Javier Vázquez Delgado recomienda: Reseñas DC: Harley Quinn & the Birds of Prey #1
Edición original: DC Black Label.
Guion: Amanda Conner, Jimmy Palmiotti.
Dibujo: Amanda Conner.
Entintado: Amanda Conner.
Color: Paul Mounts.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $5.99
En plena efervescencia social por el estreno de Harley Quinn: Birds of Prey (de acuerdo al último título que le han puesto), DC Comics ha decidido publicar una miniserie de cuatro números para que, de alguna forma, sirva de complemento a la película, y así aprovechar el tirón comercial de esta, que por otra parte, no ha sido demasiado, ya que apenas han recaudado 145 millones de dólares a día de hoy. Sobre la película ya hemos hablado, así como de las diferentes aves de presa.
Es por tanto, momento de hablar del primer número de esta nueva miniserie que además, recupera a dos de los autores más conocidos e importantes para el personaje: Amanda Conner y Jimmy Palmiotti vuelven una vez más por un período corto de tiempo a escribir esta aventura de la alocada Harley. Además, es la propia Conner quien se encarga también del dibujo, algo muy inusual en los últimos tiempos. Esta pareja artística ha sido la culpable de la reciente popularización del personaje, junto a la brillante interpretación de Margot Robbie, debido a su excelente y larga etapa al frente del personaje, que desde entonces ha quedado bastante huérfano. Por lo tanto, siempre es buena noticia escuchar que Conner y Palmiotti vuelven al personaje, y suele ser sinónimo de calidad y diversión. ¿Lo será de verdad en este caso? Respuesta corta: no. Para la respuesta larga, continúen leyendo el artículo.
El número comienza con un mal sueño de Harley, seguido de una serie de flashbacks en el que vemos que ha sido de su vida en los últimos tiempos, y la verdad, no ha ido nada bien: pierde su edificio en un incendio provocado por unos matones que además le dan una paliza a su amigo Tony, que está hospitalizado, y además su chica, Hiedra, se enfada con ella por una de sus travesuras irresponsables y le pide que le de tiempo para pensar en su relación. Se desahoga con su amiga Power Girl, que tampoco es que quiera ayudarla mucho, y se larga. Así pues, como tantas otras veces, Harley se dispone a arreglar este entuerto, como tantas otras veces, a su bruta y peculiar manera, es decir, repartiendo leches a diestro y siniestro con su bate. Ahí es cuando se verá envuelta en una trama algo más complicada con un viejo enemigo, y aparecerán en escena las aves de presa: Cazadora, Cassandra Cain y Renee Montoya.
En resumen, una historia aburrida en la que apenas vemos a las aves de presa, que suponemos tendrán más protagonismo en los números restantes de la miniserie. Harley es evidentemente la protagonista absoluta de un número que se torna repetitivo, ya que es la enésima vez que vemos la misma estructura: drama de Harley en la que le pasan cosas malas, las intenta resolver con palos y aparecen personajes secundarios en su ayuda. Estamos hastiados del mismo esquema tras tantos años, y sinceramente esperaba algo diferente. Los momentos divertidos, salvo la parte inicial del sueño con una sorprendente aparición de Superman, brillan por su ausencia, y eso es algo que no puede faltar en una historia de Harley Quinn, y que traiciona el espíritu del personaje, y de la etapa de Conner y Palmiotti.
Este número ha sido publicado en el sello Black Label, bajo la eterna promesa de ser más adulto, y desde luego, nada más lejos de la realidad. Salvo en puntuales momentos de cierta violencia algo más explícita de lo habitual, y alguna palabra mal sonante, no hay ningún tipo de elemento distintivo. Quizás lo que DC no entiende es que no por se un pelín más violenta una historia se hace más adulta, sino por su complejidad y trascendencia argumental. Otra vez será.
En el apartado artístico tenemos a Amanda Conner al dibujo y entintado y a Paul Mounts al color. Echaba mucho de menos a Conner en labores artísticas, especialmente de interior, ya que en los últimos años ha estado más centrada en su faceta de guionista y portadista, y aunque es una estupenda noticia volver a verla dibujar, lo cierto es que no es este su mejor trabajo. No sabemos si ha perdido un poco el ritmo, pero desde luego Conner puede dar mucho más de sí en unos diseños de personajes y fondos muy irregulares y simplones.
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