Javier Vázquez Delgado recomienda: Strange Adventures #1 de King, Gerads y Shaner.

Edición original: Strange Adventures #1 (DC Comics)
Guion: Tom King
Dibujo: Mitch Gerads, Doc Shaner
Formato: 40 pags color
Precio:4,99$.

¿Quién es Adam Strange? Es una pregunta muy válida para abrir este artículo, pero también es la pregunta definitiva que define al personaje. ¿Es Adam Strange un héroe de guerra o un genocida imperialista? ¿Es un soldado leal? ¿Es un traidor? ¿Su corazón está en la Tierra o en Rann, en los remotos confines del espacio?

Adam Strange fue creado por Julius Schwartz y Murphy Anderson en 1958. Apareció por primera vez en Showcase #17, siendo un heredero directo de los héroes pulp al estilo John Carter o Flash Gordon: un aventurero terrestre que se ve teletransportado a un mundo lejano y ajeno, donde se convertirá en héroe, libertador, leyenda y mesías.

La aventura que redefiniría al personaje llegaría en 1990 de la mano de Richard Brunning y los hermanos Kubert. En una miniserie de tres números se redefinía a Adam como un hombre sensible, inestable y falible. Un hombre incapaz de encajar en ningún sitio e incapaz también de quedarse mucho tiempo al lado de su amada Alanna (a diferencia de su amigo Hawkman, un héroe muy similar en cuanto a origen pero muy diferente en cuanto a temperamento).

Es evidente que Tom King ha tomado esta historia como referencia, y es difícil no ver en los teasers promocionales (con ese Adam Strange firmando libros y a ese tipo que lleva los anteriores tebeos de King bajo el brazo) a un trasunto del propio King (ex – agente de la CIA, ex – combatiente en Irak y escritor de éxito).

Para narrar una historia con un sesgo tan personal, King se ha reunido con uno de sus sospechosos habituales. Mitch Gerads ilustró los ya clásicos guiones de King en El sheriff de Babilonia, Batman y Mr. Milagro. Fue en esta última obra donde ambos plasmaron la pregunta que también define a Strange Adventures: ¿cómo puede un soldado incapaz de dejar de luchar formar una familia y vivir en paz?

Los tropos de King están todos aquí, como metidos en una batidora: el trauma, la guerra, la imposibilidad de encontrar la paz, la familia, los medios de comunicación, la lucha constante por encontrar verdad y sentido en la fugaz belleza cotidiana de la mera humanidad.

No obstante, existen diferencias con respecto a Mr.Milagro. Tom King perfila alguna de estas diferencias en una entrevista concedida a la web de DC Comics: “Como también lo era Mr.Milagro, Strange Adventures es muy ambicioso. Es nuestro nuevo intento de hacer algo como Watchmen o The new frontier: una historia autoconclusiva que habla sobre los tiempos en los que no ha tocado vivir y que redefine lo que son los comics […] Adam Strange pertenece a una larga tradición de personajes (como Tarzán o Flash Gordon) que articulan la metáfora perfecta del sueño colonial europeo del siglo XIX. Por supuesto, el colonialismo es de todo menos un sueño. Y es ese contraste el que me interesa desarrollar ahora mismo: el abismo entre el mito y la realidad”.

Es muy significativo que para plasmar ese contraste, King convierta a Adam Strange en un escritor. Es también consecuente con la trayectoria de King. Un ex – soldado, un padre, un marido y un escritor que convierte a sus personajes en ex – soldados, padres, maridos y escritores.

Quizás a algunos les moleste esta “intromisión” autobiográfica, pero nunca está de más recordar que la madurez de un medio artístico se define por el grado de permeabilidad con respecto a la auto-expresión de los hombres y mujeres que trabajan en él.

Por otro lado, King continúa utilizando la narrativa fractal (pequeñas cápsulas de información que condensan en sí mismas toda la información necesaria para entender la historia) para dibujar sus temas. Pero en este caso destaca la ruptura de la parrilla de nueve viñetas y la adopción de una estructura de tres viñetas horizontales que remiten a las pantallas de televisión.

Mitch Gerads está inmenso, como siempre, a los lápices. Cuenta en esta ocasión con la ayuda de Doc Shanner, artista encargado de dibujar las secuencias ambientadas en el pasado (concretamente en la Edad de Plata) de Adam Strange.

Acerca de Gerads y Shanner dice King: “Ahora que hemos desterrado la parrilla de nueve viñetas, por lo menos Mitch ya me habla. Y Doc tiene el extraño don que Darwyn Cooke, Alex Raymond y Alex Toth tenían – la habilidad de dibujar comics que son exactamente como la gente que no lee comics se imagina que son los comics. De diseñar una especie de ideal platónico de los comics”.

Lo cierto es que todo Strange Adventures (un comic cuyo argumento, por cierto, es bastante difícil de definir; principalmente porque es casi inexistente en el buen sentido de la expresión) responde a un ideal platónico. Es un comic perfecto en cuanto a historia, estructura, arte, intención y simbiosis entre todos estos elementos. Eso es importante, pero no es lo más importante.

Lo más relevante es que cuando nos encontramos a Tom King nos topamos con un escritor puro: un artesano que ronda siempre en torno a los mismos temas, buscando siempre distintas maneras de aproximarse a ellos. Es gasolina para una mochila cohete: solo necesita una chispa para seguir elevándonos.



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