gran halago. Aún así, Malasaña 32 no tiene nada que ver con la chica de Vallecas. Creo que hemos hecho una peli muy distinta a otras pelis de terror que hemos visto en España.
ZN: ¿Cuáles han sido tus referentes cinematográficos para dirigir esta película?
A.P.: Soy un gran fan del genero desde siempre, por lo que he visto muchas cintas y conocido a diversos autores interesantes. Cuando abordé el proyecto no pensé en ninguno en concreto, creo que fué un proceso de filtrar todo lo que sabía y digerirlo a mi manera. Pero claro está no puedo olvidarme de genios como Kubrick, Polanski, Hideo Nakata, Takashi Shimizu o James Wan.
ZN: En Matar a Dios, Caye reconocía la influencia de la obra de Fernando de Felipe en la peli. En esta ocasión, ¿existe algún tipo de relación con el noveno arte?
A.P.: Revisé algunos comics para entrar en el mood y en ese sentido, la obra completa de Junji Ito me fascina. También me inspiró una leyenda japonesa sobre el fantasma Noppera – Bo.
ZN: ¿Qué nos puedes contar de la historia real en la que se inspira la película? ¿Os habéis tomado muchas licencias a la hora de adaptarla?
A.P.: Malasaña 32 se inspira en un compendio de historias terroríficas que han sucedido en Madrid y por el barrio de Malasaña. Pero para que la peli funcionara nos hemos tomado algunas licencias.
ZN: El libreto lo firman Ramón Campos, Gema R. Neira, Salvador S. Molina y David Orea. ¿Cómo ha sido tu primera experiencia de dirigir con un guion ajeno?
A.P.: La verdad es que no he sentido que fuera nada nuevo. En otras ocasiones he rodado guiones que no eran míos y como director siempre intento adaptar y hacerme mío el guión. Si no, es imposible rodarlo, y con el equipo de Bambu fue todo muy sencillo.
ZN: Rec, Mamá, Las brujas de Zugarramurdi, La cumbre escarlata, Expediente Warren, Insidious, It… son algunos de los títulos en la espectacular filmografía de Javier Botet. ¿Cómo ha sido trabajar con él? ¿Arrastra alguna tara de los seres que ha interpretado?
A.P.: Javi es un profesional. Se pasa 6 horas en maquillaje y después aún tiene energía para darlo todo. Debido su increíble experiencia, siempre tiene aportaciones que hacer al personaje y matices interesantes . Así que más te vale hacerle caso si quieres hacer algo que funcione y no esté muy visto.
ZN: ¿Qué cómic que todavía no ha sido llevado a la gran pantalla te gustaría dirigir?
A.P.: ¿Aún queda algun cómic que no haya sido llevado a la gran pantalla? Me sorprende! Jajajaja No! Sin duda La Casta de los Metabarones de Jodorowsky! Me gustaría indagar en ese mundo de posibilidades para una buena peli de ciencia-ficción.
ZN: Nos gustaría que nos contases un poco como ha sido el proceso de la recreación setentera de la peli ¿Dónde grabasteis?
A.P.: Dorremochea ha hecho un trabajo excelente y quiero destacar a Marta Petite la decoradora. Estoy muy contento con el trabajo de todo su equipo. Se documentaron muchísimo para lograr transportarnos a la década de los setenta. Eva Camino, la figurinista, costumizó todo el vestuario de la peli para ajustarlo a los colores deseados, tallajes y estilos que queríamos en cada personaje.
ZN: En tu anterior largometraje, la casa funcionaba como un personaje más de la película. En Malasaña 32, por razones obvias, aún tiene mayor importancia. ¿Costó tener el escenario perfecto?
A.P.: Fue un trabajo de varios meses costumizar la casa y ajustarla a nuestras necesidades para poder generar el terror en cada rincón y estancia. Pero como bien dices, la casa vuelve a ser un personaje más en la película.
ZN: En los rodajes de las películas de terror suelen darse situaciones inquietantes. ¿Habéis tenido alguna anécdota al respecto?
A.P.: Dentro del edificio de Malasaña, durante el rodaje, la gente del equipo decia que las cosas se les movian de sitio sin ellos tocarlas… Yo estaba en set y no me enteré mucho de nada pero sí es cierto que nunca encontraba mi monitor portátil. Aparecía en lugares distintos cada día…(risas).
ZN: ¿Qué opinas de la eterna polémica del cine de superhéroes? ¿Piensas que es malo para la industria?
A.P.: Es necesario que existan muchos tipos de cine al igual que hay muchos tipos de espectadores. Cada uno tiene unas necesidades. De hecho, en parte existe la industria gracias a este tipo de películas. Las productoras no pueden vivir solo de un cine autoral. Para mi son vasos comunicantes, ambos cines son necesarios y se necesitan. Creo que ninguno de los dos debe desaparecer.
ZN: Mi compañero Juan Luis Daza, de la redacción de cine, quisiera saber si es necesario haber visto las 31 entregas anteriores para ver Malasaña 32.
A.P.: Jajajajajaja. No! Aunque si funciona Malasaña 32 ya se está hablando de una segunda parte…que no creo que se llame Malasaña 33… (más risas).
ZN: Para terminar, nos gustaría que nos hablases de tus próximos proyectos.
A.P.: La verdad es que ya se están gestando algunos nuevos proyectos de los que aún no te puedo hablar. Así que de momento, terminando Malasaña 32, que se estrena en nada!
ZN: Muchas gracias, Albert. Esperamos que Malasaña 32 sea todo un éxito y te deseamos lo mejor para tus próximos proyectos.
A.P.: ¡Gracias a vosotros! Nos vemos a partir del 17 de enero en los cines!
Dirección: Albert Pintó.
Guion: Ramón Campos, Gema R. Neira, Salvador S. Molina, David Orea.
Música: Frank Montasell, Lucas Peire.
Fotografía: Daniel Sosa Segura.
Reparto: Begoña Vargas, Iván Marcos, Bea Segura, Sergio Castellanos, José Luis de Madariaga, Iván Renedo, Javier Botet, María Ballesteros, Rosa Álvarez, Concha Velasco.
Duración: 90 minutos.
Productora: Warner Bros. España.
Nacionalidad: España.
“Podéis tener hipódromo, Jarama y Complutense
Y a lado la Moncloa donde siguen los de siempre
Podéis tener el mando del imperio en vuestras manos
Pero al llegar agosto y el verano…” The Refrescos
No hay playa… ¡Hay fantasmas! Perdóneme Pintó, porque he pecado. Por algún fallo neuronal llevo llamando a su película Musarañas toda la Santa Semana. Error por asociación que, espero, no vuelva a cometer a lo largo de esta reseña. Hablamos de Malasaña 32, la nueva película de Albert Pintó que pretende aterrorizar a los espectadores contando una historia que recoge varias leyendas urbanas del barrio madrileño que pone título a este filme de Warner Bros. ¿Lo habrá conseguido? Seguid leyendo para averiguarlo… si os atrevéis.
Teniendo su visionado tan reciente, que aún no hemos rebajado nuestras pulsaciones, lo primero que tenemos que afirmar es que Malasaña 32 no es una película apta para cardíacos. Desde sus primeros compases nos damos cuenta de que vamos a pasarlo mal. Su prólogo es una clara declaración de intenciones. Es 1972 y estamos en un edificio tan antiguo que ya de por sí, acojona bastante. Una canica juguetona, rememorando a la pelota roja de Al final de la escalera, nos guía hasta el interior de un piso que no queremos visitar. Nada bueno puede haber dentro, ¿verdad?
Secándonos el sudor frío, tras los títulos de crédito, llegamos a 1976. No es un año casual el elegido, la Transición española era un hecho y una nueva etapa se abría paso en el país. Algo que, por otra parte, encaja con la familia protagonista de la historia. Los Olmedo se mudan a la gran ciudad, dejando atrás un pasado en el pueblo que parece tener más sombras que luces. Por una parte, el matrimonio formado por Manuel y Candela se muestra ilusionado por el nuevo horizonte. Él podrá trabajar en una fábrica como Pegaso, mientras ella hará lo propio en Galerias Preciados. Sin embargo, sus tres hijos no parecen tener el mismo entusiasmo. Principalmente Amparo, quien ha tenido que dejar una relación amorosa como efecto colateral de la mudanza. Su hermano Pepe, con una tartamudez severa, tiene una tristeza perenne, sabedor que vaya donde vaya será el centro de todas las burlas. Por último, el pequeño Rafael no parece estar conforme con tener que compartir su cuarto con un abuelo que está de cuerpo presente, pero de mente ausente…
Esa breve presentación de personajes, en la que también conocemos al administrador de la casa, a quien da vida Javier Botet, será prácticamente el único momento del metraje en el que no se pondrá en jaque a nuestro sistema nervioso. Cierto es que Malasaña 32 no inventa la rueda, pero, siguiendo con el símil automovilístico, nos encontramos ante un neumático compuesto de un caucho de buena calidad. Como era de esperar, el edificio donde transcurre, prácticamente, el conjunto de la acción funciona como un personaje más de la película. La conjugación del genial diseño de producción unido al buen hacer de Pintó con la cámara, da como resultado una atmósfera malrrollera a la que nunca nos acabaremos de acostumbrar. Objetivo cumplido.
El director de Matar a Dios comentaba que para empatizar más con los personajes es mejor no conocer, en exceso, a los actores. Dicho y hecho. Begoña Vargas, a sus 20 años, debuta en la gran pantalla y lo hace de manera notable llevando el principal peso de la trama. Con cierto parecido a Alicia Vikander, Vargas se mete en la piel de la sufrida Amparo y lo hace con una excelente dicción, algo que, por otra parte, comparte el resto de sus compañeros. Sergio Castellanos, a quien descubrimos en la genial serie de Movistar, La Peste, da vida a Pepe, su hermano con problemas de comunicación oral que, curiosamente, tendrá algunos de los momentos con más tensión de la película gracias a un intercambio de mensajes vía tendedero. Ivan Marcos y Bea Segura, como Manolo y Candela, cumplen sin destacar, mientras que Ivan Renedo sorprende en el papel de Rafita, el pequeño de la casa. Siguiendo con los nombres más conocidos del reparto, un Javier Botet más humano que nunca se desdoblará para ofrecernos su particular ración de contorsionismo imposible. Sonreímos al comprobar que Eduardo Antuña era el easter egg que Albert nos había dejado en la entrevista. La sorpresa, ya no velada, de la función es la aparición de una Concha Velasco que recuerda muchísimo al personaje de Elise Rainier que interpretó Lin Shaye en las cintas del Universo Warren. Siendo este uno de los muchos puntos en común que tiene Malasaña 32 con las películas dirigidas por James Wan. Eso sí, cuando de fondo suena Julio Iglesias o Raphael, el terror sube enteros. España 1 – Estados Unidos 0.
El ritmo de Malasaña 32 es trepidante y la pesadilla se nos pasará en un suspiro. Una concatenación de sustos que, probablemente, tape su punto más débil: el guion. Más allá de que agradezcamos no tener los típicos diálogos absurdos que abundan en buena parte de las películas de este género, lo cierto es que el misterio sobre el que gira la trama resultará un tanto insulso. Cierto es que tanto el final twist como el mensaje del mismo funcionan (más teniendo en cuenta la época en que está ambientada la historia) pero nos habría gustado tener una mitología algo más elaborada. Malasaña 32 es efectista y efectiva pero tiene más gramaje de lo primero que de lo segundo, algo que no podemos achacar, en absoluto, a un Albert Pintó que se consolida como un valor a seguir dentro de nuestra industria.
Todos los elementos propios de las casas encantadas nos los encontraremos en Malasaña 32. Desde luces que se encienden y apagan con tal voluntad propia que pondrían de los nervios a los técnicos de Iberdrola, pasando por teléfonos que suenan pese a no estar conectados a la corriente hasta llegar a un programa infantil cuya marioneta-presentadora se postula para visitarme en mis próximas pesadillas. Clichés, dirán algunos, y razón no les faltará pero, desde luego, que los amantes del terror sabrán paladear cada desasosegante escena, aunque se abuse de los sustos gratuitos. Por cierto, mucho se está comparando a Malasaña 32 con Verónica. Craso error. Cierto que tanto la obra de Paco Plaza como la cinta que hoy nos ocupa comparten género e incluso localización, pero no menos cierto es que el director de Quien a hierro mata es un veterano en estas lides mientras que el cineasta catalán está abriéndose camino. Expediente Warren, La Maldición de Hill House, The Grudge… y muchos otros filmes tienen un ADN similar a Malasaña 32. Decir que juega en la misma liga que aquellas es una realidad más que un piropo.
En definitiva, Musarañas Malasaña 32 es una cinta de terror cotidiano que se antoja imprescindible para los amantes del género de terror. Con bastantes menos medios que otras superproducciones de Hollywood, Albert Pintó ha demostrado que tiene lo necesario para hacer carrera en una industria que a veces se comporta como Saturno cuando devora a sus hijos. El descubrimiento tiene por nombre Begoña Vargas, a quien seguiremos a partir de ahora con gran interés. Es hora de romper viejos prejuicios con el cine patrio. La ingente cantidad de talento con la que cuenta este sector, merece ser apoyada por tod@s. La cultura es la mejor medicina para un país, como el nuestro, que está bastante enfermo.
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