Javier Vázquez Delgado recomienda: The Phantom. Tiras diarias 1936-37. La hermandad de los Singh
“¡El Fantasma solo advierte una vez!”
¿Hoy en día qué nos puede interesar de la serie The Phantom de Lee Falk y Ray Moore que la editorial Dolmen ha empezado a publicar desde su primera tira diaria?
Para muchos será un ejercicio de nostalgia, pero no es mi caso aunque aprendí a leer con la edición que Buru Lan hizo en su día de esta serie. Era una versión infame, coloreada y remontada que sigue teniendo algunos forofos precisamente por este sentimiento nostálgico que a mí no me motiva. Porque los tiempos pasados casi siempre han sido peores, en el contexto de la edición de cómics en España, se entiende.
Otra razón más objetiva consiste en poder disponer, al fin, de una edición excelente de una obra que ha tenido una relevancia histórica fuera de toda duda. The Phantom supuso el inicio de una manera de entender los personajes justicieros en el cómic norteamericano que ha perdurado hasta la actualidad.
Y en mi caso, la principal motivación es admirar la obra como si se tratase de una novedad. Esta edición permite hacer el ejercicio de situarse en aquella época, a mediados de la década de los treinta, y dejarse sorprender por la asombrosa idea concebida por Falk y así mismo admirar el eficaz y bizarro arte de Moore. Les garantizo que en algunos momentos lo he conseguido…
A principios del siglo XX ni el cine ni la televisión ni los videojuegos eran los referentes a la hora de construir el imaginario visual de la mayoría de la población estadounidense. Uno, porque casi estaba empezando su historia y los otros porque ni tan solo existían. Los principales canales para esta educación gráfica eran la pintura, los libros ilustrados y, cada vez más, los cómics que salían a diario en la prensa, que combinaban lo mas efectivo de las dos disciplinas anteriores.
En 1936, cuando se estrenó la strip titulada The Phantom, escrita por Lee Falk y dibujada por Ray Moore, la literatura popular había encumbrado varios personajes misteriosos que combatían el crimen o que vivían de él y los cómics se habían diversificado, habían abandonado el monopolio del humor, del eterno vodevil con el que empezaron su historia para incluir la aventura en el catálogo de sus ofertas.
En 1927, Frank Godwin comienza la strip titulada Connie que rápidamente se centrará en la aventura y en la fantasía espacial, un año más tarde Lyman Young presentaba su serie Tim Tyler’s Luck de ambientación africana y espíritu aventurero y en 1929 empezaban su trayectoria dos series tan importantes como la marciana Buck Rogers y la fantástica Tarzán realizadas por Dick Calkins y Hal Foster, respectivamente además en Wash Tubbs (1924) de Roy Crane se producía un viraje hacia la aventura exótica con la llegada de un personaje llamado Captain Easy.
En la década posterior aparecieron más comic strips de aventuras: Scorchy Smith (1930) de John Terry de temática aeronáutica; Dick Tracy (1931) de Chester Goud, la primera serie policíaca; Flash Gordon y Jungle Jim (1934) firmadas por Alex Raymond o también Secret Agent X-9 (1934) con guion de Dashiell Hammett y arte del ubicuo Raymond.
En esta tesitura, Lee Falk crea en 1934 su primer personaje famoso; Mandrake el mago que dibujaría Phil Davis. Dos años más tarde se atreve con la serie The Phantom en la que volcará todo un compendio de conceptos extraídos de la literatura folletinesca y del pulp que engloban desde Doc Savage, Arsène Lupin, Robin Hood o Fu Manchú, pasando por el mismo Tarzán, el Zorro e incluso El libro de la selva de Rudyard Kipling.
The Phantom es un misterioso justiciero que imparte su ley en las intrincadas junglas de un país ficticio situado, primero en la India más oriental y luego en África y que se llama Bengalla. Los nativos creen que es inmortal y va siempre acompañado por un lobo gris llamado Diablo o Satán. The Phantom, que también es conocido como el Duende que Camina, ha jurado combatir la piratería, la codicia y la maldad y para ello se vale de un disfraz que enmascara su rostro y que produce terror a sus enemigos. A lo largo de las primeras historias iremos conociendo el origen de la leyenda del Fantasma que algunos aseguran que tiene más de tres cientos años.
¿Que nos encontramos en este primer tomo de las tiras diarias de The Phantom? Podemos leer las tres primeras historias de la serie. Son las dailies comprendidas entre el 17 de febrero de 1936 y el 18 de septiembre de 1937. Son tres aventuras especialmente largas, realizadas cuando los syndicates aún no habían estandarizado la producción y los autores podían desarrollar sus tramas con cierta libertad e ir aprendiendo de sus aciertos y también de sus errores.
Las historias son:
La hermandad de los Singh (del 17/02/1936 al 07/11/1936)
La banda del cielo (del 09/11/1936 al 10/04/1937)
Guerra en la jungla (del 12/04/1937 al 18/09/1937)
La primera historia de la strip incluye un momento especialmente significativo que es la narración de la leyenda del Duende que Camina; el origen de The Phantom con el juramento incluido. Son siete tiras especialmente hermosas que pueden considerarse como una forma de interludio.
El arte de Ray Moore es uno de los atractivos de esta etapa inicial de la serie.
Es casi seguro que las primeras tiras las dibujó el propio guionista de la strip, Lee Falk, que había estudiado arte en el college. De hecho podemos ver que la primera tira firmada por Moore corresponde al 02 de marzo de 1936, tras la publicación de las doce primeras dailies que corresponden a las dos primeras semanas de publicación. El cambio entre los dos estilos es prácticamente imperceptible, pero poco a poco el arte ágil, lóbrego y nervioso de Moore se va imponiendo para empezar a brillar en escenas como la comprendida entre el 18 de marzo del 1936 al 24 del mismo mes donde el protagonista salva de un secuestro a la joven Diana Palmer que está durmiendo tranquilamente en su habitación. La tira en que El fantasma agarra por el cuello al esbirro de los Singh y le muestra el anillo de la calavera es un compendio de lo mejor del arte gráfico y narrativo del malogrado artista de Illinois. La escena del flashback del anciano Doctor Dodd, donde le explica un encuentro con El Fantasma en 1866, el enfrentamiento final con la baronesa; la líder de la Banda del Cielo o la larga persecución por la sabana a un aterrorizado Smiley que ha secuestrado a Diana son otros momentos estelares de este primer tomo.
Ray Moore suele dividir su tira en cuatro viñetas, es un esquema fijo que solo cambia a una daily de tres cuadros cuando quiere darle más espectacularidad a una acción concreta. Su diseño de los personajes es original, atractivo y vigoroso. Destacan sus protagonistas femeninas dotadas de una personalidad arrebatadora y gran atractivo físico. Su mujer Claire sirvió en varias ocasiones de modelo para el personaje de Diana Palmer.
Moore domina el entintado con plumilla y con pincel, define la anatomía de los personajes y sus rasgos faciales de manera sencilla pero efectiva y da atmósfera a sus paisajes y decorados con trazos agresivos y precisos de pincel. Sus escenas nocturnas están llenas de tensión y misterio, además suele complementar una ambientación esquemática con tramas mecánicas sabiamente colocadas en lugares estratégicos de la composición. Su narrativa es sobria y contundente; utiliza con solvencia el plano figura para describir las acciones y los primeros planos para las conversaciones. No escatima en planos de detalle ni desdeña el recurso del travelling de aproximación para enfatizar un momento especialmente dramático. Su influencia se puede notar en distintos artistas americanos como Steve Ditko, Albert Feldstein o Bob Kane.
El creador de la serie Lee Falk siempre ha afirmado que Ray Moore era el artista ideal para una strip como The Phantom.
Lee Falk (1911-1999) nació en Saint Louis, Missouri. Su verdadero nombre era Leo Harrison Gross y procedía de una familia de ascendencia judía. Su padre murió siendo un niño y su madre Eleanor Alina se volvió a casar con Albert Falk Epstein del que el joven Lee tomó el apellido al finalizar sus estudios. Se graduó en literatura por la Universidad de Illinois. Comenzó su carrera profesional en una agencia de publicidad de Saint Louis donde conocería al dibujante Phil Davis que se encargaría de dibujar su primera serie Mandrake el mago (1934). Falk vendió la serie a King Features Syndicate mientras aún estaba en la universidad y dos años más tarde repetiría la jugada con una nueva serie titulada The Phantom (1936) que dibujaría Ray Moore, un ayudante de Davis en Mandrake el mago.
Lee Falk compaginó su carrera de guionista de cómics con la de autor, director y productor de teatro, trabajando en varios centenares de obras y llegando a estrenar doce piezas propias. Como director y productor trabajó con actores como Paul Newman, Marlon Brando, James Mason, Eve Marie Saint, Charlton Heston, Shelley Winters o Celeste Holm, entre muchos otros. Durante la Segunda Guerra Mundial colaboró con el ejército estadounidense como responsable de propaganda de la radio KMOX de Saint Louis.
Tuvo tres esposas y tres hijos. El guionista siguió escribiendo sus series Mandrake el mago y The Phantom hasta casi el día de su muerte, acaecida en 1999. Estas dos series se siguen publicando en la actualidad.
Ray Moore (1905-1984) según algunas fuentes nació en Montgomery City, en Missouri y según otras en el estado de Oklahoma. Era hijo de un relojero y joyero que pretendía que encaminara sus pasos hacía la ingeniería, pero en la adolescencia Moore descubrió su vocación artística. Estudió en la Universidad de Saint Louis y empezó su carrera profesional como dibujante publicitario. Su principal influencia fue el dibujante e ilustrador Alex Raymond.
Cuando Lee Falk y Phil Davis empezaron a publicar la strip titulada Mandrake el mago en 1934 para la agencia distribuidora King Features Syndicate, el joven Ray Moore colaboró en ella como asistente del dibujante. En 1936, el guionista de Missouri pensó en él para dibujar la tira de su nueva serie The Phantom que también acababa de vender a la King Features Syndicate. De este modo Moore se convirtió en el primer dibujante de la strip, encargándose de las tiras diarias desde el inicio en febrero de 1936 y también de las páginas dominicales a partir de su estreno el 28 de mayo de 1939.
Participó en la Segunda Guerra Mundial como piloto de las fuerzas aéreas, siendo herido de gravedad a resultas de un accidente. Durante el conflicto tomó posesión de la strip su ayudante Wilson McCoy que realizó tanto las dailies como las sundays. Al terminar la contienda Moore intentó seguir dibujando la serie, principalmente a cargo de las páginas dominicales, pero a finales de 1947 las secuelas físicas y psicológicas del conflicto le imposibilitaron seguir trabajando y dejó definitivamente la responsabilidad del arte a McCoy que permanecería en la strip hasta 1961.
Ray Moore estuvo casado con Claire y permaneció la mayor parte de su vida en Missouri donde murió a principios de 1984 con setenta y ocho años.
La edición de este primer tomo de la serie a cargo de Dolmen Editorial sigue la línea de sus publicaciones dedicadas a los clásicos de la prensa norteamericana, dentro de la Colección Sin Fronteras. El álbum tiene un diseño muy parecido a los tomos dedicados a la misma strip, de una etapa posterior y dibujados por Sy Barry. Es un libro en tapa dura, está bien impreso y tiene un papel adecuado. Hay que hacer especial énfasis en la restauración de las tiras puesto que el trabajo de Jesús Yugo es excelente y mejora con creces las ediciones de esta etapa publicadas recientemente en su país de origen, además la recopilación cuenta con un interesante prólogo a cargo de Rafael Marín y su precio es alto pero no abusivo.
The Phantom. La hermandad de los Singh de Lee Falk y Ray Moore es una excelente oportunidad para acercarse a uno de los personajes fundamentales de las comic strips norteamericanas. No es un ejercicio de nostalgia ni una expedición arqueológica, leer estas tiras diarias en la actualidad supone un placer, algo primitivo, pero lleno intensidad y emoción. The Phantom no es una obra maestra del cómic pero sigue siendo una serie con mucho gancho y plenamente vigente. Después de casi ochenta y cinco años que más se le puede pedir…
Salut!
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