Javier Vázquez Delgado recomienda: Hablamos con Víctor Santos

En el pasado Salón del Cómic de Getxo nos acercamos al stand de Norma Editorial para saludar a Víctor Santos. En aquella breve conversación apalabramos una próxima quedada con motivo de la publicación de Bad Girls. El creador de Polar siempre dice SÍ y siempre lo hace con una sonrisa en la cara.
Comienza a ser una tradición que nos emplacemos con nuestros entrevistados en el Café Bar Nervión, situado en el barrio de Bilbao La Vieja de la capital bizkaina. Víctor llega al encuentro puntual, pega un trago a su tónica y, antes de que empecemos a bombardearle con preguntas de todo tipo, nos pone al día sobre su reciente visita a la Heroes Comic Con de Madrid. Paul Pope, fútbol… podríamos charlar durante horas con el autor valenciano por el mero placer de su compañía, pero llevábamos los deberes hechos de casa y llegaba el momento de comenzar. No es ningún secreto que nos encontramos ante uno de los mejores artistas no sólo de este país, sino probablemente del conjunto del universo del noveno arte. Eso sí, os podemos garantizar que la persona está a la altura de su talento.

Entrevista a Víctor Santos

Digamos que los españoles estamos también metidos en esa vorágine, pero no es mal momento. Simplemente, de nuevo, está cambiando la manera de trabajar. Hay oportunidades porque hay trabajo. Lo complejo, como ha sido siempre, es vivir de ello y mantenerte en ese ritmo sin quemarte.

ZONA NEGATIVA (ZN): Veinte años después de que te embarcaras con Reyes Elfos, y tu evolución no parece tener límites ¿La clave está en seguir manteniendo la ilusión de entonces?

VÍCTOR SANTOS (VS): Pues no sé si ilusión es la palabra. Al final la ilusión, como tus perspectivas, siempre son diferentes cuando empiezas… Ilusión por tu trabajo, sí es verdad. Siempre pongo de ejemplo a Mark Buckingham, al que conozco desde hace años y lleva una carrera enorme por delante, y es un tío a quien le siguen entusiasmando los tebeos. Le tengo de modelo de autor que ha sabido trabajar mucho sin quemarse en una industria que es muy propensa a ello. Es un trabajo vocacional. Y luego para mí, sobre todo en el día a día, lo importante siempre es intentar reinventarse a uno mismo, aunque sea poquito a poquito. No soy el típico artista que de repente cambia de una obra a otra radicalmente, pero siempre intento afrontar cada obra de manera diferente a la anterior. Incluso si tengo la oportunidad de aprender una cosa nueva, dentro de mis limitaciones. Igual que no tenía ni idea de dibujar animales cuando empecé The Mice Templar (Los Ratones Templarios) y cuando empecé lo de Porsche… dibujar coches se me da fatal. Siempre intenta uno también ponerse pequeños retos, dentro de lo que cabe, para mantener el interés por el trabajo. A mí los autores que me gustan son los que siempre ofrecen algo nuevo en cada obra y, además, como lector, eso es tu interés para comprar una obra. Otros artistas, que a lo mejor tienen una técnica súper depurada y han llegado a un nivel de perfección enorme, sabes que te van a afrontar igual un cómic de superhéroes que un cómic de género negro, que un romance. Te lo van a afrontar de la misma manera. Igual resulta más interesante ser un artista más imperfecto pero más versátil, por así decirlo.

ZN: Como autor se te relaciona con el género negro ¿Te sientes cómodo con esa etiqueta? ¿Te gustaría probar nuevos géneros en el futuro?

VS: Al final, es un género que me gusta mucho y me siento cómodo con él. Además, como lector de libros (no sólo de cómics) y como espectador de series y películas, también es un género que me encanta y casi que es mi favorito. Lo que pasa es que luego tú también te mueves en un mercado, en este caso es el americano, que para conseguir un trabajo necesitas ponerle las cosas fáciles a un editor. Entonces las etiquetas son, en parte, un estigma y, en parte, una herramienta muy útil. Como encaja muy bien el género con mi manera de trabajar (con luces y sombras), es una manera muy sencilla de explicar tu trabajo a potenciales editores y a los lectores también. Pero a mí me gusta todo tipo de historias y, de hecho, siempre intento, incluso dentro del género negro, enfocarlo de maneras diferentes. No es lo mismo el dibujo estilizado de Polar con contrastes, casi irreal, que un rollo más realista como Violent Love, que está más apegado a algo más terrenal, o el rollo glamuroso y más de años 50 de Bad Girls. Incluso en el propio género, intento ofrecer cosas nueva.

ZN: Cuando guionizaste Shilhouette, comentabas que tu trabajo lo enfocabas en la manera de trabajar y visualizar las cosas que tuviera tu compañero de viaje. Ahora que tienes un bagaje en el que has hecho el dibujo en cómics escritos por Azzarello, Barbiere, o De Campi, ¿notas que esa máxima ha sido reciproca?

VS: Yo creo que sí. Por lo menos, en este tipo de proyectos he aprendido un poco a no cortarme y, también, a aportar todo lo que puedo yo al guion. No tanto cambiando el contenido del guion sino que trato de cambiar el enfoque y atreverme más. Eso lo he ido notando con el tiempo. Por ejemplo, siempre me arrepiento de no haber sido más atrevido en Filthy Rich (Asquerosamente Rica), de no haber plantado más cara, en el sentido figurado, porque, además, ellos son muy abiertos al diálogo. Me he arrepentido de no haber propuesto cosas más locas o más atrevidas porque era mi primer trabajo allí y me sentía muy cohibido con el idioma… con la figura de Brian Azzarello (me gustaría trabajar con Brian otra vez para arreglar eso). Creo que conforme he ido un poco aprendiendo el negocio, digamos, me he ido soltando más. Además, me he dado cuenta de que los guionistas, en ese sentido, suelen ser muy generosos y te permiten que participes. Es un toma y daca. Incluso es beneficioso para el guion porque ellos luego pueden incorporar en la trama mucho de lo que tú visualmente aportas. Entonces, creo que he ido poco a poco aprendiendo eso y, también, ha ido repercutiendo cuando yo he vuelto a trabajar con dibujantes.

ZN: ¿Prefieres participar en proyectos con otro autor o hacerlo en solitario?

VS: Pues ahí es un poco igual que lo que os contaba de la reciprocidad y de aprender. Como yo estoy más cómodo siempre… los autores, creo, somos unos huraños, nos encontramos muy cómodos en la creación propia. Da igual el nivel de trabajo que tenga y lo variado que sea, siempre tengo un proyecto propio, hecho por mi entero, en la recámara o estoy trabajando en él, o lo estoy escribiendo, o lo estoy adelantando de alguna manera. Digamos que es un poco como la vida social. Si por nosotros fuera, estaríamos en casa todo el día dibujando, leyendo cómics… Pero, de vez en cuando, te das cuenta de que la experiencia fuera de casa es satisfactoria en tu propia vida personal. Con los cómics, pasa un poco igual. Yo, realmente, estoy muy cómodo haciendo mi propio trabajo, pero cuando tengo incursiones fuera de mi mundo (proyectos que comparto con Alex, con Brian, con Mike Oeming y gente así) siempre me llevo algo, siempre aprendo algo. Entonces, ellos siempre me hacen ver maneras de trabajar y de enfocar los personajes o la historia que a mí no se me habrían ocurrido. Me acuerdo de que conocí a Gabriel Bá y a su hermano, Fabio Moon, en Argentina el pasado octubre y me dijeron una cosa muy interesante: “Nosotros hacemos historias costumbristas, pero no sabemos hacer historias de ciencia ficción, no sabemos hacer historias de fantasía… Para eso vamos a Estados Unidos. Mignola, Matt Fraction… aprendemos mucho de este tipo de autores, aunque estemos muy cómodos en nuestro género.” Creo que es una filosofía muy buena, precisamente por lo que te contaba, también, de mantener el interés en otro tipo de trabajo.

ZN: Con la publicación de Silhouette, Arcángeles Oscuros se anunció la tercera entrega El ejército de las sombras, que nunca llegó. ¿Alguna posibilidad de que la veamos en el futuro?

VS: Yo espero que sí. Lo he hablado con Jesús (Alonso Iglesias). De hecho, en su día lo mandé a Dark Horse para que lo vieran. Ahora que Jesús también tiene un nombre, merecidísimo, por el tema tanto de El fantasma de Gaudí como por el de Spiderman: Un nuevo universo, que es una pasada. Me gustaría resucitar el concepto, pero seguramente publicándolo en el extranjero, en América directamente o en Francia. El problema de entonces es que era una editorial muy pequeña y no daba para vivir… ni en difusión, ni para pagar a Jesús lo que se merece por un trabajo así. Todo lo que se ha quedado colgado por ahí siempre tengo en mente recuperarlo en algún momento. Pero, en ese sentido, se hará siempre que pueda conseguir que el dibujante, sobre todo, tenga un mínimo de dinero, de tiempo y de repercusión del trabajo para que le merezca la pena.

ZN: Yojimbo, Rashomon, 47 Ronin… el cine clásico japonés te ha servido como claro referente en obras como Lone in Heaven o En los casos del comisario Heigo Kobayashi. ¿En qué momento surge ese flechazo por la cultura nipona?

VS: Mira, es curioso porque Norma va a sacar una biografía de Akira Kurosawa hecha por mí. A mí el rollo de espadas siempre me ha gustado mucho, sobre todo la fantasía. Cuando yo estudiaba en Valencia, no sé si había visto alguna cosa de samuráis, pero todo lo que había visto de chaval en aquellas terrazas de los cines de verano era mucho western y mucho spaghetti western, sobre todo las pelis de Sergio Leone (Por un puñado de dólares, El Bueno, El Feo y El Malo…). Entonces, cuando estaba en la facultad de Bellas Artes, asistí a clases de cine (lo mejor que tuve en la carrera) y ahí había mucho intercambio entre la gente (CD’s en DIVX con subtítulos chungos y cosas así) antes de que empezáramos a tope con el Emule. Nos pasábamos cine de Hong-Kong, anime de los noventa y también mucho cine de samuráis. Cine de Kurosawa, el Harakiri de (Masaki) Kobayashi (al personaje del comisario Kobayashi le puse el nombre por él). Empezó todo ahí. Me flipó mucho porque también descubrí el género negro y los samuráis eran como un concepto de fantasía (por mucho que sea un género histórico, en el fondo no deja de ser una vertiente del género de fantasía). Hasta los propios japoneses, muchas veces, no son respetuosos con su propia historia, se lo toman con mucha libertad. Tú ves un anime como Ninja Scroll y es casi steampunk. Se inventan cosas, mezclan épocas… eso me mola mucho. Descubrí el mundo de los samuráis como una especie de versión exótica de la fantasía heroica europea. Luego la verdad es que me interesó el tema y leí sobre historia, pero siempre me ha gustado y, sobre todo, Kurosawa un montón. Conectaba mucho con las historias que me contaba, con el western de Leone, con el genero negro… y fui mezclándolo todo.

ZN: ¿Tiene fecha para España la biografía de Akira Kurosawa?

VS: Creo que va a salir entre marzo y abril. Está entregado ya y todo. Tenía que haber salido antes, pero se decidió retrasarlo porque había mucho material mío por salir en Norma y, encima, como que marzo y abril (al ser el Día del Libro) parece que puede ser buena fecha para un tipo de libro que guste más a un público generalista, que no haya leído mis cómics de género negro).

ZN: ¿De qué gran película te gustaría hacer tu propia versión?

VS: Yojimbo y Sanjuro, que es su secuela, son de mis favoritas. También Harakiri de Kobayashi y Rashomon de Kurosawa me flipan mucho porque ambas juegan mucho con el tiempo narrativo. Avanzan y van hacia atrás en el tiempo, que es algo que a mi también me gusta hacer en los cómics. Incluso en mi propio Rashomon así como Against Hope, el próximo cómic que voy a sacar con Dark Horse en junio, juega también con la narrativa, saltando en el tiempo. Se mezclan, se montan… esa manera de juguetear con la forma es una cosa que me gusta de esos dos clásicos. Además, son películas súper entretenidas.

ZN: Finalmente, Violent Love quedó como una maxiserie de diez entregas ¿Te habría gustado que la serie hubiese tenido más vida? ¿Qué posibilidades hay de que te veamos en una serie regular?

VS: Muy complicado, pero no porque no me guste. El problema que tuvimos con Violent Love es que hay una ley que se impone en el cómic americano y es que los guionistas siempre se retrasan. Después de haberte dicho lo bonito que es colaborar con ellos, también te diré que los guionistas americanos ineludiblemente se retrasan. Llegan antes o después, pero llega un punto de la serie que ocurre. El problema que tuve con Violent Love, es que (Frank J.) Barbiere no estaba en exclusiva para mí. Empezamos muy bien, además con Image necesitas coger unos números de margen (te dan tres números de margen antes de entrar en el Previews). Eso está bien porque así vas haciendo tranquilamente los siguientes. Pero ¿qué pasa? Que luego el guionista se confía, se retrasa y entonces al final vas de culo. A mí no me gusta, porque encima luego veo que la serie pierde calidad y en los últimos números de Violent Love, por ejemplo, ya me veo yo apretado. Lo pasé muy mal en los últimos pensando en el retraso del guion. Y esto es algo que me ha pasado en todas las series que he hecho (como Godzilla), siempre he tenido problemas de tiempo. Violent Love no es que acabara por eso, pero como es muy duro mantener una serie regular y más si tienes que estar constantemente produciendo, promocionando… Yo creo que, al final, la serie se resintió y aunque podíamos, a lo mejor, haber seguido la serie como Criminal de Brubaker y Phillips, en plan Volumen 2 y otro título. Al final, yo preferí con Barbiere tomárnoslo con calma. Además el tenía mucho trabajo con guiones de videojuegos, que casi se dedica exclusivamente a eso ya. Y le dije: “mira, preparamos más cosas, pero siempre miniseries. Yo las hago y, si quieres, cuando quede un número por hacer o así, ya entramos en el circuito”. De hecho, tengo ahora un proyecto con Mike Oeming y otro con Barbiere, de dos géneros muy diferentes y con dos estilos muy diferentes, y a ambos les he dicho: “vamos trabajando, vosotros vais escribiendo, yo voy haciéndolo con tranquilidad y cuando tengamos hecho casi todo ya, empezamos a moverlo”. Pero miniseries, y si queremos repetir colaboración, una miniserie de otra cosa. A lo mejor comercialmente es peor, eso ya no lo sé. Ahora voy a hacer una prueba porque con Image no he hecho cositas cortas de cinco números o así, pero quería probar, precisamente, por intentar hacer un trabajo muy bueno. Al final luego me doy cuenta de que el ritmo mensual es muy loco y lo que va a quedar en la memoria es el paperback. Prefiero hacerlo bien y no que me duela luego cuando vea el libro tiempo después… ver las páginas y pensar “Qué mal me quedó”. Prefiero esa tranquilidad. Por eso, de momento, no quiero hacer una serie regular. Otra cosa es que me den un trabajo de puta madre. Que me digan “Vamos a hacer un nuevo Daredevil y lo vas a hacer tú”. Pero bueno que, de momento, si puedo elegir…

ZN: ¿Cómo ves la situación del cómic español en la actualidad?

VS: El problema es que el cómic español, ahora como tal, no sé como definirlo. Es un cómic hecho por españoles, en realidad. Yo este año he trabajado para Estados Unidos, para Japón y para España. Mi cómic (Polar) se ha publicado en China. Es un mercado completamente globalizado. También he trabajado para Francia directamente en una serie que se iba a publicar simultáneamente en Francia y América. O sea que, realmente, es muy difícil definirlo. Yo creo que es un muy buen momento para los autores españoles. En parte porque nos hemos ido labrando, empezando por Pacheco en su momento (y con todos los que hay ahora), una muy buena reputación como colectivo en ese sentido. Sin embargo, para las editoriales es complejo. Se publica muchísimo, pero con tiradas cortas. Es muy complejo tanto para los autores como para las editoriales porque hay que producir muchísimo. Yo creo que implica cierta reconversión de cómo gestionamos nuestro tiempo. Por mucho que os haya contado lo de hacerlo con calma. Pero, por otro lado, la época esta de dedicarle años a un álbum, a la francesa, yo creo que ha terminado salvo para gente muy, muy, muy buena y muy asentada en la industria. Funcionamos mucho como muy pluriempleados, con muchos proyectos a la vez… En eso también ayuda mucho el dibujo digital. En cierta manera llega para compensar eso, para que los autores trabajemos más y más rápido. Creo que hay muchísimas oportunidades, pero hay que trabajar muy duro para mantenerte un poco en el mercado porque, realmente, los tiempos y el nivel de producción que se exige ahora son muy altos. Se exige un nivel de producción muy rápido con una calidad muy buena. Ves cualquier cómic de ahora de Image, Dark Horse… incluso IDW y Boom que son editoriales muy pequeñas y tienen unos niveles de acabado y de producción altísimos. Digamos que los españoles estamos también metidos en esa vorágine, pero no es mal momento. Simplemente, de nuevo, está cambiando la manera de trabajar. Hay oportunidades porque hay trabajo. Lo complejo, como ha sido siempre, es vivir de ello y mantenerte en ese ritmo sin quemarte.

ZN: ¿Es La Caída del Kaiser tu última aproximación al universo de Polar? ¿Te ha costado despedirte de Black Kaiser?

VS: No… a ver… no va a ser mi última aproximación al universo, porque yo nunca acabo de cerrar nada, siempre estoy “reciclando” por así decirlo. Pero sí que quiero que sea el último título de Polar, propiamente dicho. Tenemos los cuatro tomos de Polar y el Polar 0, que es la reedición de Planeta DeAgostini que reedite con Dark Horse. Lo he recoloreado, retocado, redialogado para acercarlo a los otros de Polar. En mis cómics siempre hay muchas conexiones y mi idea es un poco explorar los conceptos de Polar en otros cómics. Aún no sé muy bien que haré, si usaré personajes de la serie… Si el Kaiser saldrá en otra serie como secundario haciendo un guiño o algo así… Pero sí que, por lo menos, quería cerrar esa parte porque, precisamente, con el cuarto tomo ya había contado lo que quería contar. Nació como una cosa que tenía que ser estimulante para mí, así que si me empiezo a obligar a producir por el mero hecho de hacerlo… Pues, obviamente, va a perder su razón de ser la historia. Era algo que yo hacía cuando acababa de trabajar. Es una serie que lo mejor era lo bien que me lo pasaba haciéndola. De hecho, hacer el cuarto tomo de Polar de un tirón para mí fueron como unas vacaciones. Quiero seguir manteniendo ese espíritu. Me buscaré otra cosa, aunque no quita que haga cosas de Polar nuevas. Por ejemplo, para la edición china hicimos algunas historias cortas del personaje que a lo mejor luego las recopilamos… Puede aparecer alguna cosita por ahí, pero Polar como tal ha acabado ya.

ZN: ¿Cómo ha repercutido que Polar se haya convertido en película? ¿Notas que más gente se haya interesado por tu trabajo? ¿Recibes más propuestas que antes de estrenarse?

VS: Por un lado, obviamente, es un exponente enorme de mi trabajo y para ventas al extranjero, lo que os comentaba, publicamos en China… Es gracioso porque me han llegado ofertas para trabajar en cosas muy chulas como lo de Porsche pero por la peli no me ha llegado tanto. Digamos que ya conocían mi trabajo de antes, pero sí que es verdad que por la película hace que no tenga que dar tantas explicaciones. En cierta manera te da un empaque que a mí me da igual porque mi trabajo sigue siendo el mismo. Pero es muy gracioso que te de una legitimidad para otros medios. Te ayuda a conseguir los “SI” más rápido. Igual que algún proyecto que tengo por ahí que gracias a lo de la película es más fácil que se materialice porque tengo eso detrás. La película ha llegado a medios de comunicación o de difusión a los que mis cómics no habrían llegado nunca y, esto me jode decirlo, me ha permitido llegar a medios donde otro tipo de cómics u otro tipo de autores llegan de manera más inmediata y, como yo había estrenado una película, no han tenido más remedio que hablar de ellos. Yo, al final, pertenezco a un tipo de cómic (el género de acción, el género de aventura…) que a nivel critico y a nivel mediático, a veces, no está bien visto. No es tampoco una queja, pero, a lo mejor, si hubiera hecho otro tipo de cómic o novela gráfica (más vanguardista o más experimental, del que también soy lector y me gusta mucho) tendría más atención de según qué medios de comunicación… Sin la película yo no habría llegado a alguno de los medios que este tipo de cómics suelen llegar. A otros medios sé que no voy a llegar nunca, directamente (risas). Con vosotros no he tenido problema porque sois un medio de cómic y, obviamente, habláis de todo tipo de cómics. No es que haya resentimiento ni nada, pero me he dado cuenta de ello. Gente que no me había hecho ni caso nunca, de pronto, se ha interesado por la película. Incluso medios que han usado mi cómic como excusa para poner a caldo la película. En plan “No hace justicia a este cómic tan excelente de Víctor”. Y yo decía “Joder, si el cómic era tan bueno, ¿por qué no hablasteis del cómic cuando se editó?” (risas). Pero bueno, el balance es muy positivo. Me ha permitido dar más charlas. Las he aprovechado para explicar también todo el rollo del creator-owner. Es una cosa que la gente no entiende y aprovecho para explicar lo que son los cómics de creación propia y que existen un montón de alternativas de adaptaciones cinematográficas o de series que se salen de los Universos de Marvel y DC. En ese sentido me parece que, incluso a nivel divulgativo, ha sido bueno.

ZN: Más allá de si a la gente le ha gustado la adaptación de Polar, prácticamente todo el mundo coincide en que no puede haber mejor Black Kaiser que Mads Mikkelsen. Curiosamente, te invitaron a la inauguración del FANT de la peli Artico protagonizada por el actor danés (en su particular ciclo de pelis con títulos glaciares). ¿Llegaste a coincidir con él?

VS: Es muy gracioso porque con Mikkelsen estuve a punto de coincidir en un evento que organizan los de Heroes Con (en Suecia creo que era) al que iba Mads Mikkelsen y un organizador movió hilos para ver si me podían invitar, pero al final no pudo ser. Me hubiera gustado. Pero, en el caso de Ártico (la otra película helada de Mikkelsen) es curioso porque fue el propio director (Joe Penna) el que me invitó. Había mucho cachondeo en Internet con el tema y ya, incluso, nos habíamos llegado a citar al uno al otro en redes como “mi compañero helado” o algo así. Cuando vino al FANT, me mandó invitaciones para ir a la proyección y luego, cuando acabó la película, quedamos un ratito y estuvimos de charla un poco. Nos hicimos unas fotos y le mandé unos cómics a Alemania, que estaba allí preparando una película, y le gustaron mucho. Fue muy gracioso, la verdad. He conseguido enlazar dos ciclos de Mads Mikkelsen que son: “ciclo de películas con temas helados” y “ciclo de películas en las que pierde un ojo”. (risas)

ZN: Tú también eres muy de meter tuertos en tu obra (más risas)

VS: Si,si,si, es que es muy pulp. Me preguntaron mogollón de fans de (Hideo) Kojima, por todo el tema de Metal Gear Solid, si era homenaje al juego pero la verdad es que nunca había jugado, aunque conocía el arte del diseñador. Yo meto mucho los parches, pero por el rollo de Nick Furia, de Snake Plissken (creo que Kojima también es fan de las pelis de Carpenter). Es un elemento pulp, en parte género superheroíco, en parte género de acción, que a mí siempre me ha gustado. Meto parches, cicatrices, gente a la que le falta una mano… ese tipo de elementos (risas). Pero es que, además, a nivel gráfico es muy útil. Sobre todo, yo que me muevo en el claroscuro, tener personajes con un elemento visual llamativo o definitorio te permite luego dibujar, hacer un montón de juegos gráficos y que sigas reconociendo al personaje. Si yo hago un personaje completamente en silueta negra y le dejo el parche en blanco, inmediatamente le reconoces. Igual que si tuviese una cicatriz… un tipo de pelo… una muñequera… ese tipo de elementos gráficos que pueden ser muy de manga o de videojuegos estilo Street Fighter, pero también son muy de western. A nivel gráfico son muy útiles para luego hacer recursos visuales.

ZN: Pienso que la película habría quedado bastante mejor si Vivian (interpretada por Katheryn Winnick) habría sido la villana, absoluta de la función. ¿Hablaste con Jonas Akerlund en algún momento? ¿Te pidieron consejo de algún tipo?

VS: Sí que hablé con Jonas Akerlund pero ya acabada la película… Más bien cuando estaban montándola. Estoy muy de acuerdo contigo y, de hecho, lo he dicho muchas veces. Hubiera preferido que el personaje de Vivian (que en el cómic se llama Vian) hubiera sido la jefa o, por lo menos, me hubiera gustado que hubiese peleado. Es una de las pocas pegas que le pongo a la peli, que hubiera peleado más. Además, Katheryn Winnick es cinturón negro de taekwondo y karate. La he visto en acción en muchas series y la tía es muy buena. Comprendo por qué en el tipo de historia que quería hacer el guionista, Jayson Rothwell, el malo es Blut, el personaje que interpreta Matt Lucas (a mí es un actor que me gusta mucho). Comprendo que la gracia de la película es que la Agencia Damocles funciona como una especie de organización endogámica, donde el jefe es un inútil que es el hijo del anterior jefe. En ese sentido entiendo la crítica que se hace a las corporaciones con esa historia. El tema de Vivian, aunque no hubiera sido jefa como en el cómic, me hubiera gustado que habría sido la villana a batir más fuerte. Además, en el cómic, el personaje de Vivian está, incluso, por encima de Black Kaiser en habilidades. Le cuesta un montón acabar con ella.

ZN: A mí me da la sensación de que está desaprovechada la actriz.

VS: Sí, sí… Lo que pasa que, al final, cuando haces la peli dependes de mogollón de factores. A lo mejor es la disponibilidad del actor o de la actriz. Influye también lo que el actor iba a aportar. Por ejemplo, yo sé que, originalmente, antes que Katheryn Winnick iba a ser Katie Holmes quien hiciera de Vivian. Es una actriz totalmente diferente (a mí me gusta mucho más Katheryn Winnick) pero, a lo mejor, Katie Holmes le habría dado una dimensión completamente diferente al personaje. Igual que para Black Kaiser había gente de un extremo como Sylvester Stallone a otro extremo como Christopher Walken. Imagínate, el tratamiento de personajes sería totalmente diferente como lo habrían tenido que afrontar. Por eso te digo, imagino que tendrán sus razones para haberlo hecho así. Para el guion si que, al principio, me pidieron opinión y sí que hay ideas que incorporé como, por ejemplo, lo del tema del ojo en la tortura (en los primeros guiones él no estaba tuerto, quitaban el parche de la historia). Yo di la paliza insistiendo en que el parche era fundamental, porque mi idea era añadir un elemento pulp de la historia, no quería un Jason Bourne. Es cierto elemento de cómic, digamos (aunque odio esta expresión). Yo comprendo que para un actor es muy complejo estar toda la película con un ojo tapado. A Mikkelsen le costó en las coreografías de las escenas de acción porque perdía profundidad de visión. Propuse que fuera en la tortura de Blut cuando le arrancara el ojo. Así tendríamos la creación del icono. Había muchas cosas que a nivel de guion no las veía funcionar, pero me veía obligado a confiar en que el director luego las hiciera bien. Por ejemplo, muchas veces, en un guion te dicen que hay un tiroteo, pero no sabes cómo lo van a hacer. La escena de los guantes, visualmente, yo no la veía. De hecho, no me gustaba la escena de los guantes tecnológicos cuando lo leí en el guion. Me acuerdo de que había a mucha gente del equipo que no le gustaba y el guionista Jayson Rothwell estaba empeñado en que iba a funcionar muy bien. Y luego, efectivamente, es casi una escena icónica de la película. En el tráiler es el cebo. Así que está bien que, a veces, no me hagan caso (risas). Pero básicamente fueron pequeñas notas sobre ideas que iban surgiendo en la película y luego, también, alguna cosa visual que aporté yo en plan de imágenes para el American Film Market. Cuando fueron a vender la película hice unos pequeños bocetos de pósters y cosas así. Me preguntaron por actores para añadir a la lista del mailing. Una ronda de contactos con actores para los papeles… pero luego todo eso depende de agentes… También hablé, mediante un intercambio de mails, con Deadmau5 de la banda sonora, comentando cosas de la película y tal. Aunque, bueno, tampoco los he conocido en persona y es algo que me gustaría poder hacerlo.

ZN: ¿Sabes si hay posibilidades de que Netflix siga con la franquicia?

VS: Es complicado ver cómo funciona Netflix. Por un lado, sé que la película ha funcionado muy bien. Como es Netflix, no me dejan decir los visionados. De hecho, yo me enteré de extranjis, por gente que no voy a delatar (risas). Pero como te comentaba antes con la disponibilidad de Katheryn Winnick, no sé si los actores están interesados, si hay un guion en marcha… Sé que se ha hablado, que lo ha planteado Netflix y que ha habido algún movimiento al respecto. Lo que no sé es, ni los tiempos que manejan, ni si sí o si no. De hecho, yo estoy también incluso planteando, desde mi posición pequeña, que se pueda continuar la película en animación, serie o lo que sea. Yo voy hablando y voy proponiendo cosas, sobre todo a Dark Horse Entertainment y, bueno, a lo mejor sale de ahí algo. Nunca se sabe. Hasta hace unos años no me habría planteado si una cosa así podría salir. Pero ahora ya… ¿Quién sabe?

ZN: ¿Cómo ha sido el proceso de adaptar Black Kaiser al formato adaptado de Polar?

VS: En realidad, fue sencillo. Cuando empecé con Polar estaba haciendo 40-45 páginas al mes porque estaba haciendo trabajos alimenticios tipo Godzilla, compaginándolos con otros como The Mice Templar y proyectos personales. Estaba muy cansado del formato horizontal. De hecho, creo que fue Frank Miller quien lo dijo “tenemos una hoja de cómic porque es, básicamente, una hoja de periódico doblada dos veces”. Al final, lo hemos heredado y no salimos de ahí. Estaría bien que hubiera formatos panorámicos, cuadrados, grandes, pequeños… Para mí, variar el formato fue muy cómodo. Al principio me costó un poquito, pero era tan estimulante tener un campo de juego tan completamente nuevo, que para mí fue parte de la diversión. De hecho, lo nuevo que he hecho con Dark Horse, no teniendo nada que ver con el universo de Polar, es exactamente el mismo formato que los últimos libros de Polar. Seguramente porque me siento súper cómodo con este formato. Además, también lo ponía de ejemplo (esto no sé si se lo he copiado a Miller o a algún director de cine) que nosotros percibimos el mundo horizontalmente. Nosotros, cuando salimos a la calle, miramos de izquierda a derecha, igual que nuestro orden de lectura, en occidente, es de izquierda a derecha. Me resulta súper fluido de leer el formato horizontal. Me permite jugar muchísimo más con la visión del espectador, que es lo que me gusta a mí de los cómics. Manipular y conducir al espectador por las páginas, casi que me resulta más natural con la horizontalidad que con la verticalidad.

ZN: Tus cómics cuentan con una narrativa muy cinematográfica ¿Te han propuesto adaptar alguna obra más, bien sea para cine o TV? ¿Te haría especial ilusión que se llevara a cabo alguna en concreto?

VS: Hay alguna cosa mía, que no puedo decir, de la que han comprado los derechos. Pero bueno, está bien que no se pueda decir porque significa que va por buen camino. Cuando se dice publicamente, normalmente, es porque hace falta financiación. Se le da publicidad, se le da bombo, a ver si cae dinero. Como veis, es un recurso muy bueno (risas). En Polar lo hicimos. Hay alguna cosa por ahí que es secreta, lo cual es bueno. De The Mice Templar compró los derechos una productora de animación indie americana, que firmó también un acuerdo con Gaumont, para crear una serie de The Mice Templar. Y, de hecho, he visto diseños del proyecto y está muy chulo, con un look bastante diferente pero muy bonito. Otra cosa también es que la animación es bastante complicada. Pasa un poco como con Polar pero más exagerado. Requiere un montón de financiación y es un proyecto que tienes que moverlo y moverlo. Con The Mice Templar llevamos unos cuantos años y estamos con los diseños y ya está. Requiere de mucho trabajo.
En Estados Unidos, lo nuevo que haga con Dark Horse lo va a representar Dark Horse Entertainment. Yo intento hacer mis cómics sin pensar en ellos. Creo que es la mejor manera, la más honesta también. Pero lo moverán, porque ahora es el momento. Todo el mundo está loco con el tema de los derechos y es como el Santo Grial.
Una cosa que he intentado en su momento es mover el tema de Intachable, porque a mi me gustaría colaborar directamente con España. Siempre estoy con que si América, que si tal… y alguna cosa en la que me pudiera involucrar más por el tema del idioma sería genial. De hecho, lo intenté con Intachable, hablé con algún guionista de TV y se enseñó a una productora. Pero, de momento, no ha habido suerte. Incluso hemos hablado con Panini para revitalizar el libro. Quizás dentro de un tiempo se pueda hacer algo, porque, además, antes de Intachable no había muchos thrillers de género negro a la española. Bueno, no había mucho. Estaba Crematorio en televisión y ya está. Es gracioso porque cuando se presentó Intachable a esa productora, dijeron “es que hay un montón de thrillers hechos de este estilo en España”. Hostia, fíjate cómo ha cambiado el panorama. A lo mejor ahora habría más posibilidades porque el público está más abierto a este tipo de ficciones. De políticos corruptos no nos vamos a librar…

ZN: Has mencionado la serie Crematorio, también el pasado año se estrenó la serie documental El Pionero que son primas hermanas de Intachable. Somos un país al que le cuesta salir de la corrupción. ¿Surgió este cómic por una necesidad de denunciar esta dinámica? ¿Te has planteado hacer otra obra que tenga de base algún otro tipo de problemática social o política?

VS: Intachable, originalmente, era un encargo de Panini porque ellos querían hacer cómics de temática social, ambientado diferentes ámbitos sociales. Querían atraer a un público muy diferente del que compraba cómics de Marvel, pero a su vez que no fuera tampoco… como te diría… en plan Joe Sacco, salvando las distancias. Querían hacer algo divulgativo, pero también de ficción. Intachable nació de esa propuesta. Lo que pasa es que me dejaron bastante libertad y yo la quise hacer mía, porque nunca había hecho nada ambientado en España. El cómic tuvo bastante repercusión en medios, saliendo incluso en revistas de economía. Recuerdo que salió en una revista sueca… Hubo un montón de obras de un montón de medios como el cómic, el cine, la novela… que hablaban de la crisis económica y de la corrupción (las novelas de Petros Markaris, la serie Crematorio…). Intachable tuvo una repercusión mediática precisamente por eso. Se la englobó en una serie de obras que salieron a raíz de esto. Pero luego, en ventas, no funcionó (tampoco demasiado mal) pero podía haber funcionado mucho mejor. No se si se podía vender al extranjero, porque era una obra que buscaba contar, precisamente, lo que pasaba aquí. Aunque, por lo menos en Italia, creo que nos habrían entendido y más siendo Panini (risas). Mi idea era haber continuado… o por lo menos haber hecho una obra más en ese aspecto. De hecho, tenía planteado una (bueno, aún la tengo planteada) ambientada en el mundo del fútbol, con todo el tema de mafias involucradas en clubs… Magnates del este, árabes y de Asia comprando clubs de futbol de europeos (mira el Valencia C.F., por ejemplo). Hay un material muy bueno ahí para hacer género negro. De momento no es una cosa que tenga planeado hacer, pero, ya te digo, he estado hablando con Panini para revitalizar todo el tema de Intachable. A lo mejor si funciona bien y encuentra un nuevo público para este tipo de obras, me plantearía hacer esta nueva incursión.

ZN: ¿Cómo nace Bad Girls y tu colaboración con Alex de Campi?

VS: Pues mira, el caso de Bad Girls es de los más raros que he tenido, por lo inusual de la gestación. Me llegó, prácticamente, con el guion escrito entero, con el contrato y con una editorial de libros. Alex es escritora en un sentido amplio porque es novelista, es periodista, hace cómics… De hecho, ahora ha hecho guiones para televisión y para animación. Ella tiene agente literario y tenía un guion entero hecho, que habían vendido a Simon & Schuster pero no tenían artista. Alex conocía, precisamente, al productor de Polar, Chris Tongue (de Dark Horse Entertainment), que era mi contacto con la producción de la película y él le recomendó mi trabajo (Alex había trabajado para Dark Horse también). Entonces ella me mandó el guion, literalmente. 250 páginas de guion, que es una cosa que, a mí de entrada, me echa para atrás. Me gusta involucrarme desde un principio, pero la cosa es que dije “Bueno, me lo voy a leer”. Además, estaba de vacaciones y me lo metí en el ebook para leérmelo en la playa como si fuera una novela de verano y, la verdad, es que me enganchó muchísimo. Me enamoré de las cuatro chicas protagonistas, de como iban evolucionando durante la historia y de la ambientación. Era un buen trabajo y encima era la oportunidad de trabajar, como digo siempre, aprendiendo algo. En este caso, trabajar en una editorial de novelas para un público más amplio. De manera que luego la novela sale a la venta con las novedades “literarias”, con Stephen King… y salió en medios de… como deciros… como si aquí sale en la Men´s Health, Cosmopolitan o en revistas de moda o de tendencias… Aunque era un guion ya acabado, intenté añadir todo lo que pude a la hora de trabajar en la historia. Además, como lo coloreé yo, también pude incluir mucho y como Alex lo iba a rotular ella misma, pudo ir cambiando cosas y ajustarlas a lo que yo iba dibujando. Incluso, el tipo de rotulación que hizo y las onomatopeyas lo fue ajustando a mi estilo de dibujo y a como hacía yo las viñetas. Así que, en ese sentido, aunque literariamente no me pude involucrar, nos ajustamos el uno al otro muy bien. A veces era complicado trabajar con Simon & Schuster porque, como no editaban muchos cómics, no tenían experiencia en algunas cosas. Alex me apoyó mucho cuando había discusión sobre algún tema. Siempre se puso de mi lado. Es muy buena compañera.

ZN: Bad Girls trascurre en la nochevieja de 1958. Buena parte de la trama acontece en El gran jardín del Edén ¿Supuso un reto elaborar todo ese ambiente festivo, espectáculos mediante, que funciona como contrapunto de la trama principal?

VS: Si lo miras bien, tampoco hay mucha acción en la historia. Pasa igual que con Asquerosamente Rica, si te pones a contar, hay 200-250 páginas en ambos y muy poquitas son de acción. La acción estalla en momentos muy concretos, pero casi todo es relación de personajes. Fue complicado porque Alex me mandó muchísima documentación, luego ya busqué yo también en Internet. Mucho está basado en espectáculos de Celia Cruz, Alex me mandó vídeos de Youtube y luego, otra cosa que cuento es que nunca sabes cuando te puede venir una documentación que te venga bien. Una de las películas con las que más me documenté (y es horrorosa) fue Dirty Dancing 2: Habana Nights (la descubrí en un autobús). Es una película que retrata todo el rollo festivo del momento y transcurre en esa misma época. Son niños de clase bien durante la Revolución Cubana. Me vino muy bien porque todo el tema de vestuario, ambiente… En esa película se ve súper bien, porque ves a un montón de niños pijos que se enamoran y bailan, pero el momento histórico es exactamente el mismo que el del cómic.
Y luego, a nivel narrativo, intenté jugar con el casino como escenario, ya que casi toda la acción transcurría ahí… Hice una cosa que fue motivo de discusión con los editores porque intenté adaptar el color de cada escena al casino. Si te fijas, cuando van cambiando de habitación, los colores van cambiando también (incluso en diferentes partes de una misma estancia). Es un grado del color muy estilizado y artificioso. Eso me costó mucho explicarlo porque los editores veían las páginas que les iban llegando y decían “Esto es muy tenebroso. Un casino siempre está iluminado, mira Las Vegas.” Y claro, yo metía neones rojos, neones verdes… mucho claroscuro, sólo metía luz en las escenas de máquinas tragaperras. Al editor no le gustaba el color y nosotros estábamos jugando a estilizar, a jugar con el espectador y que él siempre sepa en qué parte del casino está en función del color. Intenté adaptar mi manera de narrar a que el espectador se sintiera siempre ubicado, pero sin que se diera cuenta. Yo creo que el estilo tiene que estar supeditado a ayudar al espectador a no perderse.

ZN: Por una parte, vemos un régimen que está en las últimas (con el que los estadounidenses se lucraban) y una revolución que llega para quedarse. Sin embargo, sin entrar en spoilers, da la sensación de que habéis querido cerrar con un mensaje conciliador cambiando el color por tonos mucho más vivos. ¿Era una idea que teníais desde el principio o surge una vez empezada la historia?

VS: Sí que recuerdo que en el guion ponía que era un día brillante. Yo creo que un poco mi labor también es potenciar lo que pone en el guion. Es cierto que, como dices, es el único momento en el que hay un color como naturalista, como más normal (por así decirlo), más sencillo y más brillante. Sí que es intencionado, pero no sé si es conciliador. Lo que pienso que Alex quería expresar (o yo interpretaba en ese aspecto) es que, al final, siempre quedan las personas, al margen de revoluciones, de la política… Además, en la historia están muy bien planteados los bandos. Hay personajes que están en contra de la revolución… otros que están a favor… En el fondo son todos personajes muy puteados por la vida. Una está criando sola a una hija… Otra está liada con un gánster que la maltrata… Otra es una bailarina que está siendo constantemente avasallada… La otra es una chica que no se entera de nada y sólo quiere ir a una fiesta con Marlon Brando… son personajes, en el fondo, un poco perdidos y al final lo soluciona juntando a unos con otros. A lo mejor sí que es conciliador. Mi sentido de la historia es que podemos llegar, por lo menos, a un contacto humano básico, que es un poco, yo creo, lo que intenta reflejar la obra. Me parece muy honesta en ese sentido, no intenta ni dulcificar ni demonizar nada, ni un bando ni otro. Simplemente te cuenta unas circunstancias y que pilla a la gente normal en medio y cómo sobreviven a ello de mejor o de peor manera.

ZN: ¿Qué nos puedes contar de tu experiencia con la revista japonesa Tezucomi? ¿El hecho de trabajar sobre la obra de Osamu Tezuka te supone un reto personal?

VS: Era un reto, sobre todo porque eran dos historias muy complicadas por muchos motivos. Primero, porque estaban muy vinculadas y muy circunscritas al momento en que se publicaron que fueron los años setenta. Tanto Barbara como MW nacen en la época más oscura de (Osamu) Tezuka, más pesimista. Son historias de temas muy complejos, sobre todo MW con la homosexualidad, la guerra química, el terrorismo… pero Barbara también tiene las relaciones tóxicas, el maltrato… Entonces, claro, ver como habla sobre eso un autor japonés ya con una cierta edad (cerca de los sesenta años), con la diferencia cultural de Japón… La diferencia de época… Son puntos de vista que nos pueden parecer horribles. Imagínate, ahora nos pueden parecer machistas, homófobos… Por un lado, tenía esos temas y, obviamente, no lo podía tratar igual, pero a la vez no quiero renunciar a toda la dureza de la historia y quería mantener todo el propósito original. La dificultad es, no tanto lo que me impone la figura de Tezuka, sino ser respetuoso con los temas que él plantea y, a la vez, poder hacer una historia que se pudiera leer con un punto de vista actual. No es intentar hacer una historia políticamente correcta sino, precisamente, aprovechar el contexto moderno para hablar de temas universales.

ZN: ¿Has tenido total libertad para afrontar la historia o has tenido algún editor asociado que te ha aconsejado como abordar la historia para contentar también al público japonés?

VS: Teníamos a Fed Toutlemonde, que es el editor de la revista y luego teníamos como último supervisor al hijo de Tezuka (Makoto) que era quien tenía que dar el último visto bueno. Para más inri, Makoto Tezuka ha dirigido una versión cinematográfica de Barbara y es el que decía el sí o no a todo lo que proponía. Pero teníamos a Fred, y lo bueno es que era como un guía, un mediador entre Tezuka Productions y nosotros. Creo que, realmente, nos dio total libertad para las historias. Básicamente nos dijo Ttenéis dos personajes para trabajar con ellos, hacedme una propuesta”. Y luego, cuando la propuesta fue aprobada, él nos ayudaba en los matices también,como las diferencias culturales… “Esto en Japón se puede hacer, esto no…”. Pero realmente fuimos muy, muy, afortunados. Por lo menos, en nuestro caso, apenas hubo algún cambio. Con algunas escenas de sexo, al ser una revista que también se publica material infantil de Tezuka, yo mismo pregunté hasta dónde podíamos llegar. Respondieron “Puedes llegar hasta aquí” y eso es un poco lo que tuvimos que controlar, pero en tema de guion, la verdad, intentamos ser osados y nos salió bien.

ZN: ¿Cómo llega la propuesta de trabajar con ellos?

VS: Pues mira, me llegó de enchufe (risas). Kenny Ruiz había trabajado con ellos en una historia del rey Mono en la que creo que le asesoré un poquito, y él siempre estaba recomendando a Fred obras de colegas suyos. Le había recomendado mi trabajo y el de Belén también. Fred, originalmente, tenía una propuesta para que Belén escribiera y dibujara Barbara, pero Belén no controlaba mucho de Tezuka (sí que había leído pero le daba miedo no captar la esencia). Kenny le dijo a Fred que yo controlaba mucho Tezuka y que, a lo mejor, podía escribirlo yo. Hablé con Fred y él estaba de acuerdo. Vimos que nos quedaban libres varias series. A mí me gustaba MW y a Belén le gustaba Barbara. Entonces, presenté dos propuestas, a ver cuál aprobaban, y a Fred le gustaron las dos, así que dijo “Bueno, Belén dibuja Barbara y Víctor escribe y dibuja la de MW”. Llegué un poco como actor invitado y, al final, hice dos historias (risas). Luego me disculpé con Belén de broma, “Perdona, parece que estoy intentando quedarme con todo”.

ZN: ¿Cómo ha sido la colaboración con Belén Ortega? ¿Tendremos que esperar mucho para ver estos trabajos en España?

VS: Trabajar con Belén (Ortega) ha sido una gozada. Es muy, muy, buena. Igual que yo intento como artista cuando trabajo con guion ajeno, ella potenció lo que ponía en un guion y lo llevó más allá. Todo el tratamiento visual de las escenas oníricas o de ficción dentro de la ficción de la historia es mérito suyo… Porque es una historia un tanto metareferencial. Va de una autora de manga que empieza a trabajar en un manga para una revista y entonces conoce a Barbara, una musa que va conociendo a autores y les va complicando la vida. La historia está contada en tres niveles. El manga que está haciendo (un manga dentro de un manga), la vida de la autora en su día a día y luego los sueños que tiene ella, que son fantasías que aluden a su propios sentimientos en cada momento. Belén cambió el registro en las tres líneas argumentales y el dibujo es una pasada. Es ese sentido es de las colaboraciones que más ha sobrepasado mis expectativas, de lejos. Estoy muy contento.
Sobre la edición de Planeta no tengo más datos que cualquiera que haya leído la noticia, que saldrá en tres volúmenes, si no me equivoco, y que serán las aportaciones europeas.

ZN: Has trabajado en los tres grandes mercados (Estados Unidos, BD y Japón), ¿Qué diferencias ves entre unos y otros?

VS: Mi experiencia en Japón es más limitada porque, al final, tenía un editor europeo y era de sólo dos historias. Trabajamos muy a la europea porque teníamos unas fechas bastante holgadas, un calendario muy específico. Es curioso, porque hace años os habría dicho que todo es más calmado en Francia, pero ya se ha mezclado todo. A día de hoy, puedes encontrarte ejemplos de la manera de trabajar europea en Estados Unidos y te puedes encontrar la manera de trabajar americana en Europa. Ya no hay mucha diferencia realmente. De hecho, lo que he hecho para Francia, lo he hecho para Olivier Jalabert, el editor que saca mis obras americanas allí a través de Glénat. He trabajado con ellos casi a la americana y, sin embargo, lo que estoy haciendo ahora para Image lo estoy haciendo a la europea. A día de hoy no hay más diferencia que, yo creo, encontrar el tipo de proyecto en el que tú como autor te sientas cómodo, que encaje mejor con tu metodología de trabajo.

ZN: Against Hope surge de Guts, que es un proyecto similar a Polar, ¿tenías intención cuando lo hiciste de que la historia fuera más extensa?

VS: Originalmente lo empecé un poco sin saber que iba a hacer con él. Con Polar sí que fue sencillo adaptarlo a papel porque, básicamente, era un primer borrador o un primer montaje de lo que iba a ser el libro. Guts lo empecé para experimentar con las aguadas y con un género que era casi de terror, pero luego lo abandoné enseguida porque me parecía que la propuesta no daba más de sí y lo dejé en unas sesenta páginas. Pero luego, cuando me planteé editarlo, me di cuenta de que era un muy buen material de base del que partir para hacer una historia diferente. Entonces, retoqué un montón esas páginas en aguada, y luego añadí un montón más. Es como si hubiera utilizado metraje de otra película para hacer una nueva, o como que Guts es el cortometraje y Against Hope es el largometraje. El libro parte de ese webcomic, pero luego se ha convertido en una cosa narrativamente completamente diferente. Está narrado desde varios puntos de vista y con diferentes estilos de dibujo y de ahí viene, en parte, el cambio del nombre también. Aunque luego, irónicamente, después de cambiarle el nombre nos dimos cuenta de que ya había un cómic llamado Guts que era súper famoso y debía de estar entre los más vendidos del año, pero fuera de los circuitos Previews y Diamonds. Era un cómic de librería de cómics. Resumiendo, me lo planteé como una cosa sencilla que luego se acabó complicando más de lo que yo esperaba.

ZN: ¿Ha cambiado tu forma de trabajar con la posibilidad de que tu obra se pueda adaptar a otro medio?

VS: Después del tema de la película, siempre te quieren meter un poquito de, llamémosle, presión. El tema de que te dejen libertad para lo siguiente que haces es que luego se pueden arrepentir (risas). En la edición del libro si que está luego implicada Dark Horse Entertainment, que lo iba a representar a nivel de derechos cinematográficos. Se lo leyeron, dieron sus opiniones y yo negocié con ellos lo que quería dejar y lo que no. Lo que sí que mantuve intacto es el dejar cómo estaba el cómic hecho, como estaba narrado. Yo lo que no quería era hacerlo más accesible sólo porque pensara que a un productor de cine vago le iba a dar pereza leer una historia que era narrativamente compleja. Negocié con ellos más cosas, de la portada, de cómo lo íbamos a promocionar… Porque, también, era un tema delicado (un personaje femenino afroamericano que se enfrenta a neonazis). Parece una locura, pero a día de hoy es un tema controvertido. Jamás pensé que lo sería, pero parece ser que pegar palizas a nazis puede herir la sensibilidad de algunas personas… de algunas personas muchas de ellas nazis (risas). También te digo, no es por lavarle la cara a Dark Horse ni nada de eso, que la última opción fue siempre mía. Si en algún momento cambié alguna cosa fue más por evitar que mi editor se metiera en un lío que porque los del cine me dijeran “Haz esto más accesible, haz esto más amable” o “Como has hecho Polar, esperan esto de ti”. Que es lo que, creo, que los de cine tienen en mente: Si algo ha funcionado quieren más de lo mismo. En ese sentido intenté mantenerme lo más fiel posible.

ZN: ¿Con qué autores te gustaría trabajar en un futuro?

VS: Siempre digo Warren Ellis porque me gusta muchísimo. Injection es de lo mejor que estoy leyendo ahora (además el dibujo de Declan Shalvey me encanta). Tengo muchas ganas de ver lo que ha hecho de Batman con Brian Hytch. Hace poco me leí Shipwreck, de Aftershock… Warren Ellis es de mis guionistas favoritos, si no es el favorito. Junto a Azzarello, Miller… luego también Matt Kindt me gusta bastante. El propio Declan Shalvey también es guionista, me gustaría trabajar con él por probar un estilo diferente.

ZN: ¿Cuál es el último cómic que has leído y cuál nos recomendarías?

VS: Me lei un cómic de Image que se llama November, de Matt Fraction y Elsa Charretier. Van a ser tres novelas gráficas como de género noir pero con un punto de vista como muy femenino. Y, aunque he de decir que no soy muy fan de Fraction, no es de mis favoritos, me lo compré por el dibujo de Elsa, a la que conocí hace unos años. La verdad es que me gusta mucho, es un rollo muy cartoon. No sé si la conocéis, ha hecho cómics de la Avispa para Marvel, The Infinite Loop para IDW… ha hecho cómics de Star Wars… Tiene un planteamiento muy cartoon, muy Mazzucchelli. A la historia no le acabé de pillar el tono, aunque imagino que se seguirá explicando en los siguientes libros. Me ha fascinado mucho la estética de ella y otro que me leí hace poco y me ha gustado mucho es Bad Weekend, de Ed Brubaker y Sean Phillips, ambientado en el mundo del cómic, con mogollón de referencias a un montón de autores de la época como Will Eisner o Alex Toth. Me flipó mucho porque han hecho una historia de género negro clásico, muy recomendable para el que le guste el género negro… Pero a la vez te habla del mundo del cómic desde dentro, la Convención de San Diego… Me encantó, además narrada en muy poquito espacio. De Brubaker y Phillips me lo compro todo. En eso no hay fallo.

ZN: Por ir acabando, nos gustaría que nos hablases de tus próximos proyectos.

VS: Por un lado el Against Hope, que saldrá en Estados Unidos en junio. Tenemos pendiente, en algún momento, recopilar todo lo de Porsche. Por mucho que sea un cómic que nació para la revista Porsche, es un thriller de espías. Nos guardamos la posibilidad, con el contrato que hicimos con Porsche, de editarlo como obra independiente por nuestra cuenta (al margen de que se publique en la revista primero. Y luego, lo que os comentaba, tengo un par de proyectos de miniseries. Uno con Oeming y otro con Barbiere. Ambos para Image Comics, y van a ser géneros diferentes a lo que yo llevo haciendo, por cambiar. Lo de Oeming va a ser más rollo conspiraciones y cosas muy locas porque Oeming es un flipado (en el buen sentido) de programas tipo Cuarto Milenio, conspiraciones… No se las cree, no es terraplanista, ni nada de eso (risas) pero le molan. A mí me pasa igual, ves alienígenas ancestrales y te partes de risa. Pero luego ves que hay ideas muy locas para cómics. Y luego tengo un proyecto con Barbiere de tema fantástico, pero de un género fantástico que yo no he trabajado antes. Ahora que me he quedado a gusto con el género negro, quiero que lo próximo que haga sea un poquito diferente.

ZN: ¿Con Kenny Ruiz vas a continuar en Infinity?

VS: Va a haber un segundo tomo de Infinity, que lo escribí ya hace tiempo y lo está dibujando un autor argentino-japonés que se llama Agustín Graham Nakamura, que en España no tiene publicado nada pero que es un tío gráficamente muy potente. Diferente a Kenny, pero que también tiene ese estilo de mezclar temas muy occidentales con orientales. Tiene mucha influencia de (Katsuhiro) Otomo y del anime de los ochenta-noventa de acción, tipo Ninja Scroll. Yo creo que va a molar bastante porque va a ser diferente a lo de Kenny y yo también hice un guion diferente para él. Imagino que saldrá este año, pero aquí ya dependemos también del propio calendario de los de Infinity. El manga de Kenny vendió realmente bien, sobre todo en el mundo de los wargames. Así que su lanzamiento se adaptará a la fecha de algún evento de Infinity para que salga ahí, pero no sé aún cual.

ZN: Muchas gracias por todo, Víctor.

VS: De nada, gracias a vosotros.

Enlaces de interés

Reseña de Bad Girls, de Eduardo Sesé.

Especial ZN 20 Años – Los Reyes Elfos de Víctor Santos, de Diego García Rouco.

Reseña de la película Polar, dirigida por Jonas Åkerlund, de Sergio Fernández Atienza.

Programa ZNPodcast #21 – Victor Santos, de Los Reyes Elfos a Polar, de Pedro Monje.

Reseña de Violent Love 1. Un amor peligroso, de Raúl López.

Entrevista a Víctor Santos (Diciembre 2017), de Diego García Rouco.

Reseña de Polar Sin piedad para la hermana María, de Diego García Rouco.

Reseña de Black Market, de Paula González.

Artículo Desmenuzando Polar por Víctor Santos, de Raúl López.

Reseña de Faeric Gangs, de Luis Javier Capote Pérez.

Reseña de Pulp Heroes, de Luis Javier Capote Pérez.

Reseña de Rashomon 1. Un Caso del Comisario Heigo Kobayashi, de Jordi T. Pardo.

Reseña de Polar + entrevista a Víctor Santos, de Jordi T. Pardo.

Reseña de Ragnarök + entrevista a Víctor Santos y Pere Pérez, de Alberto Morán Roa.

Reseña de Ezequiel Himes: Zombie Hunter, de Luis Javier Capote Pérez.

Artículo sobre Asquerosamente rica: Un debut para la Vertigo Crime, de José Torralba y Raúl Martín.

Reseña de Silhouette, de David Fernández.



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