Javier Vázquez Delgado recomienda: Afterlift
El otro día vi a Stephen King tuitear una frase que decía algo así como “La próxima vez que pienses que las artes no son importantes, plantéate como sería esta cuarentena si no fuera por la literatura, el cine, la música…”. Y qué gran verdad. Los días y las noches son más cortas e incluso más exóticas cuando puedes asomarte a las aventuras y desventuras de todos esos personajillos que esperan a narrarnos sus historias en la mesilla de lecturas pendientes. Y quien estuviera al día poco problema en ese aspecto se ha encontrado, porque en uno de esos gestos y movimientos masivos de buena fe que a veces también salen del corazón de la sociedad, cientos de artistas y editoriales han publicado de manera gratuita una enorme cantidad de obras para hacer la espera más llevadera. De hecho tantas que no sé vosotros, pero yo voy a necesitar varias cuarentenas para poder disfrutarlas todas.
El caso es que estaba yo el otro día disfrutando de uno de mis mayores placeres, que es leer la newsletter de Chip Zdarsky, cuando vi que mi canadiense favorito se ha sumado a la corriente y ha puesto gratis durante 24 horas Afterlift, una de sus más recientes obras independientes, publicada exclusivamente en digital en ComiXology. Actualmente el cupón ha caducado, pero la tenéis rebajada a poco más de un euro junto a otras obras de la compañía hasta el jueves 9. Y ya que es una historia autoconclusiva muy apañada, qué menos que cruzar el charco y reseñar esta pequeña lectura de cuarentena.
A modo de introducción y para el que no esté familiarizado, ComiXology es básicamente la principal tienda de cómic digital del mercado USA, propiedad de la todopoderosa Amazon desde 2014. Además de aglomerar prácticamente todo el fondo editorial estadounidense, la compañía comenzó hace dos años su línea ComiXology Originals, una marca bajo la que comenzar a dar cobijo a obras creator-owned para publicarlas en formato digital (y por el momento solo en inglés). Y sin duda, uno de sus mayores reclamos ha sido la serie que nos ocupa, una aventura con una pizca de intimismo y una cucharada de mitología escrita por el flamante guionista de Daredevil y dibujada por su compatriota Jason Loo. Hablemos de Afterlift.
Janice Chen está acostumbrada a soportar a gente extraña e incómoda. A fin de cuentas, trabaja como conductora nocturna para distintas compañías primas-hermanas de Uber. Pero para lo que no estaba preparada era para tener como pasajeros a una difunta y a un extraño hombre llamado Dumus que no parece ser tal. Un elegante caballero que la ha elegido como transporte para ayudarle a llevar el alma de la fallecida al Más Allá. El problema es que Dumus no es el único que persigue sumarse un tanto, y las calles de la ciudad pronto se ven convertidas en el escenario de una ardiente persecución que alcanzará los confines de la misma existencia.
Chip Zdarsky es un tipo por el que siento debilidad. Lo descubrí como dibujante en Sex Criminals (y estoy seguro de que en parte de su guion) y en su cachondo Howard El Pato, y debo decir que me río mucho con sus tonterías. Pero con su Marvel Two-in-One y ese maravilloso Espectacular Spider-Man #310 descubrí que el bufón canadiense escondía muchas más dotes literarias que el simple chiste. Zdarsky sabe contar historias y darle vida a sus personajes, su presente etapa a los mandos del Diablo de Hell’s Kitchen está recibiendo numerosos halagos, y con este pequeño impás llamado Afterlift, sin ser su mejor trabajo consigue entregar una pequeña miniserie con mucha imaginación y mucho corazón.
Afterlift es la aventura de Janice, protagonista involuntaria de un viaje trepidante hacia lo que hay más allá de la muerte, pero que termina convirtiéndose en un viaje personal y espiritual. La obra tiene dos mitades bien diferenciadas: por un lado, los dos primeros números nos perfilan ligeramente a su protagonista para pasar a ponernos rápidamente sobre la mesa el extraño tablero en el que se ve inmersa por azar del destino y que la convierte en una especie de Caronte por encargo. Sin embargo, para el final del segundo el juego cambia drásticamente para convertirse en una búsqueda en tierras extrañas a través de la cual comenzamos a aprender más sobre una Janice que se niega a ser un simple peón más de la partida.
Esta rebeldía alberga el mensaje principal de su guionista. Zdarsky, al que intuyo no creyente por lo que conozco de su obra, pinta un Más Allá de hermanamiento, uno que aglomera a todos los credos y da cobijo a todos por igual, amoldando su imagen a lo que cada uno espera de él. Pero del mismo modo que acepta la visión religiosa de la muerte, reniega del determinismo y la condena de estas y le otorga el poder de la elección al individuo: lo importante no es en qué dios creas, sino que tu creencia te ayude a ser la mejor versión de ti mismo.
Conste que me estoy poniendo un poco intenso para una obra que tampoco es que sea una revolución para el medio. De hecho, es en sus partes de acción donde la historia pierde un poco de fuelle, especialmente hacia la mitad del tomo (¿se puede decir tomo cuando lees en digital?), cuando la sorpresa inicial se disipa y se hace menos fresca. Pero es innegable que Afterlift no es una aventura de acción con el Más Allá como escenario cualquiera, sino que su objetivo es recapacitar sobre la espiritualidad, la muerte y la esperanza, y su emotivo final es un buen broche para esa reflexión.
El arte de Jason Loo es nuevo para mí, y se puede decir que aprueba. El artista canadiense de origen asiático hace un trabajo sin grandes alardes pero solvente. Loo consigue caracterizar bien a sus personajes y aportar un buen dinamismo a sus escenas, especialmente en las persecuciones automovilísticas. Por otro lado, sus diseños cuando la historia cruza las fronteras de lo real y pasan a los espiritual son poco ambiciosos, no veremos nada que nos maraville y que se salga mucho de la iconografía habitual que todos tenemos en mente. Probablemente le hagan daño sus numerosos fondos planos, que acompañados por un coloreado digital poco natural hacen de algunas páginas algo parcas en vida. En cualquier caso, su trabajo cumple y sabe llevar la historia a buen puerto hasta el final de la obra.
Así es Afterlift, una historia sobre el Cielo y el Infierno, la vida y la muerte. Una pequeña historia muy disfrutable que enarbola con orgullo una bandera de optimismo y de esperanza, y un primer acercamiento a las obras que está cobijando ComiXology y de las que esperamos seguir hablándoos próximamente.
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