Javier Vázquez Delgado recomienda: No me dejes nunca

Edición original: Hemingway (publicado por Éditions Carabas)
Edición nacional/ España: Astiberri Ediciones
Guion: Jason
Dibujo: Jason
Color: Hubert
Formato: Rústica con solapas; 48 páginas a color
Precio: 12,00€

Hace dos años recomendaba No me dejes nunca para Sant Jordi, pero un cómic de tal calibre se merecía por mi parte una reseña al uso, y no una mera recomendación a pie de página. Posiblemente, este tebeo sea la gran obra maestra de Jason; tengo mis dudas si es ésta la mejor o Yo maté a Adolf Hitler. Y ya un poco por debajo y en tercer lugar pondría a ¿Por qué haces esto?, completando así el podio de las mejores obras de este autor.

La Generación Perdida de escritores durante el París de los años 20 es el pretexto que Jason usa para dar rienda suelta a su particular estilo subversivo, ya que Hemingway, Scott Fitzgerald, Joyce, Pound… pasan de ser literatos a historietistas. Con muchísimo talento construye una historia dramática salpicada con bastantes dosis de comedia. Este cambio de roles arroja luz sobre las miserias de ser un creador de cómics, algo que ha sucedido a lo largo de la historia del noveno arte; unas miserias que tienen que ver con los problemas económicos, y con la falta de reconocimiento. Así pues, Jason lanza una oda sobre el oficio del historietista, su oficio. Asimismo, el autor rinde homenaje a un grupo de autores irrepetibles; una generación única.

Todo está ahí, pero en clave cómic: el alcohol, los problemas familiares, la desesperación, la carencia de dinero… Si ser escritor, y más en ese tiempo, era difícil, aún más complicado lo sería siendo historietista. Jason recrea y captura una época y unos personajes usando, más que nunca, unos diálogos certeros, que en todo momento provocan la sonrisa o la carcajada. En este sentido, destaca el diálogo entre Gertrude Stein y Hemingway en la que ésta le enseña las reglas básicas para que él se convierta en un gran autor de cómics, y que concluye con un gag genial.

Otro de los grandes hallazgos de este cómic es el excelente empleo del punto de vista. En un determinado momento de la historia, el relato se fragmenta en función de quién es el protagonista. Con esto Jason nos ofrece una escena llena de interrogantes que se van resolviendo a medida que la vamos viendo a través de cada personaje presente en ese acontecimiento. Todo esto lo hace con soltura, precisión, y resuelve la papeleta completamente, siendo, en todo momento, legible y sin dejar cabos sueltos. Este prodigio narrativo nos lleva a una escena final cargada de belleza y lirismo. También habría que destacar las maravillosas relaciones entre los personajes de este relato lleno de camaradería, infidelidad y traición que ponen en relieve dos de los grandes temas recurrentes en la bibliografía de Jason como son la fatalidad y la muerte.

Por extraño que parezca, Jason consigue con naturalidad algo que a priori no lo es (imagino porque estamos ya acostumbrados a su estilo gráfico), y es que convierte a esta generación de escritores en una serie de animales antropomórficos, cada uno con su particular diseño, y nada de esto parece forzado, no nos choca. El dibujo, como siempre: conciso, sobrio, limpio y singular. En esta ocasión, y puede que sea solo una impresión mía, el color de Hubert tiene tonalidades un poco más apagadas, como si al ser un relato en los años 20 le quisiera dar un toque vintage al conjunto.

Como viene siendo habitual en la bibliografía del autor noruego, No me dejes nunca (cuyo título original es menos poético y más directo: Hemingway), se devora en breves instantes, y eso que es una de las obras de Jason con más texto. Asimismo, estamos, debido a su carácter literario, ante el cómic menos cinematográfico de este historietista que siempre se ha mostrado como un cinéfilo empedernido. Sí que me gustaría matizar, más allá de si era la intención o no del autor, con respecto a la posible influencia cinematográfica en este cómic, que fragmentación del relato en función del punto de vista me recordó a la mítica película Rashōmon de Akira Kurosawa; siempre que veo una historia en común que se cuenta de forma diferente a través de los ojos de los distintos protagonistas de la misma, irremediablemente pienso en este filme japonés, una obra maestra y todo un referente cuando hablamos del uso del punto de vista.

En definitiva, recomiendo este cómic sí o sí a cualquier lector, sea o no sea fan de este artista. Es un tebeo irrepetible, magistral que espero que ustedes puedan apreciarlo tanto como yo.



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