Javier Vázquez Delgado recomienda: Batgirl – Primera Temporada
Edición original: Batgirl núms. 25 a 36 USA.
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guion: Mairghread Scott .
Dibujo: Elena Casagrande, Paul Pelletier.
Entintado: Norm Rapmund.
Color: Hi-FI.
Formato: Rústica, 256 páginas. A color.
Precio: 23,95 €.
Un frío enero de 1967 fue cuando se publicó el Detective Comics #359 y se presentó, nueve meses antes de aparecer en la televisión, a Batgirl, una de las aportaciones más importantes a la mitología del Caballero Oscuro, destinada a ser uno de los personajes más populares del momento. Sin embargo, no le debemos la idea a los autores del cómic, sino a las presiones que llegaron desde la cadena de televisión que emitía el serial Batman que buscaban tener un personaje atractivo para la audiencia femenina. Y claro, la condición era que viniera del cómic. Así fue como Gardner Fox y el dibujante Carmine Infantino colaboraron en la historia titulada “El debut del millón de dólares de Batgirl”, en un inicio condicionado, supeditado a las exigencias de la caja tonta, donde Barbara Gordon se vestía de Batgirl para acudir a una fiesta de disfraces de la policía. Sin embargo, cuando se tropezó con el villano Polilla Asesina atacando al filántropo, Bruce Wayne, entró en acción repeliendo a los atacantes y salvando la situación.
Fue el principio de toda una historia de heroicidades que se vio truncada cuando Joker la dejó invalida tras una brutal agresión en la historia conocida como La Broma Asesina. Pero aquello no pudo quebrar a Bárbara y continuó luchando contra el mal desde su silla, usando el mejor de todos sus músculos, su cerebro, para convertirse en Oráculo y crear su propio grupo de heroínas, Aves de Presa.
Y así iban las cosas hasta que, con distintos juegos de continuidad, reinicios varios, relanzamientos y demás argucias editoriales, Bárbara volvió a andar, gracias a una intervención quirúrgica y un implante medular, para vestir de nuevo las mallas de Batgirl y gozar de serie en solitario. (Hay que decir que la primera serie en solitario bajo el título de Batgirl fue la que tuvo Cassandra Cain cuando asumió dicha identidad)
Tras publicar de forma regular la serie en solitario del personaje, pasa a formar parte de la iniciativa de ECC denominada Primera Temporada, en la que se recogen varios arcos argumentales completos con los que poder seguir disfrutando de las aventuras de tan importante personaje.
Hoy, Bárbara Gordon, es una adolescente, inteligente y comprometida con su causa, dueña de una empresa, que en manos de Mairghread Scott se deshace de ese halo tan juvenil para encarar un proceso de madurez muy necesario tanto para el personaje como para la propia serie. Algo que ya empezó en el anterior tomo, el cinco de su serie regular, y que aquí se pone plenamente de manifiesto.
La escritora de Batgirl no es una novata en esto de contar historias. Empezó su carrera como coordinadora de guiones para las series Transformes Prime y GI Joe Renegades, para publicar sus primeras historias en la editorial IDW. En 2015 publicó su primer cómic original, Toil and Trouble, para Boom Comics y compaginaba su labor como coordinadora y escritora de guiones en la serie de animación de Los Guardianes de la Galaxia con los comics. En 2018 lanzó su primera novela gráfica, The City on the other side, para First Second Books y en la actualidad (previamente ha trabajado en Green Arrow) se ha encargado de tomar las riendas de Batgirl.
El trabajo de la guionista es maravillosamente fiel a la escuela más clásica del cómic de superhéroes. Historias de corte sencillo, que no simple, con las que poder ir perfilando cambios en los personajes, que en el caso de Bárbara empieza por asumir sus propias emociones y mejorar sus capacidades comunicativas. Lo que todo proceso de maduración acarrea.
Batgirl se había perdido al no saber a qué público iba dirigida. Su uniforme mismo era toda una declaración de intenciones con un diseño muy juvenil, con una actitud igualmente juvenil, sin acabar de definir que dirección llevar a la hora de encontrar su sitio, no solo en las estanterías de las tiendas, sino en las manos de los lectores y lectoras que se sintieran atraídos por la propuesta. Afortunadamente con Scott esto cambia y Bárbara Gordon comienza un peregrinaje que la va a llevar a evolucionar por completo y definirse mejor como protagonista de su propia cabecera.
En el tomo Bárbara debe hacer frente a un antiguo enemigo, Grotesco, lidiar con una campaña política y gestionar a una triada de mafiosos que pugnan por hacerse con el control de algunas zonas de Burnside, mientras su implante medular comienza a fallar, mientras su relación con su padre sufre altibajos considerables.
Este cóctel, bien llevado, de corte clásico y narración ordenada, permite a la guionista ir perfilando los cambios que se materializan de forma progresiva, empezando, como deja clara la portada del tomo, por un cambio de uniforme. Un informe que hace un guiño al clásico y al que viste el personaje en la serie de Sean Murphy, El Caballero Blanco, que la aleja del aspecto de adolescente disfrazada y provee de un aspecto mucho más serio, contundente y porque no decirlo, elegante, sin caer en un diseño oscuro, lo que hace que mantenga su identidad visual inalterada.
Scott, busca centrarse en el lado emocional del personaje, sobre el valor de las personas y lo que significan. Dicho así podría sonar obtuso, pero de alguna forma se trata de una simplificación del camino del héroe, en el que Barbara debe asumir los cambios que han llegado a su vida y gestionarlos de la mejor manera posible, fortaleciéndose una y otra vez, pues estamos ante una historia que es un ciclo de cambio, ascenso y caída, que implica nuevos cambios y retos a los que tener que hacer frente.
Ese tono clásico al que hacemos alusión se refuerza gracias a la labor de Paul Pelletier, un viejo conocido para los aficionados a Aquaman, que se encarga del grueso del tomo, con su estilo de vieja escuela, cumplidor, todoterreno, capaz de imprimir la fuerza necesaria al trabajo de Scott apuntalando la trama firmemente. Le ayuda en una entrega Elena Casagrade (Catwoman), que se hace cargo de un número de corte familiar donde el enfrentamiento entre padre e hijos está más que servido. Su estilo más afilado y moderno resulta un cambio de tono contundente respecto al de Pelletier, pero cumple a la perfección con las necesidades del número.
Batgirl ha recibido el adecuado lavado de cara y el futuro que tiene ante ella es muy prometedor. Se han definido bien los criterios y enfoque de la serie, para resultar más atractiva por tener un objetivo claro a la hora de narrar las aventuras de Bárbara. Ahora hay un vinculo emocional entre ella y los lectores y lectoras que empuja a que la serie gane en interés.
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