Javier Vázquez Delgado recomienda: Capucha Roja-Primera Temporada

Edición original: Red Hood and the Outlaws Annual núm. 2 USA (one-shot), Red Hood: Outlaw núms. 26 a 36 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guion: Scott Lobdell
Dibujo: Clayton Henry, Pete Woods, Stephen Segovia
Entintado: Clayton Henry, Pete Woods, Stephen Segovia
Color: Pete Woods, Rex Locus, Marcelo Maiolo
Formato: Rústica, 296 páginas. A color.
Precio: 26,95 euros.

Jason Todd es un personaje que unos pocos (quizás no tan pocos) adoran, otros aborrecen y en la mayoría causa indiferencia. Con la lacra de ser el Robin que nadie quería, Capucha Roja lidia con ser lo que Batman o su entorno necesitan que sea, según el guionista o idea editorial de turno. Su carácter como Robin, así como la personalidad presentada en el arco bajo la capucha, dan para ser villano o anti-héroe según convenga. Así sus motivaciones y actos varían demasiado de una interpretación a otra y es difícil saber qué lo define hasta para aquellos a los que les gusta el personaje. A los fans les es muy complicado defender a su Robin favorito cuando la propia editorial lo pone tan cuesta arriba. ¿A quién le gusta el Jason Todd de La batalla por la capucha? Por suerte, en este Capucha Roja el forajido, Jason encuentra su lugar y esperamos que lo mantenga aunque, como se intuye al final del tomo, la implicación en El año del villano podría trasformarlo una vez más.

ECC nos trae un nuevo libro del Robin descarriado tras publicar Capucha Roja y los forajidos durante los nuevos 52, serie en el mejor de los casos mediocre, en la que Jason cambiaba continuamente su estatus, Starfire estaba muy desdibujada y el nuevo gran amigo de Todd era Roy Harper Arsenal, otra vez con problemas de alcohol. Tras un sinfín de artimañas narrativas para dotar de interés al cómic, tristemente sin conseguirlo, la serie sería cancelada. El autor de esta obra era Scott Lobdell, autor no demasiado querido en el fandom, en parte por esta o la coetánea Nuevos Titanes también escrita por su puño. No solo lo intentó Lobdell con el personaje en esta ocasión, también con la continuación Red Hood/Arsenal inédita en España, que no correría mejor suerte que su antecesora y también se cancelaría tras 13 números. Y, ¿qué autor sería el encargado de relanzar al Robin rebelde tras el DC Rebirth? Acertáis queridos lectores, de nuevo Lobdell sería el elegido. Su serie comenzó con un equipo formado por Jason Todd, Bizarro y Artemis, recuperada para la causa. Inédito en España, el cómic tiene mejores críticas generales que los trabajos anteriores, siendo ensalzada la relación de Jason con Bizarro. Quizás algún día ECC nos brinde la oportunidad de comprobarlo por nosotros mismos.

Así llegamos al tomo que nos ocupa, Capucha Roja el forajido príncipe de Gotham, enmarcado en la iniciativa de temporadas, puesta en práctica por ECC con arcos argumentales completos. El cómic comienza con Jason recuperándose, no sabemos ni se nos dice de qué, pero tampoco nos importa en exceso ya que lo que sí nos cuentan, enseguida se torna interesante. Roy y Jason se ayudan mutuamente, hablan sinceramente el uno con el otro y Lobdell consigue que creas que en este nuevo universo DC, creado en el N52, ellos son los mejores amigos. Tras despedirse, Jason emprende una road movie para solucionar el caso que tenían entre manos y Roy se va a Santuario. Imagino querido lector que ya sabes lo que le ocurre después. Capucha Roja en plena faena detectivesca (que en su caso más que en ninguno, consiste en dar un mamporro tras otro) se entera de la noticia por Bruce Wayne ,en la primera de las dos apariciones que tiene en el tomo. Acertada la conversación entre tutor y pupilo con abrazo incluido. El resto del arco fluye bien con apariciones de Batwoman, Wingman (que más adelante insinúan que está mucho más unido a Jason de lo que podría esperarse), trasuntos de Solomon Grundy y un protagonista lidiando con la pérdida de su mejor amigo. Números muy solventes por parte del autor de Generación X.

A mitad de tomo comienza el arco que da título al libro, príncipe de Gotham, en el que Jason ya ha encontrado otros dos ¿compañeros?. Mas bien subordinados con los que formar su ya clásica trinidad. Esta vez estará formada por Wingman,Bunker personaje creado por Lobdell en sus jóvenes titanes y él mismo. No solo eso, sino que se ha hecho con el control de la sala Iceberg, club del Pingüino, manteniendo a este encerrado en su propia habitación del pánico. En esta ocasión la aparición de Batman es absolutamente gratuita y está mucho peor llevada que en la primera oportunidad del tomo. También se dejarán ver Suzie Sue y sus hermanas, así como Isabel Ardila o Essence. El arco cierra la trama con el Pingüino y nos deja ver un Jason que se permite ser altruista con Suzie, así como mostrarnos fugazmente a Artemis y Bizarro. Sin embargo aquí se tienen destellos de todo lo que no ha ido bien con el personaje, como puede ser difuminar la personalidad del protagonista o tratar de dar golpes de efecto innecesarios (¿en serio quieren hacer eso con Wingman?). Aunque de momento, todo esto solo se intuye y cabe la esperanza y la posibilidad, de que si llega a hacerse, se haga bien.

En cuanto al dibujo tres son los dibujantes que aparecen en el tomo, pero como viene siendo habitual en DC desde la iniciativa Renacimiento, guardan un estilo similar que forman un conjunto bastante homogéneo. Clayton Henry abre el tomo con el anual, y es el que rompe mas la similitud en el dibujo con la serie principal al tener sus personajes un aspecto mucho mas robusto. Pete Woods el más conocido por el gran público, sobre todo por su labor en Masacre, hace un buen trabajo de caracterización en los rostros y el color de Rex Lokus le sienta bastante bien, tanto con tonos luminosos como sombríos. Se encarga de prácticamente todo los números salvo el dibujado por Stephen Segovia que como se ha mencionado, tiene un estilo parecido dando un resultado muy uniforme. El cambio de traje no parece impuesto por el dibujante sino mas bien una maniobra comercial, quizás esté motivado por la muerte de Roy debido a la coincidencia de los hechos, pero tampoco es algo que se aclare. Como con todo habrá simpatizantes del cambio y detractores del mismo. Para el que escribe, el traje original era excelente y no era necesario cambiarlo, sin que esto influya para nada en el disfrute de la obra.

En definitiva un buen tomo de Capucha Roja, el mejor que leemos en nuestro idioma, desde la saga Bajo la capucha, una buena lectura para los aficionados al cómic que quieran introducirse en el personaje y una grata sorpresa para los seguidores de Jason Todd, que en manos del mismo autor de la serie de los nuevos 52 renace contra todo pronóstico con un nivel como mínimo similar a la media de series de la compañía.



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