Javier Vázquez Delgado recomienda: Glitterbomb Volumen 1: Alfombra roja
Edición original: Glitterbomb #’s 1-4 USA, Image Comics.
Edición nacional/ España: Ediciones Dimensionales.
Guion: Jim Zub.
Dibujo: Djibril Morrisette-Phan.
Color: K. Michael Russel.
Rotulación: Marshall Dillon
Formato: Rústica.
Precio: 15,95 €.
Hay muchos tipos de monstruos. Monstruos con colmillos puntiagudos o garras afiladas, monstruos con escamas verdes o pelo negro azabache. Monstruos que caben en la palma de la mano o que pueden pisarte cual insecto. Monstruos de ojos rojos, amarillos o blancos, de orejas picudas o lengua viperina. Los hay que atacan para defenderse de la gente, y los hay que las persiguen y les dan caza para disfrutar con su sufrimiento. Pero hay algunos monstruos que son algo más difíciles de distinguir a simple vista. Son etéreos, conceptos en lugar de bestias, que adornados con luces de neón y prendas de lujo atraen a jovencitas y, con la promesa de cumplir sus sueños, les chupan la sangre sin parar hasta sacar todo su jugo y tirar sus pieles vacías al arroyo. Monstruos despiadados que por más que devoran, nunca, nunca dejan de tener hambre.
Hoy le dedicamos un hueco a Glitterbomb, una miniserie de terror publicada por Image Comics y creada por Djibril Morissette-Phan y Jim Zub, guionista este último que, si bien no se puede considerar en la primera línea, está dando trabajos muy interesantes en los últimos tiempos, tanto en su vertiente marvelita como en sus trabajos independientes. Nos lo trae Ediciones Dimensionales, una de nuestras editoriales humildes que se ha esforzado por traer este y otros trabajos del guionista, como su famosa Wayward. La verdad es que esta es una obra que se publicó en España ya en 2018, pero tras descubrirla hace poco, me ha parecido interesante descolgarme un poco de los nuevos estrenos y darle un poco de espacio a un título la mar de disfrutable, tanto como relato de terror como historia cargada de crítica hacia los pozos más oscuros de Hollywood.
La trama nos lleva a Los Angeles para presentarnos a Farrah Durante, una actriz varada en esa cala maldita que son los cuarenta años, una edad a la que eres demasiado mayor para hacer cualquier papel, excepto el de anciana, para el que eres demasiado joven. Tirando a duras penas de un carro en el que va un hijo al que ha criado sola y completamente superada por su incierto futuro, Farrah se ve poseída por una temible y extraña criatura que se alimenta de su odio y su frustración para convertirla en una bestia asesina con unos tentáculos muy afilados y desagradables.
Glitterbomb es una de esas historias en las que la ficción sirve como excusa para desengranar cosas muy reales, y esas es su gran virtud, porque este es un cómic que se puede disfrutar perfectamente como historia de intriga y terror, pero donde se le puede sacar todo su jugo es en el mensaje que subyace a lo largo de toda la historia sobre ese castillo de brillantes muros y oscuras catacumbas que es el star-system de Hollywood. Zub nos dibuja a una protagonista que representa a una de tantas mujeres devoradas por la industria cinematográfica y tira de monstruos como metáfora para materializar la rabia y la frustración de Farrah, y dar pie a darle salida a todo ese odio y desencadenarlo sobre un sistema que se nutre sin piedad del talento de cualquiera al que puedan sacar rédito y que históricamente se ha ensañado con especial crueldad con las mujeres. No es que haga falta irse al pasado para encontrar ejemplos, pero uno no puede evitar que le venga a la mente esa Judy Garland de rabiosa actualidad por su biopic, vapuleada y maltratada por los estudios hasta hacerla pedazos.
Es de hecho algo bastante destacable que el origen y la razón de ser del monstruo de la historia (el de verdad, con tentáculos y aguijones) sea detalle completamente ignorados por el guionista. Zub deja claro que quiere hacer una historia sobre sus personajes, y que su criatura no es más que un recurso narrativo para desencadenar una serie de cambios y reacciones en su protagonista, y así explorar su evolución. Una protagonista a la que el guionista de Champions consigue dotar de una personalidad rica e interesante, a la que en lugar de definir como un modelo perfecto y virtuoso que capea las inclemencias de la vida, la dibuja como a una persona tan frágil e imperfecta como podríamos ser cualquiera, superada por unos sueños en los que hace tiempo que dejó de creer y llena de rencor por los que la pisotearon. No es la heroína en la que reflejarse, sino la bestia herida ante la que apartar la mirada por haber sido cómplice de su caída.
El arte viene firmado por Djibril Morissette-Phan, un artista franco-canadiense con una carrera reciente, con trabajos tanto en distintas series de Marvel (The Ultimates, Star-Lord, Journey into Mistery) como en Archie. Glitterbomb es su primera obra como creador, y consigue hacer un trabajo muy defendible. No es un artista que se prodigue en escenas muy detalladas, pero tiene buen ojo para las expresiones de los personajes y sabe condensar el desarrollo emocional que sufre Farrah en su expresividad y en su representación.
Quiero destacar también algo que el autor hace y que debería ser lo normal, pero que no todos los autores siguen a la hora de hacer historias de terror. Morissette recurre, como es habitual, a páginas completas para momentos de “susto”, por seguir una analogía con el cine, y no hay una sola vez que no la ubique en página izquierda, garantizando que el timing de su lectura sea el adecuado para generar más impacto. Es algo que en algunas ocasiones me encuentro en página derecha, arruinando en parte el camino hacia la escena por ese “autospoiler” que uno se hace al girar la página, y se agradece el esfuerzo por evitarlo.
Para finalizar la obra, tanto la edición estadounidense como la española cierran con un puñado de artículos, uno por grapa, de la escritora Holly Raychelle Hughes, en los que relata historias reales sufridas por mujeres dentro de Hollywood. Unos pedacitos de realidad tan duros como interesantes en los que se perciben muchas influencias del trabajo de Jim Zub para la serie.
Como se puede intuir por el número uno que acompaña su edición, existe una segunda miniserie titulada The fame game que funciona a modo de secuela, y que por el tiempo que ha pasado ya desconozco si llegaremos a ver publicada en España. Pero que eso no sirva para recelar: esta es una historia perfectamente autoconclusiva, y merece la pena. Glitterbomb es una pequeña hormiguita que no destaca demasiado entre las grandes series independientes del mercado, pero no por ello deja de ser lo que es: una joyita con un gran empaque y mucho fondo que nos recuerda que incluso un monstruo sin colmillos puede acabar devorándote.
Ver Fuente
Comentarios
Publicar un comentario