Javier Vázquez Delgado recomienda: Inédito DC – Metamorpho Year One
Tras la anterior entrega de Inéditos DC dedicada a la primera miniserie en solitario del personaje, toca dedicarle una nueva entrada a Rex Mason, que disfrutó de una nueva miniserie en solitario centrada en la tradición de DC denominada Año Uno.
No estamos frente a una obra especialmente relevante, pues no resulta especialmente interesante en ninguna de sus facetas artísticas. Sin embargo, viene a ser el resultado de una obsesión personal por mi parte, centrada en la figura del personaje, a la hora de saldar ciertas deudas contraídas de forma irracionalmente emocional con Mason. Permitirme un inciso y añadir a esta introducción cuando empezó la historia de amor personal con tan peculiar creación (de la que ya se hizo un recorrido editorial previo en su anterior entrega de Inéditos DC).
Todo empezó en la JLE, la serie derivada del éxito de la JLI que, en manos de Giffen, DeMatteis y un Bart Sears en estado de gracia, lograron juntar una de las alineaciones más interesantes de la Liga. Entre sus miembros se encontraba Rex Mason que, gracias a los lápices de Sears, lucía un aspecto imponente. Ahí fue donde empezó todo y de forma retroactiva busque más de este personaje, llegando a una serie anterior, la de Batman y los Outsiders, donde el personaje formaba equipo con héroes y heroínas de segunda fila, bajo el mandato de Batman.
Sus poderes, su personalidad, su vida de héroe trágico me resultaban fascinantes, así como sus extraordinarios poderes, que me invitaban a imaginar como poder sacarles partido de la forma más rocambolesca posible.
Y esa es la razón de que siga por aquí rescatando miniseries del personaje que están inéditas en nuestro país, con la poder ofrecer un vistazo rápido a la obra en cuestión y al personaje en particular.
Así que manos a la obra.
En DC Comics la tradición por los Año Uno en sus héroes se extiende a lo largo y ancho de su amplio catálogo de personajes. Muchos son los que han tenido historias dedicadas a profundizar en sus primeros pasos tras adquirir sus poderes, usando dichas historias para añadir detalles a sus orígenes clásicos, ampliar información, matizar conceptos y hacer, por que no decirlo así, un perfil psicológico del personaje mucho más fino.
La obra, compuesta por seis números, se publicó inicialmente en USA entre los meses de diciembre de 2007 y mayo de 2008, con el objetivo comentado de matizar el origen del personaje. La labor de guion y bocetos recayó en las siempre eficaces manos de Dan Jurgens, con los acabados de Mike Norton y tintas de Jose Marzan Jr. y Jesse Delpendang. La miniserie disfruta de unas portadas excelentes ilustradas por Kevin Nowlan que las dota de un tono muy evidente a la Silver Age.
Dan Jurgens acabó su formación en 1981 y su primer trabajo profesional no tardó mucho en llegar, pues en 1982 publicaba en DC Comics, The Warlord #63. Este trabajo llegó gracias a la recomendación directa de Mike Grell, creador del personaje, tras quedar muy impresionado por su trabajo en una convención. Acababa de empezar una más que fructífera carrera en DC, en los que los trabajos no dejaban de llegarle por la fama que fue ganando de cumplidor. En 1984 se encargó de la serie limitada de los Sea Devils (escrita por Roy Thomas y Gerry Conway), lo que lo llevó a debutar en la serie regular como guionista bajo la tutela de Conway, que lo dejó ir por libre a partir del número 10 de la serie.
Jurgens a mediados de los años 80 creó a una de sus más queridos personaje, Booster Gold, que llegó a ser miembro de la mítica Liga de la Justica Internacional tras Crisis. Jurgens dibujó a Superman en el Adventure of Superman Annual #01 (1987), algo que lo llevaría a ser el dibujante de Green Arrow, junto a Mike Greell (1988-1990) para dar el salto de nuevo a Superman como escritor y dibujante de la serie Adventures of Superman a tiempo completo y que pondría su nombre en boca de los aficionados a partir de ese momento.
Artífice del evento Armageddon 2001, ayuda la lanzar un nuevo título de Superman con Louise Simonson y Jon Bogdanove, Superman: The Man of Steel (1991) y partir del número 57 se hizo cargo de la escritura y dibujo de Superman. Su estancia en la franquicia tuvo una enorme repercusión cuando en 1992 Superman murió y se pusieron en marcha los resortes editoriales para aprovechar la historia al máximo, con el Reinado de los Superhombres y las consecuencias derivadas de la destrucción de Coast City.
Jurgens ha trabajado siempre para DC, salvo en puntuales ocasiones, como cuando en Marvel fue el encargado de Spiderman y Thor, firmando una etapa muy polémica en el Hombre Araña y un trabajo más que disfrutable con el dios del trueno.
La aventura que construye Jurgens es bien sencilla. Se retrocede hasta los tiempos en los que Rex Mason trabajaba al servicio de Stagg en un famoso programa de televisión, buscando objetos arqueológicos perdidos para la enfervorecida audiencia. Una vida de aventuras que se ve truncada cuando cae en la trampa de Stagg al que solo le importan las audiencias, al dejar encerrado en una pirámide a Rex. La misma que atesora en su interior el meteorito del que se construyó el Orbe de Ra, cuyas extrañas energías modifican a Rex transformándolo en Metamorpho.
A partir de este momento la historia se mueve de forma errática, aportando nuevos matices al origen del héroe, sin profundizar especialmente en su nueva condición, ni en como puede afectar un cambio físico tras drástico a Rex. Su relación con Shaphire no acaba de resultar creíble y la superficialidad que se esconde en cada momento juntos acaba por ser más un lastre que un alivio narrativo. Jurgens no logra tomarle el pulso al personaje que se muestra desfigurado, ajeno a si mismo y los valores que lo caracterizan, salvo en el momento final cuando la Liga de la Justicia lo pone a prueba como posible nuevo miembro de la formación. Algo que es totalmente premeditado, pues estamos en un Año Uno.
Sin embargo, en medio del pobre desarrollo de la historia, si hay momentos relevantes, como la tensa relación que hay entre Stagg y Mason, la problemática relación con Shaphire, así como la personalidad luchadora que se forja Mason a medida que la trama va discurriendo. Momentos que asientan las bases que definen al personaje y que son totalmente reconocibles para sus seguidores.
El trabajo de Jurgens mira al pasado del personaje, recuperando algunos de sus conceptos e integrarlos en su revisión de origen. Por un lado, los intentos de curación de Mason a manos de Stagg, así como la aparición de un personaje, grotesco, venido del espacio, que responde el pintoresco nombre de Thunderer.
Sin duda las incursiones en solitario del personaje son pocas, su nacimiento en The Brave and Bold y su serie regular en los años 60, la miniserie de Mark Waid y la miniserie que nos atañe, mientras que su desarrollo más interesante siempre se ha producido cuando formaba parte de grupos como la los Outsiders (en varias de sus encarnaciones), la Liga de la Justicia o los Terrifics. Un personaje ambiguo, con potencial, con un aura trágica, de inmenso poder, lastrado por su aspecto y la poca imaginación con la que ha sido tratado lo hacen merecedor de ser un eterno secundario de lujo. Sin embargo, Rex Mason esconde mucho tras ese aspecto tan llamativo y solo está a la espera de poder caer en manos de un escritor que sepa aprovechar todas sus virtudes y explotarlas como se merece. Ese aire trágico que emana lo hace distinto a otros héroes de vidas mucho más adustas, blindadas a las emociones, que lidian con conflictos internos, en vez de los externos con los que Rex debe tratar a diario. Su propia forma de ser, cargada de autocompasión, esconde en su interior a un hombre fuerte capaz de sobreponerse a todo. Esperamos que DC sepa focalizar esfuerzos y que, soñando un poco, le dé una nueva miniserie al personaje escrita por Jeff Lemire. ¿Os imagináis
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