Javier Vázquez Delgado recomienda: Heroes Return. Ka-Zar: La jungla de asfalto
Edición original:Marvel Comics, Tales of the Marvel Universe, Ka-Zar 1-14, Minus 1 y Annual ’97.
Edición nacional/ España:Panini Cómics, Heroes Return. Ka-Zar: La jungla de asfalto.
Guion:Mark Waid, Brian K. Vaughn.
Dibujo:Andy Kubert, Walter McDaniel.
Entintado:Jesse Delperdang.
Color:Joe Rosas.
Formato:Tomo (416 pp).
Precio:40,00€.
El primer Ka-Zar (David Rand), fue adaptado en 1939 para Timely Comics. Claramente estaba inspirado en Tarzan. Posteriormente Stan Lee y Jack Kirby introdujeron a un nuevo Ka-Zar en el Universo Marvel en 1965, que guardaba muchas similitudes con el personaje que antes he mencionado (X-Men #10), si bien ahora con el nombre de Kevin Plunder.
Tras compartir páginas con Daredevil, Spider-Man o Hulk, protagonizó una aventura propia guionizada por Arnold Drake y Steve Parkhouse, y dibujada por George Tuska (Marvel Super-Heroes #10) ya en el año 1969 Debemos tener en cuenta que nos encontramos en los albores del crecimiento y expansión de Marvel Comics.
En 1970, Marvel Comics se encontraba en pleno crecimiento y necesitaba nuevas series con las que aumentar su presencia en el mercado. De esta manera Ka-Zar empezó a protagonizar una de las historias que incluía la colección Astonishing Tales Vol.1, al menos durante los 9 primeros números. Desde el número 10, hasta el número 20, Ka-Zar fue protagonista absoluto de la cabecera.
Destaca entre las apariciones diversas que se produjeron con fecha posterior una única aventura en la revista de cómics en blanco y negro Savage Tales #1.
Autores como Roy Thomas, Gerry Conway, Jack Kirby, Barry Windsor-Smith, Herb Trimpe, John Buscema, Gil Kane y Neal Adams, fueron los que plasmaron las aventuras de Kevin Plunder. A la vista de los mencionados profesionales, queda claro que Marvel apostó fuerte por el personaje. En aquellos momentos personajes como Ka-Zar podían ser un reclamo para futuros lectores, y prueba de ello fue el éxito que tuvo Conan The Barbarian o The Savage Sword of Conan. Si bien como veremos este personaje no tuvo el suficiente calado.
Ka-Zar obtuvo su propia colección a mediados de la década de los 70, llamada simplemente Ka-Zar: Lord of The Hidden Jungle, y que se prolongaría desde 1974 hasta 1977. Como nota curiosa decir que en esta serie aparecieron uno primerizos Doug Moench y Larry Hama.
Marvel volvió a dar una nueva oportunidad a Ka-Zar en 1981, con la serie Ka-Zar The Savage. En los guiones nos encontramos a Bruce Jones y los lápices corrieron de la mano de Brent Anderson y Ron Frenz. A pesar de la calidad del equipo artístico nuevamente la serie fue cancelada.
En los años siguientes, encontramos la novela gráfica aparecida en 1990 Ka-Zar: Guns of The Savage Land, obra del guionista Chuck Dixon y el dibujante Timothy Truman.
No sería hasta 1997 cuando de la mano de Mark Waid y Andy Kubert, la esperanza seria renovada, siendo una de las mejores series de Heroes Return. El tomo objeto de esta reseña contiene lo mejor de la serie y una gran aportación al personaje.
Para aquellos que quieran profundizar en Ka-Zar y en estos años que forman parte de su historia, debo recomendar leer el estupendo artículo de mi compañero Arturo Porras.
Al igual que Tarzan, muy probablemente Stan Lee pretendió introducir un héroe cuya concepción mortal se asemejase al concepto de héroe mortal del romanticismo. Vivir en la selva, alejado de la civilización, siendo un mero mortal, y enfrontándose a cualquier peligro, es el máximo exponente de dicho romanticismo.
Kevin Plunder es muy similar a Lord Greystoke, si bien sus orígenes son distintos. No por ello es menos cierto que al igual que Tarzan sus orígenes están estrechamente influenciados. Ka-Zar es el hijo primogénito de un científico inglés de noble linaje, Lord Robert Plunder. Los Hombres-Gorila mataron a Lord Plunder, y fue adoptado por Zabú. Cómo puede apreciarse las similitudes con el Rey de los monos son fuertes, puesto que, tras la muerte de sus padres, Tarzan es adoptado por una manada de simios parecidos a los gorilas, los “mangani”. En ambos casos al igual que Rómulo y Remo o Mowgli, ambos héroes son criados por animales. No es baladí el que Ka-Zar fuese cuidado y mantenido por un animal al igual que Lord Greystoke, puesto que el mito del buen salvaje supone que una persona criada fuera de la civilización y aislada de la misma, no se contamina, siendo virtuosa en su desarrollo físico y moral. Aquí juega Waid con el lector, exponiendo la clara influencia que la tecnología puede tener en nuestras vidas. El lector debe llegar a una conclusión, si bien el autor no será inflexible en su resolución.
Kevin Plunder es padre de familia, y ahora junto con Shanna y su hijo tiene una apacible vida en la Tierra Salvaje. Si bien su hogar, apartado del resto del mundo, se verá infectada por una tendencia, un lento pero arrollador fenómeno: la tecnología.
Trayendo a colación lo anteriormente dicho la presente reseña me va a permitir incidir en una cuestión que desde un punto de vista social supuso, supone y supondrá una revolución, al mismo nivel que la Primera Revolución Industrial. Mark Waid desde la perspectiva del personaje principal, como héroe mortal, introduce un aspecto para la reflexión. La evolución tecnológica en los últimos años ha sido completamente vertiginosa, hasta el punto de sacudir los conceptos más básicos de nuestra sociedad: privacidad, dignidad humana, integridad física y moral, falta de empatía…etc
Hace tan solo veinte o veinticinco años, un ordenador era una máquina con un procesador muy inferior en prestaciones al que hoy tiene un teléfono móvil sencillo, y dotado de muchísima menos memoria. Si viajamos un poco más en el tiempo, los ordenadores que eran utilizados no tenía siquiera procesador o memoria (llamados “terminales tontos”). Estos ordenadores disponían únicamente de una interfaz de uso con pantalla y un teclado para acceder a un ordenador central con capacidad de proceso y memoria.
Para el recuerdo de gran parte de los lectores veteranos está el hecho de que acudíamos a clase sin teléfono móvil, no sabíamos por entonces lo que se nos venía encima. Estamos hablando de finales de los 90, y principios de 2000. ¿Quién no recuerda dejar notas en formato papel a aquellos intereses amorosos que uno tenía?. Hoy whatsapp supone una comunicación instantánea, que ha suprimido cualquier sistema convencional de comunicación, al igual que la posibilidad de comunicarnos vía e-mail de un extremo a otro del mundo sin que casi hayan transcurrido uno pocos segundos.
El autor, ya en la época en la que se circunscribe esta colección, hace una reflexión acerca de dos posturas diferenciadas. Por un lado, el mantenimiento del status quo en el que se ve con reticencias el uso de la tecnología, y por otro el interés que despiertan, y por ende la adaptación del ser humano a su uso.
La trama de este tomo, tampoco supone un complejo y enrevesado argumento. Parnival Plunder, hermano de Ka-Zar, se ha apoderado del mecanismo que permite que la Tierra Salvaje se mantenga como la conocemos y traslada dicho poder a la ciudad de Nueva York, terraformando la misma y convirtiéndola en una jungla repleta de dinosaurios. Esta situación permite que Andy Kubert se desate como dibujante, digno heredero de su padre. Sin querer incidir mucho en la trama, y sin desvelar enemigos en la sombra Ka-Zar se las verá con un enemigo alejado de este tipo de ambiente y que está a un nivel muy alejado de Kevin Plunder. El sacrificio en la persona de Shanna, será lo que permita concluir el paso de Waid y Kubert en la serie con la presencia del Alto Evolucionador. Un cierre que desde mi humilde punto de vista hubiese sido un perfecto punto y final, toda vez que los números que continuaron hasta el cierre son muy flojos, ya sin la presencia de estos dos autores.
Gráficamente Andy Kubert desarrolla un gran trabajo. Siempre se le ha achacado el uso en sus personajes de una fisionomía muy propia de los 90, con excesividad de músculo, ojos entrecerrados y dientes apretados. Puede ser que esta afirmación sea cierta, pero no es menos cierto que su aportación a Ka-Zar queda como anillo al dedo. Su rediseño de un personaje clásico es digna de recordar como una de las mejores versiones de Lord Plunder. Sus dinosaurios, así como Zabú quedan en nuestra retina como un trabajo para el recuerdo.
Respecto al Anual del año 1997, descubriremos cómo Parnival Plunder y su aliado en las sombras se aliaron y en qué momento. los guiones corren de cuenta de Brian K. Vaughan y los lápices por cuenta de Walter McDaniel.
Finalmente en relación al número Minus 1, decir que Marvel decidió desarrollar números auto conclusivos a modo de flashback para sus títulos. Exploraría las vidas de los personajes más jóvenes. La verdadera joya de esta serie es la historia de fondo de Parnival Plunder. Esta es la primera vez que vemos su vida temprana. A los lápices un primerizo John Cassaday.
En definitiva, un tomo que debe estar en cualquier biblioteca de un fan de Marvel, y del personaje, claro está. Un gran ejemplo del buen hacer y que supone una lectura muy amena, y entretenida.
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