Javier Vázquez Delgado recomienda: Morgan. Guerra naval en el Mediterráneo

Edición original: Morgan (Lizard Edizioni. Enero, 1999)
Edición nacional/ España: Morgan. Norma Editorial. Febrero, 2020
Guion: Hugo Pratt
Dibujo:Hugo Pratt
Color: Patrizia Zanotti
Formato: Cartoné, 92 páginas
Precio: 23€

Venga, vaya, vuelva… ¡Soy el cartero del mar Mediterráneo!

¿La guerra puede ser rutinaria? Para el teniente Morgan de la Royal Navy parece ser que sí.

Durante la Segunda Guerra Mundial un joven oficial de la armada del Reino Unido realiza misiones auxiliares en el mar Mediterráneo, concretamente entre la costa italiana y yugoslava; es el teniente Morgan y está al mando de una vieja lancha lanzatorpedos de la armada británica. En el transcurso de sus aburridas misiones Morgan se encuentra con situaciones inesperadas y debe tomar decisiones que muchas veces no se ajustan a las órdenes recibidas ni a la mentalidad burocrática de sus superiores. La guerra en Europa acaba de entrar en su fase final, Italia es un caos y en Yugoslavia todas las facciones en liza mueven sus piezas de cara a situarse con fuerza en el nuevo orden mundial que se avecina. En medio de toda esta confusión, las ansias de acción del teniente Morgan se van transformando en un moderado cinismo, a medida que sus misiones lo van encarando con la realidad del conflicto y la cruel dinámica del combate. Al final, su principal preocupación será salir vivo de esta situación y volverse a encontrar con una joven oficial con la que ha compartido varios episodios en esta guerra.
En Morgan de Hugo Pratt reina una atmósfera crepuscular que le confiere un suave halo poético a toda la aventura.

Las idas y venidas del oficial británico y sus misiones son menos importantes que sus anhelos insatisfechos, que sus vanas esperanzas y sus frustradas ambiciones. Sin embargo Pratt también sabe dotar al relato de un tono más realista, mucho más alejado del elegante romanticismo de su obra cumbre Corto Maltés. El teniente Morgan realiza acciones duras, moralmente discutibles, sin pestañear, como un servicio más en una contienda que supera la capacidad de comprensión de los individuos para convertirse en un ente autónomo y casi siempre monstruoso.
La situación geopolítica es un manto que cubre con levedad las peripecias de este teniente de la Royal Navy. Como en la mayoría de sus historias, Pratt nos enseña solo una pequeña parte del contexto histórico de la aventura, lo suficiente para situarnos como lectores y para explicarnos las diferentes motivaciones de los personajes en liza y, porque no, para subrayar sus contradicciones.

En el aspecto gráfico se nota que estamos ante la última obra de Hugo Pratt; el acabado es irregular y algunas escenas de diálogo están realizadas con cierto desaliño, pero el maestro de Rimini nos demuestra que sigue conservando su pulso narrativo y estas imperfecciones las obviamos rápidamente para sumergirnos de pleno en la trama.

Pratt divide su página en un esquema casi fijo de tres tiras con una o dos viñetas cada una. Sus personajes son reconocibles y tienen una fuerte personalidad, la documentación es exhaustiva, especialmente en lo que se refiere a uniformes y armamento. En cambio el paisaje y los decorados están apenas esbozados lo que mitiga la fuerza poética de las escenas más reflexivas, especialmente las que transcurren al aire libre. El uso del color agradable pero es meramente funcional, casi decorativo y no le otorga a la obra la intensidad que esta demanda. Sin embargo no molesta, no adultera la obra. A partir de la década de los ochenta Pratt entiende que, sobre todo en el mercado franco-belga, las editoriales exigen obras a color y por lo tanto el artista adapta su arte a la certeza de que será coloreado. Es un caso diferente a la mayoría de historias de la serie Corto Maltés, que están pensadas y concebidas para editarse en blanco y negro, así como las dos primeras y maravillosas aventuras de Los Escorpiones del Desierto.

Morgan fue la última obra realizada por Hugo Pratt. Esta historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial comenzó a publicarse en blanco y negro en la revista italiana L’Eternauta & Comic Art 131 de septiembre de 1995 y finalizó en el número 138 de abril de 1996. El álbum recopilatorio no se publicaría hasta 1999, editado en Italia por Lizard – el sello editorial que ayudó a fundar el propio Pratt – y en Francia fue la obra fue traducida el mismo año por Casterman.

Hugo Pratt nació en Rimini en 1927 y murió en Suiza en 1995. Vivió su infancia en Venecia y pronto empezó a viajar siguiendo a su padre que era soldado profesional. Su periplo vital pasó por Abisinia y se vio conmocionado por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y la muerte de su padre en un campo de prisioneros de Etiopía. Una vez rescatado por la Cruz Roja, junto a su madre, y repatriado a Italia, Pratt empieza a encaminar sus pasos hacia el mundo de los cómics. En Venecia funda junto a Alberto Ongaro o Dino Battaglia, entre otros, la revista Asso di Picche en la que dibuja el personaje principal.
En 1949 se traslada a Argentina donde empieza a colaborar con la editorial Abril. Allí entra en relación profesional con H.G. Oesterheld con el que realiza para la nueva Editorial Frontera series como Sargento Kirk, Ticonderoga o Ernie Pike, publicadas en revistas como Misterix y Hora Cero.
De vuelta a Europa, pasa un breve período en Inglaterra y ya en Italia empieza a publicar sus series más personales donde volcará todas sus experiencias vitales y su sentido libertario y humanista de la vida. Nacen y se publican series tan trascendentales como Corto Maltés (1967-1992), Los Escorpiones del desierto (1969-1992) y numerosas obras individuales como La macumba del gringo (1977), Al oeste del Edén (1978), Jesuita Joe (1980) o los dos extensos guiones escritos para su discípulo espiritual Milo Manara, titulados Verano Indio (1983) y El gaucho (1991).
En la actualidad su personaje fundamental, Corto Maltés, sigue su saga con las nuevas aventuras realizadas por los españoles Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero.

Esta edición actualizada de Morgan publicada por Norma es excelente. El tomo es en tapa dura, tiene un tamaño adecuado, el papel es satinado, sin brillos y está muy bien impreso. Cuenta, además, con un interesante artículo a cargo de Antonio Martín que nos sitúa en la época en que transcurre la historia y nos explica someramente esta última etapa de la carrera de Hugo Pratt. El precio está acorde con los estándares de la publicación del cómic europeo en este país, en este caso es algo caro pero no abusivo.

Morgan de Hugo Pratt es un relato crepuscular, desencantado y ligeramente cínico que no aporta nada nuevo a la obra del artista italiano pero que tampoco desmerece su legado. Las aventuras de este teniente de la Royal Army no apasionan pero entretienen.
Pratt nos plantea el eterno dilema entre obediencia ciega e iniciativa personal y nos muestra como todos estamos inmersos en unos acontecimientos históricos que no podemos evitar pero que podemos sortear aplicando nuestro propio criterio, intentando en la medida de lo posible no perder la dignidad. No es un mal testamento, maestro…

Salut!



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