Javier Vázquez Delgado recomienda: Ascender 1. La galaxia hechizada

Edición original: Ascender Volume 1: The Haunted Galaxy.
Edición nacional/ España: Astiberri.
Guion: Jeff Lemire.
Dibujo: Dustin Nguyen.
Entintado: Dustin Nguyen.
Color: Dustin Nguyen.
Formato: Cartoné, 17 x 26 cms., 136 páginas.
Precio: 18,00 €.

Todos los que leímos Descender hasta su último volumen queríamos más de ese universo, incluso antes de de llegar a leer el sexto libro. Todo el equipo autoral deseaba lo mismo, y promediando la andadura de la serie notaron que lo que habían creado tenía mucho más para que esa historia de ciencia ficción con robots sentientes y el sentido de la tecnología, que había más por tratar en torno a la humanidad y su relación con el planeta y como lo vive. Empezaron a llegar con las subtramas y los personajes secundarios a planetas y tópicos que no cabían en el hilo narrativo de Descender. De este modo, se plantó la semilla de la continuación en una nueva serie que para cuando llegamos al capítulo final ya sabíamos que ocurriría; de hecho, aquel episodio era tanto un epílogo a la primera historia como un prólogo a la siguiente. En aquellas páginas se nos introdujo a una niña como narradora y nos fue llevando a la revelación del final: era la hija de Andy, diez años después de la batalla final de Descender. Es ella misma la que nos introduce a este libro desde la portada, pero Jeff Lemire y Dustin Nguyen siguen teniendo muchos ases bajo sus mangas para jugarnos.

La primera secuencia del capítulo inicial de Ascender nos introduce a un nuevo personaje, la Madre, una vampira bruja que domina todo el mundo mágico que ahora controla el universo luego del final del mundo de las máquinas. O al menos eso intenta: hay una disrupción, sigue habiendo rebeldes que le impiden tener el control total y absoluto. Y todo indica que el mundo de los robots no ha desaparecido por completo… Mientras tanto, ahora sí, vemos a Mila viviendo en Sampson intentando desarrollar su curiosidad infantil pero topándose con los guardianes de Madre y con la sobreprotección de su padre, aún con los recuerdos vivos de la guerra y su huida. Pero la niña exige más, precisa más, y le intriga el pasado en donde vivieron sus padres, aquella sociedad desaparecida.

Es curioso, debo decir, estar escribiendo sobre esta historia en el contexto actual que estamos viviendo en nuestra realidad. En medio de la incertidumbre de qué irá a ocurrir con la sociedad y el mundo tal como lo conocimos, las casualidades (o no) nos traen a leer y comentar un cómic de post ciencia ficción y un post post apocalipsis, en un mundo que cambio por completo en tan solo diez años o mejor dicho veinte contando el comienzo del #1 de Descender, antes del ataque de los Cosechadores. Y esta curiosidad irónica le da un plus inesperado a la lectura, que no lo tuvo hace un año cuando leímos el capítulo inicial suelto y que ahora con esta edición castellana de Astiberri circulando en estas semanas sí lo adquiere, llevándonos un poco a una reflexión por fuera de la histoira de Lemire y Nguyen y mostrándonos una vez más los caminos del arte, vislumbrando más allá del presente.

Dejando esa digresión a un lado, el paréntesis de diez años los autores lo van abordando a través de flashbacks que presentan paralelos con el presente de Mila y Andy, sin lograr demasiada estabilidad en todo este tiempo y por un motivo u otro se les presenta el único camino de la huida. En ese trayecto, nos reencontraremos con personajes de Descender en un contexto muy distinto luego de una década… pero lo dejamos ahí para preservar las sorpresas de la lectura.

Con estos cinco números leídos (y otros cinco ya publicados en inglés pero que los tocaremos oportunamente) podemos ver a nivel general que el propio camino ficcional y temático de la historia irá por lo inverso de Descender, quizá en busca de un equilibrio. En aquella tratábamos la relación entre hombre y tecnología, con la deshumanización de las personas en torno a ellas y la discusión que presentaban los robots con inteligencia y emociones tratados como meros objetos o esclavos en el mejor de los casos. Aquí comenzamos en un mundo reencantado por la magia, que existía antes pero estaba oprimida por el universo tecnológico, y ahora ocurre lo opuesto persiguiéndose los últimos rastros de robótica.

Hacia dónde irá exactamente no lo podemos adivinar, especialmente porque la dupla autoral ya se ha probado con capacidades para virar la narración y sorprendernos por completo. Sí podemos anticipar que será interesante de ver el contraste que se plantee entre ambos mundos, y los temas que transiten esas páginas.

Y eso no es todo y no es suficiente. Porque por encima y por dentro de todo lo que nos cuenten, tendremos montones de páginas coloreadas con acuarelas en una paleta mucho más cálida y luminosa, con nuevos mundos reimaginados con sus escenarios, paisajes y criaturas. Si Nguyen se lucía con las naves espaciales y los fondos cósmicos en Descender, aquí se supera con el entorno natural y los elementos mágicos.

Diría que con seguridad los lectores de aquella serie serán felices con la lectura de esta. Y si la ciencia ficción no es lo suyo pero sí la magia y la fantasía, invitaría a darle una oportunidad de zambullirse en este universo aún sin conocer de dónde viene. La historia y la manera de contarlos puede cautivarlos igual, y la intriga y el desconocimiento es otro motor más para la lectura.



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