Javier Vázquez Delgado recomienda: 80 Aniversario Robin – Tim Drake

Continuamos nuestro especial 80 aniversario diciendo que la llegada de un nuevo Robin empezó con unas llamadas telefónicas. Y lo hizo sin saberlo nadie de DC, ni los aficionados, pero esas setenta llamadas que decantaron la balanza para que Jason Todd muriera a manos de Joker, fueron el resorte que puso en marcha la rueda que acabaría con la llegada de un nuevo Robin, Tim Drake.

El año 1989 es un año muy recordado por infinidad de aficionados a Batman. Fue un año determinante en su historia, con la llegada a las grandes salas del todo el mundo de una película que estaba destinada a cambiarlo todo. Con la cinta haciendo taquilla, la obra de Tim Burton desencadenó una batmania como no se había visto desde los años 60, lo que se dejó notar también en la producción impresa del personaje. Todo el mundo deseaba poder leer historias de Batman y los proyectos se sucedían uno detrás de otro. El hambre de los aficionados era voraz. Tal es la intensidad del momento que se lanza al mercado la tercera serie de Batman, la primera desde 1940, como protagonista, bajo el título de Leyendas del Caballero Oscuro.

Tras el estreno del film quedaba claro que por bien que le fuera a Batman y sus series, seguía faltando algo en a ecuación. Las colecciones funcionaban y eran buenas historias, con buenos equipos creativos, pero que necesitaban de un efecto de choque con el que atraer más miradas y O´Neil lo tuvo muy claro desde el primer momento. Había que traer de vuelta a Robin.

Fruto de ello, mientras comenzaba a preparar la historia donde debe aparecer, Un lugar solitario para morir, O´Neil está lleno de dudas y recelos al respecto. Hacía muy poco que habían tenido que matar a Jason a petición popular, siendo esos mismos los que clamaban por el regreso de Robin. O´Neil tuvo claro que la petición no era descabellada, ya que lo aficionados manifestaban abiertamente que un Batman sin Robin no es el mismo Batman. El problema era dar con la tecla adecuada para no crear un nuevo Jason que generará discordia, que resultara molesto en la serie, lo que le lleva a reflexionar sobre que escritor sería el más adecuado para dar vida al nuevo Robin. Ese escritor no es otro que Marv Wolfman.

La razón por la que O´Neil se decantó por Wolfman es porque él ya había tratado con las consecuencias de la muerte de Jason y había propiciado la evolución de Dick para convertirse en Nightwing. Nadie conocía mejor a Robin y más cuando se le preguntaba por Batman, al que consideraba un loco cuando no tenía a Robin a su lado.

Wolfman se puso a trabajar de inmediato y a exponer ideas de cómo puede y, lo que es más importante, como debe ser, ese nuevo Robin. Y para despiste de los aficionados lo hace aparecer en Año Tres, para proseguir la historia en Batman 440-442 (nov-dic 1989) y en Los Nuevos Titanes (nov-dic 1989) con la ayuda de George Perez en el argumento. La historia, con dibujo de Aparo, Perez y Grummet, brilla con fuerza sobre todo lo publicado los últimos meses de 1989, con un argumento consolidado y robusto, con un objetivo claro y conciso, que aportó originalidad a la idea de tener un nuevo Robin.

Ese nuevo Robin es Tim Drake, un jovial joven que no quiere ser Batman, ni ser Robin, pero que demuestra tener unas dotes detectivescas de alto nivel cuando es capaz de descubrir la identidad tanto de Dick (al que ya conocía pues visitó con sus padres el circo donde actuaba bajo el nombre de los Grayson Voladores) como la de Bruce. Un descubrimiento que hace que Tim insista a Dick que vuelva a ser Robin, ya que Batman necesita tener a un Robin a su lado o caerá de forma definitiva en la locura. Dick no puede ser Robin de nuevo y es necesario que Tim de un paso al frente para asumir dicha responsabilidad. Las dudas de Bruce sobre Tim son enormes, pero se disipan cuando lo ve trabajar en un caso donde está involucrado Dos Caras.

En algunas entrevistas del momento, Wolfman, afirmaba que desde DC no recibió nunca ninguna directriz de como debía ser el nuevo Robin. Se limitó a dar una opinión y les gustó. Wolfman dio forma a un nuevo compañero para Batman cuyo objetivo no era ser Batman cuando este se retirará, sino que disfrutaba con ser Robin y no escondía ninguna aspiración más. Esa característica es de vital importancia para entender el éxito de Drake entre los aficionados y su fructífera carrera hasta el día de hoy.

La idea de Wolfman era conseguir tener sobre la mesa a un personaje que no estuviera enfadado, ni obsesionado, ni fuera oscuro, para usarlo de forma más optimista, pero sin ser Dick en ese sentido. No se trataba de dar una conciencia a Batman. El nuevo Robin iba a ser el puente a la realidad de Batman.

Y entonces entran en juego Alan Grant y Norm Breyfogle, que en Detective Comics 618-621 y Batman 455-457 (sept-dic 1990), cuando ha pasado casi un año de su presentación, dan a conocer a Drake entrenando física y mentalmente de forma que pueda ponerse el antifaz que caracteriza a Robin.

Se añade una nueva e importante diferencia con Dick y Jason ya que, por primera vez, Robin no es un huérfano al que Bruce acoge, sino que tiene familia, que es atacada por Lord Obeah, que asesina a su madre y deja a su padre postrado en una silla de ruedas, tal y como se relata en la historia, Ritos de transición. La puesta de largo del nuevo Robin esta al caer y es al final del Batman 457 cuando se ve a Tim Drake vistiendo por primera vez su nuevo uniforme, diseñado por Neal Adams, que actualiza el diseño clásico a los nuevos tiempos de forma particularmente acertada.

Son números en los que Tim es el protagonista absoluto y los lectores se interesan por este nuevo Chico Maravilla hasta el punto de que, a principios de 1991, se produce todo un hito para el personaje, que estrena serie limitada en solitario, lo que no es sino un síntoma claro del éxito del que goza el personaje, al que los lectores aceptan de forma tajante.

Para poner en marcha la miniserie y hacer que llegue al mercado es necesario tener un equipo creativo detrás. Para ello, en DC Comics, primero contaron con Tom Lyle (1953-2019), que necesitaba trabajar y que fue quien propuso a Chuck Dixon como guionista, al que conocía de trabajos previos en Eclipse Comics. O´Neil estudia el trabajo del guionista en la serie Airboy y se convence de que es el ideal para tratar al nuevo Robin. Para DC no se trataba de una miniserie más, era algo muy especial, importante, distinta y no querían que acabara siendo un trabajo mediocre, alimenticio o del montón. La miniserie no debía ser solo un espacio donde contar una historia de Tim Drake, sino que debía rellenar su personalidad partiendo de lo que se había hecho hasta ese momento.

La única premisa de DC sobre la miniserie llegó de manos del propio O´Neil a Dixon, que se reunió con él para dejarle claro que Batman, Robin y Alfred son la trinidad y su fuerza radica en ello, pues tanto Robin como Alfred son el ancla social que necesita Bruce para que mantenga su humanidad. Con eso en mente Dixon ya tenia todo bien definido para trabajar.

1991 comienza y llega el primer número de esta miniserie.

En la historia de Dixon aparece un Robin indeciso, comedido, cuidadoso, cargado de dudas, que necesita encontrarse a si mismo y para ello emprende un viaje por el mundo. Un camino que le reporta poder entrenar con una de las luchadoras más letales el Universo DC, Lady Shiva, así como ganarse el odio de Rey Serpiente y su secuaz, Lince.

La serie rompe las previsiones de ventas y supera todas las expectativas depositadas en ella, aun siendo un producto con muchos errores, centrados mayoritariamente en la parte gráfica, con un Tom Lyle que se muestra muy estático y con problemas anatómicos, fruto de su inexperiencia. Y ante semejante éxito, en DC se comienza a hablar de darle serie regular en solitario, algo impensable hace tan solo unos años y a lo que Dixon se opone por no tener claro que el personaje puede soportar el peso de una serie regular por si solo. Por ello, diseña una segunda miniserie para tantear el sentir de los lectores y calibrar mejor la posibilidad de tener a Robin corriendo en solitario mes a mes.

Y mientras tanto Tim Drake continúa sus andanzas en la serie de Batman de la mano de Alan Grant y Breyfogle, con sus características historias de trasfondo social, perfilándose una nueva relación entre Bruce y Tim, más de tú a tú, que descongestiona a la figura de Batman de su lecho de sombras perpetuo.

Dixon y Lyle se ocupan de escribir la historia, El enemigo en la sombra, para Batman 467-469, con el regreso de Rey Serpiente y Lince, demostrando que ambos autores ya se sienten más cómodos con el personaje, realizando un trabajo mucho más sólido que la propia miniserie de Robin en solitario.

Tras estos números le llega el turno a la segunda miniserie que se lanza al mercado con el sugerente título, Robin II, Joker´s Wild, de cuatro números, con el esperado enfrentamiento entre Joker y Tim tras la muerte de Jason.

La miniserie cumple en ventas (no así en calidad, siendo inferior a la primera), asienta el éxito de Tim Drake y de nuevo en DC se genera más ruido de fondo sobre su serie en solitario, algo a lo que Dixon continúa negándose, para acabar encargándose de escribir Detective Comics, acompañado de Lyle, dándose las circunstancias para que ambos autores continúen colaborando y creen a Spoiler (Stephanie Brown), hija del villano Cluemaster que acabará por ser muy relevante en la historia de la batfamilia y Drake en particular.

La serie regular de Robin no parece acabar de llegar y por ello se lanza una tercera miniserie, Robin III: Cry of the Huntress (dic 1992- abr 1993) donde Dixon y Lyle reintroducen a la Cazadora, a una KGBestia renovada y a la chica destinada a ser su primera novia, Ariana, en una historia mucho más equilibrada que Robin II, que sirve para mantener a Drake en boca de todos, antes de que los años 90 retorcieran a Batman como nunca se había visto. La miniserie vuelve a ser otro rotundo éxito de ventas, pero la serie regular se sigue haciendo de rogar.

Son tiempos de movimientos extremos, la llegada de Bane pone en marcha los acontecimientos de la saga La Caída del Murciélago, que acapara toda la atención de los aficionados hacia el personaje de Batman, sin poder sofocar el éxito que continúa atesorando Drake entre los lectores, que ven como a finales de 1993, se cumplen sus deseos y se lanza la primera serie regular del personaje en solitario de toda su historia.

Tim Drake estaba perfectamente perfilado tras tres miniseries y su presencia regular en las series de Batman, por lo que lo que su perfil, ya definido, lo alejaba de Grayson, por ser más detective y menos acróbata, y de Jason Todd, con un carácter mucho más reservado y respetuoso. Con los lectores ansiosos por poder leer sus aventuras en solitario, la serie regular llega a las tiendas a finales de 1993, de mano de Dixon que une fuerzas, esta vez, con Tom Grummett, Phil Jimenez más tarde, y un baile de dibujantes diversos a partir del número 17 en adelante, como Mike Wieringo, Aaron Lopestri, Steve Lieber, Scott McDaniel o Frank Fosco, entre otros. Dado que la serie se publicó durante un total de 185 números (2009), cruzándose con todos algunos de los eventos más relevantes del momento, como La Caída del Murciélago, Contagio, Cataclismo, Tierra de Nadie, Hora Zero, Noche Final, Crisis Infinita, Batman RIP… se puede considerar una de las series claves de la historia del Universo DC de finales de siglo.

Dixon controla los devenires de Drake hasta el número 100 de la serie, momento en el que cede los guiones a Jon Lewis, que dura hasta el número 120, para dar paso a Bill Willingham, que se mantiene en el cargo hasta el número 147. Y es que en el número 148 cuando se produce un cambio sustancial en la historia de Drake, con la llegada de su nuevo escritor, Adam Beechen, Robin cambia de traje, a uno totalmente rojo, dentro de las historias publicadas bajo el epígrafe Un Año Después. Se trata de la etapa final de la serie, con la vuelta de Dixon que deja paso en los números finales, a partir del número 175, a Fabian Nicieza que se encarga de cerrar la serie en el numero 183 (recodar que hubo un número 0 en el evento Hora Zero y un número 1.000.000), además de siete anuales. Un recorrido que no es anecdótico y que permite al personaje crecer y evolucionar fuera de la tutela de Batman, enriqueciendo todo su microcosmos como no se había hecho antes con ningún otro Robin.

Sin embargo, la carrera en solitario de Drake no solo se puede seguir en las páginas de su serie regular, sino que también en la serie en la que une fuerzas con Superboy, Impulso, Wondr Girl y Arrowette, titulada Young Justice (56 entregas, entre 1998-2003). Con guiones de Peter David y dibujos de Todd Nauck, el humor y la acción juvenil hicieron de la serie un clásico inmediato que estaría destinado al desastre en los acontecimientos narrados en el cruce entre los Titanes y Young Justice, titulado, Día de graduación.

Este Día de graduación supone la disolución del grupo de jóvenes héroes tras la muerte de Donna Troy a manos de un robot Superman, que lleva a Cyborg a asumir el mando de unos Nuevos Titanes, con al ayuda de Starfire, tutelando a Impulso, Wonder Girl, Beast Boy y Superboy. La serie se lanza con los guiones de Geoff Johns y el dibujo de Mike McKone, en una de las encarnaciones de los Titanes que mejor ha sabido capturar la esencia del trabajo realizado por Wolfman y Perez a principios de los años 80.

Otro de los momentos claves en la carrera de Drake como Robin es el cruce que generó la saga Juegos de Guerra (2004-2005), cuando Stephanie Brown, Spoiler, descubre un plan de contingencia de Batman para evitar brotes de violencia entre bandas en Gotham, en el que Batman tiene planificado un desarrollado plan que acaba con todo el inframundo de Gotham bajo el liderazgo de Cerillas Malone, un alias del propio Batman. Un plan con el que Brown quiere intentar ganarse el favor de Batman, que la ha expulsado de su papel de Robin. Retomando su identidad de Spoiler, pone en marcha el plan de Batman sin saber que Cerillas Malone es Batman. Algo que desencadena una guerra abierta entre todas las bandas criminales de Gotham como nunca se había visto.

Stephanie tuvo una breve existencia como Robin, en lo que más parece ser un ardid de los guionistas de cara a la preparación de la saga Juegos de Guerra y el retorno de Drake al traje (ya que lo había dejado a petición de su padre) demostrándose así la increíble sintonía que Tim y Bruce tienen entre ambos.

Pero si hubiera que buscar un punto de inflexión potente dentro de la historia de Tim, este seria Crisis de Identidad, serie en la que Brad Meltzer y Rag Morales, matan al padre de Tim a manos del Capitán Bumerang, dejando a Tim en la misma situación que Bruce y Dick: huérfano.

Tras la muerte de Batman, Tim no dejó de patrullar la ciudad de Gotham, considerando que Bruce sigue vivo en algún sitio. Su dedicación es tal que llegado el momento en el que Dick asume el manto de Batman, este espera que sea elegido para ser Robin, pero Dick opta por Damian, lo que enfurece a Tim, que no quiere entender las razones que esgrime Dick para argumentar su decisión.

Como nadie le cree en su fijación sobre la situación de Bruce, viaja a Europa para investigar su desaparición asumiendo la identidad de Red Robin, con nuevo traje, para estar libre de ataduras y no mancillar el símbolo que tanto respeta. DC Comics lanza una serie regular donde relatar esta aventura, escrita por Christopher Yost (desde el número 13 lo guioniza Fabian Nicieza) y dibujada por Ramon Bach y Marcus To, entre otros, bajo el título de Red Robin (2009), que tendría una duración total de 25 entregas.

Y llegaron los infames Nuevos 52 (2011), y con ellos una de las peores caracterizaciones de los Titanes jamás vistas, en la que Tim Drake estrenaba nuevo uniforme (absolutamente estrambótico), en el que se le dota de un nuevo origen, alejado del conocido, en el que es un gran atleta y un genio informático que está cerca de descubrir la identidad de Batman. Al no lograrlo intenta llamar su atención rompiendo la seguridad del sistema informático del Pingüino. Esta acción hace que sus padres pasen formar parte de un programa de protección de testigos, siendo adoptado por Bruce Wayne, que le ofrece ser Robin, algo que rechaza, solo en nombre, asumiendo la identidad de Red Robin. Una época para olvidar.

Pero todo mal sueño acaba y llega el despertar que en DC se denominó Renacimiento y una nueva etapa se desplegó ante el personaje que retomaba a sus raíces gracias al excelente trabajo que realizó James Tynion IV en su etapa en Detective Comics. Un poderoso planteamiento que amalgamaba a la batfamilia alrededor de la figura de Batman, con Drake como pieza clave del equipo. La épica del guionista se filtra en cada número de forma que todo queda equilibrado y los protagonistas bien definidos, brillando Drake con fuerza gracias al rol que asume de estratega técnico, mientras se desarrolla su relación con Stephanie, que ha retomado su papel de Spoiler (recordar que su muerte en Juegos de Guerra no fue tal). Una saga en la que Robin ha de lidiar con un yo futuro extremo, salvarse la muerte in extremis para caer en las garras de Mr. Oz y moverse entre las pantanosas aguas de una relación compleja que es puesta a prueba a lo largo de cada número escrito por Tynion IV. Imprescindible época para el personaje.

Una de las mejores representaciones del personaje desde que disfrutara de las altas cotas de popularidad de los años noventa y que lo reconcilia con los lectores de forma clara y contundente.

En la actualidad Tim Drake forma parte del grupo juvenil Young Justice, bajo la batuta de Brian Michael Bendis, que amalgama conceptos del pasado con ideas actuales, para ofrecer una serie cargada de acción y de desvergonzada juventud, en la que Tim retoma su papel de líder táctico, vistiendo la última versión de su uniforme. Bendis que parece no tener mucho aprecio por el pasado ni por las identidades secretas, en una de sus sagas donde aparece un Tim Drake de Tierra 3 malvado que se autodenomina Drake, empuja a Tim, traicionando todo aquello que lo define desde su primera aparición, a dejar de lado su identidad de Robin, cambiar de traje y asumir el nombre de Drake. De un plumazo se rompe con todo lo que define a Tim Drake, apartándolo de su idea idealista de Robin, cuando de siempre ha sido el único cuya aspiración no ha sido otra que la de vestir el manto y ser digno de él, sin repudiarlo, sin querer vestir el manto del murciélago, porque para Tim, Robin no es algo que se sea o no, es algo que se siente dentro, muy dentro.

Nos leemos en la próxima entrega.



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