Javier Vázquez Delgado recomienda: Black Hammer: La Edad Sombría 2

 

Edición original: Black Hammer: Age of Doom #’s 6-12 USA.
Edición nacional/ España: Astiberri.
Guión: Jeff Lemire.
Dibujo: Dean Ormston y Rich Tommaso.
Color: Dave Stewart.
Formato: Libro en tapa dura, 192 páginas.
Precio: 18 €.

 

¿Hemos dicho que Jeff Lemire está en un grandísimo momento creativo?, sí, lo hemos dicho, prácticamente cada vez que hacemos una de sus reseñas. El Lemire de hoy está bastante lejos del que escribiera en Marvel y DC. No es que sus obras allí fueran malas, ni mucho menos, e incluso se siguen viendo muchas de las manías y los temas recurrentes que tiene el autor, pero a nivel de imaginar historias y de hacer que podamos entrar en ellas se puede decir que se ha superado notablemente. Descender (y ahora Ascender), Royal City, Gideon Falls, hasta Bloodshot, que sin ser creación propia se ve que le han dejado una gran manga ancha, pero con Black Hammer se fue a por lo grande al crear un universo entero de superhéroes, con muchas reminiscencias a los de las dos grandes, con una clara intención de homenajearlas y utilizando en ocasiones el cómic para hablar de la historia del medio.

Un buen puñado de miniseries y especiales que hacían (y hacen, porque siguen saliendo) referencia a otros héroes aumentaban, de forma muy agradable en su mayoría, este gran mundo, pero es la serie principal la que realmente nos enganchaba. Una serie principal, que a su vez se iba partiendo en miniseries, nos fascinó, pero el primer tomo de La Edad Sombría dividió a los lectores entre los que seguían a tope con ella y los que salieron decepcionados. No lo voy a ocultar, yo soy de los segundos. He de partir de esa base para poder compartir mis impresiones sobre esta obra para que quien la lea esté sobre aviso, no puedo decir que fuese un mal cómic, para mi está bien escrito y bien dibujado, pero tenía dos defectos importantes que lo alejaban mucho de los anteriores tomos, que se enrollaba demasiado en homenajear otras cosas más que en la propia historia y que al sacar a los personajes de la granja pasaba, de ser un juego diferente al que nos ofrecen las dos grandes, a ser una copia del evento de turno. Ya no era fresco, olía a lo mismo de siempre, y eso resultaba francamente decepcionante.

El comienzo de este tomo se repite con respecto al anterior, los dos primeros números se desvían de la historia principal solo que cambiamos de personaje, en este caso es el Coronel Weird que acaba en un sitio lejano debido a su viaje por la Parazona. Si en el anterior tomo ese inicio homenajeaba a series del difunto sello de DC, Vertigo, aquí se hace lo mismo pero más en un sentido conceptual que literal. Es decir, se repite fórmula, sin embargo el interludio sale mejor parado que en el anterior tomo, Lemire juega bien con ideas ya vistas, personalmente me quedo con ese mundo de “historias inacabadas”, que recuerda a los libros no escritos de Sandman, con un acercamiento al área de la locura de Shade, un fuerte toque pulp y esa idea tan presente en las obras de Grant Morrison (Animal Man, El Asco…) del escritor como dios de ese mundo. Aunque con respecto a esto último sí creo que Lemire aporta algo muy interesante que es la idea de imaginario colectivo, con esa parte en la que los seres humanos tienen la cabeza metida en una nube de la que salen los personajes, no solo es la imaginación del autor, entra en juego el zeitgeist, lo que es algo menos egocéntrico que considerarse a sí mismo una deidad como le gusta a Morrison. Aunque el dibujo no es santo de mi devoción, lo cierto es que el tono que le da Rich Tommaso (autor muy experimentado en el cómic independiente) queda bastante bien para lo que en estos dos capítulos se cuenta.

Para los otros cinco números que completan este tomo tenemos a Dean Ormston de vuelta y está fantástico, como siempre. De hecho aquí, por las características de la historia, se mueve en escenarios más variados que en otras ocasiones, consiguiendo una narrativa y una belleza general en el dibujo que se pone a la altura de lo mejor de la serie.

Jeff Lemire, por su parte, decide avanzar donde lo había dejado, con los héroes anclados de nuevo al mundo real. ¿El resultado?, pues un poco de todo. Por una parte resulta que lo que aquí se plantea es bastante repetitivo, volvemos a una prisión, pero si la granja de antes era planteada como una prisión física en la que los héroes recordaban pero estaban encerrados, ahora vamos a una prisión mental en la que viven otras vidas que no son las suyas. Las referencias son claras y la historia la hemos visto muchas veces en las dos grandes, mundo alternativo sumado a reescritura de la realidad, por lo que el cómic no logra recuperar la frescura de la anterior miniserie y se antoja algo repetitivo. Repetitivo sí, pero malo no. El concepto vuelve a ser el mismo, los personajes tienen que salir del encierro, pero la diferencia es que aquí no hay misterio, cualquier lector de cómic puede oler a kilómetros lo que está pasando, de hecho la gran pregunta no es qué sucede sino más bien ¿por qué los autores vuelven a dar vueltas sobre lo mismo?.

Esta sensación de repetición y de fin del misterio es la parte mala del tomo pero, a diferencia del anterior, de aquí se saca algo bueno, a saber, que la historia que nos cuentan es muy atractiva. Aunque se repitan conceptos, como las referencias/homenajes, no nos ahogamos en ellos, las cosas suceden lo suficientemente rápido como para que no nos aburra, a la vez que se toman el tiempo necesario para explicar las sensaciones de los diferentes personajes, es una historia que ya ha agotado la información que nos tenía que dar sobre el mundo, así que ha ido por el lado más sentimental y, en ese sentido, los autores consiguen salir triunfantes. Uno luchando contra su sociedad, otro contra sí mismo, otra contra una enfermedad, otra contra sus deseos… hacen que cada historia importe, pero no para el mundo sino para ellos mismos y, por tanto, para nosotros, se reflejan diferentes formas de ser pero con las mismas ganas de llegar a un fin común, el final de la obra. Ya veremos si es de manera definitiva o por dónde salen en un futuro, pero cada personaje se pone en su lugar y acaba de manera bastante coherente, mención especial para dos de ellos, uno por sus poderes y el otro por esa tierna aparición, que además hace que su miniserie sea la más relevante (y la mejor).

En definitiva estamos ante un cierre, un final digno para una serie que asombró, bajó y, aunque sigue lejos de los dos primeros tomos, volvió a subir.



Ver Fuente

Comentarios

Entradas populares