Javier Vázquez Delgado recomienda: The Golden Sheep
Edición original: Kodansha
Edición nacional/ España: Milky Way Ediciones.
Guión: OZAKI Kaori
Dibujo: OZAKI Kaori
Formato:Rústica con sobrecubierta. 176-240 páginas
Precio: 8,50€
Desde el inicio de su andadura editorial, los responsables de Milky Way Ediciones han creado un catálogo muy personal y fácilmente identificable, con un sello de identidad propio, introduciendo en nuestro mercado a autores desconocidos hasta ese momento que se alejan de los altos ratios de producción anual y de las historias clónicas por las que apuestan otras editoriales, en favor de obras más personales, en las que se reconoce fácilmente a los autores que hay tras ellas. Para ello, siguieron la estrategia de apostar por tomos únicos, historias que dan a conocer las virtudes de estos autores, permiten crear una base de seguidores y minimizan el riesgo de la inversión.
De esta forma conocimos a OZAKI Kaori, autora de la que hasta la fecha han publicado dos obras de un único volumen, Los dioses mienten y El príncipe del mar, así como dos series de más volúmenes, Inmortal Rain y la que hoy nos ocupa. En todas ellas se reconocen señas de identidad de esta mangaka, como la sencillez y la cotidianeidad de sus planteamientos narrativos, un componente costumbrista, una recurrente explotación de la nostalgia, una perspectiva juvenil de los acontecimientos, personajes que transmiten ternura y un dibujo claro y limpio, de agradable estética.
The Golden Sheep ha sido la última obra de esta autora en llegar a nuestro mercado, un trabajo continuista, tanto en el fondo como en la forma, coherente con sus planteamientos habituales, contagiada por las virtudes de sus anteriores historias, pero también por los mismos defectos. La protagonista de este relato es Tsugu Miikura, una adolescente que siempre va acompañada por su guitarra eléctrica y que ha pasado los últimos años de su vida en Osaka, pero cuya familia, que se ha visto privada de la presencia de su padre y está formada por su madre y sus hermanas, ha decidido establecerse de nuevo en la ciudad en la que pasó su infancia y donde dejó a sus tres grandes amigos, con los que ansía reencontrarse tras haber estado separada de ellos durante seis años. Junto a Sora, Yûshin y Asari, enterró una cápsula del tiempo, una prueba de los fuertes lazos que los unían, que en sus recuerdos parecían irrompibles, pero que la cruda realidad se encargará de demostrar que no eran tan fuertes como ella pensaba…
A pesar de que el reencuentro con sus amigos parece feliz y que todo su mundo ha permanecido estático durante su ausencia, en realidad ha estado sujeto al paso del tiempo, a los cambios y al desarrollo evolutivo propio de esa edad. Sora ahora es un joven apocado y retraído, aficionado al manga y dibujante amateur, que sufre en silencio el acoso de sus compañeros de clase, lo que le conducirá a un intento de suicido del que Tsugu lo salvará sacrificando su guitarra. Yûshin, que otrora era todo bondad y un defensor de los débiles, se ha convertido en el líder de la pandilla que acosa a Sora, al que agrede continuamente y roba su dinero, y se avergüenza de su propio padre. Asari, que era la incondicional e inseparable amiga de Tsugu, no duda en condenarla al aislamiento social al sospechar que puede ser una rival por Yûshin, del que siempre ha estado secretamente enamorada.
Ozaki demuestra un estilo inconfundible a la hora de planificar historias sencillas, de una considerable fluidez narrativa, con una gran preponderancia de la carga sentimental, protagonizadas por unos personajes que despiertan ternura en los lectores. Sin embargo, y como ya le ocurría en títulos anteriores, su atractivo planteamiento no tarda en verse lastrado por un fallido desarrollo, donde los aciertos anteriormente mencionados se vuelven tópicos, lo sencillo se torna simple, la trama se desinfla, pierde interés progresivamente y el avance en la lectura conlleva la percepción de ser muy superficial, de que bajo la bonita fachada hay poco donde rascar, de donde extraer nuevas lecturas y significados.
La autora tiene un agradable estilo en el diseño de los personajes, de amables formas redondeadas y su narrativa secuencial permite leer la historia de forma fluida y suave, sin que se produzcan saltos abruptos en el argumento. Sin embargo, también en el aspecto gráfico termina resultando monótona, debido a la simpleza de los escenarios y el poco esmero puesto en los fondos de las viñetas. Su trazo es tímido, no revela la personalidad de la autora, y técnicamente el dibujo resulta bastante pobre.
El pasado mes de octubre, Milky Way Ediciones publicó el primer volumen de The Golden Sheep, obra que ha publicado a ritmo bimestral, finalizando en el pasado mes de febrero. Se trata de tres tomos en formato B6, de 13×18 cm, con encuadernación rústica, sobrecubierta y un papel de buena calidad, como nos tiene acostumbrados la editorial asturiana. Como curiosidad, hay que indicar que el primer volumen incluye una postal con una bonita ilustración de regalo, un detalle que siempre se agradece.
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