Javier Vázquez Delgado recomienda: Batman Nueve Vidas

Edición original:Batman: Nine Lives USA
Edición nacional/ España:ECC Ediciones
Guion: Dean Motter
Dibujo: Michael Lark
Entintado: Michael Lark
Color: Matt Hollinsgworth
Formato: Cartoné, 128 págs. A color.
Precio: 14,95 €

Batman en Nueve Vidas es una historia del sello editorial Elseworlds, una obra que se ajusta a la perfección al lema de la línea: “En Elseworlds se saca a los héroes de sus localizaciones habituales y se colocan en épocas y lugares extraños”. En esta ocasión los personajes de Batman van a acabar en la Gotham de los años 40. Como si de una novela de Raymond Chandler se tratase, Dick Grayson narra la historia como detective privado. He aquí la prometida segunda lectura sobre el pupilo de Bruce Wayne en el confinamiento, como avisé tiene trampa, no es el Dick que conocemos. El cómic tiene todos los elementos de la novela negra: un detective representado como alguien fracasado, seco, cínico, desastrado, chulo, realista tirando a pesimista, con una secretaria sexy, un cuerpo de policía que lo odia, un caso a resolver, un lenguaje en el que no abundan las florituras y un monólogo interior incansable de frases breves y ágiles. El formato apaisado así como el genial dibujo de Michael Lark y color de Matt Hollingsworth consiguen que esta obra se sienta muy negra. Los diferentes personajes se adaptarán, de forma bastante orgánica, a roles que pudieran estar representados en una novela de este tipo. Sin duda, ayuda a esto la propia idiosincrasia de Batman y sus enemigos o secundarios ya que el murciélago desde sus inicios, ha vivido en las calles y en las tramas mafiosas como argumento más recurrente. Temática inherente al propio medio durante la edad de oro, siendo Batman uno de los personajes que ha mantenido esa esencia de forma más acusada en contraposición a lo superheroico o sci-fi de otros títulos. Rasgos, por supuesto, aplicables al murciélago sin que esto le impida seguir siendo un héroe callejero en esencia ¿O su presencia perenne (entre otras cosas) en la Liga de la Justicia rodeado de aventuras cósmicas lo aleja de esta definición?

El detective Dick Grayson, quizás es más un personaje de Dashiell Hammett que de Raymond Chandler, tirando más hacia lo seco que hacia lo descarado, posiblemente debido a que Motter ya se encargó de publicar una serie de novelas gráficas de Philip Marlowe (el detective predilecto de Chandler) para Byron Preiss Visual Publications donde Dean Motter ejercía de director de arte y diseñador demostrando su amor por el género desde sus inicios. En el 2000 se uniría con Michael Lark para la aclamada y nominada a los premios Eisner, Terminal City. Obra de nueve números, de ciencia-ficción hábilmente mezclada con, como no, el género negro, de la editorial Vertigo. Poco después se encargarían de la obra que nos ocupa.

Michael Lark dibujante y entintador, estuvo nominado al Eisner además de por esta obra por Daredevil junto a Ed Brubaker o Gotham Central unido a Greg Rucka (con quien también trabaja en Lazarus) además de la mencionada Terminal City aunque nunca consiguió ganar el prestigioso premio. Ha trabajado mayoritariamente para DC o MARVEL encargándose también de la mini serie que adapta la novela de Stephen King La Torre Oscura la Batalla de Tull junto a Peter David.

Selina Kyle objeto de deseo de los hombres más poderosos de Gotham aparece sin vida en el río. Dick Grayson además de trabajar para ella, también mantenía una relación ¿sentimental? (no es el único) por lo que se propondrá encontrar al asesino en un puzle difícil de resolver con muchos candidatos: Edward Nygma, Joker, Pingüino, Harvey Dent, Bruce Wayne, alguno más, incluso el propio Dick, todos con aparentes motivos para matar a “Catwoman”, serán investigados por el detective a lo largo de poco más de cien páginas. Se ha mencionado que el cómic es una novela negra, lo es y mantiene la clásica tradición de dejar alguna pregunta sin respuesta, pero el final no está en la línea de este tipo de historias. No solo por esto resulta algo decepcionante, como en muchas otras ocasiones la resolución del misterio no está a la altura de lo planteado, aunque la premisa y el camino sí están a buen nivel. La conclusión, alejada de la corriente negra que tiene toda la obra y que el último giro no termine de ser resolutivo, desfavorece un poco el guion de Motter. De haberse mostrado más inspirado estaríamos ante una obra canónica y ejemplar de cómo trasladar la novela negra al mundo de las viñetas.

En cuanto al dibujo Michael Lark está soberbio. Como nos tiene acostumbrados el autor se maneja a las mil maravillas en este tipo de obras, y retrata perfectamente el tono noir de la serie con un gran diseño de personajes, vestuario, automóviles o armas en una perfecta recreación de los años 40. De trazos simples, nada sobra ni falta en el arte de este artista con una narrativa elogiable. A destacar todo su trabajo pero llama especialmente la atención lo bien conseguidas que están las viñetas de la pelea de Batman con Killer Croc bajo el agua. El incombustible Matt Hollingsworth se encarga del color y, como es costumbre en él, hace un trabajo impecable. Sus tonos casan a la perfección con el dibujo de Lark y logra la atmósfera necesaria para el “film” que pretenden crear sus autores. No en vano la presentación del cómic está encaminada a esto, con una carátula en las páginas iniciales que reza: “Motter y Lark en asociación con Hollingsworth presenta una producción de DC Cómics”.

En definitiva un cómic diferente de Batman que trasfiere bien sus elementos al género negro, con la suficiente habilidad para gustar mucho a los amantes del personaje y de este tipo de novelas. Excelentemente dibujado por Michael Lark con un color muy apropiado por parte de Matt Hollingsworth es, artísticamente, una obra muy recomendable.



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